Estos bergoglianos no son serios. No sólo nos toman por tontos, sino que su necedad es tan monumental que les ciega frente a la sentencia inapelable del Juicio de Dios que ya se acerca
Por María Ferraz
El pérfido Sínodo del Amazonas pretende matar varios pájaros de un tiro:
-acabar con el celibato sacerdotal,
-incriminar y culpar a los misioneros católicos por evangelizar a conciencia a los indios,
-defender, incluso por encima del catolicismo, a las religiones paganas,
-apoyar las agendas radicales ecologistas,
-reconocer la excelencia las políticas y teologías comunistoides...
y todo ello basándose en mentiras mal disimuladas que no resisten un análisis superficial. La última de ellas es que “el Amazonas es el pulmón que oxigena el mundo”, y si peligra éste, peligra el planeta (rebatido aquí)
Pero me gusta llamar a Francisco el gran hipócrita, porque bajo la apariencia del “bien planetario” y de las “comunidades católicas indígenas”, ha cargado con el arma de los viri probati, sacándoselos de la manga para que no falten, supuestamente, celebrantes eucarísticos... y así cargarse la esencia del sacerdocio, además de abrir la posibilidad de que las mujeres metomentodo trepen en los cargos eclesiales hasta convertirse en pseudo curas y competir con ellos de igual a igual.
¿Ignora Francisco que las `vocaciones´ a pastores protestantes, a pesar de que pueden contraer matrimonio, también brillan por su ausencia, y que donde verdaderamente surgen nuevos sacerdotes es en las comunidades tradicionales o conservadoras católicas?
Estos bergoglianos no son serios. No sólo nos toman por tontos, sino que su necedad es tan monumental que les ciega frente a la sentencia inapelable del Juicio de Dios que ya se acerca, porque muchos de ellos son ancianos, aunque su avanzada edad no les impida seguir ejerciendo el mal y atacar a los que defienden la verdad, llamándolos parientes del diablo.
Religión, la Voz Libre
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