jueves, 20 de enero de 2022

¿QUIÉN ES BERGOGLIO? ENTREVISTA A JOSÉ A. QUARRACINO

El Prof. José Arturo Quarracino es sobrino del Cardenal Quarracino, primado de la Argentina hasta 1998, y antecesor del papa Bergoglio en el cargo. Además, fue cercano al cardenal Bergoglio durante su desempeño en la arquidiócesis de Buenos Aires. Aquí, una parte de la entrevista publicada en Gloria.tv


- Bergoglio estaba lejos de Buenos Aires cuando Quarracino lo nombró obispo auxiliar...

- Eso es correcto. En ese año que usted menciona, 1992, Bergoglio estaba “exiliado” por la Compañía de Jesús en la provincia de Córdoba, destinado allí para mantenerlo alejado de Buenos Aires, donde había ejercido como Provincial de la Compañía durante varios años, con un final en ese cargo y a posteriori salpicado por una gran división interna entre los pro- y los contra-Bergoglio.

- ¿Por qué su tío eligió a Bergoglio?

- Mi tío lo había conocido en el año 1973 o 1974 siendo Provincial, pero quien le habla para “rescatarlo de su exilio” fue uno de sus maestros en la Compañía, el padre Ismael Quiles SJ, un santo sacerdote, porque anímica y psicológicamente Bergoglio la estaba pasando muy mal. Por ese motivo es que mi tío lo pide a la Santa Sede como obispo auxiliar -aunque ya tenía otros. En el libro de Austen Ivereigh, El gran Reformador, está contado con lujo de detalles lo que tuvo que batallar mi tío para lograr que la Santa Sede lo hiciera obispo a Bergoglio.

- Entonces, ¿usted dice que Bergoglio fue nombrado obispo “por compasión”?

- Por un lado, mi tío conocía bastante al padre Ismael Quiles que le pidió por Bergoglio y lo apreciaba mucho, porque -como le dije antes- era un excelente sacerdote y un jesuita ejemplar. Y más allá del conflicto interno con la Compañía de Jesús, Bergoglio presentaba una imagen de hombre piadoso, muy ignaciano, de vida muy austera, desarrollando mucha simpatía con aquéllos que, como decimos en español, “le caían bien”. Con ese nombramiento, además, se le solucionaba a Bergoglio el gran problema del tremendo conflicto interno que experimentaba con gran parte de los jesuitas que habían sido amigos de él y con los que se había distanciado enormemente.

- ¿Sabe usted por qué Bergoglio produjo tal división como provincial de los jesuitas?

- No conozco los detalles, pero visto a la distancia creo que fue su personalidad psicológica la que le llevó a un conflicto con sus hermanos, porque siempre tuvo tendencia a tener poder, y la forma que encontró para llevar a cabo ese deseo era de apoyarse mucho en los sacerdotes más jóvenes y en los novicios, y no tanto con los sacerdotes adultos y mayores. Lo que se supo fue que cuando dejó de ser Provincial, por razones estatutarias, de hecho se mantuvo en actividad como si lo siguiera siendo, debilitando la autoridad de las nuevas autoridades, tanto en la dirección de la Compañía como en la Facultad de Teología en la que se formaban los jesuitas, en la ciudad de San Miguel, sede histórica de la Compañía de Jesús.

- ¿Qué tipo de impresión dejó Bergoglio como obispo auxiliar?

- Como obispo auxiliar, Bergoglio supo ganarse el cariño y el aprecio de gran parte del clero joven de la arquidiócesis, con su sencillez, su piedad, su acompañamiento y su manejo psicológico, que lo ejercía como pocos, muchas veces para bien, y en algunos casos para mal. Con los que caían en desgracia con él solía ser muy duro, hasta cruel. Y al clero adulto lo iba poniendo sutilmente “a un costado”, para promocionar a sus amigos y protegidos jóvenes.

- ¿Como obispo auxiliar, Bergoglio fue diferente al Bergoglio como provincial?

- En general, no mantuvo un perfil tan alto y no tenía tantas responsabilidades ejecutivas como cuando fue Provincial, pero a veces tenía actitudes que llamaban mucho la atención, como la de cortar todo vínculo con alguien y para siempre, sin que muchas veces el caído en desgracia no sabía qué es lo que había hecho mal.

- ¿El cardenal Quarracino se llevaba bien con su obispo auxiliar?

- Le diría que excelentemente bien. Mi tío le tenía un gran aprecio, y en su cargo, Bergoglio fue de gran ayuda para él, sobre todo en la tarea pastoral, cuando comenzó a padecer enfermedades que lo limitaban bastante en sus desplazamientos (hubo dos años que no pudo caminar y vivía en una silla de ruedas, y un día -milagrosamente- recuperó la movilidad en las piernas).

- ¿No había otros obispos auxiliares?

- Sí, durante las últimas décadas la arquidiócesis siempre contó con varios obispos auxiliares, porque a pesar de ser un territorio chico, viven en ella un promedio de tres millones de personas, con 251 parroquias, 54 congregaciones masculinas y 121 femeninas, con zonas residenciales y otras con asentamientos precarios, etc. La arquidiócesis estaba dividida en esa época en cuatro vicarías, con sus respectivos obispos auxiliares. Imposible no contar con 4 o 5 obispos auxiliares para atender una arquidiócesis de esa envergadura.

En ese contexto, Bergoglio supo destacarse sobre los otros obispos hasta ser designado vicario general de la arquidiócesis y en los últimos años de vida de mi tío, llegar a ser obispo coadjutor con derecho a sucesión (lo que significaba que al fallecer mi tío asumía inmediatamente como nuevo arzobispo).

- ¿Cómo percibió a Bergoglio como obispo auxiliar?

- Desde el año 1995 hasta el 2002 pude estar cerca de la labor de Bergoglio, como obispo auxiliar y como canciller de la Universidad del Salvador, donde yo trabajaba. En esos tiempos cultivaba un perfil muy jesuítico, muy piadoso, muy pastoral. Pero mantenía un fortísimo enfrentamiento con la Compañía de Jesús, al punto que cuando asumió como obispo la Orden tuvo que nombrar como Provincial a un sacerdote colombiano, el padre Álvaro Restrepo, porque ninguno de los jesuitas argentinos se llevaba bien con Bergoglio. Era un enfrentamiento “a muerte”, como acostumbramos a decir en Argentina.

- ¿Era un "conservador"?

- En lo doctrinal, Bergoglio cultivaba un perfil ortodoxo, con muchos toques jesuitas. En lo pastoral, solía poner el acento en la atención a los problemas sociales y al cuidado de los niños y de las familias. Y el servicio a los pobres como prioridad, con mucha permisividad y laxitud en las cuestiones litúrgicas y sacramentales.

- Cuando Bergoglio reemplazó a su tío como arzobispo de Buenos Aires, ¿percibió un cambio? ¿Qué recuerda de su época en Buenos Aires?

- Hubo un cambio total en su modo de proceder. Inicialmente se ocupó de sacarse de encima a quienes habían sido excelentes colaboradores de mi tío, como monseñor José Erro, rector de la Catedral de Buenos Aires y un santo sacerdote, a quien le pidió por teléfono que renunciara a su puesto y se jubilara. Sin ningún tipo de contemplaciones ni agradecimientos. Interpreto que lo hizo de esa manera, para hacerle saber al clero de Buenos Aires que la conducción del arzobispado iba a cambiar radicalmente, barriendo con todo lo que significara continuidad con la etapa anterior, aunque cuidándose de mantener en algo la figura póstuma de mi tío.

- ¿Así que el amable obispo auxiliar se convirtió de repente en un desagradable arzobispo? ¿Qué dijo la gente sobre esto?


- Lo que más impactó y desubicó a muchos fue que en casi toda su experiencia como arzobispo pleno presentaba casi siempre un rostro adusto, amargado, triste, una “cara de vinagre” como le dijo algunas veces a algunas religiosas y a los cristianos “tradicionalistas” u “ortodoxos”. Era muy impactante ver ese rostro tan “alejado” de los demás en celebraciones litúrgicas o sacramentales, carente totalmente de alegría cuando celebraba una Eucaristía, tal como ha acontecido en sus celebraciones como papa. Nadie se explicaba el motivo de esa forma de actuar y presentarse, que resultaba ser muy hiriente para algunos.

En forma contraria, llamó muchísimo la atención que después de ser elegido papa empezó a mostrar el rostro alegre y jovial que casi nunca tuvo en Buenos Aires. Al punto que algunos se preguntaban si en definitiva era la ambición que tenía, pero que no se cumplía -llegar a ser papa- la que lo motivaba en el fondo.

- ¿Cómo se presentó el "nuevo" Bergoglio?

- Comenzó a tener un trato muy distante en general con todos aquéllos que no conocía y que no formaban parte de su círculo de amistades. Hasta que llegó al papado, eran comunes los comentarios de los fieles de la arquidiócesis sobre la cara de enojado que mostraba siempre en toda actividad pública. Un sacerdote de su confianza, párroco, le pidió -en broma pero también en serio- que no hiciera más visitas pastorales si iba a mostrar lo que el mismo Bergoglio llamaba “cara de vinagre”.

- ¿También se refería a sí mismo con "cara de vinagre"?

- Casi nunca hizo referencia a sí mismo sobre eso, tampoco lo hablaba. Empezó a usar esa expresión en público cuando llegó al papado.

- ¿Había, en ese momento, alguna evidencia de que el ortodoxo Bergoglio se había vuelto heterodoxo?

- En los primeros años no, pero con el transcurso del tiempo empezó a dar muestras de cierto “relajamiento”, no tanto en lo que decía sino en lo que hacía, como si fueran deslices o actitudes llamativas.

Pero cuando empezó a mostrar realmente su comportamiento heterodoxo fue al año y medio de haber asumido como arzobispo pleno, después del fallecimiento de mi tío (28 de febrero de 1998). Fue una semana antes de que se inaugurara oficialmente el Jubileo del Año 2000, en la Navidad de 1999. Ese día, el 18 de diciembre de ese año, Bergoglio convocó a la arquidiócesis de Buenos Aires a celebrar sinuosamente la “Misa del Milenio” (no del Jubileo), que por supuesto no tuvo nada que ver con la celebración de la Iglesia universal, anticipándose a la iniciativa papal.

- ¿Por qué?

- La única explicación que encuentro al día de hoy es que lo hizo para mostrar al “mundo del poder” que gobierna realmente el mundo -la plutocracia globalista- que tenía la suficiente independencia para actuar independientemente de la Iglesia universal, pero cuidando las formas. No por casualidad fue el candidato del progresismo eclesiástico para suceder a Juan Pablo II en el 2005, contra Ratzinger.

- ¿Cuál fue la estrategia de Bergoglio como arzobispo?

- Durante su gestión en Buenos Aires se hizo famoso porque nadie sabía que pensaba en realidad, ya que a cada interlocutor que lo visitaba siempre le decía lo que éste quería escuchar. Y fue conocido también porque comenzó a poner en segundo plano o directamente a ignorar a los sacerdotes mayores o adultos, para promover sacerdotes jóvenes que le tenían una gran devoción. Y muy llamativamente, impuso la ley para los seminaristas de la arquidiócesis que les prohibía usar sotana, tanto dentro de la casa de estudios como en su labor pastoral externa.

- ¿En el plano social?

- En el plano social le dio cada vez más importancia a la labor de asistencia en los asentamientos urbanos precarios, como lo que posteriormente llamó “Iglesia en salida”, pero con la recomendación -o exigencia- de no insistir en la formación y en la predicación sacramental.

- ¿En el plano político?

- En el plano político cultivó relaciones con prácticamente todo el arco político de la arquidiócesis, sin comprometerse con ningún sector en especial. En este sentido, fue muy impactante para muchos el enfrentamiento que tuvo con el entonces presidente Néstor Kirchner, probablemente por ser personalidades casi idénticas, como es pretender tener la totalidad del poder en sus manos, o casi todo el poder.

- ¿Qué estrategia había detrás de esto?

- Probablemente, la de acumular todo el poder posible, para no tener que depender de nadie ni de ninguna fuerza o sector en particular.

- ¿Cómo manejó las finanzas?


- En el tema finanzas no tengo casi nada para decir, porque no tuve acceso a información de ese tipo. Sí puedo decirle que comenzó a cercar y acorralar a las órdenes y congregaciones más ortodoxas, por un lado por su firmeza doctrinal (que para él era “dureza”), y por otro lado porque muchas veces estas órdenes poseían un gran patrimonio.

- ¿Cómo se desarrolló el Seminario de Buenos Aires bajo el mandato de Bergoglio?

- Por lo que sé, gracias al testimonio de algunos seminaristas que se vieron obligados a ir a otra diócesis, es que el seminario -en su momento uno de los más importantes del país, en cuanto a su formación académica- comenzó a disminuir el nivel de exigencia en la formación doctrinal y teológica, para acentuar la formación en la acción pastoral, sea lo que sea que esto signifique, con lo que los nuevos sacerdotes se caracterizaron cada vez más como agentes de ayuda social, salvo alguna que otra excepción, pero con escasa o nula formación doctrinal, teológica e intelectual.

En este sentido, una de las iniciativas que tomó Bergoglio como arzobispo pleno fue, como mencioné antes, la de prohibir a los seminaristas de la arquidiócesis el uso de la sotana, dentro y fuera del seminario. Cosa que también hizo en Roma, como obispo de la misma.

- Algunos dicen que el cardenal Bergoglio es culpable de "encubrir casos de abusos homosexuales". ¿Es esto cierto?

- Lamentablemente, sí. Muchas veces porque eran personas cercanas a él. Se comentó mucho el caso de un sacerdote de su íntima confianza, conocido por inclinaciones homosexuales, a quien “ayudó” enviándolo a Roma unos años antes de ser papa, entre otras cosas, porque le ayudó a conocer muchas intimidades de la Santa Sede, intuyendo ¿o sabiendo? que podía llegar a donde llegó. No se olvide que ese tipo de personalidades suelen ser muy predispuestas a llevar y a traer información, de todo tipo. Información que al entonces arzobispo le encantaba tener a mano y conocer.

- ¿Tiene usted también información de primera mano sobre estos casos?

- Sí, y la pude constatar personalmente. En abril de 2001, unos meses después de haber sido creado cardenal, una persona que trabajaba en la Universidad del Salvador, de la que él no sólo era Gran Canciller, sino también su Gran Controlador, le llevó pruebas de una persona muy allegada al novel cardenal, que no sólo trabajaba en esa casa de estudios, sino que era también funcionario estatal, había estado difundiendo a miembros de la Universidad fotos pornográficas, como diversión. El resultado de esta gestión fue que el allegado a Bergoglio siguió trabajando sin problemas durante varios años más, y quien lo puso al tanto del “tema” fue despedido sin causa de la Universidad, unos meses después.

- ¿En 2004 Bergoglio consagró el famoso obispo de San Rafael, Eduardo Taussig? ¿Sabe algo de esto?

- En la década del 90 conocí y traté al padre Taussig, quien había sido designado por mi tío párroco de la iglesia San Lucas, que era parroquia universitaria para toda la arquidiócesis. Taussig provenía de una familia muy respetable en el mundo católico, cuyo padre fue un hombre ejemplar dentro y fuera de la Iglesia. Profesaba la sana doctrina, y era un muy buen sacerdote. Después del 2002 dejé de tener contacto con él. Por supuesto me sorprendió el mal manejo que hizo del seminario de su diócesis, uno de los mejores del país, sino el mejor. Es evidente que entre Bergoglio y su grey prefirió someterse al “jefe”, mostrando una faceta que nunca antes había trascendido.

- Se dice que el cardenal Bergoglio tenía secretarios que solían asistir a misa en la Sociedad de San Pío. Bergoglio también parecía defender a Pío X. ¿Cómo encaja esto en la imagen del liberal Francisco?

- Fue siempre típico en él jugar con los opuestos, pasando de un extremo al otro: un día se muestra ortodoxo -ante un grupo de médicos católicos o ante micrófonos condena de palabra el aborto, describiéndolo como un acto que ejecuta un sicario- y al otro día recibe y alaba a Emma Bonino, o al presidente argentino, confeso abortista, y permite que participe en una Misa celebrada en el altar que está junto a la urna que contiene los restos de san Pedro.

- ¿Quién puede entender esto?

- Ese ha sido siempre el juego de Bergoglio, un juego de astucia, no de sabiduría, porque es una forma que le permite no ser encasillado y, al mismo tiempo, le posibilita mantener la iniciativa. Aunque en definitiva es una astucia de vuelo corto, como el de las gallinas.

- Como papa, Francisco resultó ser muy pro-homosexual. ¿Era esto visible cuando era cardenal?

- Hasta donde conozco, nunca fue tan evidente ni visible esa actitud gay-friendly de Bergoglio, ni como jesuita ni como obispo. Tampoco fue demasiado evidente como cardenal, porque eso posiblemente le hubiera imposibilitado en el Colegio Cardenalicio ser elegido papa. Sí se han conocido casos de sacerdotes con esas conductas que siempre contaron con la protección discreta de Bergoglio. Sólo lo ha hecho abiertamente cuando llegó a la Cátedra de Pedro, dando el aberrante espectáculo de darle refugio y protección política y clerical a un notorio delincuente como el obispo Gustavo Zanchetta.

- Muchos han sugerido que Francisco quiere colaboradores que sean chantajeables y controlables. ¿Tiene elementos que confirmen esto?

- Lamentablemente, sí. Y a todo nivel, sumado al hecho de que siempre se rodeó de personalidades mediocres, sumisas y serviles. Porque el liderazgo de Bergoglio, más que de dictador como lo ha caracterizado Henry Sire, es típicamente despótico, no admite el disenso ni la independencia de criterio.

- ¿Como en la época en que fue el Provincial de los jesuitas argentinos?

- Se ha mencionado mucho el hecho del enfrentamiento que tuvo Bergoglio con los jesuitas, después que terminaba su labor como provincial de la Compañía. Lo que pocos o muy pocos cuentan, por razones de discreción y decoro quizás, es que los que más lo enfrentaron fueron los que habían sido sus colaboradores o compañeros de su liderazgo en la Orden. Algunos de ellos muy amigos de él, que lo respetaban mucho y lo querían.

- ¿Por qué ese enfrentamiento posterior?

- Nunca se supo. Sí se sabía que eran personas serias, con su personalidad, no manipulables ni chantajeables.


Wanderer



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