Un artículo escrito por Carlos Ruiz Miguel, Catedrático de Derecho Constitucional. Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela
I. EL COVIDIANISMO: BREVE INTENTO DE DEFINICIÓN
Por «covidianismo» nos referimos a una ideología que sitúa una supuesta protección de la «salud» como argumento último para ordenar las relaciones políticas, económicas, culturales o sociales.
En la base de esta ideología hallamos un «relato» o «construcción ideológica» sobre el supuesto «daño» a la salud construido a partir de una peculiar noción de «contagios» contabilizada mediante los «positivos» en pruebas PCR. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que las pruebas PCR practicadas a un elevado número de personas no ofrecen resultados fiables. Pero precisamente el ocultamiento de esos números sirve para poder aumentar el número de «positivos» que justifican las medidas impuestas por la ideología covidiana. A esta ideología también se la ha descrito como «barbarie sanitarista».
II. LAS IDEOLOGÍAS QUE HAN SUCUMBIDO AL COVIDIANISMO
1) El “liberalismo”
No ha resistido ni un asalto: ni en términos de defensa de la la libertad política, ni de la libertad económica, ni de la libertad social.
Asistimos a la más brutal y drástica operación de recorte de la libertad política desde la época de entreguerras y el fin de la Segunda Guerra Mundial, con el agravante de que si aquellas operaciones (fascismo y comunismo) tuvieron un alcance limitado a sólo ciertos países, el covidianismo alcanza a todo Occidente con apenas la excepción de Suecia y poco más.
Qué decir de la libertad económica… ¿quien se acuerda de la ofensiva «liberal» a favor de la libertad de horarios comerciales? ¿Cuantos de esos «liberales» han recurrido o denunciado las restricciones de horarios, o los cierres de negocios ordenados bajo la cobertura de la ideología covidiana?
Y lo mismo puede decirse de la libertad social. Las restricciones llegan al extremo de limitar las reuniones familiares en los domicilios privados. ¿Cabe mayor aberración?
2) El “socialismo” (y el “comunismo” si eso sigue existiendo)
Tampoco ha resistido mucho. Es notorio que ni desde posiciones «socialistas» o «socialdemócratas», ni mucho menos desde posiciones «comunistas» se han presentado iniciativas para “nacionalizar” las fábricas de «tapabocas», ni las de “EPIs”, ni las de las empresas que fabrican «tests» de detección del virus. No sólo eso, los gobiernos «socialistas» o «social-comunistas» (¿?) no dudan en sumarse a los programas de compras de “vacunas” de las multinacionales occidentales al tiempo que retrasan u obstaculizan la compra de «vacunas» producidas en otros países, como en Rusia….
3) La “democracia cristiana”
Se puede decir que ya estaba muerta antes de la crisis del coronavirus… Lo cierto es que aunque el país más importante de Europa (Alemania) está gobernado (en coalición) por una canciller «democristiana» esto no ha afectado de modo significativo a las medidas impuestas para «hacer frente» a esta crisis «sanitaria».
4) El “islamismo”
Es llamativo que una ideología que parecía tan pujante esté «desaparecida» en esta crisis. Se puede discutir si esto es un cálculo táctica o es una estrategia, pero el hecho es que el islamismo ha desaparecido ante el covidianismo. No consta una sola protesta islamista contra estas medidas. Sin embargo, es importante señalar que los religiosos ortodoxos judíos en Israel han opuesto una activa resistencia a las medidas covidianas impuestas por el primer ministro de ese país.
Y lo que es más sorprendente. Hasta parece que los “peligrosísimos” “yihadistas” deben haber cogido miedo al virus y no aprovechan el poder ir embozados para atentar.
5) El «nacionalismo»
A pesar de algunos matices que luego comentaré es un hecho que los «nacionalismos» se han plegado también al covidianismo. Baste ver en España el caso del nacionalismo separatista gallego del «Bloque nacionalista galego» para comprobar cómo su lideresa reprocha al presidente regional de Galicia ser poco covidiano y le exige imponer medidas aún más duras para «luchar» contra el virus.
III. ¿QUÉ IDEAS O TEORÍAS POLÍTICAS TODAVÍA TRATAN DE RESISTIR AL EMPUJE DEL COVIDIANISMO?
Sólo dos ideas políticas parecen haber resistido, al menos en términos conceptuales, al covidianismo: anarquismo y tradicionalismo. Pero ambas presentan problemas estructurales para hacer frente con éxito a esta marea.
1. El «anarquismo»
Los movimientos anarquistas han ofrecido cierta resistencia sobre todo en Alemania y en los países del Norte de Europa. También en EEUU combinado con elementos del «anarcocapitalismo».
Ahora bien, en su tarea de resistencia los movimientos anarquistas se encuentran con una considerable dificultad objetiva. Y es que el desarrollo técnico ha permitido que estemos ante las organizaciones políticas dotadas del mayor poder de control de la población que ha conocido la Historia de la Humanidad.
2. El «tradicionalismo»
En términos objetivos el «tradicionalismo» constituye la idea política que con más base puede hacer frente, conceptualmente, al covidianismo. Dado que el covidianismo está destruyendo todas las relaciones políticas, económicas y sociales existentes hasta ahora, el tradicionalismo puede oponer una visión alternativa clara: el mundo «de antes» en el que había libertad política, libertad económica, libertad social y donde había unos criterios de ética que no estaban definidos por la «salud» corporal sino por la consideración del ser humano como ser corporal y espiritual.
Pero si objetivamente el «tradicionalismo» tiene un punto de partida que puede ser aún más sólido que el del anarquismo cuenta con un problema que no tiene el anarquismo. Éste por definición no confía su fuerza en una instancia moral organizada, pero el tradicionalismo sí. Esa instancia era la Iglesia Católica, como representante visible de Cristo. Sin embargo, bajo la dirección de Jorge Mario Bergoglio la Iglesia Católica ha renunciado a ofrecer la más mínima resistencia al covidianismo. La falta de apoyo de la dirección vaticana de la Iglesia deja al «tradicionalismo» muy debilitado para oponer resistencia.
El Diestro
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