Los cuidados paliativos son una herramienta fundamental, especialmente ahora en que la eutanasia quiere hacerse hueco en los hospitales. Pero además de los cuidados paliativos es importante la atención que se ofrece a las personas mayores o discapacitadas para que puedan vivir con dignidad su vida o su enfermedad.
Por Juan María Piñero
La doctora Ana Urrutia ha publicado 'Cuidar', un manual que explica cómo atender a los enfermos o ancianos a raíz de su experiencia en la Fundación Cuidados Dignos que se dedica a cambiar la manera en que se trata a las personas mayores en las residencias y otros dispositivos sociosanitarios, como hospitales o centros de personas con discapacidad.
¿Qué se debería entender por dignidad del enfermo o del anciano? Que el entorno (centros, familia, cuidadores) tenga muy presentes sus necesidades, sus fobias, sus gustos, sus deseos y su vida pasada, para así adecuar los cuidados a las características de cada uno de ellos.
Para lograrlo es fundamental -según la doctora Urrutia- la escucha activa, la interpretación de la emocionalidad del paciente, la indagación en su comportamiento, el acercamiento humano, la calidez en el trato y el desarrollo de su autonomía, partiendo siempre de la protección de sus derechos, para el desarrollo de la calidad de vida.
Porque para la autora, la mayor esperanza de vida no es una amenaza, es una conquista muy beneficiosa de la humanidad, aunque sí, envejecer no es tarea fácil. Por eso, la manera de cuidar a “los frágiles” por parte de los profesionales y los colaboradores que trabajan en instituciones especializadas, y por parte de las propias familias es fundamental y cómo hacerlo es determinante y cambia la vida de las personas con problemas.
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