miércoles, 2 de noviembre de 2022

UNA MISA NOVUS ORDO EN LA IGLESIA DE SAN PAOLO EN GÉNOVA

Publicamos un informe que una persona recopiló durante una misa novus ordo a la que casualmente asistía en la parroquia de San Paolo, vía Acquarone, en Génova. Esto ocurrió el día de la Fiesta de Todos los Santos, el 1 de noviembre de 2018.


Voy a enumerar una serie de "rarezas" (¿o debería decir "creatividad litúrgica"?) de las que fui testigo.

1) La iglesia, antes de la misa, parecía una pescadería, con pequeños grupos de personas de pie y sentadas hablando a los gritos de sus asuntos, niños corriendo de un lado a otro gritando, la banda (perdón, el coro) ensayando los himnos acompañados de guitarra, bajo eléctrico, violín y palmas, todo amplificado y distorsionado por la mala acústica de la sala.

2) Los monaguillos moviéndose en tropel de un lado a otro de la iglesia durante la celebración, quizás siguiendo al celebrante o quizás esperando sus instrucciones previas.

3) El "celebrante"... el "celebrante" que entró con su sobrepelliz y permaneció allí hasta las lecturas, y luego, aprovechó la "pausa" para ir a la sacristía a ponerse la casulla, incluso anunciando su maniobra.

4) El "celebrante", tras comenzar con la señal de la cruz, saludó: "¡Buenos días! Bienvenidos a la Fiesta de los Santos".

5) El "celebrante" que llenaba cada elemento de la liturgia con sus comentarios, ocurrencias, explicaciones, interrumpiendo al lector en cada lectura, interrumpiéndose a sí mismo, interrumpiendo la acción de la Gracia de Cristo con su presencia desbordante.

6) El "celebrante" que, durante la homilía, se paseaba entre los primeros bancos (ocupados por niños) haciendo preguntas, pasando el micrófono y enriqueciendo todo con sus "ocurrencias" para arrancar unas cuantas risas. Homilía-cuestionario, homilía-espectáculo, homilía-cabaret.

7) El bullicio era ruidoso y molesto, resultado de todos estos movimientos e intervenciones durante toda la celebración. Alguien pidiendo a su vecino de banco que repita la última línea del celebrante, alguien repitiéndosela, la banda tocando sus instrumentos, los monaguillos moviéndose de un lado a otro, nadie o casi nadie siguiendo lo que debería seguir, es decir, la misa.

8) Una oración eucarística "personalizada", fue distribuida en la iglesia. Allí se podía leer:

- un prefacio, nunca antes visto (¿inventado por el "celebrante"?)

- una oración eucarística, que me pareció una versión simplificada "para uso de los niños"

- las PALABRAS DE LA CONSAGRACIÓN, que contenían el añadido "ENTONCES LES DIJO:"... pero ¿para qué sirven?

- la parte que sigue a la Consagración, transformada en una especie de responsorio en el que la asamblea de fieles repetía unas cuantas veces la profundísima fórmula "Gloria a ti, Señor, que nos amas", y en todo caso modificada en tiempo real por el celebrante que no perdía ocasión para improvisar.

Don Franco Buono, el “celebrante” en cuestión

9) El "celebrante", que en el momento de la oración del Señor invitó "a quien quiera, especialmente a los niños" a subir al presbiterio, y rezar el Padre Nuestro con los reunidos unidos en un encadenamiento de manos.

10) El temido momento de la "señal de la paz", cuando los monaguillos y los niños que habían subido antes al altar se arremolinan entre los bancos para estrechar las manos de todos, con la asamblea hablando, riendo, comentando en voz alta, todo ello durante un buen par de minutos.

11) El "celebrante", que en el momento de la Comunión anuncia: "Quien quiera comulgar sin gluten, que se acerque y me lo diga en el acto", como si antes de él miles de creyentes celíacos hubieran muerto en el acto por comulgar con Partículas 'caducadas': ¿y si alguien quiere comulgar con una buena guarnición de papas fritas, o con un poco de salsa de carne?

12) La iglesia, en la acción de gracias final volvió a convertirse en un mercado ruidoso, entre los grupos de fieles que continuaban sus conversaciones, los niños que reanudaban sus juegos vociferantes, y la banda pegada al micrófono intentando hacer todo el ruido posible con sus instrumentos amplificados

No pude encontrar un momento de concentración para rezar, para estremecerme ante la venida de Nuestro Señor en Cuerpo y Sangre, para meditar sobre el significado de esta importante fiesta. Seguramente es culpa mía, pero el aire de esa iglesia olía muy poco a sagrado y demasiado a discoteca.


Una Vox


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