Por Carlos Esteban
Como es el caso reciente del padre Terry Keehan, de la parroquia de la Sagrada Familia de Inverness, en la Archidiócesis de Chicago. Como se muestra en un vídeo que se ha hecho viral en redes sociales, el padre Keehan no tuvo mejor ocurrencia que enarbolar una guitarra para bendecir con ella a su feligresía.
Durante la “bendición”, Keehan pidió a Dios que “rockee con nosotros”. Y continuó: “Canta tu canción en nosotros, para que podamos cantarla con otros”.
Luego, sostuvo una guitarra por el cuello, con el cuerpo de la guitarra hacia arriba, haciendo la señal de la cruz con la guitarra mientras decía: “El Señor está con vosotros. El Dios Todopoderoso nos bendiga hoy, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.
Cada día que pasa queda más patente que la intención de Traditionis custodes y de su addenda, las Responsa ad Dubia, difícilmente podía tener como objetivo la “unidad de rito” en la Iglesia cuando se actúa implacable contra quienes desean asistir a celebraciones tradicionales, las mismas que han alimentado la fe del pueblo católico durante siglos, y se pasa alegremente por alto los ‘ad libitum’ más irrespetuosos, caprichosos y pueriles que son la norma en tantas parroquias.
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