lunes, 29 de abril de 2024

LAS CARMELITAS DE ARLINGTON RECHAZAN EL DECRETO DE LA SANTA SEDE

La táctica de Bergoglio para acabar con este monasterio mediante su títere Michael Olson no estaría dando resultado... 


Las Hermanas del monasterio carmelita de Arlington anunciaron mediante un comunicado que desobedecerán un decreto enviado desde el Vaticano con la orden de transferir la administración de su monasterio a una “asociación religiosa externa”.

La intromisión de la secta Vaticano II en este monasterio comenzó en Abril de 2023 con la orden “desde arriba” de hacer una “investigación” sobre la ahora ex priora, Madre Superiora Teresa Agnes Gerlach, quien fue acusada por el “obispo” Olson de “mala conducta sexual a través de comunicaciones telefónicas”


¿Cómo comenzó esta historia?

El 25 de abril de 2023, Olson irrumpió en el monasterio para interrogar a cuatro hermanas durante varias horas. Ese mismo día, a la Hna. Gerlach, que se desplazaba en silla de ruedas, ya que había sido sometida poco tiempo antes a una intervención quirúrgica con anestesia general y fentanilo, Olson volvió a interrogarla (ya lo había hecho el día anterior), a pesar de que sufría dolor y estaba muy medicada.

En esas condiciones que se encontraba, inicialmente admitió las acusaciones, pero más tarde se rectificó mediante una declaración jurada, argumentando que no se encontraba en condiciones médicas adecuadas para ser interrogada, dado que estaba recuperándose de una operación.

El conflicto aumentó cuando el “obispo” Michael Olson, de la Diócesis de Fort Worth hizo acusaciones infundadas de consumo de drogas dentro del monasterio, entre otras infamias, además de apropiarse del ordenador, el iPad y el teléfono móvil de Gerlach, luego de ingresar intempestivamente al monasterio.

El 31 de Mayo de 2023, Olson recibió el permiso desde el Vaticano otorgándole amplios poderes para intervenir en la vida del convento al nombrarlo “comisario pontificio”, con facultades para supervisar a las integrantes de la comunidad, a su representante legal y a su tesorera, etc.


Un día después de su “nombramiento”, Olson emitió un decreto por el que relevaba de sus responsabilidades a la hermana Theresa Agnes Gerlach. En el texto del decreto se lee que la consideraba “culpable de violar el sexto mandamiento y su voto de castidad con un sacerdote ajeno a la diócesis de Fort Worth”.


Además de relevarla de su responsabilidad como priora del convento, también la expulsó de la comunidad y de la Orden de las Carmelitas Descalzas. En el último párrafo, le informó que tenía 30 días para apelar la decisión ante las autoridades en Roma.

Posteriormente, las monjas presentaron una demanda civil por robo, difamación y abuso de poder contra Olson, pero su caso fue desestimado por un juez de distrito el día 30 de junio de 2023.

Unos días después, Olson declaró el Monasterio “cerrado al público”, orden que las hermanas no acataron; abrieron sus puertas a los fieles y denunciaron que Olson y la diócesis seguían negándoles los sacramentos, incluida la Misa y las confesiones.

Además Olson dijo que la decisión de las monjas de desafiar su autoridad y prohibirle la entrada a los terrenos del Monasterio podía incurrir en una excomunión latae sententiae sobre ellas mismas.


¿Cómo está la situación hoy?

La novedad es que la secta Vaticano II ha tomado la decisión de intervenir directamente, delegando la gobernanza del monasterio a la Asociación de Cristo Rey, una asociación de monasterios carmelitas.

A continuación, publicamos el comunicado de las Hermanas expresando su posición:

Declaración del Carmelo de Arlington
 
Monasterio de la Santísima Trinidad
Monjas Carmelitas Descalzas
 
20 de abril de 2024

+Alabado sea Jesucristo: ¡ahora y siempre!
 
En el último año, desde abril de 2023, nuestro monasterio ha sufrido continuos ataques y abusos por parte de Michael Olson, el actual Obispo de Fort Worth, en un feo intento de apoderarse del control de nuestro gobierno, finanzas y vida, incluyendo un interrogatorio sin previo aviso de nuestra Madre Priora mientras se encontraba en estado de incapacidad médica, la publicación de una grabación de dicho interrogatorio que, como demuestran claramente las pruebas médicas, no tiene valor legal alguno, ni civil ni eclesiástico (la comunidad afirma su total confianza en la integridad moral de nuestra Madre Priora); la incautación ilegal de los bienes personales del monasterio y la copia de información privada de dichos bienes; la obtención del estatus de “Comisario Pontificio” poniendo de hecho al zorro a cargo del gallinero; el intento de aislar al monasterio de los sacramentos prohibiendo la celebración de la Misa y de los demás sacramentos; intentos incalculables de injerencia en la vida diaria del monasterio y de influir en las Auxiliares Carmelitas y sus partidarios, así como varios intentos de intimidar a monjas individuales y de “dividir y conquistar” la comunidad.

De buena fe y con espíritu de confianza, apelamos a la Santa Sede en Roma siguiendo el consejo que se nos dio en su momento.
 
El 18 de abril de 2024, sin informarnos, el obispo Olson publicó en la página web de la diócesis documentos de Roma que nos concernían: sólo recibimos fotocopias de dos de estos documentos de la diócesis más tarde ese mismo día. La esencia de estos documentos es “confiar” nuestro monasterio -sus monjas, su vida diaria y sus bienes materiales- a una “Asociación” de monjas carmelitas con efecto inmediato.
 
Con respecto a estos documentos, deseamos manifestar:
● Agradecemos que la Santa Sede crea que “se debe hacer todo lo posible para preservar la salud espiritual y la longevidad de la Comunidad Monástica Carmelita de Arlington”. Sin embargo, pensamos que “todo esfuerzo” podría y debería incluir un diálogo activo y continuo con nosotras mismas, y estamos sorprendidas y decepcionadas de que estos documentos hayan sido publicados sin ningún diálogo de este tipo.

● Además, seguimos esperando las respuestas a los recursos que enviamos a Roma el año pasado contra la actuación ilegal del Obispo, tal y como nos prometió el Secretario del Dicasterio en una carta recibida a principios de febrero. Las cartas fechadas el 18 de abril de 2024 enviadas por el Dicasterio nos dejan perplejas, ya que aún no se han recibido las respuestas a nuestros recursos, que normalmente no se adelantan.
 
● Agradecemos que, aunque implícitamente, estos documentos rechacen varios de los actos abusivos del obispo Olson hacia nosotras, pues constatamos que acepta que ya no es “comisario pontificio” respecto a nuestro monasterio.
 
Si Roma desea “salvar la cara” y barrer la cuestión de los abusos del Obispo bajo la alfombra y seguir adelante a pesar de todo, esto es inaceptable. En justicia, el asunto del Obispo Olson debe ser tratado por nuestro bien y por el bien de la Diócesis de Fort Worth en su conjunto.
 
● La “petición” de la Asociación Carmelita de Cristo Rey (EE.UU.) de asumir el gobierno de nuestro monasterio, hecha con el “consejo y pleno apoyo” del Obispo Olson, que Roma ha aceptado sin nuestro conocimiento ni consentimiento, es de hecho una adquisición hostil que no podemos aceptar en conciencia.
 
Aceptar esto pondría en riesgo la integridad de nuestro monasterio como comunidad, amenazando las vocaciones de cada monja, nuestra vida litúrgica y espiritual y los bienes materiales del monasterio. Esta autoridad externa podría fácilmente dispersarnos, imponer su agenda con respecto a nuestra observancia diaria y disponer de nuestros bienes -incluso del propio monasterio- a su antojo, en contra de nuestros votos y de las intenciones de quienes fundaron nuestra comunidad y de nuestros benefactores.
 
En consecuencia, ni la Presidenta de la Asociación de Cristo Rey, ni ningún delegado suyo, son bienvenidos a entrar en nuestro monasterio en este momento.
 
● El “problema” técnico de la expiración de los mandatos el pasado mes de enero, que Roma esgrime como motivación para su “solución”, puede resolverse de muchas otras maneras, incluida la prórroga por parte de Roma de dichos mandatos durante un período adecuado mientras se abordan equitativamente las cuestiones en cuestión. Entendemos que, mientras se resuelve el recurso, no debe cambiarse nada y debe mantenerse el statu quo.
 
Esperamos y rezamos para que Roma entable un diálogo directo con nosotras para encontrar una forma adecuada de avanzar que respete la integridad de nuestra vida y de nuestro monasterio.
Aprovechamos esta oportunidad para declarar ante Dios Todopoderoso, y ante todos, que, en conciencia creemos que es nuestro deber en las circunstancias actuales perseverar fielmente según nuestros votos en nuestra vida y vocación de oración y penitencia en la tradición carmelita. Hacer algo menos sería deshonrar a nuestros fundadores y a los grandes santos de nuestra Orden.
 
Hacemos notar que todo ciudadano estadounidense tiene derecho a la justicia según la ley. La Profesión Religiosa no anula ese derecho. La Consagración Episcopal no da al consagrado el poder de violarlo. El año pasado cesamos nuestra acción civil para que la Santa Sede pudiera proceder con sus propios procesos. Una vez que recibamos las respuestas a los recursos, instruiremos a nuestros abogados civiles para que revisen la opción de la ulterior reivindicación y protección de nuestros derechos civiles.
 
Incluso en medio de las oscuras sombras de la Cruz que se han cernido sobre nuestro monasterio durante el último año, una luz ha brillado dándonos esperanza y fuerza: la luz radiante de nuestra inmersión mayor y más profunda en las riquezas del usus antiquior (la Misa Tradicional en latín y el Oficio Divino, etc.). Esto es algo que nosotras, como comunidad, deseamos desde hace muchísimos años y que habíamos empezado a explorar hace algún tiempo, pero a lo que el Obispo se opuso.
 
Al vivir cada día estos bellos ritos, nuestro monasterio ha encontrado nueva vida y gracia. Nos comprometemos a aprovechar sus tesoros cada vez más profundamente en el futuro, porque como enseñó Benedicto XVI: “Lo que las generaciones anteriores consideraban sagrado, sigue siendo sagrado y grande también para nosotros, y no puede ser de repente totalmente prohibido o incluso considerado dañino”. El descubrimiento de la belleza y de la profundidad de esta verdad es una alegría que esperamos cada día, y de la que pueden estar seguras las jóvenes que deseen entrar en el monasterio en el futuro.

Repetimos que aceptamos sin reservas que el Santo Padre, el Papa Francisco, es el Papa y goza de plena Autoridad Papal. Del mismo modo, reconocemos que Michael Olson es el actual Obispo legítimo de Fort Worth con toda la autoridad que este cargo confiere.
 
Sin embargo -para aclarar cualquier confusión con respecto a nuestra declaración del 18 de agosto de 2023- en línea con nuestros propios derechos, por razones de conciencia, por el bien de nuestras almas y para proteger la integridad de nuestra vida y vocaciones, en estas circunstancias extraordinarias, hemos tenido que retirar nuestra cooperación con respecto al ejercicio injusto de cualquier autoridad sobre nosotros por parte del actual Obispo de Fort Worth. Que quede claro -tomando prestada una frase- que la autoridad sin integridad no es autoridad en absoluto. Cualquiera que conozca el funcionamiento de nuestra diócesis comprenderá perfectamente la realidad a la que nos enfrentamos.
 
No obstante, seguimos abiertas a cualquier iniciativa de una autoridad superior que intente reparar el daño que se nos ha hecho y que respete la integridad de nuestra vida, vocación y comunidad monástica. No somos “cosas” con las que se pueda comerciar o regalar en tratos secretos, sino mujeres consagradas al amor y al servicio exclusivos de Dios Todopoderoso, cuya integridad debe ser respetada y protegida por el bien de sus almas y por el bien de la Iglesia.
 
Estamos perfectamente dispuestas, como debería estarlo cualquier monasterio, a acoger con espíritu de humildad a Visitadores cuya integridad e imparcialidad reconocemos y aceptamos, a recibir su consejo fraterno con respetuosa docilidad y a considerar sus recomendaciones ante Dios. Pero no estamos dispuestas a aceptar Visitadores que ellos mismos carecen de humildad y docilidad ante la realidad de la integridad de nuestra propia vida religiosa y que llegan con una agenda predeterminada, como se ha visto con demasiada frecuencia en los últimos años.

Aprovechamos esta oportunidad para agradecer a todas nuestras familias, amigos, auxiliares y bienhechores que nos han apoyado con sus oraciones, sus muy generosas bienhechurías y otros medios de ayuda durante el pasado año. Vuestra comprensión de las realidades de nuestra difícil situación y vuestro continuo apoyo personal y práctico son dones preciosos que llevamos con nosotras al coro en la Misa y al Oficio Divino con acción de gracias, rezando para que Dios Todopoderoso os recompense ricamente a vosotros y a los vuestros por todo el bien que hacéis por sus monjas carmelitas.
 
Contamos con vuestro apoyo y os damos las gracias por seguir dándolo tan generosamente.
 
Rezamos para que el Obispo de Fort Worth se arrepienta de su abuso, se disculpe por ello públicamente así como ante nosotras en persona, y haga la debida reparación al Monasterio. Hasta que no lo haga, ni él ni sus delegados serán bienvenidos en nuestra propiedad.
 
No deseamos otra cosa que vivir nuestra vocación en paz y tranquilidad con y bajo los legítimos pastores de la Iglesia y gozar de su paternal cuidado y protección, y seguiremos rezando para que llegue pronto el amanecer del día en que puedan restablecerse las relaciones normales con el Obispo local, y el respeto mutuo que ello debe implicar.
 
Un padre abusivo, sin embargo, debe ser resistido. Tomamos la palabra al Papa Francisco cuando invita a las Consagradas “a luchar cuando, en algunos casos, son tratadas injustamente, incluso dentro de la Iglesia... a veces, por hombres de Iglesia”. (Videomensaje, 1 de febrero de 2022)
 
¡Que los santos y mártires carmelitas intercedan por todos nosotros!
 
+Alabado sea Jesucristo: ¡ahora y siempre!



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