martes, 25 de mayo de 2021

CASO ILARRAZ: EXIGEN QUE LA CORTE SUPREMA SE EXPIDA SOBRE EL PEDIDO DE PRESCRIPCIÓN

Lo hizo una de las víctimas del cura entrerriano a través de una carta. Ilarraz, condenado a 25 años de prisión por abuso de menores, solicitó que se declaren prescriptos los delitos por los que se lo acusó.


Se cumplieron cuatro años de una sentencia en la ciudad de Paraná que puso al descubierto la maquinaria de impunidad con la que actuó (y continúa actuando) la secta del Vaticano II frente a los casos de abuso sexual.

El 21 de mayo de 2018 Justo José Ilarraz fue sentenciado a 25 años de prisión efectiva por haber sido encontrado culpable de los delitos de abuso sexual contra chicos de entre 10 y 14 años entre los años 1985 y 1993, mientras se desempeñaba como preceptor en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná. Sentencia que fue confirmada en marzo de 2019 por la Cámara de Casación Penal.

En el mes de septiembre de 2020, la justicia entrerriana hizo lugar al pedido de impugnación, realizado por la defensa del “sacerdote”, quien se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria, hasta que la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expida sobre la prescripción de los delitos.

Días atrás, Hernán Rausch, víctima y denunciante de los crímenes que cometió Ilarraz, publicó una carta en el sitio Entre Ríos Ahora exigiendo que la Corte Suprema actúe con celeridad y que “el expediente no descanse en algún rincón”.

En dicha publicación hace mención a la contundente sentencia que recibió el cura, por parte de los jueces para quienes “los abusos perpetrados contra menores en el Seminario están definitivamente acreditados y sobre esto no hay discusión”.

Para Rausch, ese proceso de justicia no hubiera sido posible sin “la valentía y coraje de las víctimas, ahora sobrevivientes, que han traspasado las dudas, temores, amenazas, trastornos en su salud, pero que han podido contar, detallar todas las situaciones vividas con el sacerdote, abusos cometidos por una persona adulta hacia menores a su cargo en un internado”.

Por eso exige que la Corte Suprema “no torne infinita la espera”, que el expediente “no permanezca en algún rincón, por tiempo indefinido, que no quede apostado en un solo escritorio de la sede del excelentísimo tribunal de la Corte Nacional, ya que este tema es de suma importancia para la sociedad en general”.

“Han sido años de muchos sufrimientos, muchos sometimientos y extorsiones psicológicas, perversas, sugerencias de parte de aquellos implicados en estos casos, colaboradores fehacientes de encubrimientos, sobre todo imponiendo temor, pecado, castigo, actitudes despectivas, división, desarraigo, discriminación, acusación”, afirma Rausch.

“Es tiempo para los sobrevivientes. Excelentísimo Tribunal, con mi mayor respeto, pero con contundente solicitud, no eternicen sus tiempos de pronunciarse”, finaliza la carta.


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