La Doctora Michelle Cretella, presidente del Colegio Americano de Pediatras, es una figura internacional de referencia en defensa de la investigación científica sobre el papel definitorio del sexo en el desarrollo infantil y adolescente, violentado por las imposiciones de la ideología de género.
Con motivo de su intervención en el Congreso sobre Sexo, Género y Educación que tendrá lugar el 23 de Febrero en Madrid, Cretella fue entrevistada por la también pediatra Gádor Joya y por Nicolás de Cárdenas, redactor jefe del periódico Actuall:
-Hoy existe una tendencia a hablar sobre asuntos cuyos conceptos no son claros y, por tanto, la opinión pública puede ser manipulada. ¿Cómo define el concepto de sexo? ¿Existe algún criterio objetivo para definir el concepto de ‘género’ o razones científicas para la clasificación de ‘géneros’?
-En resumen, la palabra ‘género’ ha sido transformada en un arma por los marxistas sexuales que la utilizan para desarrollar una ingeniería social gradual a lo largo de las últimas décadas que continúa hoy. Doña Gabriele Kuby ha descrito este proceso con gran detalle.
Antes de los años 50 del siglo pasado, ‘género’ significaba masculino o femenino y se aplicaba en exclusiva a la gramática. ‘Sexo’ también significa masculino o femenino, pero aplicado a las personas o los animales. Durante los años 50, sexólogos, incluido John Money, y cirujanos urológicos, buscaron cómo justificar la realización de la “cirugía de reasignamiento sexual” en hombres transexuales.
Ellos sabían que esa cirugía no cambia el sexo, así que se inventaron el mito de que hacían “cirugías para tratar la expresión social de una identidad sexual interna” y se refirieron a esa mítica “identidad sexual interna” como el ‘género’ de la persona. Inventaron una nueva definición de ‘género’ para justificar el beneficio económico proveniente de los hombres que sufren un engaño transexual.
Después, desde los 70 hasta los 90, las feministas inventaron el concepto de ‘género’ como “sexo social” que puede diferir del “sexo biológico” de uno y empujaron con éxito a la sociedad a sustituir la palabra ‘sexo’ por la palabra ‘género’ en el habla y la escritura. Desde los años 90 en adelante, los teóricos queer añadieron las atracciones sexuales al concepto de ‘género’ que ha llevado a más de 60 dizque ‘géneros’ entre los que elegir, una lista que con seguridad seguirá creciendo.
La histórica y viral intervención del diputado Steffen Königer, de Alternativa por Alemania (AfD), el 9 de junio de 2016 en el Parlamento de Postdam, saludando en los 60 géneros que enumeran los ideólogos de género.
La verdad es clara y simple. El sexo significa masculino o femenino. Género significa masculino o femenino. Las personas tienen un sexo determinado por su ADN desde la concepción. Tanto a la gramática como a las cosas se les puede asignar un género. Por ejemplo, “amigo” es masculino; “amiga” es femenino. Del mismo modo, cuando nombramos al huracán Gloria le asignamos un género. He seguido el rastro de estas definiciones desde el más reciente diccionario al Diccionario de la Lengua Inglesa de Samuel Johnson publicado en 1755.
-Hoy existe una tendencia a hablar sobre asuntos cuyos conceptos no son claros y, por tanto, la opinión pública puede ser manipulada. ¿Cómo define el concepto de sexo? ¿Existe algún criterio objetivo para definir el concepto de ‘género’ o razones científicas para la clasificación de ‘géneros’?
-En resumen, la palabra ‘género’ ha sido transformada en un arma por los marxistas sexuales que la utilizan para desarrollar una ingeniería social gradual a lo largo de las últimas décadas que continúa hoy. Doña Gabriele Kuby ha descrito este proceso con gran detalle.
Antes de los años 50 del siglo pasado, ‘género’ significaba masculino o femenino y se aplicaba en exclusiva a la gramática. ‘Sexo’ también significa masculino o femenino, pero aplicado a las personas o los animales. Durante los años 50, sexólogos, incluido John Money, y cirujanos urológicos, buscaron cómo justificar la realización de la “cirugía de reasignamiento sexual” en hombres transexuales.
Ellos sabían que esa cirugía no cambia el sexo, así que se inventaron el mito de que hacían “cirugías para tratar la expresión social de una identidad sexual interna” y se refirieron a esa mítica “identidad sexual interna” como el ‘género’ de la persona. Inventaron una nueva definición de ‘género’ para justificar el beneficio económico proveniente de los hombres que sufren un engaño transexual.
Después, desde los 70 hasta los 90, las feministas inventaron el concepto de ‘género’ como “sexo social” que puede diferir del “sexo biológico” de uno y empujaron con éxito a la sociedad a sustituir la palabra ‘sexo’ por la palabra ‘género’ en el habla y la escritura. Desde los años 90 en adelante, los teóricos queer añadieron las atracciones sexuales al concepto de ‘género’ que ha llevado a más de 60 dizque ‘géneros’ entre los que elegir, una lista que con seguridad seguirá creciendo.
La histórica y viral intervención del diputado Steffen Königer, de Alternativa por Alemania (AfD), el 9 de junio de 2016 en el Parlamento de Postdam, saludando en los 60 géneros que enumeran los ideólogos de género.
La verdad es clara y simple. El sexo significa masculino o femenino. Género significa masculino o femenino. Las personas tienen un sexo determinado por su ADN desde la concepción. Tanto a la gramática como a las cosas se les puede asignar un género. Por ejemplo, “amigo” es masculino; “amiga” es femenino. Del mismo modo, cuando nombramos al huracán Gloria le asignamos un género. He seguido el rastro de estas definiciones desde el más reciente diccionario al Diccionario de la Lengua Inglesa de Samuel Johnson publicado en 1755.
Esto es lo que nuestros partidarios deben proclamar de forma repetida desde los tejados: sexo y género significan masculino y femenino. Las personas tienen un sexo que se hace patente en el útero y que no puede ser cambiado. Tanto a la gramática como a las cosas se les puede asignar un género.
-¿En qué medida influyen los factores ambientales en los casos de disforia de género?
-La disforia de género en la infancia –la creencia de que uno no es de su sexo biológico– es predominantemente influida por factores medioambientales y psicosociales, incluidas las dinámicas familiares, por sus iguales y por la sociedad en general. La disforia de género no es como el color de la piel. Estudios sobre gemelos idénticos lo demuestran. Si la disforia de género (o la creencia transgénero) fueran innatas e inmutables como el color de la piel, los gemelos idénticos tendrían la misma identidad de género cerca del 100% de las veces. Sin embargo, los gemelos idénticos sólo coinciden en el transgenderismo el 28% de las veces. Esto significa que aproximadamente un 72% de lo que acontece en la creencia transgénero sucede después del nacimiento.
Debido a que la tasa de transgenderismo es mayor entre gemelos idénticos que entre la población en general, se deduce que existen influencias biológicas que predisponen –tal vez ciertos rasgos de personalidad– que son más vulnerables al desarrollo de esta confusión. Sin embargo, la predisposición no es predeterminación. Sin factores psicosociales postnatales, la disforia de género no se desarrollará.
-¿Cómo cambia la imagen corporal de los niños y adolescentes a lo largo del tiempo? ¿Cómo es su imagen corporal en relación a su identidad sexual en las diferentes edades?
-La mayoría de los niños pueden identificarse de forma correcta como chico o chica a los 3 años. Sin embargo, la mayoría no entienden que el sexo es inmutable hasta los 7 años. Esto significa que incluso algunos niños de 7 años pueden creer que los cambios cosméticos cambian el sexo.
Debido a esto, la exposición a libros ‘pro género’, a ‘drag queens’ y a compañeros que se hacen pasar como del sexo opuesto es perjudicial para todo el desarrollo cognitivo y psicológico. Las etapas de desarrollo de la peri-adolescencia y la adolescencia son periodos en los que tanto chicos como chicas pueden desarrollar problemas de imagen corporal que pueden incluso llevarles a desórdenes alimenticios en el camino de intentar estar a la altura de los estereotipos sexuales de Hollywood. Pueden desarrollar un verdadero odio sobre su cuerpo y la falsa creencia de que son transgénero.
Además, todos los adolescentes están en búsqueda de una identidad. Hoy, la enfermedad mental del transgenderismo está siendo comercializada en los adolescentes a través de todos los formatos mediáticos, en las escuelas y en la sociedad. No es una sorpresa, pues, que haya más adolescentes pretendiendo una identidad trans.
-¿Cómo puede afectar a los otros chicos la obligación de tratar a un niño como una niña en los cuartos de baño, vestuarios, etc. y en el uso del lenguaje?
-Sumado a la ruptura del normal desarrollo cognitivo, llevará a los niños a cuestionarse la realidad en general; si no pueden confiar en la realidad de su cuerpo físico y el de otros, ¿en qué y a quién podrán creer?
-¿En qué medida influyen los factores ambientales en los casos de disforia de género?
-La disforia de género en la infancia –la creencia de que uno no es de su sexo biológico– es predominantemente influida por factores medioambientales y psicosociales, incluidas las dinámicas familiares, por sus iguales y por la sociedad en general. La disforia de género no es como el color de la piel. Estudios sobre gemelos idénticos lo demuestran. Si la disforia de género (o la creencia transgénero) fueran innatas e inmutables como el color de la piel, los gemelos idénticos tendrían la misma identidad de género cerca del 100% de las veces. Sin embargo, los gemelos idénticos sólo coinciden en el transgenderismo el 28% de las veces. Esto significa que aproximadamente un 72% de lo que acontece en la creencia transgénero sucede después del nacimiento.
Debido a que la tasa de transgenderismo es mayor entre gemelos idénticos que entre la población en general, se deduce que existen influencias biológicas que predisponen –tal vez ciertos rasgos de personalidad– que son más vulnerables al desarrollo de esta confusión. Sin embargo, la predisposición no es predeterminación. Sin factores psicosociales postnatales, la disforia de género no se desarrollará.
-¿Cómo cambia la imagen corporal de los niños y adolescentes a lo largo del tiempo? ¿Cómo es su imagen corporal en relación a su identidad sexual en las diferentes edades?
-La mayoría de los niños pueden identificarse de forma correcta como chico o chica a los 3 años. Sin embargo, la mayoría no entienden que el sexo es inmutable hasta los 7 años. Esto significa que incluso algunos niños de 7 años pueden creer que los cambios cosméticos cambian el sexo.
Debido a esto, la exposición a libros ‘pro género’, a ‘drag queens’ y a compañeros que se hacen pasar como del sexo opuesto es perjudicial para todo el desarrollo cognitivo y psicológico. Las etapas de desarrollo de la peri-adolescencia y la adolescencia son periodos en los que tanto chicos como chicas pueden desarrollar problemas de imagen corporal que pueden incluso llevarles a desórdenes alimenticios en el camino de intentar estar a la altura de los estereotipos sexuales de Hollywood. Pueden desarrollar un verdadero odio sobre su cuerpo y la falsa creencia de que son transgénero.
Además, todos los adolescentes están en búsqueda de una identidad. Hoy, la enfermedad mental del transgenderismo está siendo comercializada en los adolescentes a través de todos los formatos mediáticos, en las escuelas y en la sociedad. No es una sorpresa, pues, que haya más adolescentes pretendiendo una identidad trans.
-¿Cómo puede afectar a los otros chicos la obligación de tratar a un niño como una niña en los cuartos de baño, vestuarios, etc. y en el uso del lenguaje?
-Sumado a la ruptura del normal desarrollo cognitivo, llevará a los niños a cuestionarse la realidad en general; si no pueden confiar en la realidad de su cuerpo físico y el de otros, ¿en qué y a quién podrán creer?
Diciembre de 2015: adoctrinamiento transexual en una escuela asiática, en una campaña de la Unesco en Asia-Pacífico.
Esto va a causar una angustia emocional importante a muchos niños y niñas que quieren y merecen privacidad y pudor; muy especialmente en aquellos niños que son víctimas de abuso sexual o violación. Por último, el acoso a las chicas finalmente aumentará.
Esto también penalizará a las chicas de forma injusta en los deportes. Niños y hombres que toman estrógenos no se convierten en chicas; se transforman en chicos más débiles y hombres que pueden aun así tener una o más ventajas sobre las atletas femeninas.
-¿Por qué cree que las alteraciones en los casos de identidad sexual se han incrementado tanto?
-En una palabra, marketing. En la medida en que hayan vendido a más niños la mentira de que el transgenderismo es normal, más niños y adolescentes se aferrarán a la identidad transgénero. Los niños menores de 7 años aún desconocen que el sexo es permanente. Por ello, la exposición de niños pequeños a libros “pro género” como I am Jazz [Yo soy Jazz], o peor, a drag queen o compañeros ‘en transición’, interrumpe su desarrollo cognitivo y psicológico normal.
Durante la adolescencia sucede una disrupción similar. Cada adolescente lucha con la autoaceptación en diferentes niveles; todos están buscando una identidad y son muy susceptibles de imitar aquello a lo que están expuestos en los medios de comunicación.
Centenares de estudios a lo largo de los años han demostrado que la exposición al tabaco, el alcohol, la violencia y la sexualidad en las letras de las canciones, la literatura, la televisión, las películas y en internet, aumenta todos estos comportamientos en los adolescentes.
Esto es precisamente lo que está sucediendo con el trasgenderismo, salvo porque está siendo promocionado como ‘molón’ y ‘chic’ no solo a través de los medios, sino también a través de nuestros gobiernos, escuelas y sistemas sanitarios. Es criminal.
-¿Diría que la manipulación de menores dirigiéndoles hacia una determinada identidad sexual podría constituir un tipo de abuso contra ellos?
-Enseñar a los niños las mentiras de que están atrapados en un cuerpo equivocado y que todos los comportamientos sexuales son igual de saludables amenaza la salud mental y física de los menores. Sí, mentiras de esta naturaleza constituyen abuso de menores.
-¿Cree que las leyes actuales tratan de defender el interés de los menores, o más bien se deben a intereses ideológicos?
-Los reclamos transgénero son claramente anti-científicos, tal y como mi colega Paul Hruz y yo misma explicaremos en nuestras intervenciones [en el I Congreso Internacional sobre Sexo, Género y Educación]. Estas leyes están sin duda enraizadas en la ideología y sirven a una agenda política y no al mejor interés de los menores.
-¿Contribuirá el Congreso a la lucha para proclamar la verdad médica?
-Sí, seguramente lo hará. Me siento honrada de formar parte de él.
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