miércoles, 14 de febrero de 2024

MENSAJE DE FRANCISCO PARA LA 47ª SESIÓN DEL CONSEJO DE GOBERNADORES DEL FONDO INTERNACIONAL DE DESARROLLO AGRÍCOLA (14 DE FEBRERO DE 2024)


El siguiente es el Mensaje enviado por Francisco a los participantes en la 47ª Sesión del Consejo de Gobernadores del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola


Señor Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola,

Delegados y Representantes Permanentes de los Estados Miembros,

Señoras y Señores

Me complace dirigirme a vosotros con ocasión de esta reunión del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, y aprovecho la ocasión para saludarlos cordialmente. Deseo agradecerles el compromiso, el tiempo y la energía que dedican a luchar por un mundo mejor, en el que no se viole la dignidad de nadie y en el que la fraternidad sea una realidad, fuente de alegría y esperanza para todos.

Hoy, nuestro mundo se enfrenta a una dicotomía desgarradora. Por un lado, millones de personas padecen hambre, mientras que, por otro, se observa una gran insensibilidad en el despilfarro de alimentos. Los alimentos desperdiciados cada año generan masas de gases de efecto invernadero, mientras que un racionamiento adecuado bastaría para alimentar a todos los hambrientos.

Son tiempos precarios. Estamos llevando al mundo a límites peligrosos: el clima está cambiando; los recursos están siendo expoliados; los conflictos y la crisis económica amenazan los medios de subsistencia de millones de personas. Ante la crisis, las comunidades rurales son las primeras en sufrir, ya que no disponen de recursos para hacer frente a la situación provocada por el cambio climático y las hostilidades, y están excluidas del acceso a la financiación. Los pueblos indígenas también son víctimas de penurias, privaciones y abusos. Sin embargo, sus conocimientos sobre la gestión de los recursos naturales y su conexión con el medio ambiente pueden ayudar a conservar la biodiversidad.

Otro grupo desatendido es el de las mujeres, que son el sostén de más de la mitad de los hogares con inseguridad alimentaria en las zonas rurales, donde muchos jóvenes carecen de formación, recursos y oportunidades. Los jóvenes son el futuro de nuestras comunidades rurales, y encierran un importante potencial de innovación y cambio positivo.

Señor Presidente, esta situación nos impulsa a afrontar los problemas existentes, en particular el hambre y la pobreza, no aceptando estrategias abstractas o compromisos inalcanzables, sino cultivando la esperanza que brota de la acción colectiva. Trabajemos juntos para construir un sistema agrícola y alimentario más integrador. A ello contribuirán también los programas de investigación y tecnología que promuevan una agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente. También es esencial eliminar el despilfarro de alimentos y abogar por una distribución equitativa de los recursos. Sólo la inversión en transporte y almacenamiento puede reducir las pérdidas de los pequeños agricultores, que producen un tercio de los alimentos que se consumen cada día.

Invoco la ayuda divina sobre todos vosotros, para que la sabiduría, la empatía y el espíritu de cooperación leal y de servicio guíen vuestras deliberaciones a fin de que se eliminen las causas de la exclusión, la pobreza y la mala gestión de los recursos, así como los efectos de las crisis climáticas. Que vuestras propuestas y acciones reflejen los valores universales de justicia, solidaridad y compasión, y se orienten hacia el bien común y el trabajo por la paz y la amistad social, propiciando el cambio para el desarrollo integral de la humanidad.

Ciudad del Vaticano, 2 de febrero de 2024

FRANCISCO


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