Este fallo anuló muchas leyes federales y estatales sobre el aborto, y provocó un debate nacional en Estados Unidos sobre si el aborto debe ser legal y hasta qué punto, quién debe decidir la legalidad del aborto, qué métodos debe utilizar la Corte Suprema en la adjudicación constitucional y cuál debe ser el papel de las opiniones religiosas y morales en la esfera política.
El caso Roe v. Wade reconfiguró la política estadounidense, dividiendo a gran parte de los Estados Unidos en movimientos a favor y en contra del aborto, a la vez que activó movimientos de base en ambos bandos.
La decisión se refería al caso de Norma McCorvey -conocida en su demanda con el seudónimo de "Jane Roe"- que en 1969 quedó embarazada de su tercer hijo. McCorvey quería abortar, pero vivía en Texas, donde el aborto era ilegal, excepto cuando era necesario para salvar la vida de la madre. La remitieron a las abogadas Sarah Weddington y Linda Coffee, que presentaron una demanda en su nombre ante un tribunal federal de Estados Unidos contra el fiscal del distrito local, Henry Wade, alegando que las leyes de aborto de Texas eran inconstitucionales.
La decisión se refería al caso de Norma McCorvey -conocida en su demanda con el seudónimo de "Jane Roe"- que en 1969 quedó embarazada de su tercer hijo. McCorvey quería abortar, pero vivía en Texas, donde el aborto era ilegal, excepto cuando era necesario para salvar la vida de la madre. La remitieron a las abogadas Sarah Weddington y Linda Coffee, que presentaron una demanda en su nombre ante un tribunal federal de Estados Unidos contra el fiscal del distrito local, Henry Wade, alegando que las leyes de aborto de Texas eran inconstitucionales.
Un panel de tres jueces del Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Norte de Texas vio el caso y falló a su favor. El Estado de Texas apeló entonces esta sentencia directamente ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
En enero de 1973, el Tribunal Supremo emitió una decisión de 7 a 2 en la que dictaminaba que la Cláusula del Debido Proceso de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos proporciona un "derecho a la intimidad" que protege el derecho de una mujer embarazada a elegir si quiere o no abortar. Pero también dictaminó que este derecho no es absoluto, y que debe sopesarse con los intereses del gobierno en la protección de la salud de la mujer y la protección de la vida prenatal.
En enero de 1973, el Tribunal Supremo emitió una decisión de 7 a 2 en la que dictaminaba que la Cláusula del Debido Proceso de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos proporciona un "derecho a la intimidad" que protege el derecho de una mujer embarazada a elegir si quiere o no abortar. Pero también dictaminó que este derecho no es absoluto, y que debe sopesarse con los intereses del gobierno en la protección de la salud de la mujer y la protección de la vida prenatal.
La Corte resolvió esta prueba de equilibrio vinculando la regulación estatal del aborto a los tres trimestres del embarazo: durante el primer trimestre, los gobiernos no podían prohibir el aborto en absoluto; durante el segundo trimestre, los gobiernos podían exigir regulaciones sanitarias razonables; durante el tercer trimestre, los abortos podían prohibirse por completo siempre que las leyes contuvieran excepciones para los casos en que fueran necesarios para salvar la vida o la salud de la madre.
La Corte calificó de "fundamental" el derecho a decidir abortar, lo que obligaba a los tribunales a evaluar las leyes de aborto impugnadas bajo el criterio de "escrutinio estricto", el nivel más alto de revisión judicial en Estados Unidos.
Roe fue criticado por algunos miembros de la comunidad jurídica estadounidense, algunos miembros de dicha comunidad han calificado la decisión como una forma de activismo judicial.
Roe fue criticado por algunos miembros de la comunidad jurídica estadounidense, algunos miembros de dicha comunidad han calificado la decisión como una forma de activismo judicial.
La Corte Suprema revisó y modificó los dictámenes jurídicos de Roe en su decisión de 1992 Planned Parenthood v. Casey.
En el caso Casey, la Corte reafirmó la posición de Roe de que el derecho de la mujer a decidir abortar está constitucionalmente protegido, pero abandonó el marco trimestral de Roe a favor de un criterio basado en la viabilidad del niño por nacer y anuló el requisito de Roe de que las regulaciones gubernamentales sobre el aborto se revisen bajo el criterio de escrutinio estricto.
Historia del caso
En 1970, las abogadas recién graduadas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, Linda Coffee y Sarah Weddington, presentaron una demanda en Texas representando a Norma L. McCorvey (“Jane Roe”). McCorvey sostenía que su embarazo había sido “producto de una violación”. El fiscal de distrito del Condado de Dallas, Texas, Henry Wade, que representaba al Estado de Texas, se oponía al aborto. El Tribunal del Distrito falló a favor de Jane Roe, pero rehusó establecer una restricción en contra de las leyes sobre aborto.
El caso fue apelado en reiteradas oportunidades hasta que finalmente llegó a la Corte Suprema de los Estados Unidos, la que finalmente en 1973 decidió que la mujer, amparada en el derecho a la privacidad —bajo la “cláusula del debido proceso” de la Decimocuarta Enmienda— podía elegir si continuaba o no con el embarazo; ese derecho a la privacidad se consideraba un derecho fundamental bajo la protección de la Constitución de los EE.UU. y por lo tanto, no podía legislarse en su contra por ningún estado.
“Jane Roe” dio a luz a su hija mientras el caso aún no se había decidido. La bebé fue dada en adopción.
Historia del caso
En 1970, las abogadas recién graduadas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, Linda Coffee y Sarah Weddington, presentaron una demanda en Texas representando a Norma L. McCorvey (“Jane Roe”). McCorvey sostenía que su embarazo había sido “producto de una violación”. El fiscal de distrito del Condado de Dallas, Texas, Henry Wade, que representaba al Estado de Texas, se oponía al aborto. El Tribunal del Distrito falló a favor de Jane Roe, pero rehusó establecer una restricción en contra de las leyes sobre aborto.
El caso fue apelado en reiteradas oportunidades hasta que finalmente llegó a la Corte Suprema de los Estados Unidos, la que finalmente en 1973 decidió que la mujer, amparada en el derecho a la privacidad —bajo la “cláusula del debido proceso” de la Decimocuarta Enmienda— podía elegir si continuaba o no con el embarazo; ese derecho a la privacidad se consideraba un derecho fundamental bajo la protección de la Constitución de los EE.UU. y por lo tanto, no podía legislarse en su contra por ningún estado.
“Jane Roe” dio a luz a su hija mientras el caso aún no se había decidido. La bebé fue dada en adopción.
Roe v. Wade, 410 U.S. 113 (1973) fue decidido finalmente por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, dando lugar a una decisión histórica en materia de aborto. Según esta decisión, “la mayoría de las leyes contra el aborto en los Estados Unidos violaban el derecho constitucional a la privacidad bajo la "cláusula del debido proceso"” de la “Decimocuarta enmienda” de la Constitución. La decisión obligó a modificar todas las leyes federales y estatales que proscribían o que restringían el aborto y que eran contrarias a la nueva decisión.
Conversión de Norma L. McCorvey
A mediados de la década de 1990, McCorvey tuvo su conversión religiosa pública, cambió completamente y renegó de su pasado. Renunció a su trabajo en la clínica de abortos, dijo ser una lesbiana convertida y se presentó ante la Corte Suprema de su país para que reviera el histórico fallo que la involucraba.
El fallo, las circunstancias de hecho para que el mismo fuera analizado, se basó -se supo varios años después- en hechos que nunca ocurrieron. Norma no había sido violada. Las abogadas con intención de que su caso tuviera posibilidades e implicancias posteriores le hicieron declarar a Norma algo que nunca había sucedido. Sin embargo, la postura de Norma McCorvey al solicitar esta revisión se basaba en su cambio de parecer: afirmaba que el caso debía ser reabierto porque ella ahora sabía del daño que provocaba el aborto, tanto al niño por nacer como a las mujeres. La Corte desestimó su solicitud.
Norma McCorvey murió a principios del 2018. Tenía 70 años. Pasó de ser un elemento imprescindible para la legalización del aborto a un icono provida.
Los grupos provida intentaron exponer su caso, dar a conocer los hechos reales como mejor argumento para mostrar que todo había sido una mentira para lograr el efecto deseado: el genocidio del aborto.
Sin embargo, los verdaderos cerebros detrás de las políticas de despoblación se ocuparon de “acallar” los medios de comunicación ($$$) para que las palabras de Norma no tuvieran la difusión necesaria.
En 2020, se estrenó "AKA Jane Roe". Allí McCorvey se vuelve hacia la cámara con un tubo de oxígeno colgando de la nariz y le dice al director Nick Sweeney: "Esta es mi confesión en el lecho de muerte".
Ella le dijo a Sweeney, en una escena filmada en 2017. “Tomé su dinero y me pusieron frente a la cámara y me dijeron qué decir, y eso es lo que diría”.
“¿Fue todo un acto?” pregunta el director.
“Sí”, dice ella. “Yo también era buena en eso”.
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