La repercusión nacional e internacional de la noticia ha superado nuestras expectativas. En España hemos sido entrevistados en el portal líder de información jurídica CONFILEGAL y el diario digital EL ESPAÑOL ha denunciado la persecución sufrida.
Fuera de nuestras fronteras la noticia, tras ser recogida en el blog de Marco Tosatti Stilum Curiae, ha llegado a la portada de papel de Il Giornale (con el inexacto titular 'El Papa demanda al sitio web que lo critica') y ha sido replicada en decenas de medios generalistas. Además, los medios de información religiosa se han hecho eco de forma casi unánime de la polémica, tanto en inglés en ChurchMilitant, como en alemán en Katholisches o en francés en Riposte-Catholique.
Es el momento de la reflexión: No es que no tengamos el menor deseo de convertirnos en noticia; es que nada nos hubiera gustado más que no serlo, sobre todo de lo que querrían que fuese la noticia anunciada de nuestra muerte editorial. Pero no solo, ni principalmente, por toda la ilusión y el trabajo puesto en estas páginas, sino porque son malos tiempos para la libertad de los hijos de Dios en la Iglesia Católica cuando la jerarquía trata de acallar las voces críticas mediante la coacción, más aún cuando esa crítica procede de quienes confiesan y aceptan fielmente la doctrina y se limitan a denunciar abusos o alertar de tendencias, una labor que debería agradecerse por parte de nuestros pastores.
Hacen en el Vaticano una defensa selectiva de su supuesto derecho de "copyright" sobre el topónimo vaticano. Son multitud las webs que incluyen en su dominio esas letras y que no están siendo cuestionadas. A modo de ejemplo, una agencia de viajes explota el dominio vatican.com, una web de información religiosa se ampara en insidetheVatican.com y el diario La Stampa tiene una sección de religión dirigida por el reconocido vaticanista Andrea Tornielli bajo la marca Vatican Insider, entre una decena de ejemplos más que evidencian lo que todo el mundo ha entendido al leer las noticias: Bajo la aparente defensa de una imagen de marca, alguien en la Terza Loggia trata de cerrar un portal de información que le resulta "molesto", y que no podría cerrar por la vía canónica sin incurrir en un escándalo moral y reputacional inasumible.
La cuestión de fondo es el de los límites de la libertad dentro de la Iglesia y el alcance de la obediencia. ¿No estaríamos, como fieles, obligados a obedecer las indicaciones del Vaticano? No estamos aquí ante un conflicto entre un grupo de fieles laicos y su ordinario, el obispo local. Ni siquiera nos encontramos ante un conflicto entre la Iglesia Católica y una empresa privada: Se trata de una batalla entre un estado -Ciudad del Vaticano- y un particular -InfoVaticana- basada, no en el derecho canónico, sino en la legislación civil. Por tanto, nos corresponde defender nuestros derechos en la jurisdicción civil y no claudicar y cerrar las puertas, como ha sugerido algún lector bienintencionado.
Y aunque fuera una orden de nuestro obispo, habría muchas matizaciones que hacer. El clericalismo, esa lacra tan denunciada por el Papa, pretende que los laicos obedezcamos órdenes o intereses de quien no tiene potestad ni jurisdicción en ese campo, ámbitos de libertad en los que los laicos tenemos estricto derecho de actuar en conciencia, no sólo civilmente sino canónicamente.
Veamos qué dice el Código de Derecho Canónico: en el Canon 212, si en su primer párrafo afirma que "Los fieles, conscientes de su propia responsabilidad, están obligados a seguir, por obediencia cristiana, todo aquello que los Pastores sagrados, en cuanto representantes de Cristo,declaran como maestros de la fe o establecen como rectores de la Iglesia", añade a continuación: "Los fieles tienen derecho a manifestar a los Pastores de la Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos".
Más importante: "Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas".
Las autoridades de la Iglesia no solamente deberían reconocer y respetar esa autonomía del laicado, o limitarse a respetar formalmente su ejercicio, evitando acciones legales injustificadas para cerrar bocas incómodas, sino que deberían promover una mentalidad laical que implique la plena asunción de nuestros derechos y deberes como bautizados, sin miedo al qué dirán y a las represalias. Este es un campo para la reforma de la Iglesia de verdad, porque afecta no a unos pocos cargos vaticanos, sino al conjunto del Pueblo de Dios. Mientras llega esa tan ansiada reforma, sólo serán promovidos en la Iglesia los laicos que actúan como "longa manus" del poder del momento.
InfoVaticana ha podido, ocasionalmente, ser injusta por imprudencia o cometer errores en la información. Cuando así ha sido, no hemos tenido ni tendremos en el futuro el menor problema en rectificar y, si fuera el caso, pedir las disculpas que correspondan. No nos mueve interés espurio alguno, sino el bien de la Iglesia. Carecemos de cualquier atadura o compromiso con grupo alguno, eso es lo que nos hace libres y eso es lo que debe convencer a nuestros enemigos de que no van a lograr callarnos.
Gabriel Ariza Rossy
Es el momento de la reflexión: No es que no tengamos el menor deseo de convertirnos en noticia; es que nada nos hubiera gustado más que no serlo, sobre todo de lo que querrían que fuese la noticia anunciada de nuestra muerte editorial. Pero no solo, ni principalmente, por toda la ilusión y el trabajo puesto en estas páginas, sino porque son malos tiempos para la libertad de los hijos de Dios en la Iglesia Católica cuando la jerarquía trata de acallar las voces críticas mediante la coacción, más aún cuando esa crítica procede de quienes confiesan y aceptan fielmente la doctrina y se limitan a denunciar abusos o alertar de tendencias, una labor que debería agradecerse por parte de nuestros pastores.
Hacen en el Vaticano una defensa selectiva de su supuesto derecho de "copyright" sobre el topónimo vaticano. Son multitud las webs que incluyen en su dominio esas letras y que no están siendo cuestionadas. A modo de ejemplo, una agencia de viajes explota el dominio vatican.com, una web de información religiosa se ampara en insidetheVatican.com y el diario La Stampa tiene una sección de religión dirigida por el reconocido vaticanista Andrea Tornielli bajo la marca Vatican Insider, entre una decena de ejemplos más que evidencian lo que todo el mundo ha entendido al leer las noticias: Bajo la aparente defensa de una imagen de marca, alguien en la Terza Loggia trata de cerrar un portal de información que le resulta "molesto", y que no podría cerrar por la vía canónica sin incurrir en un escándalo moral y reputacional inasumible.
La cuestión de fondo es el de los límites de la libertad dentro de la Iglesia y el alcance de la obediencia. ¿No estaríamos, como fieles, obligados a obedecer las indicaciones del Vaticano? No estamos aquí ante un conflicto entre un grupo de fieles laicos y su ordinario, el obispo local. Ni siquiera nos encontramos ante un conflicto entre la Iglesia Católica y una empresa privada: Se trata de una batalla entre un estado -Ciudad del Vaticano- y un particular -InfoVaticana- basada, no en el derecho canónico, sino en la legislación civil. Por tanto, nos corresponde defender nuestros derechos en la jurisdicción civil y no claudicar y cerrar las puertas, como ha sugerido algún lector bienintencionado.
Y aunque fuera una orden de nuestro obispo, habría muchas matizaciones que hacer. El clericalismo, esa lacra tan denunciada por el Papa, pretende que los laicos obedezcamos órdenes o intereses de quien no tiene potestad ni jurisdicción en ese campo, ámbitos de libertad en los que los laicos tenemos estricto derecho de actuar en conciencia, no sólo civilmente sino canónicamente.
Veamos qué dice el Código de Derecho Canónico: en el Canon 212, si en su primer párrafo afirma que "Los fieles, conscientes de su propia responsabilidad, están obligados a seguir, por obediencia cristiana, todo aquello que los Pastores sagrados, en cuanto representantes de Cristo,declaran como maestros de la fe o establecen como rectores de la Iglesia", añade a continuación: "Los fieles tienen derecho a manifestar a los Pastores de la Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos".
Más importante: "Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas".
Las autoridades de la Iglesia no solamente deberían reconocer y respetar esa autonomía del laicado, o limitarse a respetar formalmente su ejercicio, evitando acciones legales injustificadas para cerrar bocas incómodas, sino que deberían promover una mentalidad laical que implique la plena asunción de nuestros derechos y deberes como bautizados, sin miedo al qué dirán y a las represalias. Este es un campo para la reforma de la Iglesia de verdad, porque afecta no a unos pocos cargos vaticanos, sino al conjunto del Pueblo de Dios. Mientras llega esa tan ansiada reforma, sólo serán promovidos en la Iglesia los laicos que actúan como "longa manus" del poder del momento.
InfoVaticana ha podido, ocasionalmente, ser injusta por imprudencia o cometer errores en la información. Cuando así ha sido, no hemos tenido ni tendremos en el futuro el menor problema en rectificar y, si fuera el caso, pedir las disculpas que correspondan. No nos mueve interés espurio alguno, sino el bien de la Iglesia. Carecemos de cualquier atadura o compromiso con grupo alguno, eso es lo que nos hace libres y eso es lo que debe convencer a nuestros enemigos de que no van a lograr callarnos.
Gabriel Ariza Rossy
No hay comentarios:
Publicar un comentario