domingo, 27 de marzo de 2016

¿MENSAJE OCULTO EN EL ESPECTÁCULO DE LUCES DEL VATICANO?

Con el pretexto de proteger especies animales en peligro de extinción, el 8 de diciembre de 2015, el Vaticano promovió una proyección de diapositivas en la que la pantalla era la fachada de la Basílica de San Pedro. 


Podemos criticar legítimamente el uso de la sede de la Iglesia Católica para este propósito general como una profanación. Pero aquí queremos centrarnos en otra cosa.

Parece que el productor del programa tuvo una especial preocupación por presentar tanto a los animales como a las personas con miradas magnéticas. Muchos de los animales proyectados tenían miradas normales, lo que excluye la posibilidad de que el reflejo magnético en los ojos de las fotos analizadas en esta página sea causado por algún efecto óptico de las luces.

Ahora bien, un hombre con este tipo de mirada magnética suele ser alguien involucrado en el ocultismo, que se encuentra en un proceso de posesión por parte del Diablo, o está experimentando momentáneamente algún malestar extremo como furia, miedo o sufrimiento. Cuando alguien tiene constantemente esa mirada, es una persona esotérica o psicológicamente desequilibrada.

Asimismo, un animal con esa mirada generalmente experimenta una angustia extrema: furia, miedo o sufrimiento. Cuando tiene constantemente esa mirada es rabioso o símbolo del mal que Dios creó para ayudar al hombre a estar alerta.

Por lo tanto, la pregunta de por qué el productor del programa presentó estas criaturas que parecen poseídas, con la debida aprobación de los funcionarios del Vaticano, sigue sin respuesta.

Considere el lémur de arriba, que parece loco o poseído; luego, eche un vistazo a los reptiles siniestros en la primera sección a continuación . ¿Son estas especies realmente en peligro de extinción o el director del espectáculo sintió un placer especial al representar estos símbolos del Diablo en la fachada de la Basílica del Vaticano?

La segunda sección presenta otros animales que tienen la misma mirada. La tercera sección muestra primero, la lechuza, símbolo de la masonería, luego , un insecto con dos cuernos que también nos recuerda al diablo, luego, un pez siniestro y una rana. Si alguno de estos animales apareciera en la fachada de la Basílica como una señal enviada por Dios, todos dirían que es un mal presagio: un mensaje de que el Vaticano ha sido tomado por fuerzas diabólicas.

La cuarta sección muestra rostros humanos, ciertamente no una especie en peligro de extinción, todos con esa mirada magnética. Nuevamente surge la pregunta: ¿Por qué proyectar estas miradas sino para enviar un mensaje oculto?

En la quinta sección vemos lo que parecen ser monjes tibetanos, primero, en meditación, luego, paseando; luego , indios casi desnudos y, finalmente, el Vaticano consumido por las llamas y el humo mientras un pequeño grupo de beduinos acampa en el desierto.

¿Es esta última sección parte de la respuesta? En este caso, un Vaticano oculto y ecológico fuertemente infiltrado por el Diablo sería reducido a cenizas, solo para adoptar una inspiración budista y promover el tribalismo para reemplazar la sociedad temporal actual.

No presentamos esta interpretación como una tesis demostrada, sino como una posible hipótesis explicativa de tan insólito despliegue “artístico” en la fachada del Vaticano.





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