El obispo de Livorno (Toscana, Italia), monseñor Simone Giusti, ha decidido a la excomunión del sacerdote italiano Don Ramon Guidetti, por afirmar que Bergoglio fue elegido en 2013 con un procedimiento inválido y definirlo como un antipapa.
El sacerdote Alessandro Minutella de Palermo (Sicilia) fue “misericordiado” de la misma manera hace seis años “por haber cometido un ‘delito contra la fe y la unidad de la Iglesia’, como cismático”, según se informó entonces.
La excomunión del sacerdote italiano tuvo lugar la víspera de Año Nuevo, con un acta formal entregada al sacerdote por haber hablado “en términos sacrílegos” de la figura del “pontífice” durante una homilía conmemorativa de Benedicto XIV un año después de su muerte. Recordemos que “sacrílego” significa: “Lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrados”. Es apropiado preguntar ¿DESDE CUÁNDO UN HEREJE (POR DECIR LO MÍNIMO) ES SAGRADO?
Este valiente sacerdote afirmó además que Bergoglio es “un jesuita masón vinculado a las potencias mundiales”, que “no es el papa sino un usurpador”.
En su homilía, habló también sobre el rayo que cayó sobre la estatua de San Pedro en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario, en San Nicolás (Bs As) y que la descarga calcinó el halo y las llaves de la escultura. “El halo, porque Pedro ya no es un santo (...) Y las llaves porque el buen Benedicto (¿?) se las quedó”, dijo el sacerdote.
Cacería de brujas
La diócesis de Livorno advirtió en el comunicado a sus sacerdotes y fieles “no participar en eventuales celebraciones u otras prácticas de culto con el sacerdote sancionado” porque eso “conllevaría ipso facto la gravísima pena de la excomunión”.
Pidamos a Dios que nos dé más sacerdotes que cumplan su misión de guiar a los fieles hacia la verdad y la salvación de sus almas, y se atrevan a señalar al enemigo infiltrado dentro de la Iglesia, vestido de blanco, que se complace en fomentar el pecado y la perdición del rebaño que supuestamente debería proteger.
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