jueves, 30 de abril de 2009

LA IGLESIA NO TIENE NADA CONTRA LA LAICIDAD DEL ESTADO


Al referirse a la reforma de la Ley de Libertad Religiosa que está preparando el Gobierno, monseñor Martínez Camino dijo que la libertad religiosa de los católicos en España está regulada a través de los acuerdos del Estado con la Santa Sede, y añadió que la reforma "no puede estar en contradicción" con otras leyes.

En la foto: Mons. Juan Antonio Martínez, secretario general de la CEE

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, afirmó al término de la Asamblea plenaria del episcopado, que la Iglesia no tiene nada en contra de la laicidad del Estado sino que, al contrario, la desea, y destacó el papel decisivo de la Iglesia en esta materia a lo largo de la historia. También destacó que la Iglesia no quiere legislar ni suplantar al Parlamento o al Estado, como se pretende sugerir en algunos ámbitos. Al respecto destacó que ni la Iglesia es el Estado ni el Estado es la Iglesia, si bien es necesaria la colaboración de ambos por el bien común.

Al referirse a la reforma de la Ley de Libertad Religiosa que está preparando el Gobierno, monseñor Martínez Camino dijo que la libertad religiosa de los católicos en España está regulada a través de los acuerdos del Estado con la Santa Sede, y añadió que la reforma "no puede estar en contradicción" con otras leyes y anunció que el Episcopado creó un grupo de expertos que asesorarán a los obispos sobre la reforma cuando se conozcan los detalles del proyecto.

Tras insistir en que los obispos "no quieren ni pueden sustituir al Parlamento", monseñor Martínez Camino reiteró que la Iglesia va a seguir "predicando con libertad el Evangelio y defendiendo los derechos fundamentales" si bien mostró "su preocupación" ante la posibilidad de que el Estado "se convierta en anticatólico".

Las técnicas de eliminar enfermos para dejar vivir a los sanos

El secretario general de la CEE se pronunció en contra de la selección genética de embriones con fines terapéuticos tachándola de "técnica eugenésica", y dijo que consiste en "eliminar a los enfermos para dejar vivir a los sanos". "No se puede hacer el bien a costa de hacer el mal radical, y la Iglesia no puede estar de acuerdo con esas técnicas", y sugirió que estas acciones responden a "intereses económicos" reiterando que "no puede ser proyecto eliminar a los enfermos". Por ello, dijo que "no se puede estar de acuerdo con la selección embrionaria".

En cualquier caso, dijo que la Iglesia está a favor de que se investigue para curar enfermedades y destacó la labor que "muchos católicos" realizan en el ámbito de la ciencia. "La Iglesia está junto a los enfermos y a los que sufren desde siempre y también ahora y, por esta postura compasiva de la Iglesia, es necesario aclarar lo que implican esas técnicas de selección embrionaria ya que no es verdad que con ellas no se cura ninguna enfermedad”, agregó. Con esas técnicas se elimina a unos para la muerte y a otros para la vida “y eso no es curar”. “No se puede hacer el bien a costa de hacer el mal radical: eso no es bueno para nadie y la Iglesia no puede estar de acuerdo con ello”, insistió para añadir que tal postura no es solo de la Iglesia sino también de muchos científicos que no se pliegan a intereses económicos ni a un supuesto progreso. “No puede ser progreso eliminar a los enfermos”, indicó de manera tajante.

Monseñor Martínez Camino reiteró, además, las palabras del arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, en el acto de apertura de la Plenaria calificando la aceptación social del aborto como "una tragedia del siglo XX". Asimismo, defendió que los obispos "nunca han dejado de anunciar el Evangelio de la Vida en su integridad y de denunciar leyes injustas, proponiendo la doctrina de la Iglesia con absoluta independencia de las cambiantes coyunturas políticas".


Un envío de AICA

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VISITA “AD LIMINA” DE LOS OBISPOS ARGENTINOS



Discurso de Benedicto XVI al tercer grupo de obispos argentinos que realizaron la visita “ad limina apostolorum” (Sala del Consistorio, 30 de abril de 2009)


Queridos Hermanos en el Episcopado:

1. Es para mí un motivo de gran alegría reunirme con este grupo de Pastores de la Iglesia en Argentina, con el cual concluye su visita ad limina. Os saludo con todo afecto y os deseo que este encuentro fraterno con el Sucesor de Pedro os ayude a sentir el latido de la Iglesia universal y a consolidar los vínculos de fe, comunión y disciplina que unen vuestras Iglesias particulares a esta Sede Apostólica. Al mismo tiempo, doy gracias al Señor por esta nueva ocasión de confirmar a mis hermanos en la fe (cf. Lc 22, 32), y participar en sus alegrías y preocupaciones, en sus logros y dificultades.

Agradezco de todo corazón las amables palabras que, en nombre de todos, me ha dirigido Mons. Luis Héctor Villalba, Arzobispo de Tucumán y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y en las que ha manifestado vuestros sentimientos de afecto y adhesión, así como los de los sacerdotes, religiosos y fieles laicos de vuestras comunidades.

2. Queridos Hermanos, el Señor Jesús nos ha confiado un ministerio de altísimo valor y dignidad: llevar su mensaje de paz y reconciliación a todas las gentes, cuidar con amor paternal al Pueblo santo de Dios y conducirlo por la vía de la salvación. Ésta es una tarea que supera con creces nuestros méritos personales y nuestra pobre capacidad humana, pero a la que nos entregamos con sencillez y esperanza, apoyándonos en las palabras de Cristo, «no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca» (Jn 15, 16). Jesús, el Maestro, mirándoos con amor de hermano y amigo, os ha llamado a entrar en su intimidad, y consagrándoos con el óleo sagrado de la unción sacerdotal ha puesto en vuestras manos el poder redentor de su sangre, para que, con la seguridad de actuar siempre in persona Christi capitis, seáis en medio del Pueblo que se os ha confiado «un signo vivo del Señor Jesús, Pastor y Esposo, Maestro y Pontífice de la Iglesia» (Juan Pablo II, Pastores gregis, 7).

En el ejercicio de su ministerio episcopal, el Obispo debe comportarse siempre entre sus fieles como quien sirve (cf. Lumen gentium, 27), inspirándose constantemente en el ejemplo de Aquel que no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos (cf. Mc 10, 45). Realmente, ser Obispo es un título de honor cuando se vive con este espíritu de servicio a los demás y como participación humilde y desinteresada en la misión de Cristo. La contemplación frecuente de la imagen del Buen Pastor os servirá de modelo y aliento en vuestros esfuerzos por anunciar y difundir el Evangelio, os impulsará a cuidar de los fieles con ternura y misericordia, a defender a los débiles y a gastar la vida en una constante y generosa dedicación al Pueblo de Dios (cf. Pastores gregis, 43).

3. Como parte esencial de vuestro ministerio episcopal en la Iglesia, verdadero amoris officium (cf. S. Agustín, In Io. Ev., 123, 5), deseo exhortaros vivamente a fomentar en vuestras comunidades diocesanas el ejercicio de la caridad, de modo especial para con los más necesitados. Con vuestra cercanía y vuestra palabra, con la ayuda material y la oración, con el llamado al diálogo y al espíritu de entendimiento que busca siempre el bien común del pueblo, y con la luz que viene del Evangelio, queréis dar un testimonio concreto y visible del amor de Cristo entre los hombres, para construir continuamente la Iglesia como familia de Dios, siempre acogedora y misericordiosa con los más pobres, de tal manera que en todas las diócesis reine la caridad, en cumplimiento del mandamiento de Jesucristo (cf. Christus Dominus, 16). Junto a eso, quisiera insistir también en la importancia de la oración frente al activismo o a una visión secularizada del servicio caritativo de los cristianos (cf. Deus caritas est, 37). Ese contacto asiduo con Cristo en la plegaria trasforma el corazón de los creyentes, abriéndolo a las necesidades de los demás, sin inspirarse, por tanto, en «esquemas que pretenden mejorar el mundo siguiendo una ideología, sino dejándose guiar por la fe que actúa por el amor» (ibíd., 33).

4. Deseo encomendaros de un modo especial a los presbíteros, vuestros colaboradores más cercanos. Que el abrazo de paz, con el que los acogisteis en el día de su ordenación sacerdotal, sea una realidad viva cada día, que contribuya a estrechar cada vez más los lazos de afecto, respeto y confianza que os unen a ellos en virtud del sacramento del Orden. Reconociendo la abnegación y entrega al ministerio de vuestros sacerdotes, deseo invitarlos también a que se identifiquen cada vez más con el Señor, siendo verdaderos modelos de la grey por sus virtudes y buen ejemplo, y apacentando con amor el rebaño de Dios (cf. 1 P 5, 2-3).

5. La vocación específica de los fieles laicos los lleva a intentar configurar rectamente la vida social y a iluminar las realidades terrenas con la luz del Evangelio. Que los seglares, conscientes de sus compromisos bautismales, y animados por la caridad de Cristo, participen activamente en la misión de la Iglesia así como en la vida social, política, económica y cultural de su País. En este sentido, los católicos deberán destacar entre sus conciudadanos por el cumplimiento ejemplar de sus deberes cívicos, así como por el ejercicio de las virtudes humanas y cristianas que contribuyen a mejorar las relaciones personales, sociales y laborales. Su compromiso los llevará también a promover de modo especial aquellos valores que son esenciales al bien común de la sociedad, como la paz, la justicia, la solidaridad, el bien de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la tutela de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, y el derecho y obligación de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas.

Deseo concluir pidiéndoos que llevéis mi saludo afectuoso a todos los miembros de vuestras Iglesias diocesanas. A los Obispos eméritos, sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, y a todos los fieles laicos, decidles que el Papa les agradece sus trabajos por el Señor y la causa del Evangelio; que espera y confía en su fidelidad a la Iglesia. A vosotros, queridos Obispos de Argentina, os agradezco vuestra solicitud pastoral y os aseguro mi cercanía espiritual y mi plegaria constante. Os encomiendo de corazón a la protección de Nuestra Señora de Luján y os imparto una especial Bendición Apostólica.

Benedicto XVI

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PRESENTAN AL PAPA LA CRÍTICA SITUACIÓN DE LA ARGENTINA


Esta mañana el vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Héctor Villalba, pronunció un discurso ante el papa Benedicto XVI en el marco de la visita ad limita que realiza junto con el tercer y último grupo de obispos argentinos.

Texto completo del discurso
Santo Padre:
1. Saludo a Su Santidad en nombre de mis hermanos obispos, que constituimos el tercer grupo de la Conferencia Episcopal Argentina. Hemos venido a la Visita “ad límina” para manifestarle nuestro respeto y presentarle el Informe sobre nuestras Iglesias particulares.

Estamos aquí para que nos confirme en la fe y para recibir su palabra de aliento y esperanza.

Queremos renovar nuestra adhesión y fidelidad a su persona y a su magisterio.

Le traemos, Santidad, el cariño y el saludo afectuoso de nuestros sacerdotes, consagrados, consagradas, seminaristas y fieles laicos, que expresa el afecto y la devoción que nuestro pueblo tiene por el Papa.

Hace apenas unos días, el 24 de este mes, se cumplieron cuatro años del inicio de su Pontificado. Le expresamos nuestro agradecimiento por el servicio que presta a la Iglesia como Pastor universal y por su ternura de padre.

Quiero agradecer a su Santidad, en nombre de mis hermanos obispos, su fecundo magisterio, especialmente por sus dos cartas encíclicas Deus caritas est y Spe salvi, y también por la feliz iniciativa del Año Paulino, que es una bendición para renovar el espíritu misionero de nuestras Iglesias.

Beatísimo Padre, su carta personal del 10 de marzo pasado, escrita con el corazón en la mano y dirigida a nosotros, ha puesto delante nuestro sus ansias y urgencias pastorales como sucesor de Pedro. Gracias por esa comunión espiritual con sus hermanos del Colegio Episcopal, gracias por sus palabras fraternas.

2. Animados por la Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte del siervo de Dios Juan Pablo II y con la voluntad de llevar adelante la Nueva Evangelización, los Obispos argentinos hemos publicado Navega Mar Adentro, un documento que se propone alentar y orientar una nueva etapa en la evangelización de la Argentina mediante una acción pastoral más orgánica, renovada y eficaz.

Navega Mar Adentro es para nosotros una opción apostólica prioritaria. Cada obispo diocesano la implementa y la adapta de acuerdo a las necesidades y característica de su Iglesia particular. En este sentido, varias de nuestras diócesis ya han promovido un Plan Diocesano de Pastoral.

Tuvimos la satisfacción de ver confirmado este camino pastoral en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que se realizó hace dos años en Aparecida, donde Su Santidad nos honró con su presencia y nos iluminó con su palabra.

La misión que proponen Aparecida y Navega Mar Adentro no está limitada en el tiempo: es una misión permanente. Es decir, la misión debe ser la característica, la clave de toda la acción pastoral ordinaria, con la intención de llegar a todos los ámbitos y a todas las personas.

A fines del año pasado, con vistas al Bicentenario de la Independencia de nuestro país, hemos publicado el documento Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016).

En este documento, los obispos, desde la fe, escribimos a nuestros hermanos proponiendo que entre todos busquemos los caminos para superar las dificultades y construir una Nación justa y solidaria. Para ello, a la luz del principio de la dignidad inviolable de cada ser humano y de una concepción integral de la persona, sugerimos algunas metas que estimamos prioritarias para la construcción del bien común.

3. Beatísimo Padre: junto a estas expresiones de vitalidad eclesial, quiero señalar algunos problemas que atañen a la vida cristiana y a la sociedad en general.

Muchos son los desafíos que debemos afrontar cada día.

Hay que mencionar, en primer lugar, la escasez del número de vocaciones sacerdotales y religiosas.

Constatamos, también, la falta de formación religiosa en muchos de nuestros fieles. A ella debemos añadir la disociación entre la fe y la vida. Por ello, la tarea catequística tiene que ser una prioridad entre nosotros.

En nuestra sociedad ha aumentado la violencia y la inseguridad con sus consecuencias criminales de todo tipo.

Nos intranquiliza el aumento del consumo de la droga que afecta la salud y termina con la vida, especialmente de los jóvenes.

Si bien ha habido una disminución de los niveles de pobreza e indigencia sufridos durante la crisis de los años 2001-2002, no se ha logrado reducir aún el grado de la inequidad social, ya que sigue siendo muy grande la desigualdad en la distribución de la riqueza.

Lamentablemente no se ha podido erradicar un histórico clima de corrupción. Tampoco el mal del clientelismo político.

Es particularmente preocupante la situación de los jóvenes que no estudian ni trabajan.

En los últimos años, en distintos documentos y declaraciones, la Conferencia Episcopal ha señalado que la raíz de la crisis económica, social y política es, fundamentalmente, una crisis moral.

Por eso, frente a la crítica situación de nuestro país, elegimos la Nueva Evangelización, como la mejor contribución que la Iglesia puede ofrecer para superarla.

Santo Padre: le manifestamos nuestro amor filial, nuestra completa fidelidad y nuestra oración. Le imploramos su bendición apostólica para nosotros pastores y para todo nuestro pueblo argentino.

Encomendamos a la Virgen de Luján, nuestra Madre y Patrona, que lo acompañe y asista en su pontificado. Ponemos en las manos de la Virgen sus intenciones y nuestros anhelos.

Ciudad del Vaticano, 30 de abril de 2009.

Mons. Luis H. Villalba, arzobispo de Tucumán, vicepresidente 1º de la CEA.

Fuente AICA

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EL PÁRROCO DE LA CALLE DE LA MUERTE


Entrevista de La Nación con el sacerdote que luego fue amenazado.

En la foto: El padre Pepe, coordinador del grupo de sacerdotes que denuncian el paco

Por Jorge Fernández Díaz

Días atrás, LA NACION estuvo en la villa 21 con el padre José Di Paola, uno de los sacerdotes que a comienzos de mes declararon que la droga estaba despenalizada "de hecho" en las villas. Ayer, el cardenal Bergoglio denunció que uno de esos curas fue amenazado de muerte. Esta nota cuenta la lucha de Di Paola para recuperar a chicos que han caído en el paco.

"Che, dale, déjense de joder -dijo el hombre-. Si ya les dimos la guita..." Estaba en el piso, rodeado de chicos de ojos turbios y revólveres negros, y se refería al pago del peaje que usualmente le cobraban para entrar en la villa 21. El hombre se llamaba Angel, tenía 66 años y era repartidor. Siempre pagaba para entrar a hacer su trabajo y ahora querían cobrarle también la salida. "Callate, viejo, porque te pego un tiro", le respondió uno de los chicos, y como vio que Angel quiso incorporarse para tratar de hacerlo entrar en razones, le disparó directamente a la cabeza. Fue un balazo seco. Angel quedó tendido en esta misma calle, Osvaldo Cruz, por la que camino ahora con el corazón en la garganta.

Cuando le di la dirección al remisero que me llevaba, se puso blanco. Me rogó que no lo obligara a entrar por esa calle de Barracas en esa ciudad de la pobreza donde viven más de 45.000 personas. Un policía que no tiene jurisdicción en la villa me hace la gauchada de acompañarme hasta la parroquia. Mientras caminamos por esa calle todos nos miran. El policía va contándome historias oscuras, muy oscuras. Hace muchos años que no tengo tanto miedo y siento una vergüenza íntima. Cuando era cronista policial, no tenía miedo a nada, pero eso pasó hace mucho tiempo, de una villa son gente trabajadora y noble: los hombres se ocupan como albañiles o vendedores ambulantes, y las mujeres, como empleadas domésticas. También sé que esa gente sufre más que nadie la inseguridad, y que la miseria envilece. Pero no puedo evitar pensar en ese 5% que integran los asaltantes, los traficantes y los adictos desesperados. Yo no cuento con más armas que mi libreta negra y mi mochila, donde llevo recortes de prensa: una reciente cacería humana durante la que asesinaron a cinco personas, ajustes de cuentas entre bandas rivales, homicidios solitarios por alguna bronca y revelaciones escalofriantes de un cura.

Todos le dicen padre Pepe, pero se llama José María Di Paola, tiene 46 años, oficia de coordinador del Equipo de Sacerdotes de Villas de Emergencia y es el párroco de la calle de la muerte. Hace unas semanas puso la cara en una conferencia de prensa, para explicarle al país que el problema no eran los habitantes de la villa, sino el narcotráfico y la inacción completa del Estado y la Justicia. Muchos niños y adolescentes portan armas y consumen droga sin que nadie persiga a los traficantes, y entonces hacen de la villa tierra propia, es decir, tierra de nadie. Los sacerdotes hablaban en defensa de los propios pobladores de sus comunidades, que ven con impotencia la llegada de la peor de las plagas: el paco.

Hace cuatro o cinco años la "pasta base", que antes era un mero desecho químico de la cocaína, se transformó en una mercancía de primer orden y se masificó en las zonas marginales. El paco cuesta muy barato y su consumo creció un 200% en la Argentina. A sus consumidores primero los pone eufóricos y luego fisurados; no tarda en volverlos adictos. Rápidamente, entran en una fase de alucinaciones, paranoias y agresiones salvajes. Se los conoce como los "muertos vivos". Son como vampiros de un elixir que se mezcla con viruta de metal y ceniza, que se arma con latas agujereadas y que conduce a la muerte cerebral en seis meses. La "latita" los vuelve erráticos y violentos, y la desesperación por conseguir dinero, en asesinos voraces. El paco rompió todos los códigos de convivencia. Hasta los códigos de los mismísimos "pibes chorros". En cualquier esquina de Buenos Aires puede verse a los "muertos vivos" vagar sin rumbo, o tirados en una vereda. A veces, un chico pacífico cambia de pronto de personalidad y comete un crimen sangriento por dos monedas. En ocasiones, los miembros de una bandita actúan como pirañas, atacan todos juntos a cualquiera, lo golpean y lo desvalijan en segundos en busca de recursos para seguir comprándoles a los vendedores de paco las dosis de esa misma tarde.

Me intriga cómo hace para vivir y luchar contra esta legión de problemas el párroco de la calle Osvaldo Cruz. Cuando entro en la sombra de un edificio humilde, con una iglesia y un patio techado y un aula donde varias mujeres hacen un taller de cerámica, me recibe un arcángel desgreñado. Es un hombre curtido de pocos dientes y de una dulzura inexplicable, un ayudante de Dios. "Tiene que esperarlo un rato", me aclara. Hago fila con damas taciturnas, y siento que lentamente me vuelve al alma al cuerpo. Imagino afuera a los "muertos vivos" esperándome, pero ahora siento que no se atreverán a pisar tierra santa. Es un pensamiento irracional, que de nuevo me avergüenza, pero no puedo evitarlo. Pasan algunos minutos y aparece un chico corpulento vestido con una remera y tocado por una gorra puesta al revés. Trae cara de pocos amigos, y aunque le cedo amablemente mi lugar no me lo agradece. Tiene la mirada dura. El padre Pepe sale de su despacho y le entrega una llave. "Lo estamos recuperando del paco -me explicará después a solas-. Está en plena lucha." Pepe parece más joven de lo que es. A una amiga que lo vio en las fotos de los diarios y en los noticieros televisivos, se le escapó un piropo: "Es muy fachero, parece un cura Calvin Klein". La impresión personal le quita glamour : Pepe usa una modesta camisa azul de cura con clergyman y unos jeans gastados, tiene pelo largo y barba, y habla sin ego ni énfasis.

Al entrar en su diminuta oficina veo un póster que dice "el hambre es un crimen" y la pared abarrotada de fotos. Entre todas descubro a la Madre Teresa y al padre Carlos Mugica, y unos versos anónimos que terminan con una advocación significativa: "Tu me enseñaste que el hombre es Dios, y un pobre Dios crucificado como tú. Y aquel que está a tu izquierda, en el Gólgota, el mal ladrón, también es un Dios".

El gladiador vive en una casita trasera y, cuando no hay tiros ni dramas, se duerme a la medianoche leyendo estudios sobre las adicciones. Se despierta a las seis y media de la mañana, se ceba unos mates y se queda cuarenta minutos rezando el breviario. Recién después comienza a caminar el día. Sus padres viven en Burzaco, pero Pepe fue a un secundario de Caballito. Era un muchacho de clase media subyugado por la tarea evangélica del capellán. Iba caminando a Luján, participaba de grupos cristianos, hacía tareas sociales y dudaba entre ser cura o abogado, entre el Evangelio y el Código Penal. Al final terminó en el seminario y se recibió en la Facultad de Teología de la UCA. Es un ochentista, parte de la generación de las Malvinas, y nunca vio como un asunto ideológico su "opción por los pobres". Admira tanto a Mugica y Angelelli como a Don Bosco y Bergoglio. Antes de llegar a la villa 21 pasó por Ciudad Oculta. Cuando le propusieron ocupar la parroquia de esa calle muchos le preguntaban si estaba castigado. Llegó en 1997, con la idea de armar trabajos de prevención de la droga y la violencia, y también para organizar a los más jóvenes. Y se encontró con un panorama amenazante y desolador. Había desconfianza, desintegración y violencia. Tuvo en esos primeros tiempos miedo físico y espiritual. Todas las noches se iba a dormir con la misma pregunta: "¿Qué más puedo hacer? ¿Qué más puedo hacer, por Dios?" No ha dejado de preguntarse lo mismo en estos doce años.

Necesitaba cohesionar y la mejor ocurrencia tuvo que ver con la Virgen de Caacupé. Cuenta la leyenda que en este pueblo del Paraguay había un nativo que era artista de la madera, y que un día se internó en la selva en busca de los mejores materiales y que se sintió rodeado por miembros de la peligrosa tribu de los mbayas. Fue entonces cuando el pobre hombre se arrodilló y le prometió a la Madre de Cristo que esculpiría su imagen si salvaba su vida. El escultor se hizo de pronto invisible por la gracia de Dios y cumplió su promesa al construir la Virgen más venerada del Paraguay.

La mayoría de los habitantes de la villa 21 eran y son paraguayos, y Pepe entendió que era decisivo traer a la Inmaculada a este lugar. El santuario es de 1765 y el párroco no paró hasta que logró enviar a una comisión a buscar una réplica. La llegada a Buenos Aires fue apoteótica. Se hizo una misa en la Catedral y luego una muchedumbre marchó con la Virgen de Caacupé en una larga procesión a pie desde el Centro hasta Barracas, parando en distintas parroquias hasta alcanzar al final su nuevo y definitivo hogar, esa pequeña iglesia de la calle Osvaldo Cruz donde el padre José Di Paola esperaba, con miles y miles de devotos de la villa 21, la entrada de la sagrada imagen. Fue un momento emocionante y decisivo. Esa imagen de la Virgen articuló la devoción y permitió crear la base del milagro.

Di Paola y tres camaradas sacerdotes comenzaron a llevar el catecismo a las casas, abrieron capillas, organizaron escuelas de deportes y una escuela de oficios. Formaron un grupo de cuatrocientos hombres que militan y trabajan en tareas comunitarias, y convirtieron a cientos de adolescentes en niños exploradores. Los llevaron a campamentos en la provincia de Buenos Aires y también los hicieron viajar a Tandil y a Bariloche. Jamás hubo en ninguna de esas excursiones la más mínima inconducta. El padre Pepe sabe que el noventa y cinco por ciento de los villeros son honrados y pacíficos. Pero sabe también que el noventa por ciento de los delincuentes provienen de las villas y que esa inmensa minoría estigmatiza las barriadas pobres y deforma la verdad. Decir que los pobladores de una villa son ladrones equivale a pensar que todos los habitantes de San Isidro son ricos. En San Isidro hay, además de medio pelo y clase media pauperizada, varias villas miseria. No se imagina Di Paola regresando a un barrio porteño, donde las relaciones son tan individualistas y donde todos practican el autismo y la indiferencia. En su comunidad hay tragedias inconmensurables, pero también solidaridad, calidez humana, un amor límpido y desbordante. Una cosa es darle un plato de comida a una persona que tiene hambre. Otra muy distinta, y mucho más valiosa, es darle la mitad de tu plato, la mitad de tu pan, la mitad del cuarto de tu vivienda, la mitad de lo poquísimo que tenés. "Dar -decía la santa de Calcuta-. Dar hasta que te duela."

Los policías, los jueces, los ministros. Todos brillan por su ausencia en la villa 21. La droga está despenalizada y el paco es un tsunami. Con el paco pierden todos, me dice. Se nota un toque de angustia en su cara serena. Es un hombre que ha llorado mucho y al que se le han secado las lágrimas. Se le confunden en la memoria las palizas, los robos, las violaciones, los tiroteos y las muertes que vio. No quiere hablar de eso. Pero la epidemia de los "muertos vivos" lo tiene anonadado. Nadie hace nada. Todos prometen fondos y ayuda, hablan en los diarios y en la televisión, pero sólo del gobierno vasco logró un pequeño subsidio. Y con ese dinero insuficiente inició un centro de recuperación de adicciones: una salita de día, una granjita y una casa de medio camino, desde donde intentan que los recuperados se inserten de nuevo en la sociedad y no vuelvan a caer. Todo con ayuda de voluntarios, mangueando remedios y a veces haciendo el milagro de la multiplicación de los medicamentos. Puré de clonazepan para chicos alterados que quieren dejar de ser zombis.

Tiene en estos momentos ocho chicos camino de reconvertirse a sí mismos en personas. Ocho. Allá afuera hay dos mil "muertos vivos". Nacen y mueren varios de ellos todos los días. No puedo dejar de pensar que es un marinero en un bote perforado sacando agua con una cucharita.

Me muestra una foto de Pablo, un pibe violento que había sido esclavo del paco y al que, con muchísimo esfuerzo, Pepe fue rescatando del infierno. Pablo posa junto a un Jesús crucificado. Posa con orgullo. Di Paola le dijo que a él lo mandaban a un retiro espiritual quince días a Córdoba y le pidió que en esas dos semanas no saliera de su casa. "No salgas, Pablo, aguantame que vuelvo -le dijo-. No corras riesgos. No salgas." Pero al cuarto día Pablo se sintió fuerte y confiado, y salió a caminar por la villa. Y sus antiguos enemigos lo acribillaron a balazos en la calle.

Cuando el padre Pepe regresó a su casa en la 21 y se enteró del asesinato, se dobló de dolor y le flaqueó seriamente la fe. No la fe en Dios. Sino la fe en sus propias fuerzas, en la tarea de achicar el agua con una cucharita en medio de un maremoto. Pero, luego, el gladiador se levantó de ese desasosiego, se abrochó el clergyman y siguió adelante. Sembrar, sembrar, sembrar, se dice. Caerse y levantarse. Pero está muy solo. Unicamente lo acompañan sus feligreses, que lo adoran, los otros curitas y su obispo. El cardenal Bergoglio lo visita seguido. Viene en colectivo hasta la villa y confraterniza con los hombres y mujeres de la capilla de la Virgen de Caacupé. Una tarde, el hombre que hace cuatro años pudo haber sido papa estaba charlando con un grupo grande de albañiles, Uno de ellos se paró y dijo que hacía un tiempo le había ocurrido algo singular. Salía de una obra en un edificio en construcción de un barrio porteño y, al subir con sus compañeros al colectivo, mientras hablaban en guaraní y hacían bromas, el albañil divisó sentado en el fondo a Bergoglio. Les avisó a sus compañeros que era el mismísimo jefe de la Iglesia Católica argentina, pero no le creyeron. El albañil no pudo entonces con su genio, se acercó a Bergoglio, le preguntó si era quien era y le pidió la bendición. "Cuando bajé del colectivo, padre -declaró el albañil ante el silencio de todos-, les dije a mis compañeros: «Qué bueno tener un obispo que vive como nosotros»." A Bergoglio, que es un estoico, se le llenaron los ojos de lágrimas y lo quebró por un instante el llanto.

Una vez mataron a tiros a un vecino a la salida de una misa, en esa misma calle por la que entré caminando y por la que Di Paola anda como si fuera una celebridad, acaso el verdadero padre de todos, el jefe de la gran familia. Un padre joven y fachero, que jamás se jacta de nada ni levanta la voz, y que logró la unión en la fe de una zona populosa donde la cultura tumbera es minoritaria. Se escuchan mucho más polca, chamamé y canciones populares paraguayas que cumbia villera. Aquí están las víctimas. Los traficantes de droga y los mercaderes de armas tienen muchos billetes y viven fuera de estas barriadas. Di Paola visita enfermos, atiende problemas, da la extremaunción, reparte consejos y, por las noches, cuando tocan a su puerta, se pone su coraza de tela azul y acude corriendo a la escena del crimen. Vecinos asesinados. Adolescentes heridos de arma blanca. Niños lastimados. Venganzas. Dramas con gritos y sangre. Acusaciones y lamentos. El padre Pepe llega casi siempre primero: la ambulancia del SAME tarda mucho más, porque no entra en la villa sin la custodia de un patrullero de la Policía Federal. Y el patrullero viene cuando puede.

Al caer la noche todo se vuelve más siniestro. La oscuridad, en la tradición cristiana, está vinculada al mal. Y las tinieblas en la villa 21 son letales. Pepe me está diciendo todo esto mientras vemos, por la ventana, que el último sol se apaga. Pienso en los vampiros del paco, que me aguardan afuera. Di Paola me lee el pensamiento. "¿Cómo viniste hasta acá?", quiere saber. Le explico que el remise partió y le digo, haciéndome el valiente, que no se agite: voy a irme caminando. Son cuatro cuadras hasta Vélez Sarsfield, y ahí tomo un colectivo. "No, no -me dice-. La salida es más difícil que la entrada." Pienso en el repartidor de garrafas que mataron hace cuatro semanas de un balazo seco en esta misma calle de la muerte.

Salimos del despacho y Di Paola llama al arcángel desgreñado, que viene desde el fondo. "Llevalo hasta la avenida", le ordena. El ayudante de Dios asiente y Di Paola y yo nos damos un abrazo. Le digo la verdad. Le digo que fue un honor conocerlo. No sé cómo me va a llevar el arcángel y presiento que quiere que me suba a una bicicleta, porque agarra una y me llama desde el umbral. Vamos, me anima. Salimos a Osvaldo Cruz, y el hombre se me pone al lado, yo junto a la pared y él caminando con la bicicleta entre los dos. El arcángel, como una muralla o un salvoconducto ante las decenas de ojos que nos siguen con la mirada silenciosa del atardecer. Hay mucha más gente que antes y ya no queda un miserable rayito de sol. En una pared hay un dibujo colorido y una oración del Gauchito Gil. Salimos de la barriada y andamos despacio por ese corredor de asfalto que es más oscuro que la villa misma. El arcángel me va contando dos cosas: la santidad del curita y la maldición del paco. Al llegar a Vélez Sarsfield veo que mi fiel remisero me hace señas desesperadas desde la otra orilla. También veo que sigue pálido como un muerto. Gracias, amigazo, le digo al arcángel, y al darle la mano siento los callos y asperezas del trabajador incansable. Ese buen hombre común, ese ayudante de Dios, es como el promedio de todos aquellos siervos de la Virgen de Caacupé.

Cruzo la avenida y el remisero me dice que estaba asustado porque yo no salía y que no sabía si entrar o llamar al diario o avisar a la comisaría 32. Lo tranquilizo un poco. Este también es un buen tipo. Me subo a su auto y arrancamos. Y a medida que nos vamos metiendo en el centro de la ciudad tengo la impresión de que no puedo volver a ser yo mismo. Me pongo el reloj y prendo el teléfono, que había escondido durante todo este tiempo para no convertirme directamente en un blanco móvil, y las calles conocidas me devuelven una falsa sensación de seguridad. Pero lo real y lo imaginado durante aquel viaje al corazón de la plaga y el dolor no me abandonan. Me persiguen un larguísimo tiempo. Nos detenemos en una esquina céntrica y yo no puedo dejar de ver a esos tres chicos: no tendrán más de nueve años. Dos de ellos están fisurados, arrojados en una vereda. El otro camina unos metros con una cierta electricidad descoyuntada, errante en la sombra. Muertos vivos cruzando la noche, pienso, y miro el reloj. A esta hora el párroco de la calle de la muerte debe de estar caminando los pasillos de su laberinto. Qué cura testarudo. No sabe rendirse.

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LAS MADRES DEL PACO DENUNCIAN QUE 12 CHICOS MURIERON ESTE FIN DE SEMANA EN PROVINCIA Y "ESTÁN HARTAS DE VER CADÁVERES"


Lo sentenció una de las referentes de la Fundación Madres contra el Paco, del Cuartel Noveno perteneciente al partido de Lomas de Zamora. “Este fin de semana, este último fin de semana, juntamos doce chicos muertos, acá en el Cuartel Noveno. Arrinconados. Deshechos. Reventados por el paco”, relató.

Silvia, una de las referentes de la Fundación Madres del Paco´ del barrio La Madrid en Ingeniero Budge, denunció hoy que 12 chicos murieron en al provincia el fin de semana y que que "están hartas de ver cadáveres".

“Este fin de semana, este último fin de semana juntamos doce chicos muertos, acá en el Cuartel Noveno. Arrinconados. Deshechos. Reventados por el paco”, disparó Silvia.

Luego amplió: “Pero estoy contenta, porque conseguí internar a un muchacho de 20 que estaba muy mal. No lo querían recibir en el CPA porque no tenía documentos, no tenía identidad. Lo único que tenía era un revólver en el bolsillo, que se lo sacamos y lo tiramos por ahí. Ellos no querían recibirlo, pero armamos un escándalo y al final lo pudimos internar”.

“No puede ser que los pibes estén tirados por ahí, todas las noches, y que nadie haga nada. Nosotras le pedimos a la Provincia una camioneta, para juntar a esos chicos antes de que se mueran solos, o antes de que los maten”, agregó.

“Los funcionarios provinciales hablan de que no están los padres, que eso no se puede... ¡qué padres ni padres!, al pibe lo subís a la camioneta y te lo llevás, porque si no, lo perdés. Si no te lo llevás, el pibe no pasa de esa noche”, señaló.

“Los Centros de Prevención de Adicciones que había creado el secretario Yaría en tiempos de Duhalde, primero los pasaron a Salud de la Provincia, y ahora los dejan morir de a poco. El ministro Zin, me dijeron, quiere tercerizar todo, quiere dárselo a empresas privadas”, denunció.

“En los lugares de internación no hay comida, porque no la mandan. Al personal, hace meses que no le pagan. En el SEDRONAR, por el retraso en los pagos, ya los profesionales y el personal están de paro. Además, el único lugar que queda para internar menores es una isla en la provincia de Entre Ríos... ¿a vos te parece? ¡una isla en el río Paraná!”, concluyó.

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EL FALLECIMIENTO DEL PBRO. EDGARDO GABRIEL STOFFEL


"El padre era un gran tipo"
Las palabras de sus allegados expresan el pesar de los santafesinos por el deceso del párroco de San Cayetano, quien murió ayer en Gálvez. Sus restos serán velados en la parroquia Santa Margarita de Escocia, y sepultados hoy a las 10.30


Por Florencia Arri

Ayer, a las 10.30, las campanas de la parroquia San Cayetano (Padre Genesio 1644) resonaron fuera de horario, portadoras de una mala noticia: el padre Edgard Stoffel, quien fue su párroco por 23 años, había dejado de existir.

Más allá de la pena que despertaron las campanadas y las visitas de vecinos que se acercaron a la parroquia en busca de detalles, era un final esperado para quienes conocían al sacerdote, que desde hacía varios años padecía una enfermedad terminal. Según informaron quienes lo acompañaron en los últimos momentos, a pesar del deterioro de su salud, Stoffel permaneció en la casa parroquial con atención médica permanente hasta anteayer a las 16.30, cuando su familia decidió internarlo en un nosocomio de Gálvez ante el inminente desenlace.

Así, fue trasladado en ambulancia a Sanatorios Integrados de Gálvez, donde lo recibió el Dr. Víctor Hugo Pérez, quien manifestó que el sacerdote “llegó ayer por la tarde, en estado de coma, ya moribundo y falleció esta mañana por un estado terminal de cáncer de riñón”. Pérez aclaró que Stoffel había recibido el tratamiento indicado para la enfermedad, pero que ésta fue más fuerte.

Jorge Cardozo, empleado de la parroquia desde hace 17 años —“y amigo del padre desde hace 20”, aclaró—, comentó a El Litoral que el párroco “conocía su enfermedad, la investigó tanto como pudo”.

“La comunidad parroquial siente mucho su fallecimiento —expresó Jorge—. El padre era un gran tipo: inteligente, muy buena gente y, por sobre todo, solidario. Hizo mucho por la parroquia, peleó mucho por ella y por la gente del barrio. Lo vamos a extrañar muchísimo”.

Su obra

El Pbro. Edgar Gabriel Stoffel nació en Gálvez, el 3 de diciembre de 1956, y cursó sus estudios de filosofía y teología en el Seminario Conciliar de Córdoba. Ejerció el ministerio sacerdotal desde el año 1983, y 23 de sus 25 años de sacerdocio fue párroco de la Parroquia San Cayetano de nuestra ciudad.

Como docente, fue titular de la cátedra de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Católica de Santa Fe, y de Historia de la Iglesia y Doctrina Social de la Iglesia, en el instituto terciario San Juan de Ávila de nuestra ciudad.

Por muchos años fue también miembro de número de la Junta de Estudios Históricos de la provincia, y de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.

Hasta sus últimos días, fue director del Archivo Histórico del Arzobispado.

En lunes 20, según su deseo, su libro “Nuestra Señora de Guadalupe. Documentos, bibliografía y testimonios para una renovación de los estudios en torno de su devoción” se presentó en el marco de la novena a Ntra. Sra. Guadalupe. Stoffel no pudo estar presente debido al avance de su enfermedad, y la disertación estuvo a cargo del arquitecto Luis María Calvo y la profesora Liliana Montenegro. La obra se suma a numerosos opúsculos y artículos sobre temas religiosos y sociales publicados en revistas especializadas y en medios de difusión masiva.

Fuente El Litoral de Santa Fe

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miércoles, 29 de abril de 2009

SANTA FE – LA PASCUA DEL P. EDGAR STOFFEL

Se esperaba que en cualquier momento el “Gordo” partiese a la Casa del Padre.
Sacerdote, historiador, periodista, docente, activista social, hombre de bien y buen amigo ha sido ganado para la Gloria dejándonos un testimonio de Caridad y Fe inquebrantable.


Por Juan Carlos Sánchez

Un grande que tuvo que pelear contra todo y su última lucha fue contra el cáncer.
Escribí sobre él una nota con el título “Tengo un amigo en problemas y se lo quiero contar” hace tiempo en este medio. A esa la escribí dolorido, esta ya no, el Gordo superó su última prueba en esta etapa de su vida, su última entrega, su ofertorio, tal como siempre vivió: Cara a la Cruz.
Samuel Jofré, Pbro. desde Roma, un común amigo que está terminando sus estudios superiores, me escribió: “Con lo bien que está llevando la enfermedad Edgar Stoffel, entrará al cielo salteándose el purgatorio. A mí me edifica su actitud. ¡Qué riqueza para Santa Fe!”¿Somos capaces de gozarla? ¿Estamos preparados como Iglesia para superar las mezquindades de nuestra naturaleza y aprovechar intensamente la cruz de un hermano? Es su último acto de generosidad. A su tiempo reflexionaré sobre esto.

Te extrañaré, Edgar. Tus largas llamadas telefónicas diarias interrumpidas por el avance de tu enfermedad, las reflexiones, las ironías y por qué no esas pastas con la salsa “de la mama” a los cuatro quesos o esos pollos asados a la parrilla trozados con precisión con un hacha de mano que compartimos en tu casa.
Te extrañará la “chaqueñada”, el Barrio Chaqueño de tu Parroquia de San Cayetano, barrio bravo que no temías caminar.
Te extrañará Mariano, mi hijo menor, el de 8 años, con quien todas las noches rezábamos por tu salud o para que se cumpla de una buena vez la voluntad del Padre que siempre es lo mejor para vos y todos nosotros.
Y te confieso Gordo que se me piantará un lagrimón más de una vez pese a saber que estás de 10 + IVA porque era lindo pelear contigo sobre política, o de las chanchadas de algunos hermanos que ante tu sufrimiento ponían cara de estampita y se borraban, o de las opiniones de tantos colegas periodistas que nunca se interesaron por las cosas de nuestra Iglesia pero que cuando te procesaron se llenaron la boca de gansadas.
También extrañaré tu generosidad. Tuviste un corazón grandote, Edgar, ¿cómo es tu corazón resucitado de ahora? Pedile a Jesús por nosotros, los que aún peregrinamos. Por todos los que participaron de la cadena de oración por vos desde este medio o tu comunidad. Ahora podés más.
Consolanos. Consolá a nuestros obispos, a José María que sufre, a Edgardo Gabriel que te “llamaba cada vez que llovía” y que sabe de tu fidelidad.
Y a tu comunidad tirale otro pial para que siga firme en su camino de santidad.
Cuando vuelva a escribirte te preguntaré con quienes te encontraste “arriba”, como te recibió el “Negro” José Luis López o el P. Guntern.

Ahora, solamente un ¡Gloria a Dios!
Un amigo más en la Casa del Padre esperándonos.


E-mail de autor zschez@yahoo.com.ar
29 Abr 09

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martes, 28 de abril de 2009

EL TERCER FEMINISMO


La sexualidad cristiana “dopo Lugo.
Se trata de encontrarnos en un “entre nosotros que siga siendo fascinante el relacionarmos, como el poliorgásmico acto de la creación que nos constituyó.
(**)


Por el P. Leonardo Belderrain

Dos cartas -a mi entender- plantean la diferencia entre el primer feminismo del mayo francés y el segundo feminismo de los años noventa. Pienso que el primero es un poco resentido; coincide con un estilo como el de la primera carta a Lugo que me llegó por prensa ecuménica, un poco peleado con lo masculino, con cosas serias que pasaron y pasan. Aquel feminismo ve en Lugo un victimizador de niños y mujeres pobres.

El segundo, tal vez esté menos resentido con los “padres”. Pone su beligerancia en nuestras instituciones como la iglesia católica, pero es más consciente de que convocamos la energía que tenemos y que las mujeres relacionadas con el padre obispo son como el, de poco el perfil bajo y con algo de interés por la adrenalina mediática. Para este feminismo, el único pecado del obispo es haber sido muy ortodoxo con su iglesia no usando preservativos. Las instituciones serias deberían ayudar a las personas a afrontar sus pulsiones responsablemente y no lo hacen. A mi entender esta naciendo un tercer feminismo.

Como el de Borges y Maria Kodama, donde ninguno busca reivindicar su género pero curiosamente se confirman ambos en una relación donde ya no se disputa poder y se siente el gusto por pertenecer al otro.

Este tercer feminismo, se mimetiza menos con los que dicen que tienen mucho protagonismo. A nadie le importa mucho si el Papa actual no es un buen showman o es poco diplomático, porque no son del interés de estas nuevas culturas los caudillos, los paternalismos, los centralismos y sobre todo el romano

Para este estilo, es muy importante tener aquí en la tierra con la pareja o con la comunidad “la vida trinitaria”, que es donación absoluta y entrega a lo distinto. Este feminismo no condena a Lugo ni a las mujeres que lo festejan; piensa que en materia de sexualidad estamos todos buscando maestros y que se debe condenar sólo lo abominable: el abuso la pedofilia etc. Ojalá Lugo, usted, yo y tantos otros, nos encontremos en este estilo de donación sin “boletas” al otro género. Ojalá que ayudemos a las instituciones y que estas ayuden a salir del desuetudo y la anomia a las nuevas generaciones. Se trata de encontrarnos en un “entre nosotros” que sigua siendo fascinante el relacionarmos, como el poliorgásmico acto de la creación que nos constituyó. (**)


Carta Abierta al Presidente Fernando Lugo

De Claudia Florentín. (*) Buenos Aires.

Estimado Presidente: me he quedado pensando en su confesión. Toda confesión es bienvenida. Pastoralmente hablando, libera, usted lo sabe. Nos alegramos con toda confesión y me alegra escuchar que ahora se hará cargo de lo que confesar conlleva. Imagino que su corazón y su espíritu estarán más livianos… pequeña carga llevaba. Que Dios le ayude a vivir como padre, de verdad, y no solo para que lo reproduzcan los medios. Lo deseo por Guillermo, sobre todo. Pero soy mujer, sabe, y no puedo dejar de pensar en Bibiana.
A ella sí que su confesión le resultará tardía. Porque usted pudo ocultar durante dos años su paternidad, su “pecado”, pero ella no. ¿Cómo oculta una mujer el fruto de su “pecado”? a ella le toca, siempre, cargar con la responsabilidad de dos. Y para más peso, asumir la responsabilidad que el hombre no asume, aunque sea obispo.
Y si, me dice un amigo, no debe haber sido fácil para él: obispo, candidato a la presidencia… ¡Más vale tarde que nunca!, dicen otros.
Yo no coincido. Discúlpeme usted, pero no puedo pensar que se calló por falta de coraje nada más. Creo que los que callan su responsabilidad lo hacen con conciencia, y en estos casos más, sabiendo que exponen a la mujer a la marginación, a la vergüenza (en pueblo chico, todo se sabe), a la soledad de una maternidad casi inconfesable.
Creo que usted se dejó impregnar por el machismo, ese mal que se pasea impunemente por este mundo.
El machismo se nutre de poder, un poder basado en esquemas desiguales. Y en su historia, esos esquemas están bien presentes. Es más, hasta diría que, en otros casos, estaríamos sospechando un acto en las márgenes de la ley. Bibiana confiesa una relación que comenzó cuando ella tenía 16 años. Y usted, 47, si no me equivoco. ¿Relación mutuamente consentida? Imposible, aunque la chiquilla haya dicho que sí. Porque a los 16 años una mujer es apenas una niña, pero básicamente porque la diferencia de lugar, de jerarquía, puso a esta niña en situación de clara desigualdad.
El sacerdote, el obispo, el pastor de las ovejas, el hombre, sí, establece su poder de dominación, de seducción, de poder, frente a la mujer apenas en ciernes; frente a la “ovejita” que debe ser cuidada.
La estructura de poder está bien definida. La niña- ya con una primer carencia afectiva viviendo de prestado en casa de una pariente o una empleadora-, enfrentada al macho fuerte, inteligente, protector, al hombre adulto, maduro, poderoso, ¿Por qué quien niega que un obispo tiene su cuota de poder y sabe usarla?
Me dicen, ¿por qué ella habla ahora? ¿Qué quiere? ¿Qué le dieron? No sé, no la conozco, ¡pero conozco tantas miles de realidades iguales! Mujeres, niñas, adolescentes, que un buen día se hartan de tanto dejarlas bajo el felpudo! “Le querrá hacer daño ahora que es presidente”, oigo por ahí. La verdad, si así fuera, creo que lo mejor hubiera sido declararlo hace dos años ¿se imagina?
Ahora se arregla rápido, el apellido y ya. ¡El apellido! Todo un tema, como que eso fuera a pagar las noches de insomnio, los dolores de parto, las angustias a fin de mes, los momentos de fiebre y nanas frente a la cama del niño amado. Nada lo retribuye, y las mujeres, ¿sabe? también sabemos de hartazgos, cansancios y aburrimientos. El mito de la madre abnegada que todo es capaz de soportarlo por amor, es también un mito sostenido por el sistema de poder patriarcal. No somos madres, somos mujeres, ante todo, con vida, derechos, sueños, proyectos y afectos; los hijos, son parte de esos enormes afectos.
Le confieso que cuando asumió me encantó el gesto de donar su sueldo al Instituto Paraguayo del Indígena. Ahora que me entero que sabía de la existencia de un niño que era su responsabilidad, me parece un acto demagógico, más allá de lo pertinente de su gesto. Millones de padres se pasan la vida siendo generosos con el mundo, pero sin destinar nada a la atención de sus hijos/as o dejando su cuota como que fuera una dádiva que la madre de los niños, sabrá Dios cómo gastará. Usted dijo hoy que los niños y niñas de su país deben tener sus derechos garantizados; esos derechos empiezan con la madre que los llevará en su vientre, a veces con ganas, a veces a la fuerza, fruto de abusos y violaciones, y miles de veces, desamparada.
Le pido a Dios, estimado Presidente, estimado hermano, que usted pueda ver esta historia, su historia, no como un acto cerrado por haber hecho lo “legalmente correcto”, sino como una realidad que, comenzando por su casa, afecta a miles de mujeres paraguayas, sus conciudadanas, y sepa actuar diferente, como hombre, como cristiano, y como jefe de estado.+ (PE/ALC)

(*) ALC publicó esta Carta Abierta de Claudia Florentín el 16 de abril de 2009.
Nota de Redacción. La carta fue escrita y publicada luego del primer anuncio sobre la paternidad de Fernando Lugo por lo que no toma en cuenta las versiones periodísticas dadas a conocer posteriormente. Sobre la carta abierta al Presidente Fernando Lugo.


Por M.I.

He leído la carta dirigida a Fernando Lugo, defendiendo a la joven madre de su ahora "reconocido hijo" y no me he sentido identificada con ella, aún cuando fui madre soltera a los 17 años de una hija discapacitada. El padre de mi hija de 42 años, y como exige lo políticamente correcto, le dio su apellido. Un representante de la aristocracia no puede dejar de cumplir con los mandatos morales patriarcales. Había que "reconocerla".Jamás imaginé cuánta calamidad me costaría que este señor la declarara, confidencialmente como hija suya. Nunca quiso permitirme sacarla de mi país. Hube de usar diferentes estrategias para poder salir de mis pagos, viajar a la Argentina y casarme con un ciudadano argentino, que fue víctima de la tortura y de la cárcel durante la dictadura militar más sangrienta que hubo en la Argentina. Este individuo miserable, el "padre de mi hija", al enterarse que me casé con un hombre de bien, se negó a que mi marido la adoptara como hija a fin de que ella se beneficiara, igual que sus hermanos, (no puedo decir hermanastros, suena tan injusto) en caso de ausencia suya, de parte de sus bienes. Mi marido era de séptima generación argentina. Descendía de caudillos federales.

El aristócrata padre de mi hija mayor "la hija de la fortuna" como la llamo", nunca le mando un peso para su sustento. Un hombre rico. Tampoco se lo pedí. Crecí en el seno de una familia que vivía en la más dura pobreza, sin embargo me las arreglé sola y en ningún momento y en ninguna circunstancia me sentí pecadora. A los 17 años, embarazada, participé de todas las movilizaciones acompañando a los trabajadores en la defensa de sus derechos. Me quedé sola, mi familia me echó. Sola. Trabajé, crié a mi hija y estudié de noche para conseguir lo que hoy tengo. Soy comunicadora visual y me quedé viuda hace 16 años. Tuve tres hijos varones más, hoy uno graduado en la universidad de Buenos Aires y trabajando en su especialidad. Otro estudiando profesorado en la UBA y trabajando como guía en un museo y mi hijo menor de 19 años está en 2do año en la Facultad de Bioquímica de la UBA y trabaja como cadete en Cascos Blancos.
A mi marido lo asesinaron hace 18 años. Menem lo mandó matar a balazos. El sabía que el gobierno menemista era el gobierno de la entrega y la traición. Y sola me quedé en este país que no es el mío, soy una mujer del campo, y sin hermanas, hermanos, madre o padre a punta de coraje formé mis cuatro hijos y se los entrego a está patria que es la de mis hijos, todos, sin exclusión y también porque no, también la mía. El padre de mi hija fue ministro hace un par de años en mi país. No me gusta que me digan pobrecita. No se me pasó ni por un momento llevarle a mi hija de trofeo para que públicamente haga su mea culpa. No, me respeto demasiado para mezclar las aguas y ser funcional a este sistema tan injusto y desigual. Todos, el Arzobispo, hoy Presidente, Fernando Lugo, los que condenan su pecado, los que tienen razón y no la tienen, su confesión , su arrepentimiento, su culpa, su culpa, su grandísima culpa. Debemos flagelarnos. Debemos arrastrarnos ensangrentarnos para pagar nuestros pecados. Debemos dormir sobre clavos. Tener los estigmas del Nazareno. Vivir en olor de santidad. !!Basta de patrañas!! !!Basta de hipocresía!! No se puede bastardear un vínculo y exponer a esa criatura como el hijo del cura desgraciado y de la madre vilmente engañada. Salgamos todos del infierno. De ese infierno que nuestra cultura judeo cristiana construyó para señalar nuestras ruindades, nuestras miserias y otras calumnias que la Iglesia Católica Apostólica y Romana infiere a nuestra condición humana. Tiren abajo ese muro bestial del celibato. Y dejen de insultar nuestra fe y nuestra inteligencia corriéndonos con el pecado. Tengamos en Francisco de Asís claro ejemplo de la humildad, de la sabiduría. Y respecto al reconocimiento o no del hijo por parte de su padre, y la perorata que en pueblo chico hay que sobrevivir a la vergüenza de ser madre soltera. No me pasó. Y no fue por mi suerte. Fue por mi coraje y por mi fe. Jamás, aún cuando lo hubieran coronado Rey de Inglaterra al padre de mi hija, la hubiera expuesto a ese circo mediático tan perverso. Sería una falta de respeto a mi hija, a mi familia y a mí.

Pbro. Leonardo Belderrain, bioeticista
Capilla Santa Elena, Parque Pereyra Iraola. Argentina
leonardobelderrain@ciudad.com.ar
Te 0221-4731674

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NUEVO ORDEN MUNDIAL, CONTROL DE LA NATALIDAD Y LA SALUD DE LAS MUJERES



En este proceso de concentración de la riqueza, para la oligarquía financiera internacional sobra más de la mitad de la población mundial. 

Traducción del original del inglés: José Arturo Quarracino 
A) Como ya hemos puesto de manifiesto en reiteradas oportunidades, el poder financiero internacional y sus socios que manejan el mundo a su antojo han comenzado a ejecutar desde comienzos del siglo pasado un plan de control y apropiación del mundo y de sus riquezas, en perjuicio de los pueblos y naciones del mundo.
A partir de las décadas 1960-1970, este poder saqueador inició una ofensiva global, a través de distintos dispositivos políticos y económicos, para acaparar y concentrar la riqueza mundial en sus manos: Grupo Bilderberg, Consejo de las Américas, Club de Roma, Comisión Trilateral, etc. Como resultado de este proyecto depredador, el 57% de la población mundial se halla sumida en la pobreza extrema y en la miseria, con un ingreso diario de 1 dólar diario (mil cien millones de personas) ó 2 dólares diarios (dos mil setecientos millones de personas)[1], en un mundo en el que el 2% de los adultos del mundo concentran en sus manos el 51% de la riqueza mundial[2].
B) Para reforzar, proteger y consolidar este proyecto de concentración de la riqueza, el mismo poder dominante se ocupó de diseñar el proceso conocido como invierno demográfico o envejecimiento poblacional mundial, ejecutado a través del mecanismo conocido como «control del crecimiento poblacional mundial» o control de la natalidad, certeramente calificado por algunos como holocausto demográfico, dado que ha significado la supresión voluntaria de por lo menos mil millones de personas a lo largo de 80 años (1922 en adelante)[3]. La «necesidad» de este genocidio planetario radica en el hecho que la pobreza y la miseria masivas es intrínseco o esencial para el mencionado proceso depredador llevado a cabo por la oligarquía plutocrática imperante, ya que es evidente que no ha renunciado ni ha de renunciar nunca per se a provocar la injusta distribución y concentración de la riqueza en sus manos, razón por la cual ha diseñado la eliminación paulatina de quienes nunca tendrán la posibilidad de acceder a un mínimo de riqueza, sí apenas a una existencia miserable. En otras palabras: en este proceso de concentración de la riqueza, para la oligarquía financiera internacional sobra más de la mitad de la población mundial.
1) ¿Cuáles han sido los fundamentos o principios sobre los que se ha estructurado este proceso genocida? En primer lugar, el falso dogma básico del derecho de individuos y parejas a disponer la cantidad de hijos a tener y el espaciamiento entre ellos, desplazando el derecho a la vida como derecho y valor fundamental de la dignidad de todo ser humano. En segundo lugar, el siniestro e hipócrita dogma, también falso, que numerosos hijos causan la pobreza de sus padres[4].
2) ¿Cuál ha sido el esquema o paradigma utilizado para llevar efectivamente a cabo este genocidio? Por un lado, toda una serie de dispositivos y técnicas para controlar el crecimiento poblacional, lo cual incluye los elementos e instrumentos «adecuados» -implantes anticonceptivos, dispositivos intrauterinos, pastillas y píldoras, etc.- y las prácticas anticonceptivas y abortivas -mutilación genital (ligaduras de trompas y vasectomía), auto-agresión química (ingesta de anticonceptivos y abortivos) y asesinato del propio hijo (aborto). Por otro lado, una mutación en el sistema político y de los valores culturales, en tal forma que ha convertido a los hijos en causa de frustración individual, para poder implantar de hecho la pena de muerte sobre los nascituros, los seres humanos más inocentes e indefensos de todos. La legislación antinatalista y pro-abortista, además de las políticas de «salud reproductiva», es el otro elemento político que permite consolidar el criterio cultural de eliminar a los propios hijos no-deseados como si fuera un derecho.
C) Pero si bien «Dios perdona siempre y el hombre algunas veces», lamentablemente «la naturaleza no perdona nunca». Convertir a la anticoncepción en un derecho y fomentar la ingesta periódica y continua de píldoras anticonceptivas ha tenido una consecuencia terriblemente funesta para la salud física de las mujeres: un debilitamiento general de su contextura física y muscular. Esto es lo que han comprobado investigadores de dos universidades estadounidenses, de Texas y de Pittsburgh, en el plano de la ciencia médica[5]. En otras palabras: lo que la plutocracia financiera mundial ha impulsado como un «derecho» en realidad resulta ser un acto que debilita y denigra a la mujer. En definitiva, una actitud moral egoísta termina perjudicando la salud física y psicológica de la mujer. En base a una mentira inventada por la oligarquía financiera mundial se ha terminado atentando contra la dignidad y la salud de la mujer. ¿Los promotores de esta política antinatalista -y en definitiva inhumana y antifemenina- se harán cargo de este desastre salutífero y sanitario, o seguirán siendo cómplices del imperialismo internacional del dinero, en nombre del progreso?
Más importante aún: ¿qué actitud adoptarán ahora legisladores y funcionarios gubernamentales que han promovido una legislación y una práctica de Estado que ha sido nociva para la salud de las mujeres? ¿Gobernarán de aquí en más para beneficio del pueblo, o seguirán siendo sumisos personeros de una política demográfica basada en la anticoncepción y en la supresión de vidas inocentes, que sólo beneficia al capital financiero internacional y a la gran oligarquía multinacional que saquea al mundo a su antojo?
Los anticonceptivos orales deterioran el desarrollo muscular en las mujeres jóvenes
Un nuevo estudio sobre el efecto del uso de la anticoncepción oral en el entrenamiento en ejercicios de resistencia
(Original en ingles en http://www.the-aps.org/press/releases/09/16.htm )
NEW ORLEANS— Muchas mujeres jóvenes activas utilizan anticonceptivos orales (AO), aunque su efecto en la composición de su cuerpo y en el desempeño de ejercicios no ha sido estudiado detenidamente. Un equipo de investigadores ha examinado ahora los efectos de la AO en la masa muscular femenina, y encontró que el uso de la anticoncepción oral deteriora el desarrollo muscular en las mujeres jóvenes, y está asociado con niveles hormonales más bajos.
Los hallazgos están contenidos en un nuevo estudio titulado Oral Contraceptive Use Impairs Muscle Gains in Young Women [El uso de la anticoncepción oral deteriora el desarrollo muscular en las mujeres jóvenes]. Fue conducido por Chang-Woock Lee y Steven E. Riechman, del Departamento de Salud y Kinesiología de la Universidad de Texas A&M, Collage Station (en Texas), y por Mark A. Newman, Laboratorio de Investigación de la Energía Humana, de la Universidad de Pittsburgh (en Pittsburg). Los investigadores presentarán sus descubrimientos en la 122ª Reunión Anual de la American Physiological Society (APS; www.the-aps.org/press ) [Sociedad Fisiológica Americana], lo cual forma parte de la conferencia científica sobre Biología Experimental 2009. La reunión se celebrará desde el 18 al 22 de abril de 2009 en New Orleans.
El estudio 
73 mujeres saludables, entre 18 y 31 años de edad, fueron asignadas a dos grupos y completaron entrenamiento en ejercicios de resistencia (RET, por sus siglas en inglés). El Grupo 1 estuvo conformado por 34 mujeres que utilizaron anticonceptivos orales. El Grupo 2 estuvo conformado por 39 mujeres que no consumieron píldoras para controlar la natalidad. Las mujeres fueron alentadas a consumir diariamente al menos 0,5 gramos de proteína/libra del peso corporal (un tercio más de lo que es reconocido por los lineamientos nutricionales del gobierno de Estados Unidos) para asegurarse que ellas consumieran suficientes calorías y proteínas para promover el crecimiento muscular.
Las participantes se ejercitaron tres veces por semana durante diez semanas, bajo la supervisión de fisiólogos expertos en ejercicios. Ellas cumplieron una variedad de ejercicios que incluyeron presión toráxica, extensión de piernas, extensión de triceps, ondulación de brazos y abdominales. La ejercitación se llevó a cabo utilizando máquinas estándar de ejercicios y cada voluntaria ejecutó tres series de 6-10 repeticiones por ejercicio, al 75% de su fortaleza máxima. La composición corporal fue determinada utilizando pesaje hidrostático.
Las muestras de sangre fueron tomadas antes y después del entrenamiento y evaluadas para medir los niveles hormonales anabólicos (configuración muscular) y catabólicos (ruptura muscular) en sangre. Las concentraciones sanguíneas en descanso y ayuno fueron medidas por tres hormonas anabólicas: DHEA, DHEAS y IGF1.
Descubrimientos
Los investigadores descubrieron que:
· Hubo significativas diferencias en el desarrollo beneficioso de la masa (AO: 2.1±2.1% vs. no-AO: 3.5±3.2% / AO: 1.0±1.0kg vs. no-AO: 1.6±1.4kg, p<0 .05="">Conclusión
De acuerdo a los investigadores, “Estamos sorprendidos por la magnitud de diferencias en el desarrollo muscular entre los dos grupos, con las mujeres que no consumieron AO obteniendo más de un 60% de mayor masa muscular que la contraparte de mujeres que consumieron AO”. Agregaron que aunque el estudio observó efectos negativos del uso de la anticoncepción oral en el desarrollo muscular, en el contexto de entrenamiento para ejercicios en resistencia, “se necesitarán futuros estudios que ayuden a explicar las razones subyacentes a estos resultados”.

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La fisiología es el estudio de cómo funcionan moléculas, células, tejidos y órganos para producir salud o trastorno. La American Physiological Society (APS; www.The-APS.org/press ) ha sido una parte integral de este proceso de descubrimiento, desde que fue establecida en 1887.
[1] Fondo de Población de Naciones Unidas, Estado de la Población Mundial 2004, New York, 2004. Population Council, Annual Report 2005.
[2] UNU-WIDER [United Nations University-World Institute for Development Economic Research], World Distribution of Household Wealth, 5 December 2006, London. Informe elaborado por Anthony Shorrocks, James Davies, Susanna Sändstrom, Edward Wolff.
[3] En Alba del tercer milenio, Año IV Nº 149 (5-11 de octubre de 2007), «809.558.138 abortos legales en el mundo»
[4] Statement on Population from World Leaders (1966) [Declaración sobre Población por parte de líderes mundiales (1966)], en: http://www.popcouncil.org/mediacenter/popstatement.html . Para el plan en detalle, cf. Center for Research on Population and Security, Population and the American Future, New York, 1972. (originalmente elaborado por la Rockefeller Commission Report, presidida por John Davison Rockefeller III, con el aval del entonces presidente Richard Nixon.
[5] En http://www.the-aps.org/press/releases/09/16.htm

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