martes, 11 de junio de 2019

NO DEJARNOS VENCER

La revolución anticristiana está desatada, la masonería satánica, principal enemiga de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana y por ende del orden social cristiano, junto con otras organizaciones del poder mundial, están haciendo estragos en los pueblos del mundo fomentando la cultura del aborto y de la ideología de género para quebrar precisamente el principal baluarte que tiene cualquier sociedad cristiana: la familia.

Hemos alertado con insistencia sobre la gravedad de la revolución anticristiana que, a través de su principal arma: los medios de comunicación social y sus ejecutores, periodistas y comunicadores sociales que según sea su formación, masones, liberales, ateos izquierdistas, progresistas, mercenarios, o simplemente idiotas útiles carentes de formación, sirven a esa revolución sembrando el error, la contracultura y la contra natura

Pero, a pesar de las alertas, existe en la población, en general, un marcado escepticismo a creer en este tipo de revoluciones en las que no se dispara un solo tiro, no hay “violencia” y se lleva a cabo en la vida cotidiana, sin pausa y, en estos tiempos, con mucha prisa.

También, desde hace un tiempo, hemos considerado al tema del aborto y de la ideología de género como el punto de inflexión más importante de la sociedad moderna. Según sea el resultado, nuestra Patria seguirá siendo una Patria Católica como lo ha sido desde sus inicios identificando nuestra cultura y la esencia de la Argentinidad, o pasaremos a ser un número más de los países alineados con el “sindiosismo”, en un mundo apóstata, vacío de valores y ensoberbecido.

Intercambiando opiniones sobre estos temas a través del correo electrónico con un joven uruguayo, en una de sus respuestas él tuvo una inspiración muy especial al decirme “... la lucha hoy no pasa por vencer sino por no ser vencidos, porque no siendo vencidos hoy, hoy es la forma de vencer...”

Frase sabia si las hay pensé al leerla una y otra vez, no hay en ella violencia ni imposición, todo lo contrario, tampoco debilidad ni entrega, hay en ella actitud, firmeza, decisión y voluntad de plantar bandera para no dejarse vencer y seguir viviendo como Dios manda... simplemente eso.

Definiendo como enemigo a todo aquel que quiera destruir el orden social cristiano y su moral, bien podemos asegurar hoy que ese enemigo está librando la batalla final al intentar imponer en nuestras sociedades la cultura del aborto y de la ideología de género. Para ellos no hay objetivos más importantes que esos, ya que de alcanzarlos, lograrían cambiar nuestra cultura, nuestra esencia moral y nuestra forma de ser... Y así seguiríamos existiendo, pero siendo otra cosa, pues habríamos perdido nuestra esencia... estaríamos desnaturalizados.

De ahí en que insista tanto, que lo determinante no es el dólar, la economía o la inflación... lo determinante es la moral cristiana de nuestro pueblo...

Por estos días ha vuelto a circular por las redes sociales una entrevista que el 8 de marzo de 2015, fuera publicada en el prestigioso diario de Argentina, La Prensa. La misma la firma Agustín De Beitía y lleva por título “Una raza en vías de extinción”, en alusión al análisis que el entrevistado, Juan Manuel De Prada, el famoso pensador y escritor español –uno de los más lúcidos de la actualidad– , hace sobre el intelectual católico en el mundo de hoy.

De Beitía refiriéndose a su entrevistado comienza la nota diciendo: “...afirma que hay un orden anticristiano que ya fue aceptado. Y que el pensamiento y el arte católico son productos del pasado. Hasta la iglesia se pone de rodillas y halaga al mundo para ser admitida, lamenta”.

Como se desprende de la lectura del párrafo referido, para el autor español, la revolución anticristiana en el contexto sobre el cual él se basa, ya habría triunfado ya que da por cierto la aceptación del orden anticristiano. En cambio para nosotros, los argentinos, el contexto es diferente, por lo menos por ahora. En efecto, la última compulsa popular por el tema del aborto permitió medir las fuerzas de las posturas en pugna, y con ello concluir que todavía, más del 50% de la población responde a la moral cristiana y rechaza todo tipo aborto.

Y es precisamente ese 50 y algo % el que debe reafirmarse en sus valores y principios y plantar bandera para no ser vencidos. Resulta imperioso que todos los cristianos y aquellos que no lo son pero responden a estos valores, no seamos meros espectadores en esta contienda. El punto de inflexión que mencionamos al principio de este escrito impone que dejemos nuestros asientos de espectadores y subamos al escenario para comenzar a ser actores plenos de esta lucha moral por el bien de todos los Argentinos.

¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete Ex Mayor E.A.


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