domingo, 6 de enero de 2019

NO PUEDE HABER DOS PAPAS

Los católicos estamos inmersos en un mar de dudas ya que ni dos de los mayores expertos, De Mattei y Socci, se ponen de acuerdo, a pesar de resistir ambos a Bergoglio. 

Por María Ferraz

Ya que todos opinan e incluso se contradicen, y me refiero a las personas con capacidad teológica para discernir qué rayos pasa en esta Iglesia bicéfala, pues yo también voy a dar mi opinión.

La tendencia dominante de los católicos tradicionales es aceptar a Francisco como Papa, o al menos llamarle así, y aunque expresan sus dudas a raíz de la manipulación del cónclave por la mafia de san Gallen, no se atreven a negar que sea el Papa.

Todos son críticos con Bergoglio. El escritor uruguayo J. A. Ureta es uno de ellos, Caponnetto, Michael Matt, Timothy Gordon, Henry Sire, Chris Ferrara, Raymond Arroyo, Patrick Coffin, Taylor Marshall, Ed Pentin, Sandro Magister, Michael Voris, el sacerdote Mark Goring, el obispo Gracida y otros autores de blogs católicos que advierten de la deriva herética actual.

La razón por la que lo llaman (o lo consideran) verdadero Papa, puede ser la que expone De Mattei: porque la Iglesia ha aceptado universal y pacíficamente al nuevo Papa y ningún cardenal ha protestado por un posible fraude en el cónclave, (a pesar de las declaraciones del modernista-pro gay, card. Danneels).

Yo digo que a estas alturas ya conocemos el modo de actuar de gran parte de la jerarquía, es decir, callan ante los graves errores que salen de boca de Francisco, ¿por qué no callarían ante la duda de si Francisco fue elegido válidamente, aun a pesar de las disposiciones en Universi Domini Gregis de JPII que excomulgó Latae sententiae, realmente, a la mafia de san Gallen, incluido Bergoglio? Esta tesis la apoya el obispo Gracida, uno de los que afirma que Benedicto XVI es aún el Papa, porque Bergoglio no fue elegido válidamente, sino por pactos o acuerdos prohibidos por JPII.

Los católicos estamos inmersos en un mar de dudas ya que ni dos de los mayores expertos, De Mattei y Socci, se ponen de acuerdo, a pesar de resistir ambos a Bergoglio.

Si De Mattei hace caer la carga de la culpa en Benedicto por abandonar el cargo papal 'por miedo a los lobos', ya que un Papa no puede jubilarse, Socci por otra parte, viene a decir que Francisco no es Papa porque Benedicto sigue siendo 'el Papa', ya que él mismo sólo renunció al munus, a la parte activa, aunque para ello tuviera que redefinir el papado como un ministerio expandido con dos cabezas.

Si el papado es un cargo instituido por Cristo, según dice el cardenal Brandmüller, no puede haber dos papas, como parece que Benedicto XVI sugiere (uno activo y otro contemplativo), porque sería herético.

Si hubiera dos pontífices (el papado personalizado por BXVI), uno de los dos no es 'el papa', lo que implica, o que el antiguo sigue en su cargo, y que el nuevo no puede ser papa, o que el antiguo si renunció y el nuevo es el válido. Aquí conjugamos estas dos ideas que se excluyen entre sí, pero lo verdaderamente importante es quién lleva las riendas de la Iglesia, y ése no es el verdadero Papa, porque un Papa real nunca admitiría ni promovería la herejía, el error y la condenación de las almas, de forma astuta y reiterada, con un equipo detrás del escenario que lo sostiene.

Así que lo importante no es tanto quién es el Papa, sino quién dirige la Iglesia, y por ello debemos desestimar a Francisco (como papa) ya que no cumple con la misión que Cristo quiere de un pontífice: que reúna al rebaño bajo una misma fe sin corromperla, para llevarlo al Cielo.

Es así que los dos personajes han contraído una gran deuda con Dios. Benedicto XVI por abandonar a las ovejas a pesar de que los lobos, presumiblemente, podrían tomar las riendas de la Iglesia, (además de que jamás ha corregido a Francisco públicamente). Y Bergoglio porque su misión no es salvar sino actuar como un agente del infierno y llevar a la Iglesia a la ruina.

Por tanto, ambos son culpables, y ninguno inocente de la situación catastrófica que vive hoy la Iglesia. (Aunque el juicio sólo pertenece a Dios)

Pero como si la cosa no fuera suficientemente complicada, además hay que pensar por qué la renuncia parcial tampoco sería viable. El motivo dado por Ann Barnhardt es que, la invalidez de cualquier acto jurídico según lo contempla la ley misma, hace que la situación se revierta al inicio, es decir, el acto jurídico se anula. La ley canónica (canon 188) dice que una abdicación hecha en base a un error sustancial, es inválida por la ley misma (además de si está hecha inducida por grave temor etc) El error, como hemos dicho, es que Benedicto XVI pensase que él podía modificar, bifurcar el vicariato de Cristo en dos, lo cual es imposible porque el papado es de origen divino y recae sobre una persona que sustituye en la Tierra a Cristo, como Cabeza visible de su Iglesia. Cristo no tienen dos cabezas, por tanto su vicario ha de ser uno solo.

Y nadie, ni el mismo papa puede hacer variaciones a su gusto respecto a lo que que significa un pontífice.


Religion, la Voz Libre


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