jueves, 10 de febrero de 2022

EL CIRIO DEL SANTUARIO SE HA APAGADO… TAL COMO LO PREDIJO NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO

Los acontecimientos actuales muestran que el "futuro" profetizado por Nuestra Señora se ha convertido en el "presente". 

Por Jon Paul Fabrizio


Las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso en Quito, Ecuador, durante los siglos XV y XVI están llenas de numerosas profecías que hablan de la decadencia moral que caracterizaría nuestros tiempos. En una de esas ocasiones, la Virgen se apareció a la abadesa del convento, la Madre Mariana de Jesús Torres. Ella hizo profecías que presentan una analogía que simboliza un futuro espantoso.

La visión comenzó cuando la Madre Mariana terminó sus oraciones a las tres de la mañana. Cuando se preparaba para salir del coro, se dio cuenta de que la lámpara del santuario se había apagado. Cuando la abadesa bajaba para volver a encenderla, la Virgen se le apareció de repente.

La Santísima Virgen se acercó a su hija con serenidad. Le dijo por qué se había apagado el cirio del santuario. No se trataba de una mera circunstancia, sino de una prefiguración de ciertos males que afligirían a la Iglesia en los siglos venideros. Habló de cinco descuidos específicos que causarían mucho sufrimiento a los pocos fieles que quedaran en esos tiempos.

Los acontecimientos actuales muestran que el "futuro" se ha convertido en el "presente". 


1. Las herejías convencionales infligirán calamidades generalizadas


Nuestra Señora advirtió por primera vez a la Madre Mariana que durante los siglos XIX y XX, numerosas herejías serían "propagadas en estas tierras". Extinguirían la "preciosa luz de la fe" en las almas. Todos los aspectos del cuerpo y del alma sufrirían lo que Nuestra Señora llamó un "martirio indecible y prolongado". Estas pruebas causarían la muerte de muchos que serían "contados entre los mártires que se sacrificaron por la Iglesia y la patria."


Esta propagación de la herejía está claramente activa en nuestros tiempos. En Ecuador, en 1905 subieron al poder líderes liberales que introdujeron religiones extranjeras en el país. Sin embargo, la principal amenaza provenía de las corrientes liberales dentro de la Iglesia, que promovían las herejías modernistas en Ecuador. Los obispos promovieron la reforma agraria y emplearon tácticas de lucha de clases para impulsar los errores liberales bajo la apariencia de una reforma social. Estas tácticas atacaban la fe sin que la gente lo percibiera.

Maniobras similares se dieron también en otros países. Los católicos devotos de todo el mundo se encuentran a menudo en desacuerdo con algunos líderes eclesiásticos que se ponen del lado de los movimientos anticatólicos. Estos líderes aprueban movimientos marxistas como Black Lives Matter mientras minimizan la importancia de las causas católicas como la Marcha por la Vida. El debate sobre los políticos pro-aborto y la Sagrada Comunión es un caso claro en el que las ideas liberales se han infiltrado en las estructuras de la Iglesia.


2. Las vocaciones disminuirán por los imprudentes superiores religiosos

En segundo lugar, Nuestra Señora lamentó una disminución de las vocaciones que se avecinaba y que dejaría a los que quedaran "sumergidos en un mar sin fondo de problemas indecibles". La falta de juicio de los superiores religiosos haría a los novicios "volver a la Babilonia del mundo". Una vez que volvieran, se convertirían en "agentes del mal para la corrupción de las almas".


Esta decadencia y negligencia están muy avanzadas hoy. Numerosos titulares destacan la caída en picada del número de vocaciones a la vida religiosa. La gente lo achaca a la enseñanza "arcaica" de la Iglesia, mientras hace oídos sordos a esta profecía de la Virgen del Buen Suceso.

A los jóvenes religiosos se les dice que se conformen con el mundo en lugar de convertirlo. Deben acoger el pecado junto con el pecador. Amonestar al pecador es una obra de misericordia espiritual, que ahora se considera un acto de indecible crueldad. Con semejante preparación para entrar en la vida religiosa, ¿es de extrañar que ningún novicio abandone la Babilonia para la que ha sido formado?


3. Una cultura de la impureza contaminará el aire

El tercer significado de la lámpara que se apaga es particularmente relevante para nuestros tiempos. Nuestra Señora citó la "atmósfera envenenada de impureza que reinará en ese tiempo como un mar inmundo". Advirtió que quedarían pocas almas vírgenes, mientras que la mayoría se negaría a ejercer el autocontrol.


Esta cultura domina ahora en todo el mundo. El divorcio no sólo es normal, sino que es lo esperable. El matrimonio es despreciado por la mayoría, incluidos los católicos. El único impulso principal para defender el "matrimonio" es un esfuerzo blasfemo para hacer que el pseudomatrimonio entre personas del mismo sexo sea aceptado universalmente.

Este esfuerzo ha progresado inmensamente con poca resistencia entre el clero.


4. La destrucción de la juventud destruirá el sacerdocio

A continuación, Nuestra Señora del Buen Suceso advirtió que las vocaciones al sacerdocio disminuirán debido al "poder de las sectas y su capacidad para penetrar en los hogares y las familias". Este poder subvertiría la belleza de la inocencia que se encuentra en los corazones de los niños. Debido a esta corrupción, el clero secular se centraría en su propia riqueza y comodidad más que en su ministerio.


Esta acción contra la inocencia de la juventud también está muy avanzada. Los medios sociales, Internet y la educación secular subvierten las mentes de los niños, preparándolos así para abrazar y participar en una cultura de pecado. La desensibilización de los jóvenes ante el pecado ha reducido el número de sacerdotes al mínimo, y los que se ordenan no suelen ver la necesidad de luchar contra esta cultura.

La pérdida de vocaciones entre los jóvenes muestra que esta profecía está teniendo lugar.


5. Se negará la ayuda económica a la causa de Cristo

La última negligencia revelada por la analogía de la vela del santuario se refiere a "los que poseen grandes riquezas que se quedarán indiferentes y serán testigos de la opresión de la Iglesia". En lugar de utilizar los medios que Dios les ha dado para devolverle a Él, no hacen nada o contribuyen a la causa del diablo.

En nuestros tiempos, esto está sucediendo. A menudo oímos hablar del millonario que despilfarra su dinero en placeres mundanos y pecaminosos mientras que nunca contribuye a una causa virtuosa. Esta actitud es de amor propio. En lugar de rendir a Dios lo que es justamente suyo, el rico egoísta busca recibir su recompensa en esta tierra. Luchar contra esta cultura del pecado es la menor de sus preocupaciones.

Una fortuna no es pecaminosa, pero el mal uso lleva a la perdición. Estas personas están llamadas a prestar una mayor ayuda a la Fe, y su incumplimiento prolonga el triunfo del pecado en nuestro tiempo.


Con estas perspectivas abismales, debemos confiar


Después de haber dicho esto, la aparición terminó, y la Virgen dejó a la Madre Mariana para que reflexionara sobre todo lo que acababa de suceder. En este momento, muchos pensamientos angustiosos comenzaron a llenar su santa mente de dolor. Un gran número de almas se perdería; la Iglesia y muchos países estarían expuestos a una agonía intolerable; las naciones se enfrentarían a castigos catastróficos. Estas reflexiones fueron demasiado para que la abadesa pudiera soportar, y se derrumbó como resultado de su dolor.

Tal reacción es poco probable en el hombre contemporáneo. Nos hemos acostumbrado a una cultura tan impregnada de estas ofensas que disminuye la cantidad de horror que deberíamos tener por ellas.

La madre Mariana nunca experimentó esta normalización de la inmoralidad. Por ello, su reacción fue proporcional. Rezaba, lloraba y hacía penitencia por los atropellos y castigos que se le revelaban. Esta era su vocación, y la cumplió en grado heroico.

Sin embargo, nuestros tiempos requieren un componente adicional. Debemos responder a la tentación de que el retorno a Dios es imposible, confiando cada vez más en Dios y en la Virgen.

Debemos confiar en que Ella librará a sus hijos fieles de las trampas de Satanás. Debemos estar seguros de que llegará el momento en que Ella intervenga y ponga fin a la aflicción causada por la corrupción de nuestros días.

Cuando dudemos, debemos recordar la promesa de Nuestra Señora del Buen Suceso cuando dijo: "Yo, de manera maravillosa, destronaré al orgulloso y maldito Satanás, pisoteándolo bajo mi talón y encadenándolo en el abismo infernal, liberando finalmente a la Iglesia y al país de su cruel tiranía."


Tradition, Family & Property


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