Es muy fácil confundir «feminista» con «pro-mujer», incluso sin tener a los medios propagando activamente esta confusión en la que quizás todos en algún momento hemos caído.
Éste ha sido uno de los ardides más efectivos de la extrema izquierda en los últimos años: confundir declararse feminista y repetir eslóganes vacíos, con la búsqueda genuina del bien para las mujeres a la que muchos en Varones nos sentimos llamados a colaborar; confundir al feminismo con el amor que muchos sentimos por la femineidad.
Pero las contradicciones entre el supuesto objetivo del movimiento feminista y sus posturas concretas, ya son demasiado grandes y evidentes para seguir siendo ignoradas por el público informado. Con ésto está quedando cada vez más en evidencia que los intereses del feminismo y los de las mujeres, parecen estar cada vez más en conflicto. Pero ¿Cómo sabemos que es así y por qué se da ésto?
1 – Las matriarcas del movimiento feminista actual eran de extrema izquierda
Judith Butler, Simone de Beauvoir, Frida Kahlo, Andrea Dworkin, Valerie Solanas (citas de algunas de ellas), son solo algunas de las más influyentes teóricas en cuyas ideas se basa el pensamiento del movimiento feminista actual. Todas y cada una de ellas, expresó una afiliación política de extrema izquierda, lo que se ve reflejado tanto en sus escritos sobre las relaciones entre los sexos, como en las doctrinas autoritarias, utopistas e ultra-igualitaristas del movimiento feminista actual.
2 – El feminismo ataca a las mujeres por tener ideas propias
En la escena internacional, Margaret Thatcher, Sarah Palin, Ann Coulter, Ayn Rand, todas mujeres altamente exitosas, poderosas y ejemplos vivos de superación femenina, se esperaría que fueran heroínas de un movimiento feminista centrado en el empoderamiento y la superación personal de las mujeres. En la escena local Uruguaya, Graciela Bianchi o Mercedes Vigil, Patricia Bullrich o María Eugenia Vidal en la Argentina, podrían entrar en la misma categoría.
Pero ninguna de estas mujeres es reconocida como referente por el movimiento feminista. Al contrario, en el caso tanto de Bianchi como de Vigil, son rutinariamente vituperadas en las redes sociales por las deconstruidas militantes feministas. ¿Qué tienen en común todas estas mujeres? Que no son de la izquierda radical neomarxista a la que el feminismo rinde pleitesía.
3 – Actitudes frente a violaciones y crímenes sexuales en Europa.
Nadie pone en duda ya la catástrofe que ha significado para la seguridad de las mujeres la crisis migratoria en Europa (1)(2)(3)(4)(5), con miles de casos de mujeres violadas, acosadas, explotadas sexualmente por mafias de migrantes principalmente musulmanes y africanos.
Lo que cabía esperar del movimiento feminista sería la sugerencia de políticas tendientes a proteger efectivamente a las mujeres frente a estos ataques. Lejos de priorizar la seguridad de las mujeres sin embargo, el feminismo acude en todos estos casos en defensa de los atacantes y violadores (1)(2)(3), priorizando el programa global neomarxista que promueve la migración masiva a occidente, incluso a costa de la seguridad e integridad sexual de decenas de miles de mujeres y niñas.
Lo único que se puede concluir, es que cuando el feminismo actual se ve en la necesidad de elegir entre los intereses de las mujeres y el neomarxismo, siempre tiende a relegar a las mujeres a un segundo lugar.
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