sábado, 1 de diciembre de 2018

HECTOR AGUER: “TIEMPO DE ADVIENTO, EL SEÑOR HA VENIDO, VIENE Y VENDRÁ”


El Arzobispo Emérito de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, dedicó su reflexión al comienzo del Tiempo Litúrgico de Adviento explicando “Jesús vino, vendrá y viene. Viene porque viene constantemente a las almas, a nuestras almas, a través de la escucha de su Palabra, viene por la fe, viene sobre todo por la Eucaristía, pero está en nosotros y está en el mundo. Ahí está la cuestión: Cristo no es un personaje del pasado, es también del futuro y es un personaje de nuestro presente”.


A continuación, el texto completo de la alocución de Mons. Héctor Aguer:

“Estamos comenzando el tiempo litúrgico de Adviento que, como ustedes saben, es un período de cuatro semanas preparatorio de la Navidad. Adviento significa venida, llegada. Efectivamente estamos preparándonos para celebrar la venida, la llegada, la primera venida de Cristo”.

“Por eso podríamos decir que, en estas cuatro semanas, espiritualmente nosotros tendríamos que acompañar a la Santísima Virgen María, mientras el Verbo de Dios hecho carne en su seno, por obra del Espíritu Santo, iba creciendo hasta el momento del parto virginal en esa Nochebuena que esperamos celebrar”.

“Pero este tiempo de Adviento, esta espera de la celebración de la primera venida del Señor, que es un hecho del pasado, el hecho histórico más importante de toda la historia humana, nos lleva también a pensar en la segunda venida de Cristo en la cual creemos, la cual confesamos en el Credo cuando decimos “de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos”. Y si ustedes se fijan bien, en la Misa, van a ver que en las primeras semanas del Adviento la atención de la Iglesia está centrada en la segunda venida de Cristo, que Cristo volverá, que Cristo vendrá a buscarnos. Luego sí, del 17 al 24 allí todos los textos litúrgicos se refieren al Nacimiento, pero al principio el Adviento aparece como el enfoque de la segunda venida de Cristo, como que Cristo está viniendo para juzgar al mundo”.

“Podríamos decir, entonces, que Jesús vino, vendrá y viene. Viene porque viene constantemente a las almas, a nuestras almas, a través de la escucha de su Palabra; viene por la fe, viene sobre todo por la Eucaristía, pero está en nosotros y está en el mundo. Ahí está la cuestión: Cristo no es un personaje del pasado, es también del futuro y es un personaje de nuestro presente”.

“La semana pasada festejamos a Cristo Rey y el significado de esta advocación es que Cristo glorioso es el Señor de Cielo y Tierra a causa de su primera venida, de su encarnación, de su muerte y resurrección, y en su segunda venida manifestará plenamente su gloria. Nosotros le esperamos desde la gloria para recibir de él, como esperamos, esa sentencia benevolente por la cual nos lleve consigo y nos ponga del lado de las ovejas y no del lado de los cabritos como dice el Evangelio; a la derecha y no a la izquierda. Y aclaro que esta localización no tiene ningún sentido político, sino que está descrita en el Evangelio de San Mateo”.

“Este tiempo de Adviento nos tiene que comprometer a prepararnos en serio para la Navidad y a que tengamos una Navidad cristiana. Ya volveremos a hablar de esto y sabemos qué difícil que es vivirlo porque, la Navidad se ha convertido en una fiesta que nadie sabe bien para qué, ni qué se está celebrando en ella. Exageré un poco. Pero es cierto que hay mucha gente que no sabe por qué celebra el 24 o el 25 de diciembre. Nosotros sí sabemos y por eso tenemos que tratar de prepararnos bien espiritualmente, para que en cada Navidad Cristo renazca en nosotros otra vez. Él que vive en nosotros, que en Navidad nos conceda una gracia de renacimiento, de resurrección espiritual, de una adhesión mayor a Él y a su enseñanza”.

“Decía al principio que Jesús está presente en nosotros por su Palabra; por eso que nos ayude a conocer más su Palabra, las enseñanzas de Cristo, lo que la Iglesia nos enseña en nombre de Cristo, y hacer de eso nuestra vida y que otra vez Cristo sea el sentido de nuestra existencia. Y si no lo vivimos así nosotros: ¿cómo vamos a hacerlo presente en la sociedad? En esta sociedad que sabemos está descristianizándose aceleradamente, o está ya profundamente descristianizada somos nosotros los que tenemos que dar testimonio de Cristo afirmando nuestra fe. El Señor ha venido, viene y vendrá, y es el que da sentido a todo lo que existe, en virtud de su realeza universal. El hombre Jesucristo, que es personalmente Dios, es el centro y fin de la historia humana”.


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