MALAS VIBRACIONES DE FRANCISCO

Francisco debe haber escuchado demasiado a los Beach Boys, porque parece pensar que realmente existe algo así como las “buenas vibraciones”. En un papa, esto es toda una desgracia.


Los ateos “envían pensamientos positivos” porque quieren mostrarte que se preocupan por ti, aunque no tienen fe. Los chicos de la nueva era (es decir, los que hoy son muy viejos) pueden enviar “buenas vibraciones” porque piensan que esta misteriosa no-divinidad, “el universo”, transmitirá el mensaje.

Los cristianos oran por las personas que aman porque, al estar sus vidas centradas en Cristo, creen en el cielo ayudando providencialmente a aquellos por quienes han sido inspirados providencialmente a orar.

El cielo es central en la idea de orar. No está en ninguna parte del supuesto “envío” de estos “pensamientos” o “vibraciones”. El cristiano que ora por su amigo moribundo realmente lo está ayudando. El ateo que envía “buenas vibraciones” a su amigo moribundo solo se ayuda a sí mismo (a sentirse bien consigo mismo).

Francisco, siendo ateo, no entiende todo esto. Más importante aún, él no entiende (o pretende no entender) que un Papa que alienta a los ateos a “enviarle” lo que sea que los ateos pueden (no) “enviarle” es, de hecho, alentarlos en su ateísmo y validarlos en su incredulidad.

De nuevo: las oraciones funcionan y son útiles; los pensamientos felices no funcionan y son inútiles (solo para que el aspirante a cartero de pensamientos felices se sienta bien consigo mismo). Las buenas vibraciones solo se aplican a motocicletas, camionetas viejas y cosas por el estilo.

Francisco está totalmente dedicado a esta incredulidad. Quiere que sepas, a cada paso, que está totalmente sincronizado con su propia forma de pensar. Quiere hacerles saber a los ateos que están bastante bien en su ateísmo y que no tiene intención de hacer ningún intento de conversión.

Todo el mundo es maravilloso a su manera, especialmente si ladra por la “justicia social” o piensa que la creación de Dios puede estar en peligro por las vacas que se tiran pedos y los gases de escape de los coches. Estos son los temas que más le gustan a Francisco.

No hay célula en este hombre, ni una, que crea en Cristo.

Tengo mucho miedo de que muera en su incredulidad.

Veamos qué buenos “pensamientos felices” y “buenas vibraciones” le enviarán entonces.


Mundabor