“La Iglesia siempre parece estar muriendo pero triunfa frente a todos los cálculos humanos (…); la suya es una historia de caídas aterradoras y de recuperaciones extrañas y victoriosas…”(Card. J.H. Newman)
Por Mª Virginia Olivera de Gristelli
No es novedad que frente al Ser y la Verdad, se yerguen siempre insolentes las imposturas, los remedos grotescos, hijos del padre de la Mentira. Así en las patrias, como en el seno de la propia Iglesia, cabe la advertencia “estaban entre nosotros, pero no eran de los nuestros” (Jn.2,19).
Hoy en Argentina se perfilan cada vez más claramente dos banderas, de las cuales el desfile de pañuelos verdes y celestes ha sido sólo una expresión. Por las raíces de nuestras naciones hispanoamericanas sigue bullendo la savia fresca de la fe verdadera, y aunque hay muchas ramas marchitas, asoladas por la embestida de vientos foráneos o de parásitos con apariencia de flores, este árbol sigue vivo y dispuesto a seguir cobijando miles de nidos en sus ramas más vigorosas. Por eso esta nación se viene alzando a favor de la vida, pero como la guerra es una, debe también despertar y alzarse en defensa de la Fe verdadera.
Las hordas de la muerte, bajo el comando de la masonería internacional, no han perdonado su derrota tras la implementación del aborto, y la emprenden ahora furiosamente contra la Iglesia y sobre todo contra todo lo que signifique expresión genuina de fe en los lugares públicos. El eco de Voltaire les sigue susurrando desde el infierno “¡Aplastad a la infame!”, y allí vemos a sus esclavos, colgándose como grillos, sus pañuelitos anaranjados. En su mayoría se trata de ignorantes que ni saben lo que piden ni a quién sirven, pero lo cierto es que el odio que los alienta no es sólo a la Iglesia, no, porque también se pliegan a su causa algunos personajes oscuros de las propias filas eclesiales. El odio fundamental es pura y sencillamente al Reinado Social de Cristo.
Así como el Valle de los Caídos, la cuestión de Franco es sólo una excusa, porque lo que les molesta es la Cruz y lo que ella representa.
El Inmundo sabe que le queda poco tiempo, y no tolera que se proclame a voz en cuello que Cristo es Rey de todo el Universo, y esto de manera irrevocable, para toda la eternidad, y por sobre todas las circunstancias históricas. Porque Él es el Señor de la Historia, el Alfa y la Omega.
Y en el odio atávico al Rey se ensaña con sus fieles, con la verdadera Iglesia, y especialmente con Aquella que le aplastará la cabeza definitivamente; es decir, con la Reina.
El caso es que apenas archivado el proyecto de ley de aborto, cinco diputados del oficialismo, que habían votado a favor de ésta, presentaron un proyecto (firmado por los radicales Karina Banfi, Brenda Austin, Facundo Suárez Lastra y Alejandro Echegaray y por el macrista Fernando Iglesias), para remover “los símbolos e imágenes religiosas instaladas en espacios públicos o edificios pertenecientes al Estado Nacional", estableciendo que desde la fecha de promulgación de la ley “queda prohibida toda exhibición de símbolos e imágenes religiosas ubicados en aquellos espacios”.
Si entrara en vigencia la norma, la Cámara de Diputados, por ejemplo, debería retirar del Salón de los Pasos Perdidos una réplica de la Virgen de Luján, patrona nacional, arguyendo que “la simbología religiosa no sólo no es representativa de la totalidad de la población, sino que a su vez no se condice con la laicidad del Estado Nacional. Argentina es un estado laico respetuoso de la diversidad cultural y religiosa como así también de la libertad de culto, del principio de igualdad y no discriminación en relación con el derecho a la libertad de conciencia”.
No es ningún secreto la raigambre masónica de todo este cacareo, que iguala la fe verdadera a cualquier superchería pagana :“Con este proyecto buscamos que el Estado garantice el trato igualitario de cultos para avanzar en la construcción de una agenda pública no basada en la moral, sino en los derechos ciudadanos”. Al menos no tienen empacho en reconocer que sus “derechos humanos” no tienen nada que ver con la moral, de la cual buscan despegarse a toda costa.
Vergonzosamente, la CEA comenzó ya con las “negociaciones” para congraciarse con el poder en orden a reducir progresivamente las legítimas asignaciones del Estado a la Iglesia, y desconociendo una vez más el carácter sobrenatural de esta contienda, pues una de las banderas que levantan es la cuestión económica, basada en mentiras y desinformación, como se puede ver aquí . Hasta un ciego puede advertir que el verdadero objetivo es la rotunda y urgente descatolización de la sociedad: “El propósito del proyecto es garantizar el efectivo cumplimiento de los principios de libertad religiosa y de conciencia, así como de garantizar el carácter laico de los poderes públicos en el territorio de la República Argentina",
Hace un par de años se dieron unos pasos en esa dirección cuando por ejemplo, se retiró el crucifijo que presidía la sala de la Jura del Congreso histórico de Tucumán, aunque posteriormente se restituyó. Caben también hoy las palabras del vicario episcopal p. Marcelo Barrionuevo en medio de aquella polémica:
“La Iglesia católica acompañó el nacer de esta patria desde antes de sus inicios; su fe constituye un elemento fundamental de verdad y le da sentido, contenido y significado a muchos de sus valores esenciales como nación”, agregando la necesidad de “que se reconozca la identidad misma de los orígenes de nuestra independencia; es común a los pueblos cuidar lo propio de su tradición y costumbres, y lo es mucho más respecto de su identidad de fe. No se trata de imponer una fe sino de reconocer el lugar insustituible que ella tuvo en la identidad de lo que somos y queremos ser…”.
Lo que se pretende, pues, es desnaturalizar la identidad de nuestra patria, borrar o desdibujar su origen, y para ello les viene como anillo al dedo apuntar contra el sacramento del bautismo, que aunque no podrán borrar ni siquiera en el infierno, pretenden socavar en la conciencia colectiva a través de las campañas de Apostasíaformal con la cobertura mediática de los grandes medios de desinformación habituales.
Y secundando la ofensiva, como para “celebrar” de paso el centenario de la reforma universitaria de 1918- marcada por violentos enfrentamientos entre los reformistas revolucionarios y los católicos en la Universidad Nacional de Córdoba, fundada en 1613 por los jesuitas- se han venido sucediendo en estos días varios ataques a las imágenes de Nuestra Señora que se hallaban en universidades nacionales y pueblos vecinos.
- En la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) un grupo de estudiantes retiró la imagen de la Virgen María de la Facultad de Derecho, para protegerla de las hordas que pretendían profanarla, al grito de “Iglesia, Estado, asunto separado”. Detalles en este video.
-En un marco más agresivo aún se retiró la imagen de María Auxiliadora de la Universidad de San Juan, que los estudiantes dejaron en custodia del destacamento policial:
- También se retiró una imagen de Ntra. Señora de la Universidad de Cuyo, aunque tras las gestiones correspondientes, la imagen se ha repuesto en su lugar.
- Por otra parte, en la madrugada del martes 28 de agosto atacaron con bombas molotov a la histórica iglesia de San Roque (que data de 1760, constituida monumento histórico desde 1941), ubicada en pleno centro de Córdoba y dejaron pintadas con la leyenda “Arderán en venganza”, arrojando volantes (ver al lado).
-En el día de ayer, finalmente, se realizaronpintadas en la puerta de la Catedral de La Plata, del mismo tenor.
Frente a toda esta avalancha, entonces, los católicos no podemos ceder ante el liberalismo apátrida, que por todos los medios brega por relegar la fe a la sacristía, sino recuperar el sentido de Iglesia Militante, ante todo reparando, pero también dando testimonio público de nuestra fe en cuanta ocasión se presente propicia para ello. No es hora de retrocesos, porque se juega en ello el bien espiritual y eterno de muchísimas almas confundidas.
En este sentido, católicos de diferentes provincias, nucleados bajo el nombre de“Coalición argentina Fidelidad Católica”, hemos promovido un acto de Confirmación de nuestra Fe el próximo 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, en brazos de quien ha nacido a su vez, nuestra patria.
Se realizará el acto frente a la Catedral de Buenos Aires, pero también ante las deSanta Fe, Neuquén, Paraná, Corrientes, Misiones, Mar del Plata, San Luis, Mendoza, San Rafael, Rosario, Posadas, Santiago del Estero, General Alvear, Salta Jujuy, 25 de Mayo (La Pampa), Puerto Madryn, Río Cuarto (Córdoba), Casa de Piedra (La Pampa), San Salvador de Jujuy, Rincón del Sauce y Tucumán en ciertos casos precediendo el acto con la celebración de una Misa, con la presencia del obispo diocesano.
Dios quiera darnos que cunda este ejemplo; que cientos de antorchas iluminen esta noche espiritual como faro para los peregrinos. Es tiempo de recordar como nunca la parábola del grano de mostaza, y sobre todo las de la luz y la sal. La que no sirva para salar, es lógico que termine pisoteada por el mundo…
Es hora del testimonio, de la confirmación, de la resistencia, de la fidelidad inquebrantable, con la gracia de Dios. Al pie de la Catedral, sin descartar estandartes y banderas, nos veremos el sábado, si Dios quiere!
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Para agendar en Octubre (más información clickeando sobre la imagen):
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