domingo, 15 de septiembre de 2019

SOBRE LAS MORTIFICACIONES


MORTIFICACIONES

¿En qué debo mortificarme?

¿Me abstengo de lo que es pecado?

¿Me aparto de lo que fácilmente me lleva al pecado?

¿Sufro las molestias de los que me tratan, las incomprensiones, las críticas?

¿Me sufro a mí mismo, mi mal humor, mi tedio, mis preocupaciones?

¿Me privo de gustos lícitos, conversaciones, vistas, manjares?

¿Hago penitencia voluntaria, ayunos, cilicio, etc.?

¿Creo que la mortificación es sólo cosa de religiosos?

¿Creo que sin mortificación no hay vida cristiana?

¿Creo que sin mortificación no se puede vivir en gracia?

¿Por qué debo mortificarme?

¿Estoy persuadido de que debo mortificarme, porque he pecado?

¿Porque puedo pecar?

¿Porque he de llevar mi cruz, como quiere Cristo?

¿Porque tengo pésimas inclinaciones, que he de sojuzgar?

¿Porque he de procurar merecimientos para la otra vida?

¿Porque, quiera que no, he de sufrir y debo hacer de la necesidad virtud?

¿Porque aunque no mereciera nada, debo imitar a Cristo, que padeció por mí sin interés?

¿Porque la mortificación forma el carácter?

¿Porque un hombre inmortificado es incapaz de nada grande?

¿Porque Cristo ama al que por Él se mortifica?

¿Porque la santidad está más en la mortificación que en la devoción y oración?

¿Cómo conseguiré mortificarme?

¿Amo a Jesucristo?

¿Medito en la Pasión de Cristo?

¿Medito sobre la necesidad que tengo de ser mortificado?

¿Leo las vidas de los santos?

¿Soy devoto de la Santísima Virgen y le ofrezco sacrificios?

¿Considero cómo se mortifican los hombres por intereses ruines?

¿Reflexiono que no podré hacer nada grande sin grandes sacrificios?

¿Pienso en la bondad de Dios para conmigo?

¿Observo cómo Dios premia en el acto el sacrificio de la mortificación?

¿Rechazo por falsa la idea de la vida triste de los mortificados?

¿Me fijo en el hecho evidente de la alegría general de los virtuosos, los religiosos y, sobre todo los santos?

¿Me acuerdo de aquellas palabras de la Escritura: Tus consuelos llenaron mi alma, a proporción de los muchos dolores que atormentaron mi corazón?

Todo el mundo se mortifica

¿Reflexiono que nadie se libra de la mortificación, que es ley de la vida?

¿Que desde que nacemos hasta que morimos sufrimos molestias de todas clases?

¿Qué unos tienen la mortificación de la pobreza y otros la mortificación de la enfermedad?

¿Que los padres se mortifican para educar a sus hijos?

¿Que el anciano se mortifica sufriendo sus achaques?

¿Que los que no quieren mortificarse se mortifican sin querer porque son víctimas de sus pasiones y caprichos?

¿Que el justo se mortifica para no pecar y santificarse?

¿Que el pecador se mortifica para poder pecar y con sus remordimientos?

¿Que se mortificó Cristo, se mortificó la Santísima Virgen, se mortificaron todos los santos?

Hagamos de la necesidad virtud, de la necesidad mérito, de la necesidad alegría, de la necesidad corona en el cielo.

Ignacianas

P. Angel Anaya







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