El “padre” Justo Ilarraz fue condenado hoy a 25 años de prisión por la justicia entrerriana por abuso sexual de chicos de entre 10 y 14 años durante el año 1985 y hasta 1993, mientras se desempeñaba como preceptor en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná.
Durante la lectura, el tribunal de Paraná decidió también revocar la excarcelación de la que gozaba el “sacerdote” y disponer el cumplimiento efectivo de la pena. Sin embargo, como el fallo no está firme, dispusieron la prisión preventiva en modalidad de prisión domiciliaria.
En las sucesivas audiencias dieron su testimonio los sobrevivientes querellantes e incluso una víctima que no formó parte de la querella y por cuyo caso ya se abrió una nueva causa contra este depredador homosexual.
La acusación que dio origen a este juicio fue por “abuso y corrupción agravada de menores” (se analizaron siete casos pero se estiman que fueron más de cincuenta las víctimas).
Los hechos se produjeron cuando Ilarraz era preceptor en el Seminario Menor de Paraná y sus víctimas hoy promedian los 40 años, es decir que pasaron gran parte de sus vidas enfrentando la más absoluta impunidad de su victimario, quien estuvo varios años en Roma viviendo a cuerpo de rey y luego regresó al país, para instalarse en Tucumán y así evitar que ser reconocido.
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