viernes, 9 de septiembre de 2022

LOS CURAS QUE VIENEN Y EL ESPEJISMO DE LA RENOVACIÓN

No hay peor error al prever el futuro que imaginarlo como una prolongación del presente. Los que mandan hoy, tienden a acercarse o entrar de lleno en una edad provecta, lo que les hace difícil aceptar el relevo generacional.

Por Carlos Esteban


Dicen que la ciencia avanza funeral a funeral, es decir, que las ‘vacas sagradas’ de cada disciplina impiden, mientras viven y mandan, que se esparzan y triunfen las nuevas ideas. Hace falta que esos mandarines abandonen sus puestos de poder -por jubilación o muerte- para que la generación siguiente tenga alguna oportunidad real de imponer una nueva visión.

En la “Iglesia de Francisco” -por usar una expresión terriblemente ambigua, pero muy empleada-, el cambio, la renovación y la apertura a las ‘sorpresas’, a la novedad, es la retórica dominante, pero tiene mucho de nota falsa, de espejismo. Y es que las novedades que se adelantan van siempre por la misma senda, en la misma dirección, la emprendida hace medio siglo y que encandiló a quienes hoy gobiernan y están ya más cerca de los ochenta que de los setenta.

Porque quienes hoy tratan de reavivar el cadáver de las primaveras eclesiales luchan en vano con la biología. Por poderoso que sea su dominio actual sobre el panorama eclesial, sus formas y sus deslices, no puede durar, y el testigo lo recogerán otros que no han tenido sus mismas experiencias históricas -¡aquel Mayo del 68!- y que quizá tampoco tengan intención de seguir por el mismo camino.

Por eso, la pregunta clave aquí es cómo son los sacerdotes que hoy se ordenan, y que mañana serán, algunos de ellos, obispos, cardenales y hasta Papas. Y, si tomamos en cuenta lo que declara un añoso abanderado de todas las renovaciones postconciliares, el padre Brendan Hoban, pieza clave en el ‘esfuerzo sinodal’ de la Iglesia en Irlanda, las noticias no son buenas.

Brendan Hoban

Lo dice, entre preocupado e indignado, en un video que, como suele decirse, de ha hecho viral en el rinconcito católico de las redes sociales. Su “causa de alarma” son los sacerdotes jóvenes. Se queja:
“Hablando de sacerdotes jóvenes, una de las dificultades que tenemos es el bajo número de vocaciones, otra dificultad es que las vocaciones que estamos teniendo… son como los sacerdotes de mi parroquia en los años 40 y 50: son “tradicionales”, quieren vestirse de negro, quieren ponerse la sotana, quieren hablar del pecado a la gente, quieren la Misa en Latín, quieren ponerse las vestiduras y todas esas cosas, como hacían hace 40, 60, 70 años. Por lo tanto, no tengo esperanza en los sacerdotes jóvenes. Preferiría que no los tuviéramos si es así, ya que la gente no sabe qué hacer con ellos”.
Hay esperanza.


InfoVaticana


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