miércoles, 25 de marzo de 2020

PORTUGAL Y ESPAÑA, CONSAGRADAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Publicamos el texto de la consagración que ha sido leído por el cardenal Antonio dos Santos Marto, obispo de Leiria-Fátima y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, después del rezo del Santo Rosario.

Este miércoles, a las 19.30 horas (18:30 horas en las Islas Canarias), España y Portugal fueron consagrados al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Fátima, en una iniciativa que partió el viernes 20 de marzo de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) y a la que se adhirió la española el lunes. El acto será transmitido en directo por Radio María, COPE y Trece.

En las últimas horas, se han unido uniendo a la convocatoria hasta 20 episcopados de Europa (Polonia e Irlanda), América (Colombia, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Costa Rica y Paraguay, entre otros), África (Kenia, Zimbabue, entre otros).

La Consagración fue realizada, después del rezo del Santo Rosario, por el cardenal Antonio dos Santos Marto, obispo de Leiria-Fátima y vicepresidente de la CEP.

Éste ha sido el texto de la Consagración:

Consagración de la Iglesia en Portugal y España al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María

Corazón de Jesucristo, médico de las almas,
Hijo amado y rostro de la misericordia del Padre,
la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son Tuyas-
mira para Tu costado abierto, que es su fuente de salvación, y

Te suplica:
en esta singular hora de sufrimiento,
asiste a Tu Iglesia,
inspira a los gobernantes de las naciones,
escucha a los pobres y a los afligidos,
enaltece a los humildes y a los oprimidos,
sana a los enfermos y a los pecadores,
levanta a los abatidos y a los desanimados,
libera a los cautivos y prisioneros
y líbranos de la pandemia que nos afecta.
Corazón de Jesucristo, médico de las almas,
elevado en lo alto de la Cruz y palpado por los dedos del discípulo en la intimidad del cenáculo,
la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España --naciones que son Tuyas--

Te contempla como imagen del abrazo del Padre a la humanidad,
ese abrazo que, en el Espíritu del Amor, queremos darnos unos a otros
según Tu mandato en el lavatorio de los pies y te suplica:
en esta singular hora de sufrimiento,
ampara a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables,
conforta a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios cuidadores,
fortalece a las familias y refuérzanos en la ciudadanía y en la solidaridad,
sé la luz de los moribundos,
acoge en Tu reino a los difuntos,
aleja de nosotros todo mal
y líbranos de la pandemia que nos afecta.

Corazón de Jesucristo, médico de las almas e Hijo de Santa María Virgen,
por medio del Corazón de Tu Madre,
a quien se entrega la Iglesia que peregrina sobre la tierra
en Portugal y España -naciones que desde hace siglos son Suyas-
y en tanto otros países,
acepta la consagración de Tu Iglesia.

Al consagrarse a Tu Sagrado Corazón,
la Iglesia se entrega a la protección del Corazón Inmaculado de María,
configurado por la luz de Tu pascua y aquí revelado a tres niños
como refugio y camino que conduce a Tu Corazón.

Sea Santa María Virgen, Nuestra Señora del Rosario de Fátima,
la Salud de los Enfermos y el Refugio de tus discípulos nacidos junto a la Cruz de Tu amor.

Sea el Inmaculado Corazón de María, a quien nos entregamos, quien diga con nosotros:
en esta singular hora de sufrimiento,
acoge a los que perecen,
da aliento a los que a Ti se consagran
y renueva el universo y la humanidad.

Amén.


InfoCatólica


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