Por Leonardo Guerra
Un viejo adagio de nuestros abuelos enseña que: “La vida es una lucha”
Principalmente contra nosotros mismos, añadiría yo, en particular contra nuestra pereza, nuestros malos hábitos, nuestra inercia mental.
La Libertad, la Verdad, la Justicia y la inviolabilidad de nuestro ser humano, en definitiva, todos nuestros derechos constitucionales, humanos y naturales, aunque estén consagrados en documentos firmados y en las leyes del Estado, no están garantizados automáticamente, ni se dan por descontados por definición, hay que conquistarlos y defenderlos día tras día. Es necesaria una acción continua y constante primero para obtenerlos y después para preservarlos, para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Esta es una de las grandes lecciones, a atesorar, desde la llamada “Emergenc1a Coს1d”. La otra es que el terror inducido por los medios de comunicación, los confinamientos (encierros obligatorios) y las herramientas de coacción (pase verde) han paralizado y puesto en jaque las mentes de la mayoría de los ciudadanos. A esto ha seguido el reclutamiento de la población, también a través de la propaganda, para enviarla a atacar a quienes se atrevían a hacer preguntas y plantear dudas.
Por lo tanto, necesitamos un urgente Gran Despertar para detener este "gran reseteo" y restaurar los derechos naturales.
Debemos actuar juntos y con prontitud. Actuar requiere voluntad y concentración creativa, pero el motor interno de nuestro posible renacimiento, como pueblo, es la restauración de nuestra Conciencia.
El poder que hemos conocido en los últimos años opera ahora descaradamente, sin pudor y es un poder totalitario e inhumano. La Semiología los desenmascara clara e inequívocamente, puntualmente. Nos han hecho refractarios incluso a estas señales.
El objetivo de su trabajo sobre nosotros es robarnos constantemente la voluntad y la energía haciéndonos más dóciles, débiles y pasivos. Primero, con la estrategia de la tensión en los años anteriores y luego, con la estrategia del terror en los últimos años han bloqueado progresivamente las mentes y el pensamiento crítico de la mayoría de la gente.
De la cultura campesina y obrera de nuestros padres y abuelos, en los años 60 y 70, pasaron a la homologación cultural represiva mediante el materialismo nihilista. Introdujeron así nuevos códigos y nuevos comportamientos. Una verdadera transformación controlada de nuestra cultura y borrado de nuestras raíces. El resultado antropológico y social fue la creación de “un modelo único de ciudadano”. El conflicto actual contra nosotros no es, pues, tecnológico, sino exclusivamente humano. Intento explicar por qué.
El proceso más importante y más grave, del que nadie habla, es el tratamiento continuo que se nos viene dando desde hace al menos cinco décadas. Las últimas intervenciones "agudas" (emergencia cov1d1ca y la implicación en la guerra de Ucran1a) están injertadas en esta estrategia a largo plazo. Su objetivo estratégico es imponer la “Nesciencia” (es decir, el no conocimiento, la no comprensión, llegando incluso a negarnos toda información útil) en todos los estratos de nuestra sociedad. Todo acceso posible a la fuente de la que podemos obtener conciencia de forma continua e independiente nos está vedado, directa o indirectamente. Muchos son los cómplices internos en los diversos órganos del Estado y fuera de él.
Desde la noche de los tiempos, los sistemas totalitarios, explícitos y/o camuflados como el nuestro, han actuado e invertido enormes cantidades de energía y recursos económicos para impedir el desarrollo de la Conciencia en los individuos y los pueblos. Han hecho de ello su razón de ser. Somos objeto de continuos programas especiales de Ingeniería Social, a la altura de los países africanos. Han conseguido convencer al 90% de la población para que juegue a la ruleta rusa con su salud, inyectándonos repetidamente terapias experimentales, hechas pasar por “სαcunas”, con la plena colaboración de las Agencias Reguladoras y de los médicos. Todo ello sin ninguna evidencia científica que lo respalde, y no es la primera vez. Está claro que una parte importante del problema es nuestra extraordinaria fragilidad mental e ingenuidad. Nos hemos vuelto fácilmente permeables, engañables y, por lo tanto, presa fácil. Ya no tenemos barreras mentales protectoras. La tradición cristiana, que ha sido eliminada en tantos contextos, era un verdadero escudo secular e impenetrable contra este tipo de influencias que quieren dañar al ser humano.
Los poderosos deben generar y mantener un diferencial de poder basado en el conocimiento para dominar a los pueblos. Y así lo reducen progresivamente, de diversas maneras, así como nuestras facultades mentales, empujando a la población cada vez más hacia un estado de completa apatía, pasividad, dependencia e incluso hasta el límite de la supervivencia material. A las leyes naturales las custodian de modo exclusivo y las utilizan contra el interés humano. Han tomado este "saber hacer" del naz1smo, que a su vez lo extrajo de las grandes tradiciones espirituales, tanto europeas como orientales. Lo han convertido en un poder contra el hombre, una verdadera arma no convencional. Así cuentan con mantenernos en sus garras, como si fuéramos niños (su obsesión).
En otras palabras, volver a tomar las riendas de nuestra vida. Volviendo a ser conscientes de nuestro propósito en esta tierra.
La recuperación es más que factible y puede ser muy rápida. Con el restablecimiento de la Conciencia, también aumenta la fuerza de voluntad y el enfoque creativo en todas las direcciones y la acción consecuente. Todos nosotros, hombres de buena voluntad, debemos hacer nuestra parte para facilitar el Gran Despertar, entonces... “Dios ve y Dios provee” o si lo prefieres “...Hágase Tu Voluntad”.
Il Blog di Sabino Paciolla
Desde la noche de los tiempos, los sistemas totalitarios, explícitos y/o camuflados como el nuestro, han actuado e invertido enormes cantidades de energía y recursos económicos para impedir el desarrollo de la Conciencia en los individuos y los pueblos. Han hecho de ello su razón de ser. Somos objeto de continuos programas especiales de Ingeniería Social, a la altura de los países africanos. Han conseguido convencer al 90% de la población para que juegue a la ruleta rusa con su salud, inyectándonos repetidamente terapias experimentales, hechas pasar por “სαcunas”, con la plena colaboración de las Agencias Reguladoras y de los médicos. Todo ello sin ninguna evidencia científica que lo respalde, y no es la primera vez. Está claro que una parte importante del problema es nuestra extraordinaria fragilidad mental e ingenuidad. Nos hemos vuelto fácilmente permeables, engañables y, por lo tanto, presa fácil. Ya no tenemos barreras mentales protectoras. La tradición cristiana, que ha sido eliminada en tantos contextos, era un verdadero escudo secular e impenetrable contra este tipo de influencias que quieren dañar al ser humano.
Los poderosos deben generar y mantener un diferencial de poder basado en el conocimiento para dominar a los pueblos. Y así lo reducen progresivamente, de diversas maneras, así como nuestras facultades mentales, empujando a la población cada vez más hacia un estado de completa apatía, pasividad, dependencia e incluso hasta el límite de la supervivencia material. A las leyes naturales las custodian de modo exclusivo y las utilizan contra el interés humano. Han tomado este "saber hacer" del naz1smo, que a su vez lo extrajo de las grandes tradiciones espirituales, tanto europeas como orientales. Lo han convertido en un poder contra el hombre, una verdadera arma no convencional. Así cuentan con mantenernos en sus garras, como si fuéramos niños (su obsesión).
Siempre han querido “Nesciencia” en la población. De hecho, con los pueblos que conservan sus raíces culturales, y por lo tanto una buena conciencia generalizada, sus “programas” no prosperan. Por lo tanto, es esencial rechazar y desechar toda la “basura” y el “sinsentido” que nos meten constante y diariamente en la cabeza, a través de sus estilos de vida “políticamente correctos”, sus llamados “programas de entretenimiento” (a través de Smart TV, Smart phones, etc.). El objetivo es mantener nuestra atención atada a sus contenidos tóxicos, impidiéndonos así pensar libremente e imaginar una vida humana alternativa y recurrir a lo que alimenta la mente y el alma. Volver a vivir en los espacios abiertos, socialmente, una vida natural en contacto con la naturaleza y actuar con prontitud todos juntos.
Pero, ¿qué es la Conciencia?
La conciencia es una fuerza natural intangible que tiene que ver con el ámbito espiritual de una persona y/o una comunidad. No está separada de lo físico, sino que es parte integrante de él y se expresa concretamente a través de la existencia material. Forma parte del Derecho Natural (de Nater (latín), Natura que significa espíritu; Natural... concerniente al espíritu). Una ley que une las mentes y los corazones de las personas, que produce efectos concretos y es el motor operativo de la existencia humana en la tierra. Es la ley inmutable de la armonía y la belleza que es indiferente a lo que piensen o hagan los individuos. La ley natural es independiente de los sistemas de creencias y de las religiones. Jesucristo dice, de hecho: “la Verdad os hará Libres” (Veritas Vos Liberat; Juan: 8:32). Por lo tanto, nos enseña una Ética y una Moral de orden superior (natural) al luciferino del relativismo o a un sistema económico depredador que basa su existencia en interminables ciclos de guerras y conflictos, arteramente alimentados.
Pero, ¿qué es la Conciencia?
La conciencia es una fuerza natural intangible que tiene que ver con el ámbito espiritual de una persona y/o una comunidad. No está separada de lo físico, sino que es parte integrante de él y se expresa concretamente a través de la existencia material. Forma parte del Derecho Natural (de Nater (latín), Natura que significa espíritu; Natural... concerniente al espíritu). Una ley que une las mentes y los corazones de las personas, que produce efectos concretos y es el motor operativo de la existencia humana en la tierra. Es la ley inmutable de la armonía y la belleza que es indiferente a lo que piensen o hagan los individuos. La ley natural es independiente de los sistemas de creencias y de las religiones. Jesucristo dice, de hecho: “la Verdad os hará Libres” (Veritas Vos Liberat; Juan: 8:32). Por lo tanto, nos enseña una Ética y una Moral de orden superior (natural) al luciferino del relativismo o a un sistema económico depredador que basa su existencia en interminables ciclos de guerras y conflictos, arteramente alimentados.
La conciencia se puede descubrir y se puede reconocer que funciona y produce efectos a nivel individual y social. Vivir de forma Natural, nos pone en contacto y armonía con la Naturaleza de la que podemos extraer estos principios, valores y leyes. Puedes comprenderlos y armonizar tu comportamiento con ellos. O decidir permanecer “ignorante” con todas las consecuencias que ello conlleva. La ley natural se opone a los principios y valores depredadores del ego individual, de la sociedad o de las naciones, que convergen sobre sí mismos. El ego sólo escucha, se preocupa y se ocupa de sí mismo y de lo que quiere escuchar hasta el punto de mistificar regularmente la Verdad, la realidad oprimiendo y explotando todo lo que le rodea, no sólo a sus semejantes.
La expresión fisiológica de la Conciencia se realiza en el reino físico, en la realidad tangible a través de los diversos cuerpos de la existencia. Si no está presente a nivel cerebral, se generan desequilibrios que conducen con el tiempo a una condición incapacitante para el hombre, que genera un sufrimiento continuo.
La conciencia es también, y sobre todo, una capacidad que nos permite reconocer patrones y significados subyacentes a los acontecimientos a nivel individual y/o social. Nos permite percibir con precisión la Verdad de lo que sucede y ha sucedido. Se expresa en nuestra vida cotidiana y es reconocible. La reconocemos en los demás y los demás hacen lo mismo con la nuestra. Se pone en práctica en la cascada de procesos clave de la existencia... en nuestros pensamientos creativos (“somos lo que pensamos”), luego en nuestras emociones (en el plano interior) y, por último, en nuestras acciones y comportamientos (que producen efectos en el plano exterior).
Todas las grandes tradiciones enseñan que la Salvación de nuestra Alma sólo puede ser alcanzada a través de la Acción.
¿Qué obstaculiza la recuperación de la Conciencia en las personas interesadas en comprender las leyes y mecanismos de la Ley Natural?
El hombre es predominantemente su propia mente. Las élites globalistas lo saben muy bien, por eso la obstruyen e intoxican constantemente. Uno no tiene tiempo de deshacerse de las toxinas que nos alimentan porque llega la siguiente dosis. Crean caos y confusión mental de forma programada, induciendo y creando hábitos que nos alejan progresiva y constantemente de ese profundo deseo de conocer nuestra parte más íntima, que es nuestra Alma, y de ese inagotable motor de búsqueda de la Verdad y la Libertad.
Es hora de elegir voluntariamente restaurar nuestra Conciencia en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana. De reencontrarnos y actuar juntos, quizás implementando alguna sana desobed1enc1a c1v1l, comenzando a pronunciar fuerte y claro nuestro NO preventivo sobre todo aquello que vaya en contra del interés del ser humano. Rompiendo los nichos de la mente colectiva colmena en la que nos han metido, las jaulas mentales, las jaulas electrónicas invisibles que han construido a nuestro alrededor, y volviendo a vivir juntos una vida plena y natural. Recuperando la mente colectiva, los pensamientos creativos, generando emociones y sentimientos positivos, concentración creativa y, por lo tanto, acciones y comportamientos sociales coherentes y concretos.
La expresión fisiológica de la Conciencia se realiza en el reino físico, en la realidad tangible a través de los diversos cuerpos de la existencia. Si no está presente a nivel cerebral, se generan desequilibrios que conducen con el tiempo a una condición incapacitante para el hombre, que genera un sufrimiento continuo.
La conciencia es también, y sobre todo, una capacidad que nos permite reconocer patrones y significados subyacentes a los acontecimientos a nivel individual y/o social. Nos permite percibir con precisión la Verdad de lo que sucede y ha sucedido. Se expresa en nuestra vida cotidiana y es reconocible. La reconocemos en los demás y los demás hacen lo mismo con la nuestra. Se pone en práctica en la cascada de procesos clave de la existencia... en nuestros pensamientos creativos (“somos lo que pensamos”), luego en nuestras emociones (en el plano interior) y, por último, en nuestras acciones y comportamientos (que producen efectos en el plano exterior).
Todas las grandes tradiciones enseñan que la Salvación de nuestra Alma sólo puede ser alcanzada a través de la Acción.
¿Qué obstaculiza la recuperación de la Conciencia en las personas interesadas en comprender las leyes y mecanismos de la Ley Natural?
El hombre es predominantemente su propia mente. Las élites globalistas lo saben muy bien, por eso la obstruyen e intoxican constantemente. Uno no tiene tiempo de deshacerse de las toxinas que nos alimentan porque llega la siguiente dosis. Crean caos y confusión mental de forma programada, induciendo y creando hábitos que nos alejan progresiva y constantemente de ese profundo deseo de conocer nuestra parte más íntima, que es nuestra Alma, y de ese inagotable motor de búsqueda de la Verdad y la Libertad.
Es hora de elegir voluntariamente restaurar nuestra Conciencia en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana. De reencontrarnos y actuar juntos, quizás implementando alguna sana desobed1enc1a c1v1l, comenzando a pronunciar fuerte y claro nuestro NO preventivo sobre todo aquello que vaya en contra del interés del ser humano. Rompiendo los nichos de la mente colectiva colmena en la que nos han metido, las jaulas mentales, las jaulas electrónicas invisibles que han construido a nuestro alrededor, y volviendo a vivir juntos una vida plena y natural. Recuperando la mente colectiva, los pensamientos creativos, generando emociones y sentimientos positivos, concentración creativa y, por lo tanto, acciones y comportamientos sociales coherentes y concretos.
En otras palabras, volver a tomar las riendas de nuestra vida. Volviendo a ser conscientes de nuestro propósito en esta tierra.
La recuperación es más que factible y puede ser muy rápida. Con el restablecimiento de la Conciencia, también aumenta la fuerza de voluntad y el enfoque creativo en todas las direcciones y la acción consecuente. Todos nosotros, hombres de buena voluntad, debemos hacer nuestra parte para facilitar el Gran Despertar, entonces... “Dios ve y Dios provee” o si lo prefieres “...Hágase Tu Voluntad”.
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