viernes, 13 de septiembre de 2019

EL PEQUEÑO PROBLEMA

Internet está demasiado atomizado para ser controlado. Es como tratar de detener una marea con las manos. Internet permite a las personas conocer los hechos, leer los comentarios sobre ellos y formarse su propia opinión. Realmente no hay nada que puedan hacer contra eso.

Por Mundabor

Sí, las Tropas papólatras de Francisco (o debo decir las tropas auxiliares del Gaystapo) están usando el “cisma” como un insulto a los católicos decentes.

El juego es muy simple: tomas algo muy normal como ser católico y lo conviertes en un insulto: “cismático”. Haces esto una y otra vez. Tienes a tus amigos en la prensa haciendo eco del término. Y en algún momento, se convierte en la norma.

Esto incluye: “crímenes de odio”, “noticias falsas” y el rey de todos ellos, “la homofobia”.

Es un viejo juego practicado por comunistas y nazis por igual.

De nuevo, necesitas la prensa. Las Tropas de Francisco hacen todo lo que pueden.

Sin embargo, hay un pequeño problema: ni Stalin ni Hitler tuvieron que lidiar con Internet.

Internet está demasiado atomizado para ser controlado. Es como tratar de detener una marea con las manos. Internet permite a las personas conocer los hechos, leer los comentarios sobre ellos y formarse su propia opinión. Realmente no hay nada que puedan hacer contra eso.

Es por eso que me parece patético cuando todos estos presuntos aspirantes a la moda Twittera piensan que pueden “dar forma al catolicismo”. Realmente no pueden.

Más bien deberían decir claramente: “Odiamos a la Iglesia, pero el papa está de nuestro lado. Por lo tanto, mantendremos nuestro trabajo impune por mucho tiempo, mientras Francisco II “El maricón” y Francisco III “El Transexual” nos sigan protegiendo”. “Sin embargo, Dios no lo quiera, tenemos un papa católico, porque entonces no habrá ningún agujero en el planeta lo suficientemente profundo como para escondernos de su ira”.

Esto es todo lo que hay e Internet hace que sea imposible esconderlo o disfrazarlo.

El catolicismo es bien conocido, y lo ha sido durante 2000 años. 

No importa cuán duro twittee, cuántos libros escriba, cuántos Cardenales lo protejan, no podrá engañar a ninguna persona decente, ya que los indecentes no necesitan ser engañados.

Todos los animadores de Francisco no pueden negar ni disfrazar este simple hecho: ellos, y no nosotros, están promoviendo un cisma de facto.

Se sorprenderán, un día, al descubrir que no hay cisma en el cielo, pero hay mucho dolor en el infierno.

Y no creo que a cierto sodocura se le permita usar un sostén allí tampoco.


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