Por Carlos Esteban
El Vaticano ya anunció una ‘revisión’ del texto, que en su día causó un considerable revuelo, al definir verdades morales sobre la sexualidad humana que nadie esperaba ni en ese momento ni de ese Papa.
Todos los historiadores de la Iglesia coinciden en subrayar la conmoción que causó entre los teólogos más relevantes del momento la publicación de esta encíclica. Como ‘guinda’ tras un concilio marcado por el ‘aggiornamento’ y la apertura, en un momento en que la superpoblación era el ‘coco’ apocalíptico de moda, se esperaba que el Papa diera luz verde al uso de los anticonceptivos artificiales. De hecho, la sorpresa tuvo en muchos teólogos y prelados la forma de decepción y, en no pocos, de abierta rebelión.
Desde entonces, un poderoso sector ‘progresista’ dentro de la Iglesia ha tratado de echar marcha atrás en los pronunciamientos de la encíclica, y el anuncio de una ‘revisión’ de la misma con motivo de su quincuagésimo aniversario ha despertado los temores de unos y las esperanzas de otros.
Con ese motivo, el National Catholic Register ha consultado a varios personajes relevantes, de los que Seifert destaca como especialmente tajante. El filósofo, amigo personal del Papa Juan Pablo II, ha sido nombrado presidente de una academia que lleva el nombre del santo pontífice y que se ha creado ‘en paralelo’ a la oficial, dependiente del Vaticano.
Seifert considera “lícito y bueno” explicar mejor lo que Humanae Vitae quiere decir con “la generosa apertura a la vida nueva”, pero añade que “todo católico debería rezar para que el Papa rechace este ‘nuevo paradigma’ que no es otra cosa que un viejo error ético y la destrucción misma de la enseñanza moral de la Iglesia”.
Nadie puede, advierte Seifert, “cambiar la enseñanza de la Humanae Vitae y menos aún cambiar las verdades eternas que proclama” sobre la inmoralidad intrínseca de la contracepción artificial.
InfoVaticana
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