lunes, 1 de marzo de 2021

POR QUÉ SAN JUAN BAUTISTA ES UN MODELO PARA QUIENES TIENEN EL VALOR DE DECIR NO

Hay una crisis universal dentro de la sociedad actual que busca derrocar todas las cosas cristianas. El pensador católico Plinio Corrêa de Oliveira llamó a esta crisis universal la “Revolución” (con R mayúscula). Sostuvo que las dos fuerzas impulsoras de esta Revolución son los vicios del orgullo y la sensualidad. 

Por Plinio Corrêa de Oliveira


Los siguientes comentarios muestran cómo San Juan Bautista es un modelo para todos aquellos que desean oponerse hoy a esta Revolución, especialmente en la lucha contra sus dos vicios centrales.
Allanando las montañas del orgullo y llenando los valles de la impureza, San Juan Bautista es un modelo de los que dicen NO a la actual Revolución contra el cristianismo.

San Juan Bautista le dijo entonces a Herodes lo que hoy nadie se atreve a decirle a la Revolución: No te es lícito hacer lo que estás haciendo. No puedes hacerlo.

Le dijo a Herodes en la cara: no te es lícito tomar por esposa a la esposa de tu hermano. Por lo tanto, Herodes vivió en adulterio con esta mujer. Al denunciarlo, San Juan Bautista pagó con la cabeza.

El santo también fue modelo de penitencia. El padre Louis-Claude Fillion comenta que San Juan fue llamado a preparar las almas para recibir a Nuestro Señor nivelando las colinas, que simbolizaban la ruptura del orgullo. Además, llenó los valles, lo que significó la eliminación de la impureza. Así, su papel fue eliminar los dos principales defectos que son las causas de la Revolución contra el cristianismo.

Aquel que pisoteó el orgullo y la impureza fue también un magnífico modelo de valentía. Ni siquiera temía la muerte por decapitación que finalmente sufrió.

Algunos dirán que al terminar muerto, fracasó en su misión.

San Agustín responde a esta pregunta imaginando la magnífica escena en la que se lleva la cabeza de San Juan Bautista a Herodes. El tirano mira esos ojos cerrados. San Agustín observa que nunca una mirada humana había penetrado tan profundamente en los ojos de Herodes como la mirada de esos ojos cerrados y muertos.

Este hombre derribó la impureza y luchó contra el orgullo. Él dijo verdades a los impíos y cortó el camino de su iniquidad. Este profeta-santo fue verdaderamente digno de ser el precursor de Nuestro Señor Jesucristo.

Recemos a San Juan Bautista, pidiéndole que odiemos los dos vicios del orgullo y la impureza que son los dos principales vicios de la Revolución. Pidamos su coraje para decirle toda la verdad a cualquiera sin importar las circunstancias.

Este texto fue tomado de una reunión del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira el 24 de junio de 1965. Ha sido ligeramente adaptado y editado para su publicación.


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