sábado, 12 de mayo de 2018

EL "FEMINISMO MASCULINO" COMO UNA ADAPTACIÓN EVOLUTIVA


Por Kevin Clark


Considere el ciclo de vida del pingüino frente al de la tortuga marina:

Los pingüinos solo ponen uno o dos huevos por año y cuidan muy bien a sus crías, dedicando mucho esfuerzo para asegurarse de que los huevos eclosionen y que los pequeños pingüinos permanezcan seguros y calientes. La idea es tener pocos descendientes, pero asegurarse de que se conviertan en adultos.


Las tortugas marinas manejan las cosas de manera diferente. Una hembra de tortuga marina, dependiendo de la especie, puede poner de 50 a 350 huevos, y puede hacerlo entre 1 y 8 veces por año. La madre tortuga marina entierra sus huevos en la arena para protegerlos; pero ademas de eso, no se esfuerza por asegurar que las jóvenes tortugas sobrevivan. Se estima que de cada 1000 huevos de tortuga marina depositados, solo dos eventualmente crecen hasta la madurez y comienzan nuevamente el proceso.

Estos dos tipos diferentes de animales ejemplifican dos estrategias reproductivas que se usan en la naturaleza: centrarse en unos pocos descendientes y dedicar mucha energía a ellos, o permitir que la gran cantidad perpetúe la especie.

Las personas también adoptan una de estas dos estrategias

Específicamente, un hombre puede dedicarse a una mujer y enfocarse en ella y sus hijos. O bien, puede dispersarse y esperar que los números trabajen a su favor. (Aunque puede plantearse una objeción: la mayoría de los hombres que se dispersan no intentan criar a sus hijos). 

Como cuestión de biología evolutiva, los machos de la mayoría de las especies solo están interesados ​​en los actos reproductivos y no en los descendientes producidos.


Visto en ese sentido, los hombres que se hacen llamar "feministas masculinos" son una adaptación evolutiva bastante transparente para maximizar la actividad reproductiva.

No es una estrategia irrazonable. Una gran parte del feminismo en el último medio siglo se ha centrado no sólo en la igualdad de derechos para las mujeres, sino también en el derrocamiento de las normas tradicionales de moralidad sexual

La moralidad tradicional enseña que el matrimonio es un requisito previo para los actos reproductivos. Un hombre tenía que comprometerse con su esposa mientras ambos vivieran. Y no solo para ella, sino también para el cuidado y apoyo de los niños que vinieran de esa unión. Eso es, conducir una tarea bastante difícil.

El feminismo dice que nada de eso es necesario. Bajo los principios del feminismo, un hombre no tiene que comprometer toda su vida con una mujer para tener acceso reproductivo a ella. Él ni siquiera tiene que quedarse toda la noche. Lo único que tiene que hacer un hombre es convencer a la mujer para que le dé acceso. Y si las mujeres feministas son las que más acceso tienen, entonces tiene sentido que un hombre se autoproclame "feminista" también.

Un ejemplo de hipocresía

Esa estrategia parece haber funcionado bien durante muchos años para Eric Schneiderman, quien hasta la noche del martes 8 de mayo era el fiscal general del estado de Nueva York. Schneiderman es uno de los últimos hombres que cayó abatido por acusaciones de mala conducta sexual, en este caso, no tanto por proposiciones indecentes sino más bien violencia impactante dirigida hacia mujeres con las que estaba saliendo.


Schneiderman se hizo famoso por ser un hombre muy "feminista". Si veía que el coche de una feminista andaba circulando, saltaba sobre él, como medida para apoyar el movimiento #MeToo. Hizo hincapié en denunciar e investigar a Harvey Weinstein, diciendo que "nunca hemos visto algo tan despreciable como lo que hemos visto aquí". Por supuesto, sus credenciales defendiendo el aborto son impecables. A principios de este año, el Instituto Nacional de Salud Reproductiva lo elogió como "Campeón de la elección" por su trabajo a favor del aborto legalizado.


Pero Schneiderman fue acusado de ser cualquier cosa menos de ser un defensor de las mujeres en su vida privada. Algunas personas se preguntan cómo es posible conciliar la personalidad de "feminista masculino" en público con el abusador femenino en privado. 

Escribiendo en el New York Times , Jill Filipovic se pregunta:
¿Cómo conciliamos estas dos versiones de un solo hombre? ¿No era el Sr. Schneiderman un "gran feminista" que brillaba de día, pero en realidad era un violento misógino cuando las luces se apagaban?

La realidad puede ser más oscura, ya que el poder que de él emanaba en su rol como "político progresista" estaba entrelazado con sus abusos. Parece ser que utilizó su trabajo político de mentalidad "feminista" para avanzar en su propia carrera, para congraciarse con las mujeres a las que dañaría y para encubrir sus crueldades...

Visto de esta manera, estos dos aspectos de Schneiderman no son opuestos entre sí; en realidad son complementarios, y cada parte refuerza a la otra. No es sorprendente que dos mujeres que se presentaron públicamente para denunciar a Schneiderman sean, según el New Yorker , "feministas demócratas progresivas y articuladas de 40 años que viven en Manhattan". La credibilidad representando su papel de "feminista masculino" le dio acceso a mujeres progresistas y también lo protegió de las críticas. 

Como dice Jill Filipovic, "Schneiderman parece haber utilizado su reputación de "feminista" como una herramienta para acceder al tipo exacto de mujeres a las que disfrutó, mientras, hizo que las mujeres que dicen haber sido maltratadas se cuestionaran a sí mismas, y así, quedarse tranquilo."

También es posible que el "feminismo masculino" de Schneiderman lo hiciera sentir bien consigo mismo a pesar de su presunto abuso de mujeres. Los estudios han confirmado la existencia de una tendencia en las personas llamada "concesión de licencias morales". Esto significa que si las personas sienten que han hecho algo bueno, entonces se sienten justificadas para hacer algo malo. Si Schneiderman vio su apoyo al "derecho al aborto" como una gran ayuda para las mujeres, puede haber tenido la sensación de que tenía derecho a tratar mal a las mujeres.

Este caso no es el único

Otro caso similar es el de Don Hazen, un hombre que dirigió un sitio de noticias alineado con el  "progresismo" durante muchos años. Las historias de varias mujeres que trabajaban para el Sr. Hazen se publicaron recientemente en el podcast de PBS This American Life. Un incidente en particular da una idea de cómo algunos hombres pueden tratar a las mujeres como objetos sexuales y aún así sentir que son "progresistas e ilustrados".


Al parecer, el señor Hazen tuvo relaciones sexuales de uno u otro tipo con muchas de las empleadas más jóvenes que trabajaban para él, una de los cuales se llamaba Deanna. El Sr. Hazen en un momento le pidió a Deanna que se reuniera con él en una cabaña cerca de Big Sur en California para "una escapada". Durante su tiempo en la cabaña, Deanna dice que el Sr. Hazen le mencionó que tenía una infección de transmisión sexual, pero que "no era gran cosa". Aquella confesión fue un gran problema para Deanna y pelearon por eso. A pesar de la pelea (y la infección), el Sr. Hazen aún deseaba tener relaciones sexuales con Deanna. Mientras le contaba la historia a This American Life:
"Y yo le decía: 'estas empezando a presionarme y estás empezando a hacerme sentir realmente incómoda. Esto está mal'. Y él se desconectó. Se puso de pie y comenzó a gritarme. Él gritaba '¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes decir que te estoy presionando? Soy el hombre más feminista que conoces, y lo sabes...' Y seguía gritándome con los ojos inyectados..."

Si las acusaciones son correctas, el Sr. Hazen utilizó su posición en una revista "progresista" para identificar y "mentorear" a mujeres jóvenes ante quienes se describió a sí mismo como un "benefactor masculino feminista". Solo que él no solo estaba interesado en tutelar a nadie. Tal vez él creía en su persona o tal vez no, pero de cualquier manera, lo utilizó como una estrategia para atraer a las mujeres y le funcionó bastante bien.

No estoy diciendo que todos los "feministas masculinos" abusen de las mujeres. Cualquier hombre con el mínimo de honor sabe que el abuso físico o emocional a las mujeres siempre es vergonzoso y, a menudo, criminal. Pero para un hombre con tendencias abusivas, la identificación como un "feminista masculino" trae muchas ventajas.

En el mundo animal, los machos desarrollan y mejoran las características que las hembras desean. Los pavos reales tienen un plumaje tan vistoso no porque les guste, sino porque la sabia naturaleza sabe lo que atrae a las hembras. 

Al igual que en el mundo animal, los hombres parecerán ser lo que las mujeres desean.

Y a diferencia de las plumas de pavo real, no siempre son bonitos.



Traducción Cris Yozia


CrisisMagazine


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