Incluso desde el cielo, San Pío de Pietrelcina sigue haciendo lo que ya hizo en la tierra, es decir, exigir la conversión a la única Iglesia de Cristo, que es católica, apostólica y romana.
Por Corrado Gnerre
El Padre Pío convirtió toda una parroquia ortodoxa en Rumania. La cosa fue así: el joven padre de la parroquia en cuestión, Víctor Tudor, tenía a su madre Lucrecia enferma de cáncer en la última etapa y la había enviado a Roma con su hermano menor, un pintor de iconos: este último, Marian, la había hecho examinar por un especialista italiano, que no había podido hacer nada más que recetarle analgésicos. La mujer, dada por muerta, pasó sus días en Roma en compañía de su hijo que trabajaba en los mosaicos de una iglesia.
Esta iglesia tenía una estatua del Padre Pío en una esquina. Ella, intrigada por esa estatua, le había preguntado a su hijo y él le había contado lo poco que sabía del fraile de los estigmas. Desde ese día Lucrecia se había acostumbrado a sentarse frente a la estatua. El hijo ocasionalmente la miraba y la veía hablando con la estatua antes mencionada. Encogiéndose de hombros pensó "cosas de mujeres...". Después de permanecer un tiempo en Roma, Lucrecia regresó a su casa para morir allí. Hizo su última visita médica de rutina y, sorpresa: el cáncer se había ido.
¿Quién lo había hecho? El Padre Pío. De hecho, en sus conversaciones con la estatua había pedido su intercesión. En la pequeña parroquia, la noticia se difundió inmediatamente y comenzaron a interesarse por el Padre Pío. Todos intentaban hacerse con los libros que hablaban de él y devorarlos. No solo eso, otros enfermos se sumergían en el Santo y en varios días se recuperaban. Estalló la padrepiomanía, que culminó con la conversión general al catolicismo, en la versión greco-católica con su párroco a la cabeza.
Esto no fue fácil, porque la Iglesia Ortodoxa, como sabemos, es bastante celosa de lo que considera su territorio. Tuvieron dificultades burocráticas interminables, además porque es una Iglesia del Estado, no faltaron las visitas de la policía. Pero no es fácil ir en contra del Padre Pío, y hoy no solo esa parroquia es completamente católica, sino que tiene su propia iglesia desde cero (la antigua tuvo que ser devuelta) después de algunas celebraciones al aire libre. Naturalmente llamada así por el Padre Pío.
El camino de los tres caminos
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