lunes, 9 de septiembre de 2019

¿RACISMO BLANCO? – I

Hombres Gentiles Blancos, la respuesta está en ustedes.
Por toda la humanidad, ¡Dios les dio trabajo que cumplir!


La raza de los hombres blancos, como se les llama, dispersos por toda la faz de la tierra, pero especialmente concentrados en Europa, está sufriendo actualmente desprecio y persecución en toda la faz de la tierra. ¿Y de quién es la culpa? En primer lugar, es culpa de los mismos blancos o europeos.

El “racismo”, como se le llama, o antagonismo entre las diversas razas humanas, es ciertamente un problema humano, que despierta todo tipo de pasiones humanas, y así como todos los problemas verdaderamente humanos que no son sólo problemas materiales o mecánicos, tiene necesariamente una dimensión religiosa. Hoy la última dirección en la que los hombres se volverán para resolver un problema humano es hacia Dios, y sin embargo Dios será la verdadera solución. Pero como los hombres no se dirigen a Dios, entonces los problemas permanecen básicamente insolubles, y el mundo de hoy está en un caos cada vez mayor. Entonces, ¿cómo es que volverse hacia Dios resuelve el problema actual del “racismo”?

Es Dios y sólo Dios quien crea el alma de cada uno de los hombres que ha vivido, y Él los crea con una gran variedad, para componer lo que para Él es la sinfonía de la humanidad. Ahora, Él crea individuos con dones naturales inmensamente diferentes, como cada padre debe reconocer cuando observa cuán completamente diferentes son los dones, el temperamento y el carácter de sus propios hijos – no hay dos que sean iguales. ¿Y ellos mismos crearon esa variedad? Obviamente no. La única decisión natural que tenían los padres era tener un hijo (abortar tal o cual hijo en el vientre materno es una decisión sumamente antinatural). Dios hizo el resto. Ahora bien, la variedad que viene de Dios incluye claramente la desigualdad. Por ejemplo, los padres están obligados a reconocer la absoluta desigualdad de los dones entre sus propios hijos: algunos pueden ser mucho más dotados que otros. Puede ser que los padres no hayan querido esta desigualdad, pero ¿podrían haber hecho algo al respecto? Obviamente no. Es Dios quien decide – naturalmente – incluso el sexo de sus hijos.

Tampoco es injusta esta desigualdad de dones, porque los hijos realmente privilegiados son aquellos que llegarán al Cielo por medio de dones sobrenaturales, que requieren que el niño mismo coopere con la gracia de Dios, y esa cooperación no tiene nada que ver necesariamente con los dones naturales. El infierno, ha dicho alguien, está lleno de talentos, mientras que el cielo está lleno de virtudes. Además, los dones que Dios otorga a un niño corresponden obviamente a la parte que Dios quiere que él desempeñe en la sinfonía de la humanidad. El niño debe hacer aquello para lo que está dotado.

Ahora bien, como con los individuos, así también con las familias, los pueblos, las provincias, las naciones y las razas. Las familias son diferentes entre sí, y desiguales. Las ciudades, provincias, naciones y razas son todas diferentes y desiguales, y en cada caso con una mezcla variable de naturaleza por parte de Dios y crianza por los hombres. En la medida en que son formados por los hombres, la intención de Dios al permitir esta crianza es que, con sus diversos dones, todos ejerzan la caridad y se cuiden los unos a los otros. Por ejemplo, que esta ciudad ayude a su vecino inundado, que esta provincia provea a los artistas, que esta nación lidere el mundo, que esta raza sirva a la Iglesia. Ahora bien, ¿no está claro que por muchos siglos de historia, la raza blanca ha tenido, no en exclusiva, especiales dones naturales y sobrenaturales de Dios para servirle a Él, y para extender Su Iglesia por todo el mundo? Tampoco es injusto, porque el uso que los blancos hacen de estos dones depende de ellos mismos. Tienen libre albedrío para usar o abusar de sus dones, pero en cualquier caso tienen una misión de Dios. Si hacen el uso correcto de estos dones, beneficiarán al mundo entero. Si abusan de estos dones, Dios los castigará especialmente.

¿Y de qué le sirven hoy a los blancos los dones que Dios les ha dado? ¿No han estado alejándose de Él lenta pero constantemente durante muchos cientos de años? ¿Y no están ahora orgullosos de su ateísmo? ¿Es entonces sorprendente si Dios hace uso de todas las otras razas, naciones, etc., para castigar a los blancos siendo despreciados y perseguidos por el resto de la humanidad? En la visión de Dios, ¿no han traicionado los hombres apóstatas a las mujeres a las que deben guiar (al Cielo); no han traicionado los blancos apóstatas a todas las demás razas; no han traicionado finalmente los gentiles apóstatas a los judíos por medio del Concilio Vaticano II… ? Entonces, ¿quién se sorprende por la furia actual del “feminismo”, del “racismo” y del “antisemitismo”?

Kyrie Eleison.

Non Possumus

No hay comentarios: