domingo, 5 de mayo de 2024

5 DE MAYO: SAN PÍO V, PAPA Y CONFESOR


5 de Mayo: San Pío V, Papa y Confesor

(✞ 1572)

El gran Pontífice de la Iglesia, Pío V, de nombre Gisleri, fue natural de Bosco, Villa del estado de Milán, y nació de padres pobres en una humilde choza.

Pasaron por su pueblo dos Religiosos de Santo Domingo y viendo al niño Miguel, que así se llamaba, se le aficionaron por ver su buena inclinación y Miguel se aficionó a ellos; y así le llevaron consigo al convento de Voguera, de la provincia de Lombardía.

Convento de Voguera, hoy Iglesia de Santa María delle Grazie

Terminados sus estudios fue nombrado sucesivamente, Prior de varios conventos, Obispo de Nepi, Cardenal y finalmente, Soberano Pontífice.

Las ropas interiores que traía eran pobres y remendadas, la estameña de sus camisas era de la más áspera, y su mesa era tan parca como la de un pobre oficial.

Cuatro mil escudos gastaba cada año en casar huérfanas, visitaba él mismo los hospitales, y a sus deudos más cercanos, les dejó en el estado en que los halló.

Con cien mil ducados de gasto, resucitó en Roma el arte de tejer lanas para desterrar las telas de los extranjeros que sacaban el dinero de la ciudad.

Ofrecía un homicida diez mil ducados por librarse de la muerte a que estaba ya condenado, y respondió San Pío:

- Si con dinero se rescatase la vida, las penas solo se hicieran para los pobres.

Reformó el sacro Palacio y la ciudad de Roma, limpió de forajidos la Italia, solicitó que se coligasen los príncipes de Italia y España para hacer guerras contra los hugonotes, socorrió a Flandes contra los rebeldes a su Dios y a su rey, declaró a la reina Isabel de Inglaterra como hereje absolviendo a sus súbditos del juramento de fidelidad, esforzó a la reina de Escocia a la constancia en la fe, pacificó Polonia, y procuró unir a los príncipes cristianos contra los turcos, y por las oraciones del santo pontífice se alcanzó la insigne y milagrosa victoria naval de Lepanto.

Finalmente, hizo en seis años de Pontificado lo que era bastante para llenar un siglo; y a los setenta y ocho años de edad, recibió la corona inmortal por sus heroicas virtudes, apareciéndose a Santa Teresa de Jesús, con gran gloria y de camino para el cielo.

Lo enterraron en la capilla de San Andrés, donde grabaron este epitafio en mármol:
Pío V, Pontífice, Restaurador de la Religión y honestidad, establecedor de la rectitud y Justicia, renovador de la disciplina y costumbres, defensor de la cristiandad.
Habiendo dado leyes saludables, conservando a la Francia, coligado a los príncipes y conseguido la victoria sobre los turcos, en heroicos hechos e intentos en gloria de paz y guerra: “Máximo Pío Feliz y Optimo Príncipe”.

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