La sentencia, dictaminada por la magistrada Jocelyne Matta, juez del norte del Líbano, también ha recibido el elogio y la aprobación de los líderes musulmanes libaneses, que han señalado que dicha sentencia es una herramienta efectiva para contrarrestar el sectarismo y todas las formas de ofensa hacia las creencias religiosas de los demás.
Los dos jóvenes, estudiantes musulmanes de la escuela técnica de Mounjez (un pueblo en el que la mayoría es cristiana, en la región de Akkar), entraron en una iglesia hace unos días para realizar gestos de ultraje ante una estatua de la Virgen. Los dos muchachos grabaron su acto sacrílego y lo difundieron entre sus compañeros a través de las redes sociales. La policía los arrestó, y el órgano judicial competente se activó de inmediato para establecer la pena que se debía imponer con prontitud, sobre todo para dar una señal rápida y efectiva y evitar nuevos conflictos sectarios. La juez Jocelyne Matta, encargada de dictaminar la sentencia, en la audiencia del jueves 8 de febrero, decidió dar una lección de cultura religiosa islámica a los dos acusados en lugar de recurrir a penas de prisión.
En el juicio, la magistrado Matta leyó de una copia del Corán la Sura al Imrán, que expresa la veneración que se tributa a María en el Texto Sagrado del Islam, imponiendo como castigo a los dos jóvenes acusados la lectura, memorización y recitación de ese texto. La propuesta de la magistrada ha sido aprobada y notificada por el Tribunal de Trípoli, que ha dado mandato a un funcionario de la corte de menores para que ayude a los chicos a memorizar la Sura Coránica sobre María. Antes de ser liberados, los dos acusados han expresado su arrepentimiento por la acción realizada.
«Recurrir a este tipo de sentencia re-educativa», señala el sacerdote maronita, Rouphael Zgheib, director nacional de las Obras Misionales Pontificias en el Líbano, «denota una nueva orientación en la práctica de la justicia libanesa, y representa una aplicación del artículo 111 del Código Penal, que autoriza al juez de instrucción a reemplazar la detención de un acusado con cualquier otra medida que se considere más apropiada y efectiva. La juez se dio cuenta de que los muchachos no sabían nada sobre el Corán, a pesar de ser musulmanes, y eligió ese tipo de castigo para enseñarles a respetar su propia religión y la de aquellos que no son musulmanes».
La decisión de la Sra. Jocelyne Matta, magistrada de fe cristiana, ha recibido muestras de aprecio de los líderes religiosos y políticos libaneses. El primer ministro libanés Saad Hariri, un musulmán sunita, en las redes sociales lo ha mencionado como una buena elección para destacar lo que «comparten cristianos y musulmanes». La sentencia ha demostrado a los dos muchachos que su acción representa una ofensa también para su propia religión islámica, que evidentemente no conocen muy bien.
Fides
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