sábado, 25 de noviembre de 2023

CUARTA PARTE DEL LIBRO "VIDAS DE LOS HERMANOS" (CAPITULO XXI)

Continuamos con la publicación de la Cuarta Parte del antiguo librito (1928) escrito por el fraile dominico Paulino Álvarez (1850-1939) de la Orden de Predicadores.

DE LA TENTACIÓN DE LA CURIOSIDAD FILOSÓFICA

I. A un Hermano en Inglaterra que preparaba, puliéndolo filosóficamente, un sermón que había de predicar a estudiantes, durmiendo una noche en su celda y medio soñando en dicho sermón, se le apareció el Señor Jesús con una Biblia, que le puso ante sus ojos, cubierta toda por fuera de inmundicia. Después de verla el Religioso así manchada, la abrió Cristo, y enseñándole la interior hermosura, le dijo:
- Hermosa es en extremo, pero vosotros la mancháis de esta suerte con vuestras filosofías.

II. Otro Hermano lombardo, que allí estaba estudiando, como pensara y titubeara mucho sobre entregarse a los estudios filosóficos, o teológicos, apareciósele en sueños cierta persona con un papel en la mano, en el cual leyó el nombre de algunos difuntos, que eran, al parecer, muy atormentados, y preguntando la causa, se le respondió que por su filosofía; y con esto comprendió lo que más le convenía estudiar.

IIII. Contó un Hermano al que esto escribe, que habiéndose dedicado con gran afición al estudio de la filosofía, vio una noche que le llevaban al juicio de Dios y que allí le decían:
- No eres fraile, sino filósofo- por lo cual le desnudaron y con grandísimo rigor le azotaron. Vuelto en sí, sintió en efecto por espacio de quince días fuertes dolores en la espalda y extorsiones de todos los miembros, como si velando hubiera sido realmente azotado.

IV. Un Prior, varón bueno y literato, afirmó en un sermón, predicado a los Hermanos y al clero, que en Inglaterra había visto a un campesino, rústico y sin letras, endemoniado, que sagasísimamente contestaba a cuánto le preguntaban, ya en griego, ya en latín, ya en inglés, ya en francés; y que habiéndole preguntado un Hermano a aquel demonio si había sido criado en el cielo, contestó que sí. Preguntado qué espíritu, era contestó:
- El de soberbia.
Preguntado si había visto al Señor, respondió que sí. Conjurado que dijera cómo Dios es uno y trino, temblando y contrayéndose todo como un ovillo, contestó:
- De esto callemos nosotros, criaturas, porque ni a nosotros pertenece explicarlo, ni decirse puede.

V. Otro Hermano, en la Provincia Romana, que tentado del deseo de ciencia rogaba a Dios que se la diera y le abriera por su gracia el camino para llegar a poseerla, vio en sueños esta visión: Se le ofrecía a la vista un libro grande, lleno de cuestiones de fe, y al fin tenía escrito: “El Maestro nada dice aquí; lo que quiere es que se le permita servir a Cristo en su sencillez”.



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