jueves, 16 de agosto de 2018

¿EL 666 EN LAS CASULLAS DE BERGOGLIO EN DUBLÍN?


Se ríen en nuestras caras. Y eso mientras en EE.UU. se destapa el escándalo de abusos sexuales sin precedentes, de estos agentes de Satanás revestidos de ropas sacerdotales, estos "otros Cristos" al revés. 

Ya pusieron su símbolo preferido, un 666 en toda regla, cuando surgió el logo del `Encuentro de las familias´ en Dublin, porque la agenda que llevan entre manos es + apertura a la sodomía, y por lo visto, la pedofilia que algunos de ellos practican en secreto está relacionada con el satanismo.

Varios obispos homosexualistas estarán activamente pontificando en Irlanda, sobre todo el amanerado jesuita James Martin, que siendo probablemente un homosexual, no se atreve a salir del armario para así mejor contaminar desde las sombras, a los católicos ingenuos que se alimentan del bergoglianismo sin reflexionar.

Pero es que, para rizar el rizo, este símbolo estará en las casullas de la Misa de Francisco en esos días (del 22 al 26 de agosto). El maestro de ceremonias dice que es una triple espiral celta, pero a mí no me convence. Las espirales celtas están dispuestas de modo inverso y unen sus extremos en un punto central (1 y 2).

Foto de las casullas

1 y 2: 



Yo voto por lo que parece un triple 6 al estilo Google Chrome



El padre Damian McNeice, el maestro de ceremonias del evento, confirmó en WorldMeeting2018.es (15 de agosto) que el simbolismo se basa en "imágenes celtas". Las espirales se pueden encontrar en muchas piedras antiguas y monumentos del pasado de Irlanda.

Si esto fuera verdad igualmente hay que considerar que sólo los druidas podían llevar la triple espiral, ésos que invocaban a los espíritus malignos en épocas ancestrales.

El trisquel, triskel, triskele o triskelion celta es un símbolo formado por tres brazos en espiral unidos entre si en un punto central.

Y no se parece al símbolo de Dublin.

La cultura celta lo consideraba como un símbolo sagrado que solo podía ser portado por los druidas, ya que se le atribuían propiedades curativas y representaba la divinidad.

Representaba el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, el aprendizaje perpetuo y la eterna evolución.

Sea lo que sea este simbolismo, dice mucho de lo que pasa por las mentes de los organizadores de este evento cuya agenda enemiga de la verdadera sexualidad humana ha provocado desde el principio reacciones adversas en el mundo católico.

Religión, la Voz Libre


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