Una nueva investigación de 'Nature' revela que Reino Unido experimentó un misterioso cambio en su población solo unos pocos siglos después de la construcción de Stonehenge.
Stonehenge sigue siendo uno de los grandes misterios sin resolver. El famoso círculo de piedras megalíticas construido en el condado de Wiltshire (Reino Unido) alrededor del 2500 a.C. es uno de los monumentos más famosos, de hecho es una de las atracciones más visitadas del país.
La última investigación al respecto ha sido publicada en la revista 'Nature'. Se trata del análisis genético del material esquelético británico prehistórico. Es el estudio más grande sobre ADN humano jamás realizado. La investigación fue llevada a cabo por un equipo internacional de 144 arqueólogos y genetistas de instituciones en Europa y Estados Unidos, incluidos el Museo de Historia Natural, la Universidad de Cambridge y la Escuela de Medicina de Harvard.
El estudio ha revelado una nueva evidencia genética: que Gran Bretaña experimentó un misterioso cambio casi total en su población solo unos pocos siglos después de la construcción de Stonehenge. Los expertos sugieren que se desarrolló algún tipo de catástrofe social, económica o epidemiológica.
Las grandes piedras, de 20-30 toneladas, fueron erigidas por agricultores neolíticos cuyos antepasados habían vivido en Gran Bretaña durante al menos los 1.500 años anteriores, y las nuevas investigaciones genéticas, sobre 51 esqueletos de todo el Neolítico del país, han revelado que durante toda esta era estuvo habitado principalmente por personas de piel morena, pelo oscuro y aspecto mediterráneo.
Pero unos 300 o 500 años después de que se construyera la fase principal de Stonehenge, ese aspecto predominantemente mediterráneo de origen neolítico-británico que tenía casi el ciento por ciento de la población lo pasó a poseer apenas un 10% de los habitantes. ¿Qué pasó?
Cambio en la población
Esta nueva investigación genética revela que el otro 90% era una población de origen centroeuropeo recién llegada, que parece que llegó a Gran Bretaña entre el 2500 y el 2000 a.C. a través de los Países Bajos. Y cómo ocurrió este drástico cambio poblacional es un misterio total.
No hay absolutamente ninguna evidencia de que se produjese un conflicto a gran escala, por lo que la guerra o el genocidio no son la explicación, apuntan los expertos, según recoge 'The Independent'.
La explicación más plausible es que la población recién migrada tuviera tecnología más avanzada (como el metal), obtuviera el control de las mejores tierras y recursos y lograra marginar económicamente a la población neolítica.
También existe otra posibilidad: que la población nativa de Gran Bretaña no resistiese a algunas enfermedades europeas continentales. Existe cierta evidencia de que la plaga bubónica pudo haber sido la culpable.
La investigación genética revela que el mismo tipo de cambio demográfico extremo no se produjo en el resto del continente. Por lo tanto, es probable que, aunque la isla de Gran Bretaña protegió o aisló la enfermedad de alguna manera, sí que hizo que la población fuera mucho más vulnerable a un eventual cambio catastrófico.
Habiendo descubierto el dramático reemplazo poblacional entre 2500 y 2200 o 2000 a.C. (el paso del Neolítico a la Edad de Bronce), los investigadores ahora se están centrando en la interfaz cultural anterior (alrededor del 4300 a.C.) que se produjo entre los indígenas de Gran Bretaña (los cazadores-recolectores mesolíticos) y la cultura neolítica temprana de origen continental, para ver si se estaban produciendo cambios extremos similares en la población.
Siempre ha habido cierto debate y misterio acerca de cómo los principales cambios culturales de Gran Bretaña de produjeron en la Prehistoria. Hasta ahora se pensaba que era a través del intercambio de ideas y de tecnologías o mediante el movimiento de personas.
En cambio, estos nuevos descubrimientos genéticos muestran, por primera vez, que al menos en la transición del Neolítico a la Edad del Bronce fueron las personas las que llegaron, no solo las ideas, como se creía.
Actualmente, en términos genéticos, la población neolítica de Europa sobrevive sustancialmente en un solo lugar: Cerdeña. En Reino Unido, los datos genéticos se obtuvieron de 51 individuos neolíticos (que murieron entre 4000 y 2500 a.C.) y 104 personas de la Edad del Cobre y de la Edad del Bronce (que murieron entre el 2500 a.C. y el 1000 a.C.).
Alrededor del 55% de los restos esqueléticos del Neolítico provienen de grandes tumbas comunes, y el 31%, de cuevas. Alrededor del 88% de los individuos de la Edad del Cobre y de la Edad del Bronce proceden principalmente de tumbas comunes e individuales, y apenas el 9%, de cuevas.
Macroestudio sobre ADN
Este macroestudio fue posible gracias a una colaboración sin precedentes entre la mayoría de los principales laboratorios de ADN del mundo. "Numerosos equipos tenían diferentes muestras clave y decidimos juntar nuestros recursos para hacer posible un estudio que fue más definitivo de lo que cualquiera de nosotros podría haber logrado solo", asegura el coautor del estudio, Kristian Kristiansen, arqueólogo de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, a 'Nature'.
Mark Thomas, profesor de Genética Evolutiva y coautor del estudio, dice: "La enorme escala del reemplazo de población en Gran Bretaña va a sorprender a muchos, aunque cuanto más aprendemos de los antiguos estudios de ADN, más nos damos cuenta de que la migración a gran escala fue la norma en la Prehistoria".
El también coautor de la investigación Ian Armit, profesor de Arqueología de la Universidad de Bradford, afirma que este análisis "muestra de forma bastante concluyente que la migración de la gente de Beaker a Gran Bretaña fue más intensa y a una escala mayor de lo que nadie había pensado antes. Gran Bretaña tuvo una población completamente nueva después de ese periodo".
El Confidencial
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