viernes, 27 de noviembre de 2020

EL PAPA ENVIA UNA CARTA A UNA DIPUTADA ARGENTINA EN DEFENSA DE LA VIDA

Su Santidad ha querido intervenir en el debate que se lleva a cabo en su patria sobre la inminente aprobación del aborto provocado con una carta dirigida implícitamente al presidente argentino, Alberto Fernández, en la que hace una defensa de la vida del no nacido.

Por Carlos Esteban


“Hace bien hacerse las dos preguntas” frente a la controversia, escribe Francisco en su carta: “¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?”.

La carta, una versión escaneada de un texto escrito a mano remitido por correo electrónico a la diputada provida Victoria Morales Gorleri, responde a otra que le enviaron días pasados mujeres de las villas Rodrigo Bueno y 31 de Retiro, de la ciudad de Buenos Aires, y de José León Suárez, en el conurbano, en la que le pedían que intercediera contra la iniciativa legal que fue girada la semana pasada al parlamento por el presidente de la Nación, informa el diario argentino Clarín.

El Santo Padre recuerda en la misiva que el aborto “no es un asunto primariamente religioso”, sino “de ética humana, anterior a cualquier confesión religiosa”, en lo que pareció una respuesta a Alberto Fernández, que en una entrevista el domingo dijo al defender el proyecto que él no solo es el presidente de sus compatriotas católicos, sino de todos los argentinos.

La dura y clarificadora comparación del aborto provocado con la contratación de asesinos profesionales para acabar con una vida humana no es nueva en el Papa, que ya la ha usado al menos en una ocasión anterior, y parece indicar la firme postura del Santo Padre contra una de las peores masacres silenciosas de nuestra era.

También parece contrastar con otros gestos del Santo Padre, empezando por esas declaraciones de inicios de su pontificado sobre que los católicos “no debemos obsesionarnos” con la batalla cultural en asuntos de vida y familia, siguiendo por el escaso énfasis en asunto tan grave en comparación con otros más que suficientemente cubiertos por numerosas instancias de poder, como la ecología o la inmigración masiva, y terminando por su mal disimulado apoyo en las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas al candidato más entusiastamente abortista, el demócrata Joe Biden.

Porque si, en efecto, el aborto provocado y legal es como contratar a un sicario para que cometa un asesinato con la protección plena de la ley, quienes lo fomentan, protegen, financian y amplían están, de hecho, multiplicando los asesinatos legales por encargo hasta llegar a cifras aterradoras. ¿Cómo podría eso ser una cuestión programática más, compensable con fronteras abiertas o la firma del (inoperante) Acuerdo del Clima de París?





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