Por Nicolás de Cárdenas
Amnistía Internacional ha modificado su posición oficial sobre el aborto y las drogas en la última Asamblea Global para reclamar una mayor extensión del aborto y una política que acabe con la “mano dura” contra las drogas.
Según ha detallado la propia organización, a partir de ahora pedirá a los Estados que no se limiten a la despenalización, “sino que garanticen el acceso a un aborto seguro y legal de una manera amplia”.
Cabe destacar que Amnistía Internacional, que reitera la retórica proabortista habitual sobre “el derecho de todas las mujeres”, también habla de “las personas que puedan quedarse embarazadas” (sic).
Desde el Año 2007 Amistía Internacional no había cambiado su política oficial sobre el aborto. Entonces, abogaba por la despenalización y su legalidad en un número limitado de casos.
Por otro lado, la organización reunida en Varsovia (Polonia) entre el 6 y el 8 de julio, ha tomado por primera vez un posicionamiento oficial sobre la forma en que las diferentes naciones deben abordar los problemas derivados del tráfico y consumo de drogas.
A su juicio, se debe producir “un alejamiento del actual enfoque de ‘tierra arrasada’, criminalización y mano dura” que sea sustituido por un abordamiento de la cuestión desde “la protección de la salud y los derechos de las personas”.
Para sostener la iniciativa, Amnistía Internacional asegura que ha realizado numerosas investigaciones en países como Brasil, Filipinas o Estados Unidos que habrían demostrado “el devastador coste que en los derechos humanos tienen los métodos actuales de control de drogas”, sin especificar cuáles son estos ni ofrecer alternativas.
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