Por Jonathon Van Maren
Quejarse de Walt Disney Company ha pasado de moda. Antaño titán de la narrativa estadounidense, Disney ha pasado de producir cultura a impulsar la revolución cultural. Disney ha impulsado el aborto en Estados Unidos y ofrece a sus empleadas cobertura total de gastos si desean viajar para practicarse un aborto, y también ha defendido la agenda lgbt. Sus contenidos así lo reflejan. Han promovido un especial de drag queen para niños (en inglés aquí); han lanzado un personaje adolescente bisexual que se adentra en la brujería (en inglés aquí); y se han comprometido a impulsar personajes lgbt en sus contenidos (en inglés aquí).
En resumen, Disney participa en la degradación de la cultura y en el adoctrinamiento del público joven al que pretende llegar.
Una vez más, esto no es ninguna novedad para los lectores. Esta transformación lleva tiempo produciéndose, y sospecho que sólo estamos visto el principio. Pronto tendremos superproducciones lgbt con príncipes que se enamoran de príncipes, princesas que se enamoran de princesas e, inevitablemente, un protagonista que se identifica como transexual. Lady Gaga pondrá probablemente la banda sonora, las críticas serán aduladoras y los padres no protestarán.
Pero un anuncio de principios de año cruzó una línea verdaderamente oscura. Se trata de... bueno, permítanme citar directamente de sitio web:
Disney ha anunciado una nueva serie original alemana para Disney+ llamada "Pauline", que trata sobre una adolescente de 18 años que se queda embarazada accidentalmente tras una aventura de una noche. Con el estrés de la escuela, la crisis climática y la caída de la sociedad pesando mucho en su mente, algo que no necesita en absoluto en este momento es atrapar sentimientos, especialmente por su aventura de una noche con Lukas, quien resulta ser el mismísimo diablo (en inglés aquí).Así es. Disney, que durante más de medio siglo ha sido el campeón indiscutible del contenido infantil, presentará un programa sobre una joven adolescente que se queda embarazada tras una aventura de una noche con Satanás. Los creadores de la serie han declarado que es un “proyecto muy cercano a nuestros corazones”, lo cual es tan cierto como aterrador. Es difícil saber qué escribir al respecto. ¿Cómo hemos llegado a un momento de la cultura -si es que esa sigue siendo la palabra correcta- en el que es posible que haya sido lanzada, escrita, rodada, producida y luego recogida por una empresa que comercializa contenidos para niños la historia de una adolescente que copula literalmente con Satanás?
Como señala Charisma News, ésta no es la primera incursión de la corporación en la fusión del satanismo y el sexo: “El canal de televisión por cable FXX, propiedad de la corporación Disney, estrenó el programa de animación “Little Demon”, en el que la protagonista es una mujer que fue preñada por Satanás. Esto lleva a su hija, el Anticristo de la serie, llamada 'Chrissy', a vivir una serie de aventuras para descubrir cómo vivir la vida como hija de Satán”.
Si crees en la existencia de Satanás y los demonios, como yo, reconoces lo malvado que es todo esto. Estos cineastas -y los que eligen ver estas películas- están jugando con fuerzas que niegan y no comprenden. Uno de los mayores engaños de Satanás fue convencer a la gente de que no existe. Esto recuerda algo que C.S. Lewis escribió en las Cartas de Screwtape: “Hay dos errores iguales y opuestos en los que nuestra raza puede caer acerca de los demonios. Uno es no creer en su existencia. El otro es creer y sentir un interés excesivo y malsano por ellos. A ellos mismos les complacen por igual ambos errores y saludan con el mismo deleite a un materialista o a un mago”.
Si tienes Disney+, plantéate cancelarlo.
Life Site News
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