domingo, 17 de marzo de 2019

ANGELELLI, APÓSTOL DE LA SUBVERSIÓN MARXISTA A LOS ALTARES



“Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?” (Mt.7, 16)
Ciertamente esta beatificación no sólo traerá más discordia entre los vivos, sino que además, no dejará descansar a estos pobres difuntos en paz.

Por María Virginia Olivera de Gristelli

Mientras un grupo numeroso de modernistas de buena y mala fe se regocijan por la inminente beatificación de Enrique Angelelli junto a un grupo no menos numeroso de apóstatas e incluso enemigos de la Iglesia, otro sector dentro de Argentina y del mundo, observa ya perplejo, ya resignado, la marcha hacia ese día como una inexorable precipitación de una balsa hacia una catarata…

Lo cierto es que dejar de denunciar y protestar contra esta burlesca impostura de beatificar a un apóstol de la guerra revolucionaria, es a nuestro juicio un acto de traición a la verdad que no podrá pasar inadvertida en el día del Juicio, porque no sólo se entronizará en los altares la Mentira de un martirio que no es tal, sino que se permitirá y propondrá el culto a un oscuro personaje que bajo la excusa de acción social, “barrió” la fe católica de toda una provincia argentina, instaurando en su lugar una caricatura de ella.

Con este primer paso, lo que el Profesor Carlos A. Sacheri llamó “la iglesia clandestina”, ya desembozada, pretende ir ganando más terreno en la conciencia de todos los fieles al confundirse con la verdadera Iglesia de Cristo, cuando en realidad es la de Judas. En efecto, la infiltración del marxismo en la Iglesia a través de la teología de la liberación -expresamente concebida por la KGB desde la jerarquía soviética- recoge en estas celebraciones un fruto maduro de aquella siembra.

Afirmamos que no todos los que parecen católicos son tales, pues no puede haber unidad ni identidad católica sino en la profesión de la misma fe, y hay ya pruebas sobradas de que actualmente no participan de ella muchísimos que aún ostentan el nombre de católicos.

Hacemos mención de esto porque hace unos días, unos hermanos en la fe, oriundos de la provincia de La Rioja nos manifestaron el interés de brindar su testimonio acerca del obispo Angelelli, preguntándome si esto sería posible con la reserva de su identidad, pues (copio sus textuales palabras) “no nos animamos con nombre y apellido… son peligrosos… preferimos que sea con identidad ficticia”.

¿Y cómo negarnos? ¿Cómo pretender que se presenten públicamente, si cuando alguna voz ha asomado para mostrar disenso contra esta gran orquesta ha sido inmediatamente apagada con violenta descalificación, tachando a quienes se atrevían a hacerlo como “responsables, encubridores, adherentes, cómplices y propagandistas del Terrorismo de Estado”.

El propio Monseñor Colombo, ex obispo de La Rioja y uno de los promotores de la causa, muy lejos de lo que se espera de un pastor ecuánime, conciliador y padre de todos, ha desestimado todo testimonio adverso a las beatificaciones como procedentes de “profetas del odio que en su omnipotencia se sienten dueños de este país”, y calificando a las críticas de “trasnochadas, anacrónicas e irreverentes”.

Me pregunto si en la Historia de la Iglesia habrá habido otros casos de beatificaciones digitadas por el temor y la mentira, sin mediar milagro o hecho sobrenatural alguno, y acallando por decreto toda duda de quien osara presentarse.

De cara a Dios y nuestra conciencia, y habida cuenta de la repudiable cantidad de engaños con que se ha orquestado este espectáculo envenenando a las almas desde hace décadas con un rancio discurso ideológico, creemos, pues, que es nuestro deber dar esa posibilidad a la verdad, que en honor a la prudencia y al temor de Dios, la Jerarquía de la Iglesia tiene el derecho y el deber de escuchar y conocer.

La gravedad de este caso, tal como se ha manejado, radica sobre todo en la notable pérdida de credibilidad que sufrirá la Iglesia, dando pie a creer que el proponer y elevar a los altares, cual “canonización a la carta”, es mera cuestión de opinión y gusto del pontífice de turno, y no asunto de Dios.

Encomendándonos a Nuestra Señora de Luján y a San José, realizamos esta entrevista a quienes llamaremos aquí Lucía y Juan, preservando su identidad:

- Quiero agradecerles por la posibilidad de brindarnos un testimonio de lo vivido en La Rioja con Monseñor Angelleli, que no es del todo concordante con lo que difunde la propaganda de su beatificación…

L. -Buenas tardes! Que tema!! Queremos dar nuestro testimonio de entonces y del circo de ahora… pero es difícil de abordar… la verdad, tengo miedo, son subversivos!!

J. -Cuesta hacerlo porque como católico practicante lo guardé en la memoria y me produce un fuerte rechazo su recuerdo, pero es imposible callar ante la mentira que se está montando. A la iglesia de esa época realmente causó un daño enorme y la mayoría de personas adultas ya no están y los que están no quieren o no pueden dar testimonio, sobre todo por miedo; aquí todo el mundo se conoce, y quien no condice con lo que “ellos” proponen inmediatamente es estigmatizado como gorila y repudiado, ya que todo se percibe en términos políticos… es de terror!

- ¿Cuándo conocieron a Angelelli, y en qué circunstancias?


L - Para mi fue terrible… estaba en 1°año de la secundaria de un colegio religioso… y en esa época era re inocente… y este personaje nos juntaba y nos adoctrinabadiciéndonos por ejemplo que no existía el cielo ni el infierno, que eso era un disparate y lo importante era ser buenos aquí, con la ayuda a los pobres y nada fuera de ellos.

J.- Yo era adolescente también, y lo recuerdo por mi catequesis en la Catedral.

- ¿El decía eso?

J -Sembró la confusión y todo lo que nos decía era contrario a lo aprendido en casa… y en el Catecismo. Él decía que teníamos que ser buenos con nuestros hermanos, pero que la confesión era invento de los hombres, por ejemplo.

- ¿No se confesaban en el colegio? ¿No les hablaba de la Misa y de la Eucaristía?

J - Nooo… a la catedral llevaba grupos de baile folklórico!!! Como si fuera un teatro. Por lo general trataba de evitar el celebrar misa en las capillas o iglesias (aquí la gente es muy humilde pero en ningún pueblo falta su capillita, porque la religiosidad popular es muy fuerte y sobre todo la devoción a la Virgen), él prefería hacerlo bajo un árbol, o en las plazas, porque decía que Dios era de todos.

L.: Lo mismo con todas las prácticas de fe, se burlaba del ayuno porque decía que era invento de los curas, que no servía para nada.

- ¿Y qué decía en las comuniones y confirmaciones?

J. - Yo no recuerdo nunca nada espiritual o propiamente religioso; él sacó a Dios del centro de todo y puso a los pobres. Cambió la liturgia; los cantos; todo era un show, hasta con carnavalitos en el altar. Incluso retiró muchas imágenes de la Catedral. Yo iba al catecismo en la catedral donde tomé la primera comunión y confirmación de sus manos… pero no me dejaron inscribir en 2º año, porque mi madre era de la Acción Católica.

- ¿Cómo era el trato con uds. estudiantes?

L. Con él, cero respeto… todo subvertido… pedía que lo llamáramos “Pelado”; por una parte había distancia de temor y por otro lado, mucha demagogia tercermundista… hacía diferencia de personas ostentosamente según la inclinación política, todo lo contrario de un buen pastor, como lo quieren hacer quedar. No tuvimos pastor!! y después de él, menos…

-¿No se hacían Adoraciones al Santísimo? ¿Recuerdo especial de alguna homilía?

L.:-Nooo. Yo tenía familiares en la Acción Católica, y los corrió de la Iglesia, porque les dijo que no quería calienta asientosque de nada servía rezar, que había que salir al pueblo!! Todo era lucha de clases oponiendo a ricos y pobres. Luego disolvió la Acción Católica como venía siendo hasta entonces.

J. – Decía que los sacramentos eran un símbolo, e incluso en las misas se daba el Cáliz para que lo tome cualquiera.

- ¿Y qué hicieron los fieles que no compartían sus formas?


L. Toda la gente que él rechazaba, comenzamos a ir a misa a La Merced. Allí al menos había sacerdote para confesarse.

J. – Sólo había un sacerdote muy anciano que daba la unción de los enfermos, porque el resto lo consideraba sin sentido.

- Y los sacerdotes de su grupo de seguidores, ¿cómo eran?

L.- Cinco sacerdotes dejaron la iglesia y se reunían en casas de familia para militancia política… Los sacerdotes que se alejaron de la iglesia son : Delfor Brizuela (hoy secretario de derechos humanos del gobierno provincial), Alilo Ortiz, Guzmán, Gonzalez y Pinto (que iba con él en el momento del accidente). La imagen que la gente tiene de los sacerdotes es tremenda, se los identifica como trabajadores sociales ante todo… por ejemplo, no sabe lo que es una sotana, y por otro lado ve normal a curas con mujer o hijos, como uno que es capellán de policía y también recibe sueldo como Comisario. No hay sentido de lo sagrado.

J.: Me interesa destacar el daño que se ha sembrado en materia de práctica de fe; en general la población no tiene conciencia ya de la importancia del bautismo, por ejemplo, e incluso muchísimos de los comprometidos ahora en esta beatificación no quieren saber nada con la Iglesia, incluso dicen que prefieren “desbautizarse” o van a marchas por el aborto, pero porque consideran a Angelleli más una figura política que religiosa. Aquí no hay verdadera siembra apostólica sino popular, de corte izquierdista.

- ¿Cuál es el comportamiento de los sacerdotes y obispos sucesores con respecto a la figura de Angelleli?

L. –Hace años que en La Rioja todo es show con esta beatificación, ya hace tiempo que igualmente se le rendía culto porque en muchas iglesias estaba su imagen; ahora todas las iglesias tienen su gigantografía, y hasta en los semáforos se muestra la cara de este hombre…uno se siente acosado, como perseguido, porque parece realmente un culto impuesto de modo prepotente e idolátrico, no cristiano. Hay un clima enrarecido, de “prohibido oponerse”, para nada espiritual. Y no hay en quién confiar dentro de la iglesia de La Rioja, es una zona “blindada”.

J. No es sólo en La Rioja; en Santiago del Estero no hacen sino pasar videos a favor de Angelleli en las redes, por ejemplo, porque el obispo auxiliar de la diócesis es Martínez Osola quien fue párroco en la época de Angelleli, y a quien Francisco nombró como obispo y envió a Santiago del Estero. Hay avenidas, calles con el nombre de Angelleli, pero es rarísimo que se encuentre algún grupo de oración, por ejemplo: eso no está dentro de los “planes necesarios”.

- ¿Qué se sabe de los otros “compañeros mártires”?

J- Ni son mártires ni son riojanos. Ninguno es oriundo de La Rioja: Gabriel Longueville era francés, y antes de La Rioja había estado un tiempo en Corrientes. En La Rioja trabajaba junto a Murias y en una carta a Angelleli le hablaba de su compromiso social con el pueblo en la línea revolucionaria de la Teología de la Liberación. Carlos de Dios Murias era franciscano cordobés, integrante de los Cristianos para la Liberación, grupo creado por Montoneros, que entre lo publicado (y redactado por Norberto Habegger, secretario de la rama política de Montoneros) instaba a “participar en la lucha de los explotados” y cuestionaba la propiedad privada. En cuanto a Wenceslao Pedernera, era oriundo de San Luis, y tampoco fue ajeno a la lucha revolucionaria.

- ¿Qué opinión tienen de la sentencia del proceso de beatificación?

L.: - Que les fue fácil actuar como quisieron, manipulando todo, porque se dio con un pueblo muy manso!!! lo que vivimos en carne propia fue muy duro... se sembró el odio y la confusión… ¡¡y eso germina fácil!!

J.: - La sentencia es totalmente arbitraria por que no valoraron las pruebas que se presentaron. El juez en La Rioja de esa causa fue Quiroga Uriburu y en Buenos Aires, Gils Carbó. Todo está en el expediente, se pueden consultar los testimonios en el Centro de Información Judicial.

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Como se advierte, no podemos ver aquí la misma Iglesia que venera a San Gabriel Brochero, a San Juan Bosco, a San Martín de Porres, al padre Hurtado, o a los verdaderos mártires de todos los tiempos, por cuyos frutos se puede conocer también su santidad y sobre todo su catolicidad entendida como universalidad. Vivimos hoy la era de la “iglesia peronista”, que ya más de uno ha señalado.

Y el clima de temor que transmiten los testimonios recibidos nos traen un aire a la Iglesia clandestina de China, salvando por supuesto las distancias…

De hecho, apelando a los frutos resulta sintomático el interés de los sectores más radicalizados de la izquierda (empezando por Página 12 o las Madres de Plaza de Mayo) en llegar a esta beatificación, saboreándola como si se tratara de una pulseada para torcer el brazo a la Iglesia fundada hace dos milenios


No se nos escapa que para ellos esta impostura puede ser la primera de una serie de presuntos beatos marxistas que los seguirán…

No hace mucho, en una parroquia de la diócesis de San Miguel de Buenos Aires, el primer viernes de cuaresma fue desplazado para por ejemplo celebrar la Misa en honor al día de la mujer, dedicándosela a la “patrona de nuestra patria”aludiendo nada menos que a Eva Duarte de Perón, sin siquiera mencionar en toda la Misa a Nuestra Señora.

La “iglesia de Angelleli”, es la que también el último domingo de Cuaresma profanó la Basílica de Luján con una “misa villera” de la que aquí reproducimos una instantánea compartida por un feligrés allí presente:
  
Insistimos: con sin conciencia, pertenecemos a dos credos muy diferentes, y de lo que hemos de dar cuenta algún día.

Que descansen en paz!

Una reflexión final, sobre la cual no sé si se ha reparado. Más allá de la mentira, de la manipulación ideológica de todo este asunto, están las almas que han sido compradas con la Sangre de Cristo, que sufren las consecuencias.

Por una parte, obviamente, me refiero a las de todos los que creerán en el discurso oficial, pero también, por otra parte, las almas de los propios Angelelli y compañeros. Yo no sé dónde estarán ahora, pero como cristianos debemos rezar por vivos y muertos, y lo cierto es que con este circo, ¿quién pedirá misas por sus almas?, y si alguno lo hiciera, seguramente los sacerdotes dirán que no se puede rezar en favor de ellos sino por intercesión de ellos, privándolos así de lo más necesario. Ciertamente esta beatificación no sólo traerá más discordia entre los vivos, sino que además, no dejará descansar a estos pobres difuntos en paz.


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Nos adherimos a la Súplica filial (ver aquí) para que NO
se confunda a los fieles elevando a los altares al obispo pro-marxista y montonero Angellelli.


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