El obispo italiano de Mantua, Marco Busca, de 53 años, ha declarado públicamente que puede hacer la vista gorda el adulterio sin que los adúlteros requieran cambiar sus vidas.
En una carta pastoral del 30 de noviembre afirmó:
"Años partir de hoy, aquellos fieles que están divorciados y vueltos a casar, o quienes, sin embargo, vivan en una segunda relación estable, pueden emprender un camino de reconciliación eclesial que, en algunos casos, puede conducir a la posibilidad de tener nuevamente acceso al sacramento de la penitencia y la comunión eucarística.
Las indicaciones de la diócesis para este viaje están contenidas en un pequeño documento que ya está disponible en todas las parroquias".
Con este anuncio, Busca se puso por encima del Evangelio y de la Iglesia Católica.
Promueve abiertamente la perseverancia en el pecado mortal, y por eso ha declarado una herejía.
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