Por María Ferraz
Si hay alguien que pasará a la historia por haber dividido a los más 1200 millones de católicos (tal como él mismo reconoció) es Francisco. Pero eso no le avergüenza ni le crea conflictos de conciencia, sino todo lo contrario. Pues siempre que puede, apoya a la masónica Unión Europea en su meta de robar aún más la soberanía de las naciones hasta asfixiarlas, que eso es lo que persigue su pretendida "unidad" bajo el puño férreo de los globalistas a los que Bergoglio sirve jugando el rol espiritual, para convencer a los acoquinados que no se atreven a levantarse contra el falso papa.
La unidad que Francisco quiere no es para la Catolicidad, la quiere para esclavizar a los ciudadanos europeos, hasta conseguir que el cristianismo sea fagocitado por los falsos refugiados que vienen en avalancha imparable desde que Soros tomó la iniciativa, comprando gobiernos y regalando visas a diestra y siniestra para los pobres que supuestamente huyen de una guerra en países donde no hay guerra.
Pero como ha llenado el Vaticano de maricas y las habitaciones de santa Marta están a tope, pues que se hagan cargo los demás de los musulmanes.
En la misma entrevista a La Stampa, Francisco aprovecha para burlarse del lema de Trump y Salvini: “America Primero”, “Italia Primero”, y lo cambia por: “Europa primero, luego cada uno de nosotros”, aludiendo a que sus políticas son hitlerianas.
Y remata la entrevista alabando a la nueva Presidenta de la Comisión Europea, no sabemos si porque es mujer o porque apoya a su grupo favorito, el LGBT.
También ha asegurado que el próximo sínodo vaticano de obispos en la región amazónica se centrará principalmente en cuestiones ambientales haciendo referencia a los plásticos en el mar, los glaciares que se deshielan y los incendios de Siberia. Y añade datos incomprobables que sacan de la manga los que hacen la campaña climática: “El 29 de julio, utilizamos todos los recursos renovables para 2019 (??). A partir del 30 de julio, comenzamos a consumir más recursos de los que el planeta puede regenerar en un año (??). Esto es muy serio. Es una emergencia global”, dijo.
Aunque es verdad que Bergoglio nos quiere hacer creer que este Sínodo-urgente-climático tiene una dimensión evangelizadora, y que es asistido por el Espíritu Santo, no sabemos si es mejor responderle llorando, riendo, o con una sonora bofetada:
“El nuestro será un Sínodo urgente”, continuó el Papa. “Pero tenga en cuenta que un sínodo no es una reunión de científicos o políticos. No es un parlamento: es otra cosa. Fue convocado por la Iglesia y tendrá una misión y dimensión evangelizadora. Será una obra de comunión guiada por el Espíritu Santo”.
En fin, insuperable.
Religión, la Voz Libre
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