martes, 24 de julio de 2018

BERGOGLIO ACUSA A TRUMP DE INTENTAR COMENZAR EL APOCALIPSIS

Siempre sonriente con los impresentables...
En un difamatorio libelo escrito por dos hombres de Bergoglio, se muestra toda la ponzoña destilada por el inquilino del Vaticano y su odio por el Presidente Donald Trump. 

Por Cris Yozia

En el artículo de La Civiltà Cattolica, que es revisado por el Vaticano antes de su publicación, se presentó una crítica mordaz del "fundamentalismo evangélico en los EE.UU.".

El pasquín fue publicado pocos días después que los líderes evangélicos se reunieran con el presidente estadounidense Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca y le impusieron las manos en oración tras las discusiones sobre la libertad religiosa, el apoyo a Israel y la reforma sanitaria.


Trump nunca ha hablado sobre sus creencias religiosas, pero ganó gracias al apoyo abrumador de los cristianos evangélicos blancos en las elecciones de 2016.

Antonio Spadaro, (aquel que dijo "El Papa es hoy el gran líder moral del mundo"), es el editor en jefe de la publicación, y Marcelo Figueroa, (de confesión protestante) es el editor en jefe de la edición argentina del periódico vaticano L'Osservatore Romano, (la revista de los jesuitas). Ellos son conocidos como confidentes del papa progresista

Steve Bannon, es el ex editor del sitio web de noticias de Breitbart, es católico, y aunque solo se lo menciona brevemente en el libelo, la pieza apunta al Presidente Trump y la Casa Blanca.

El artículo también se refiere al controvertido teólogo evangélico John Rushdoony como "el padre del fundamentalismo cristiano estadounidense de hoy" y llama a Steve Bannon "un exponente de esta filosofía".

Bergoglio, además, pone el énfasis en la "necesidad de construir puentes, no muros" (la misma frase que hizo célebre a su amigo, el jesuita pro sodomitas James Martin).

Mientras que los dos líderes fueron vistos teniendo una reunión aparentemente cordial -desagradable, a juzgar por la expresión avinagrada de Bergoglio- en mayo en el Vaticano, la relación sufrió un revés significativo después de la decisión de Trump de retirarse del acuerdo climático de París apenas una semana después. 

El obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, director de la Academia de Ciencias del Vaticano, lo calificó de "una bofetada al Vaticano" .


Texto completo:

Fundamentalismo evangélico e integrismo católico. Un ecumenismo sorprendente



Por Antonio Spadaro S.I. y Marcelo Figueroa



In God We Trust: tal es la frase impresa en los billetes bancarios de Estados Unidos de América, una frase que es también el lema nacional actual. La frase apareció por vez primera en una moneda del año 1864, pero no se hizo oficial hasta haber pasado por una resolución conjunta del Congreso en 1956. Significa «En Dios confiamos», y es un lema importante para una nación que en las raíces de su fundación tiene también motivaciones de carácter religioso. Para muchos se trata de una simple declaración de fe, mientras que para otros es la síntesis de una fusión problemática entre religión y Estado, entre fe y política, entre valores religiosos y economía.
Es comenzar a leerlo y comenzar a asombrarme ante el tenor de este artículo... ¿pero quien ha escrito esto? ¿Son hombres que deberían defender el acercamiento entre la religión y el estado o son ateos infiltrados dentro de la Iglesia? ¿son hombres que deberían abogar para que no se pierda la Cruz de Nuestro Señor en la vorágine que nos impone la agenda de la ideología de género, el adoctrinamiento feminista y de izquierda? ¿fusión problemática? No alcanzo a comprender. Me vienen a la mente consignas comunistas que dicen “la Iglesia debe dejar de imponer sus creencias y falsa moral en el desarrollo de nuestras vidas. Necesitamos un Estado laico que nos asegure educación sexual integral, conciencia social, una salud pública sin prejuicios moralistas”. ¿Eso es lo que pretenden Spadaro y Figueroa?

Religión, maniqueísmo político y culto al Apocalipsis
Especialmente en algunos Gobiernos de Estados Unidos de las últimas décadas se notó el creciente papel de la religión en los procesos electorales y en las decisiones de gobierno: un papel también de orden moral en la identificación de lo que está bien y lo que está mal.
Por momentos esta compenetración entre política, moral y religión asumió un lenguaje maniqueo que divide la realidad entre el bien absoluto y el mal absoluto. En efecto, después de que Bush hablara en su tiempo de un «eje del mal» que hay que enfrentar y, después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, hiciera referencia a la responsabilidad de «liberar el mundo del mal», hoy el presidente Trump dirige su lucha contra una entidad colectiva genéricamente amplia, la de los «malos» o, también, «muy malos». A veces los tonos utilizados por los que lo apoyan en algunas campañas asumen connotaciones que podríamos definir como «épicas».
¿Compenetración entre política, moral y religión? ¿Están hablando sobre el estilo del papado bergogliano? Claro, quitando la religión, eso es lo que menos le interesa al actual papa. Solo politiquería barata, y moral... que cuanto menos, es mejor! Es muy notorio que a los inquilinos del Vaticano les molesta mucho que un líder llame las cosas por su nombre. Lo que es bueno, es bueno; y lo que es malo, es malo. Ese estilo no va con Bergoglio, que habla con ambigüedades, con tibiezas. Me recuerda a aquel versículo de la Biblia que dice "ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apocalipsis 3:15-16).
Estas actitudes se basan en principios fundamentalistasprotestantes evangélicos de comienzos del siglo pasado que se han ido radicalizando poco a poco. En efecto, se pasó de un rechazo a todo aquello que es «mundano», como se consideraba la política, a perseguir una influencia fuerte y determinada de esa moral religiosa en los procesos democráticos y sus resultados.
De estas palabras deducimos que los católicos que permanecemos fieles al Magisterio de la Iglesia, somos ahora etiquetados por la neoiglesia bergogliana como "protestantes evangélicos" y no solo eso...¡como "fundamentalistas" con ideas del siglo pasado!. Señores Spadaro y Figueroa, se están contradiciendo en este párrafo. Comprender que la política bien utilizada es la mejor herramienta para combatir el marxismo cultural, no es "radicalizarse". Hoy más que nunca, la política es necesaria para mantener esa "moral religiosa" (como despectivamente ustedes dicen) que se va diluyendo cada día más, por obra y gracia de "pastores" que en lugar de cuidar las almas del rebaño, parecen enviados por el Maligno, ¡cuantas más almas se pierdan, mejor!. Si los resultados son buenos, ¿porque rechazar la política? "Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:16).  Sigamos.
El término «fundamentalismo evangélico», que hoy puede asimilarse a «derecha protestante evangélica» o «teoconservadurismo», tiene sus orígenes entre los años 1910 y 1915. En esa época, Lyman Stewart, un millonario del sur de California, publicó 12 volúmenes titulados Los Fundamentos (The Fundamentals). El autor procuraba responder a la «amenaza» de las ideas modernistas de la época resumiendo el pensamiento de los autores cuyo apoyo doctrinal apreciaba. De ese modo, ejemplificaba la fe evangélica en cuanto a los aspectos morales, sociales, colectivos e individuales. Entre los que apreciaron los volúmenes de Stewart hay varios exponentes políticos y también dos presidentes recientes como Ronald Reagan y George W. Bush.
Analicemos. Llamar «fundamentalismo evangélico» a quienes elegimos vivir apegados a lo esencial de la fe cristiana, es un insulto. Al utilizar como sinónimo «Derecha protestante evangélica», comienzan a sacarse las caretas. Quedan expuestos en su corrupta ideología, ya que no tienen el más mínimo interés en combatir el marxismo cultural con todo lo nefasto que eso trae aparejado: ultra feminismo, movimientos LGBT, aprobar ese crimen abominable que es el aborto, entre otras delicias que nos propone el comunismo. «Teoconservadurismo» es una filosofía política que argumenta que la religión debe tener un papel importante en la formación e implementación de políticas públicas. ¿Acaso no es fundamental mantener viva la espiritualidad de las personas, el orden en la sociedad, los valores cristianos, la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural?  Ah, perdón, olvidé que quienes escriben esto no son católicos. Mencionan a Lyman Stewart y ya desde el principio lo definen como "un millonario" (como si ser millonario lo descalificara) y también dicen que Ronald Reagan y George W. Bush apreciaban sus ideas. Ambos eran Republicanos, igual que Trump. Esto se va aclarando cada vez mas.
El pensamiento de las colectividades sociales religiosas inspiradas por autores como Stewart considera a Estados Unidos como una nación bendecida por Dios y no vacila en fundar el crecimiento económico del país en la adhesión literal a la Biblia. En el curso de los últimos años esto se ha visto alimentado, además, por la estigmatización de enemigos a los que, por decirlo así, se demoniza
No cabe ninguna duda que EE.UU. es una nación bendecida por Dios. Son el ideal al que todo país quisiera llegar. Hay orden, hay prosperidad, hay un sistema judicial ejemplar. ¿Quien no desea vivir en un país así? Y si ese crecimiento está ligado al apego a la Biblia -durante los gobiernos Republicanos- ¿está mal?. "Estigmatización de enemigos" a los que se "demoniza" es un léxico demasiado progre, no es correcta su utilización en boca de hombres que -supuestamente- representan a la Iglesia.
En el universo que amenaza su modo de entender el American way of life se han sucedido a lo largo del tiempo los espíritus modernistas, los derechos de los esclavos negros, los movimientos hippies, el comunismo, los movimientos feministas, y así siguiendo, hasta llegar, hoy, a los inmigrantes y a los musulmanes. Para mantener el nivel de conflicto, sus exégesis bíblicas se han impulsado cada vez más hacia lecturas descontextualizadas de los textos del Antiguo Testamento sobre la conquista y la defensa de la «tierra prometida», más que guiarse por la mirada incisiva y llena de amor del Jesús de los Evangelios.
Señores autores de este libelo, nadie duda que los "espíritus modernistas" y otorgarle derechos de los esclavos negros han favorecido a las culturas. Pero, los movimientos hippies y el comunismo... ¿que aportaron de bueno? ¿Drogas, apatía, relajamiento de las costumbres? ¿Destrucción de la cultura y muerte?  ¿Eso es bueno? Y sobre los movimientos feministas, son aceptables en su origen, cuando buscaban la igualdad con el hombre. Hoy, ¿a que han llegado y que pretenden? La supremacía de la hembra?, ¿la "muerte al macho"?, ¿gritar "es mi cuerpo y es mi decisión" para poder matar a sus hijos legalmente?. Con respecto a los inmigrantes y los musulmanes, miremos lo que está pasando hoy en países como Alemania o Francia, que abrieron sus puertas "fraternalmente" a esos individuos. Todos los días hay violaciones y crímenes. La inmigración islámica trae consigo otro grave problema aparejado: cada familia llega a tener hasta 8 hijos, contrastando con la cultura europea en la cual -gracias al aborto- hay muy pocos niños y hoy son sociedades de viejos. La pregunta es: ¿que pretende Bergoglio fomentando esto? ¿está ciego y no ve que este engendro que él esta recomendando como algo aceptable, NO VA A TERMINAR BIEN?
Dentro de esta narrativa no se proscribe aquello que impulsa al conflicto. No se considera el nexo existente entre capital y beneficios y la venta de armas. Por el contrario: a menudo la misma guerra es asimilada a las heroicas empresas de conquista del «Dios de los ejércitos» de Gedeón y de David. En esta visión maniquea, las armas pueden asumir una justificación de carácter teológico, y hoy no faltan tampoco pastores que buscan para ello un fundamento bíblico, utilizando fragmentos de la Sagrada Escritura como excusas fuera de contexto.
La legítima defensa
Catecismo #2263 La legítima defensa de las personas y las sociedades no es una excepción a la prohibición de la muerte del inocente que constituye el homicidio voluntario. “La acción de defenderse […] puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7). “Nada impide que un solo acto tenga dos efectos, de los que uno sólo es querido, sin embargo el otro está más allá de la intención” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7). Lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica.
Otro aspecto interesante es la relación que esta colectividad religiosa —compuesta principalmente por blancos de extracción popular del Sur estadounidense profundo— tiene con la «creación». Hay como una suerte de «anestesia» respecto de los desastres ecológicos y de los problemas generados por el cambio climático. El «dominionismo» que profesan —que considera a los ecologistas como personas contrarias a la fe cristiana— hunde sus propias raíces en una comprensión literal de los relatos de la creación del libro del Génesis, una comprensión que coloca al hombre en una situación de «dominio» sobre la creación, mientras que esta queda sometida al arbitrio del hombre en un bíblico «sometimiento».
Por favor, necesitamos pastores que guíen nuestras almas, ¡que nos ayuden a vivir como Dios quiere que vivamos! No necesitamos un clero "ambientalista" que haga rituales a la "Pacha Mama" y se codee con los ecologistas, que ya todos sabemos que es un brazo más del comunismo. Y si también nos pretenden negar lo que dice la Biblia respecto a la creación... ¿que hacen en la Iglesia? ¿están 'trabajando' para el enemigo? Repasemos el texto en cuestión: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer" (Gen.1 28-30). Seguramente es que Dios estaba errado cuando dijo eso, y ahora llegó Bergoglio para poner las cosas en claro e informarnos que lo más importante es la Tierra y no el Hombre.
En esta visión teológica, los desastres naturales, los dramáticos cambios climáticos y la crisis ecológica global no solamente no se perciben como una alarma que debería inducirlos a revisar sus dogmas, sino, por el contrario, como signos que confirman su concepción no alegórica de las figuras finales del libro del Apocalipsis y su esperanza en «unos cielos nuevos y una tierra nueva».
Estos falsos profetas nos dicen primero que la creación narrada en el Génesis es un solo cuentito para niños, que no seamos ingenuos al creerla, ¿y ahora también nos dicen que el Apocalipsis es una figura alegórica? Entonces todo lo que está dentro de la Biblia, ¿es una mentira? ¿Que debemos hacer? ¿Creemos en la Palabra de Dios o en estos oportunistas integrantes de la neoiglesia bergogliana?
Se trata de una fórmula profética: combatir las amenazas que se ciernen sobre los valores cristianos estadounidenses y esperar la inminente justicia de un Armagedón, una rendición de cuentas final entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás. En este sentido, todo «proceso» (de paz, de diálogo, etc.), colapsa frente a la apremiante urgencia del fin, de la batalla final contra el enemigo. Y la comunidad de los creyentes, de la fe, se convierte en la comunidad de los combatientes, de la batalla. Una tal lectura unidireccional de los textos bíblicos puede inducir a anestesiar las conciencias o a apoyar activamente las situaciones más atroces y dramáticas que el mundo vive fuera de las fronteras de la propia «tierra prometida».
Entonces para estos señores, creer en las Palabras que contienen las Sagradas Escrituras ¿es tener la conciencia anestesiada? Y que el Presidente Trump no permita el ingreso del malón islámico que viene directo a atacar la sociedad estadounidense, ¿es incorrecto?
El pastor Rousas John Rushdoony (1916-2001) es el padre del denominado «reconstruccionismo cristiano» (o «teología dominionista»), que ha tenido un gran impacto en la visión teopolítica del fundamentalismo cristiano. Es la doctrina que alimenta a organizaciones y redes políticas como el Council for National Policy y el pensamiento de sus exponentes, como Steve Bannon, actual chief strategist de la Casa Blanca y partidario de una geopolítica apocalíptica.[1] 
«Lo primero que tenemos que hacer es dar voz a nuestras Iglesias», dicen algunos. El significado real de este tipo de expresiones es que se espera de ello la posibilidad de influir en la esfera política, parlamentaria, jurídica y educativa para someter las normas públicas a la moral religiosa
En efecto, la doctrina de Rushdoony sostiene la necesidad teocrática de someter el Estado a la Biblia, con una lógica no diferente de la que inspira el fundamentalismo islámico. En el fondo, la narrativa del terror que alimenta el imaginario de los yihadistas y de los neocruzados abreva en fuentes no demasiado distantes entre sí. No hay que olvidar que la teopolítica que inspira la propaganda del Estado Islámico se funda en el mismo culto a un Apocalipsis que hay que apresurar lo más posible. Por tanto, no es casual que George W. Bush haya sido reconocido como un «gran cruzado» por el propio Osama bin Laden.
El reconstruccionismo cristiano tiene muy pocos seguidores y es una bajeza intelectual de estos defensores de la iglesia bergogliana, citar a Rousas John Rushdoony como si fuera un movimiento peligroso y en crecimiento, llegando al punto de compararlo con los yihadistas, que sí son una amenaza real para la humanidad.


Teología de la prosperidad y retórica de la libertad religiosa
Otro fenómeno relevante junto al maniqueísmo político es el paso del pietismo puritano original, basado en La ética protestante y el espíritu del capitalismo, de Max Weber, a la «teología de la prosperidad», propugnada principalmente por 'pastores millonarios y mediáticos' y por 'organizaciones misioneras con una fuerte influencia religiosa, social y política'. Ellos anuncian un «evangelio de la prosperidad», según el cual Dios desea que los creyentes disfruten de salud física, riqueza material y felicidad personal. 
Es fácil percibir cómo algunos mensajes de las campañas electorales y sus semióticas abundan en referencias al fundamentalismo evangélico. Por ejemplo, a veces se ven imágenes en que los líderes políticos aparecen con aire triunfal con una Biblia en la mano
Una figura relevante que inspiró a presidentes como Richard NixonRonald Reagan y Donald Trump es el pastor Norman Vincent Peale (1898-1993), que ofició el primer matrimonio del actual presidente y el funeral de sus padres. Peale fue un predicador exitoso: vendió millones de ejemplares de su libro El poder del pensamiento positivo (1952), lleno de frases como «Si crees algo, lo obtendrás»«Si repites “Dios está conmigo, ¿quién estará contra mí?”, nada te detendrừImprime en tu mente tu imagen de éxito, y el éxito llegará», etc. Muchos telepredicadores de la prosperidad mezclan mercadeo, dirección estratégica y predicación, concentrándose más en el éxito personal que en la salvación o en la vida eterna.
En estos últimos párrafos se puede ver claramente una mezcla de resentimientoodio y porqué no, envidia, ante este exitoso empresario que se postuló para presidente y ganó las elecciones. ¿Y cual sería el problema si un líder aparece con la Biblia en la mano? ¿No nos están diciendo que la Biblia contiene solo fantasías? Coherencia, por favor! Yo diría que esto más bien parece el texto de uno de los discursos de Doña Hillary en uno de sus mitines. Y algo más, si los telepredicadores tienen éxito es porque están aprovechando un vacío espiritual que la Iglesia Católica no puede, no sabe o no quiere llenar. ¿Que hace la Iglesia Católica en los EE.UU. al respecto? ¿Hace algo más que escandalizar a las personas con los cientos de casos de abusos que se han conocido? ¿Que trabajo pastoral desarrollan? ¿Cómo tratan de atraer feligreses a las iglesias? ¿"Tendiendo puentes" a los homosexuales activos, a personajes trasvestidos y a pedófilos?. 
Un tercer elemento, junto al maniqueísmo y al evangelio de la prosperidad, es una forma particular de proclamar la defensa de la «libertad religiosa». Claramente, la erosión de la libertad religiosa es una grave amenaza dentro de un creciente secularismo. Pero hay que evitar que su defensa se avenga al ritmo de los fundamentalismos de la «religión en libertad»percibida como un desafío virtual directo a la laicidad del Estado.
Terrible. No les parece bien que Trump diga "eso esta bien y esto está mal". (Eso es algo de lo que debería ocuparse Bergoglio, pero esta muy preocupado por el calentamiento global, la ecología y los musulmanes, que dicho sea de paso, si lo tuvieran a tiro, lo bajan de un escopetazo). El otro punto es terrorífico. ¿Donde se ha visto que personajes de altísimo nivel en el Vaticano reclamen la laicidad del Estado? Es algo inaudito al punto que hemos llegado. Sorprende y escandaliza.


El ecumenismo fundamentalista
Basándose en los valores del fundamentalismo se está desarrollando una extraña forma de sorprendente ecumenismo entre fundamentalistas evangélicos y católicos integristas, unidos por la misma voluntad de una influencia religiosa directa en la dimensión política.
Algunos que se profesan católicos se expresan a veces en formas hasta hace poco tiempo desconocidas en su tradición y mucho más cercanas a los tonos evangélicos. En términos de atracción de masa electoral, estos electores se definen como value voters (*). El universo de convergencia ecuménica entre sectores que, paradójicamente, son competidores en cuanto a la pertenencia confesional, es bien definido. Este encuentro en torno a objetivos comunes se da en el terreno de temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la educación religiosa en las escuelas y otras cuestiones consideradas genéricamente morales o ligadas a los valores. Tanto los evangélicos como los católicos integristas condenan el ecumenismo tradicional y, sin embargo, promueven un ecumenismo del conflicto que los une en el sueño nostálgico de un Estado de rasgos teocráticos.
Parece que está empezando a preocupar a Bergoglio y sus secuaces el saber que se han alejado de la Iglesia Católica 4.200.000 fieles estadounidenses desde que él preside la Santa Sede. Y se pregunta el porqué "fundamentalistas evangélicos" y "católicos integristas" se han unido tras una misma bandera: los valores. Lamentablemente, esos objetivos comunes que unen a evangelistas y católicos disidentes de la neoiglesia, deberían ser las principales cuestiones que preocupan al Vaticano... pero no lo son. Aborto, gaymonio, educación religiosa en las escuelas, la familia, la formación con valores. Spadaro y Figueroa dicen que los "católicos integristas" condenan el "ecumenismo tradicional", pero a que cosa designan con esas palabras? ¿A 'confraternizar' con árabes, judíos, musulmanes, islámicos? La Biblia lo dice claramente: "Ustedes no son iguales a los que no tienen fe en Cristo. Entonces no se junten con ellos" (2 Corintios 6:14). Y si promover un "ecumenismo del conflicto" es alejarse de esta iglesia que hoy encabeza Bergoglio... Es mejor agradar a Dios y no a los hombres.
(*) The Values ​​Voter Summit (Votantes de Valores) es una conferencia política anual celebrada en Washington para activistas conservadores sociales estadounidenses y funcionarios electos de todos los Estados Unidos.
La perspectiva más peligrosa de este extraño ecumenismo puede adscribirse a su visión xenófoba e islamófoba, que invoca muros y deportaciones purificadoras. La palabra «ecumenismo» se traduce así en una paradoja, en un «ecumenismo del odio». La intolerancia es marca celestial de purismo, el reduccionismo es metodología exegética y el ultraliteralismo es su clave hermenéutica.
Señores, basta de torcer y retorcer palabras para intentar imponernos a la fuerza el Nuevo Orden Mundial. Aquí no se trata de xenofobia o islamofobia. Aquí se trata de mantener intacto el nacionalismo y los valores de cada persona, eso que ustedes tratan de destruir para unificar a la población mundial.
Es clara la enorme diferencia que hay entre estos conceptos y el ecumenismo alentado por el papa Francisco con varios referentes cristianos y de otras confesiones religiosasque se mueve en la línea de la inclusión, de la paz, del encuentro y de los puentes. Este fenómeno de ecumenismos opuestos, con percepciones contrapuestas de la fe y visiones del mundo en que las religiones desarrollan papeles inconciliables es, tal vez, el aspecto más desconocido y al mismo tiempo más dramático de la difusión del fundamentalismo integrista. A este nivel se comprende el significado histórico del compromiso del papa contra los «muros» y contra toda forma de «guerra de religión».
Si permanecer fieles a la Verdadera Iglesia (que no es la de Bergoglio) ahora es llamado "fundamentalismo integrista", bienvenido sea! Porque ninguno de los que no reconocemos a Bergoglio como papa tenemos la intención de condenarnos por seguir sus herejías. Fieles a Dios y a sus enseñanzas, aunque estos personajes nos desprecien por no montarnos en el carruaje de los papólatras.


La tentación de la «guerra espiritual»
Por el contrario, el elemento religioso no debe confundirse nunca con el político. Confundir poder espiritual y poder temporal significa poner el uno al servicio del otro. Un rasgo claro de la geopolítica del papa Francisco consiste en no dar apoyos teológicos al poder para imponerse o para encontrar un enemigo interno o externo a combatir. Hay que huir de la tentación transversal y «ecuménica» de proyectar la divinidad sobre el poder político que se reviste de ella para sus propios fines. Francisco socava desde dentro la máquina narrativa de los milenarismos sectarios y del «dominionismo», que prepara para el Apocalipsis y para el «choque final».[2] El énfasis puesto en la misericordia como atributo fundamental de Dios expresa esta exigencia radicalmente cristiana.
Se puede considerar que fue un "apoyo teológico" enviarles rosarios a impresentables delincuentes del anterior régimen kirchnerista que estaban o están en prisión, como el caso de Milagro Sala. Se puede considerar un "apoyo teológico" recibir con una sonrisa de oreja a oreja a Cristina Fernández de Kirchner, Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, Guillermo Moreno y otros personajes nefastos. Y también se puede recibir con cara de traste a Mauricio Macri o a Donald Trump... por que no son del palo, vio? A esos dos, nada de "apoyo teológico".
"Francisco socava desde adentro la maquina narrativa..." Aquí lo único que socava Bergoglio son las bases de la Iglesia Católica, eso es lo único sobre lo que no hay ninguna duda. El último punto no es tan así como pretenden hacernos creer. Dios no es "amigo" como empezaron a decir hace algunos años. Dios es Dios. Y a él se le debe respeto y obediencia. Dios es misericordioso, pero antes debe haber arrepentimiento por el pecado. Si no hay contrición... no hay misericordia.
Francisco quiere romper el vínculo orgánico entre cultura, política, instituciones e Iglesia. La espiritualidad no puede ligarse a gobiernos o a pactos militares, porque ella está al servicio de todos los hombres. Las religiones no pueden considerar a algunos como enemigos jurados ni a otros como enemigos externosLa religión no debe convertirse en la garantía de los grupos dominantes. Y sin embargo, es justamente esta dinámica de espurio sabor teológico la que intenta imponer su propia ley y su propia lógica en el campo político.
Ya nos dimos cuenta que Bergoglio quiere romper todo lo establecido, incluida la Iglesia. La espiritualidad (en el sentido gnóstico) podría estar al servicio de todos los hombres. El Catolicismo, tiene el deber de predicar la verdadera Fe, buscar la conversión de todas las almas. Pero esa actividad no se encuentra en la agenda de Bergoglio. El frase donde dicen "Las religiones no pueden considerar a algunos como enemigos jurados ni a otros como enemigos externos", confieso que me hizo reír. ¡Si toda esta sarta de pavadas que escribieron estos amigotes de Bergoglio fueron exclusivamente dedicadas para el Presidente Trump! Recordemos que después de aquel encuentro de los dos líderes, acto seguido, Trump le hizo pito catalán a Bergoglio retirándose del Acuerdo contra el cambio climático, porque el acuerdo era desventajoso para su país. ¡Como se atrevió a hacerle semejante desaire al papa ecologista! Este libelo desenmascara una vez mas a la verdadera y mentirosa neoiglesia bergogliana
Impresiona una cierta retórica utilizada, por ejemplo, por los comentaristas de Church Militant, una exitosa plataforma digital estadounidense abiertamente alineada a favor de un ultraconservadurismo político que utiliza los símbolos cristianos para imponerse. Esta instrumentalización se define como «auténtico cristianismo». Para expresar sus propias preferencias ha creado una precisa analogía entre Donald Trump y Constantino por una parte, y entre Hillary Clinton y Diocleciano por la otra. En esta perspectiva, las elecciones estadounidenses fueron entendidas como una «guerra espiritual».[3]
Bienvenido sea el éxito del sitio Church Militant, ya que desde allí se destapan ollas con olor nauseabundo que el Vaticano no quiere que se abran. Es muy sano para nosotros un poco de verdad entre tantas mentiras.
Este enfoque bélico y «militante» parece decididamente fascinante y evocador para un cierto público, sobre todo por el hecho de que la victoria de Constantino —dada por imposible contra Majencio, que contaba con el respaldo de todo el establishment romano— debía atribuirse a una intervención divina: in hoc signo vinces.
Recordando la carrera electoral en EE.UU. donde los contendientes eran Trump y Hillary Clinton, es justo decir que fue una carnicería humana, donde los medios de todo el mundo destrozaban a Trump sin ninguna misericordia las 24 horas del día. Aún no había finalizado el conteo de votos y los periodistas de todos los países ya informaban que Hillary había ganado. Entonces, ganar con todos los medios de comunicación en contra, ¿fue épico o no?
Así pues, Church Militant se pregunta si la victoria de Trump podría atribuirse a la oración de los estadounidenses. La respuesta sugerida es positiva. La consigna indirecta para el presidente Trump, nuevo Constantino, es clara: debe actuar en consecuencia. Un mensaje muy directo, por tanto, que quiere condicionar la presidencia connotándola con los rasgos de una elección «divina». In hoc signo vinces, justamente.
No ha dudas, Trump ganó por que Dios así lo quiso, aunque eso a Bergoglio lo enferme de rabia. El Presidente triunfó gracias a esos votos de confianza que depositaron en él y sería muy deshonesto de su parte hacer lo mismo que hacen todos los políticos: prometer y después de ganar, hacer todo lo contrario. Estos bandidos bergoglianos deberían respetar a un hombre que ganó al más puro estilo David y Goliat. 
Hoy más que nunca es necesario despojar al poder del pomposo ropaje confesional, de sus corazas, de sus armaduras oxidadas. El esquema teopolítico fundamentalista quiere instaurar el reino de una divinidad aquí y ahora. Y, obviamente, la divinidad es la proyección ideal del poder constituido. Esta visión genera la ideología de conquista.
Si lo despojamos del "ropaje confesional", ¿que quedaría? ¿Un gobernante comunista ateo y anti religión? ¿Eso es lo que piden con este extravagante artículo? ¿Esquema teopolítico fundamentalista? ¿Instaurar el reino de la divinidad aquí y ahora? Que hayan escrito tantas cosas sin sentido me hace pensar; cuando lo hicieron, ¿estaban alcoholizados? ¿drogados?
En cambio, el esquema teopolítico verdaderamente cristiano es escatológico, es decir, mira al futuro y quiere orientar la historia presente hacia el reino de Dios, reino de justicia y de paz. Esta visión genera el proceso de integración que se despliega con una diplomacia que no corona a nadie como «hombre de la Providencia».
Y es también por eso que la diplomacia de la Santa Sede quiere establecer relaciones directas y fluidas con las superpotencias, pero sin entrar en las redes de alianzas y de influencias prestablecidas. En este marco el papa no quiere negar ni dar la razón a nadie, porque sabe que en la raíz de los conflictos hay siempre una lucha de poder. Por tanto, no hay que imaginarse una «alineación» por razones morales o, peor aún, espirituales.
Francisco rechaza radicalmente la idea de la realización del reino de Dios en la tierra, que estaba en la base del Sacro Imperio Romano y de todas las formas políticas e institucionales similares, hasta la dimensión del «partido». Si así se entendiese, el «pueblo elegido» entraría en un complicado entrelazamiento de dimensiones religiosas y políticas que le haría perder la consciencia de su estar al servicio del mundo y lo contrapondría a quien está alejado, a quien no le pertenece, es decir, al «enemigo».
Es así como las raíces cristianas de los pueblos no deben entenderse nunca de manera etnicista. Las nociones de «raíces» y de «identidad» no tienen el mismo contenido para el católico y para el identitarista neopagano. Más aún: el etnicismo triunfalista, arrogante y vengativo es lo contrario del cristianismo. El 9 de mayo dijo el papa en una entrevista al diario francés La Croix: «Sí, Europa tiene raíces cristianas. El cristianismo tiene el deber de regarlas, pero en un espíritu de servicio como para el lavatorio de los pies. El deber del cristianismo para Europa es el servicio». Y también: «La aportación del cristianismo a una cultura es la de Cristo con el lavatorio de los pies, o sea, el servicio y la donación de la vida. No debe ser una aportación colonialista».
Es incomprensible lo que dice Bergoglio. ¿Un espíritu de servicio a quien? ¿Al protestantismo? ¿Al judaísmo? ¿Al ateísmo? ¿Y en calidad de qué? Porque ellos se burlan de la Iglesia y de Jesús, entonces ¿cual es la propuesta de Bergoglio?. Siempre tan ambiguo y no siendo claro en sus declaraciones... Estaría bueno que lea el Catecismo de la Iglesia Católica para aclarar un poco sus ideas.
"No debe ser una aportación colonialista". Resulta extraño leer eso conociendo la historia. Si con las carabelas de Cristóbal Colon llegó la Cruz a América y así se evangelizó el continente, ¿eso sería  "un aporte colonialista"?

Contra el miedo
¿En qué sentimiento se basa la persuasiva tentación de una alianza espuria entre política y fundamentalismo religioso? En el miedo a la fractura del orden constituido y en el temor al caos. Más aún, esta tentación funciona justamente gracias al caos que se percibe. La estrategia política para el éxito se torna en la de elevar los tonos del conflictoexagerar el desordenagitar los ánimos del pueblo con la proyección de escenarios inquietantes más allá de todo realismo.
Este párrafo es muy sugestivo. Sugiere alianzas entre política y fundamentalismo religioso. Eso no es preocupante porque los católicos somos más mansos que Lassie. Pueden hacer películas, series, historietas, chistes que la llegan a ser aberrantes con nuestra religión y no pasa nada. Somos mansas ovejitas. No somos musulmanes ni judíos. Esa es la pequeña gran diferencia. Pero luego hablan del miedo a la fractura del orden constituido, y esa frase describe una sola ideología: COMUNISMO. Cuando hablan de las supuestas estrategias políticas, ¿están sugiriendo que el Presidente Trump va a boicotear su propio gobierno?
En este punto la religión se convertiría en garante del orden, y una de las partes políticas encarnaría sus exigencias. La invocación del Apocalipsis justifica el poder querido por un dios o en connivencia con un dios. Y el fundamentalismo se revela así, no como producto de la experiencia religiosa, sino como una concepción pobre e instrumental de dicha experiencia
Por eso, Francisco está desarrollando una contranarración sistemática respecto de la narrativa del miedo. Hay que combatir, pues, la manipulación de esta época de ansiedad y de inseguridad. Por este mismo motivo Francisco omite valientemente dar cualquier legitimación teológico-política a los terroristas, evitando toda reducción del islam al terrorismo islamista. Y no se la da tampoco a aquellos que postulan y que quieren una «guerra santa» o que construyen barreras de alambre de púas. Efectivamente, el único alambre de púas para el cristiano es el de la corona de espinas que Cristo tiene en la cabeza. [4]
Aquí lo único que se percibe con toda claridad es la manipulación de la narrativa bergogliana sobre el calentamiento global, la ecología y la guerra. Manipulación que se hace muy visible sobre todo en los jóvenes.
Al resto de los mortales nos preocupan temas más importantes que los propuestos por Bergoglio, porque la vida no se termina en este mundo. Aquí lo más importante es nuestro transitar por este planeta y la salvación de nuestras almas. Y estamos solos en el mundo, no tenemos un pastor que nos guíe. Sólo tenemos la Doctrina de la Iglesia Católica y eso nos da valor para seguir luchando contra el nefasto proyecto del Nuevo Orden Mundial.

[1] Bannon cree en la visión apocalíptica que teorizaron William Strauss y Neil Howe en su libro The Fourth Turning: What Cycles of History Tell Us About America’s Next Rendezvous with Destiny, Nueva York, Broadway Books, 1997. Cf. también N. Howe, «Where did Steve Bannon get his worldview? From my book», en The Washington Post, 24 de febrero de 2017.

[2] Cf. A. Aresu, «Pope Francis against the Apocalypse», en Macrogeo (https://goo.gl/V5695i), 9 de junio de 2017.

[3] Cf. «Donald “Constantine” Trump? Could Heaven be intervening directly in the election?», en Church Militant (https://goo.gl/JjMhiL).

[4] Para profundizar estas reflexiones véase D. J. Fares, «L’antropologia politica di Papa Francesco», en Civ. Catt. 2014 I 345-360; A. Spadaro, «La diplomazia di Francesco. La misericordia come processo politico», ibíd. 2016 I 209-226 (trad. cast.: Íd., «La diplomacia de Francisco. La misericordia como proceso político» en Vida Nueva 2998, 23 al 29 de julio de 2016, 22-32); D. J. Fares, «Papa Francesco e la politica», ibíd. 2016 I 373-385; J. L. Narvaja, «La crisi di ogni politica cristiana. Erich Przywara e l’“idea di Europa”», ibíd. 2016 I 437-448; Íd., «Il significato della politica internazionale di Francesco», ibíd., 2017 III 8-15.






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