viernes, 12 de septiembre de 2025

SODOMA Y GOMORRA EN LA BASÍLICA DE SAN PEDRO

Gracias al “papa León XIV”, un contingente de pervertidos sexuales que mostraban orgullosamente su afinidad con el vicio antinatural pudieron ingresar a la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.


Aunque normalmente se aplica un código de vestimenta relativamente estricto en la basílica papal más emblemática de Roma, ese claramente no fue el caso el día sábado 6 de septiembre pasado cuando se permitió la entrada a hordas de aberrosexuales a lo que alguna vez fue uno de los lugares más sagrados de la Tierra para los católicos romanos.


Personas vestidas con pantalones cortos (rotos), hombres tomados de la mano, gente con todo tipo de atuendos arcoíris, muchos con camisetas u otras prendas que anunciaban diversos “ministerios” y “asociaciones” que afirman la “comunidad queer”: todo estaba a la vista. Incluso se vio a un hombre con una bolsa que tenía escrita la palabra “F”, como parte del eslogan: “Al diablo con las reglas” (Fuck the rules).


“Se han visto fotos de parejas de activistas homosexuales entrando a San Pedro de la mano, otros haciendo alarde de accesorios de arco iris y otros vistiendo camisetas con lemas vulgares, plantando otra bandera en el Vaticano”, observó Riccardo Cascioli en 
Daily Compass.

Los informes hablan de un total de aproximadamente 1.300 o 1.400 participantes degenerados.


Obsérvese que en la imagen de arriba ☝, incluso una monja novus ordo está participando en el espectáculo degenerado.

El caballero de abajo 👇 también se dirigía a la Basílica de San Pedro, sin duda deseando ganar una indulgencia jubilar.


Michael Matt de The Remnant, que estuvo presente para presenciar la inquietante muestra de apego al vicio, informa los detalles en Twitter):

Un videoclip de Reuters, compartido por un canal filipino de YouTube, muestra imágenes de una multitud de personas que hacen alarde de su aceptación de los pecados que claman al cielo por venganza, caminando hacia la Basílica de San Pedro y entrando en ella (enlace directo).


¿Quién estuvo detrás de esto? y ¿lo sabía Prevost?

Esta parodia de peregrinación fue organizada por la asociación homo italiana Tenda di Gionata 
(La Tienda de Jonathan), con el apoyo de la llamada Global Network of Rainbow Catholics (Red Global de Católicos Arcoíris) y el ministerio de divulgación homófila Outreach del infernal “padre” James Martin.

Todo esto puede considerarse un evento semioficial del Vaticano porque, si bien el Vaticano no lo patrocinó, dio su aprobación de facto al incluirlo en su calendario oficial del Jubileo (en italiano aquí). 


Sí, eso constituye un consentimiento tácito; pues es evidente que el Vaticano jamás habría incluido una “peregrinación” de “supremacistas blancos” o “antisemitas” en su calendario, alegando que dicha inclusión no implicaba aprobación.

En otras palabras, las autoridades vaticanas no vieron objeción alguna a esta suerte de “desfile del orgullo”, e incluso suspendieron la aplicación del código de vestimenta en la Basílica de San Pedro para facilitar el circo. Esto lo dice todo.

Para quienes argumentan que León XIV desconocía que esto sucedería, incluso si así fuera, esto no lo eximiría de responsabilidad, porque (a) es su deber saberlo; (b) ahora tendría que condenar enérgicamente la abominación cometida, reafirmar claramente la doctrina católica, ofrecer disculpas públicas y reparar la profanación de lo sagrado. (Por supuesto, la Basílica de San Pedro ha sido profanada durante décadas con el servicio religioso del novus ordo, pero ese no es nuestro tema ahora).

El 29 de agosto, incluso el sitio web protestante conservador Charisma había alertado a sus lectores sobre la desgracia que estaba a punto de ocurrir: “El Vaticano se está preparando para organizar una serie de eventos para la comunidad LGBTQ en Roma la próxima semana, incluyendo una misa, vigilias de oración y una procesión a la Basílica de San Pedro”, escribió James Lasher 
(ver “Vatican Includes LGBTQ Pilgrimage and Rainbow Crucifix in 2025 Jubilee Celebrations” [El Vaticano incluye una peregrinación LGBTQ y un crucifijo arcoíris en las celebraciones del Jubileo de 2025]).


Pero espera, ¡hay más!

Antes de la procesión a San Pedro del 6 de septiembre, los aberrosexuales habían profanado la hermosa Iglesia del Gesù de Roma, donde el “obispo” Francesco Savino, nombrado hace diez años por el “papa” Francisco, presidió una “misa jubilar” especial para los sodomitas:


“Italian bishop celebrates Mass for LGBT pilgrimage in Rome’s Church of the Gesù” (Catholic News Agency)

El infernal James Martin también informó sobre el evento con éxtasis (enlace directo al tweet aquí):

(El apoyo de Savino a la agenda sodomita no es nuevo. El año pasado, escribió el prólogo del libro Way of the Cross of a Gay Boy (Vía crucis de un muchacho gay), y el periódico interno del Vaticano, L'Osservatore Romano, consideró conveniente publicar el texto de Savino en sus páginas. ¡Esto no se puede inventar!)

Además, como parte de la peregrinación homosexual profana, Outreach invitó a sus seguidores a una “misa” (servicio religioso del novus ordo) el 4 de septiembre en el Oratorio de San Francisco Javier en Roma, oficiada por el jesuita Sam Sawyer. El  infernal James Martin publicó en X un video sobre el “evento”.

Un día después, Outreach organizó un “diálogo para explorar las experiencias vividas” por los “católicos lgbtq”, con voces de todo el mundo. El evento, titulado “Escuchando las experiencias de los católicos LGBTQ”, se anunció con el siguiente folleto:


La conferencia se desarrolló según lo previsto.

Algunas reacciones (y la falta de ellas)

En una enérgica reacción a las espantosas escenas ocurridas en el Vaticano, el “obispo auxiliar” del novus ordo, Athanasius Schneider, de Kazajstán, señaló:

El objetivo declarado de las organizaciones LGBTQ+ que reunieron a fieles y activistas para esta peregrinación jubilar fue que la Iglesia reconociera y legitimara los llamados derechos de los homosexuales, incluidos los actos homosexuales y otras formas de conducta sexual extramatrimonial.

No hubo señales de arrepentimiento ni de renuncia a los pecados homosexuales objetivamente graves ni al estilo de vida homosexual por parte de los organizadores y participantes de esta peregrinación. Cruzar la Puerta Santa y participar en el Jubileo sin arrepentimiento, al tiempo que se promueve una ideología que rechaza abiertamente el Sexto Mandamiento de Dios, constituye una especie de profanación de la Puerta Santa y una burla a Dios y al don de una indulgencia.

(Reverendo Athanasius Schneider, en “Spiritual Criminals and Murderers of Souls’: Bishop Athanasius Schneider responds to Vatican-sanctioned ‘LGBTQ+’ Jubilee Pilgrimage”Diane Montagna's Substack, 10 de septiembre de 2025)

La periodista vaticana Diane Montagna, que realizó la entrevista a Schneider que citamos arriba, informó en Twitter/X:

El miércoles pasado, le pregunté al portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, cuál sería la política del Vaticano para la "Peregrinación Tenda di Gionata LGBTQ+" en cuanto a llevar banderas, pancartas, camisetas y otros mensajes arcoíris/LGBTQ+, señalando que la historia podría acaparar la atención de las noticias en lugar de las canonizaciones. Dijo que lo investigaría, pero finalmente no respondió, a pesar de varios pedidos de respuesta.

El viernes pasado por la mañana, llamé al Dicasterio para la Evangelización del Vaticano (organizador del Jubileo) con la misma pregunta. La persona que respondió dijo: “Sí, no debería haber ningún problema”, pero quería confirmarlo con su superior. Volvió a nuestra llamada, diciendo que no se permitirían banderas, pancartas, etc. “Solo se permitiría la Cruz del Jubileo oficial” tanto en la Vía de la Conciliazione como al pasar por la Puerta Santa, también por razones de seguridad, dijo.

El sábado, fui al evento y le pregunté al organizador de la "Tenda di Gionata" si se permitían banderas, pancartas, cruces, etc. Me dijo que no. Un funcionario del Dicasterio para la Evangelización estaba presente en la Piazza Pia, donde comienzan las peregrinaciones. No pareció agradarle que le preguntara por qué llevaban la cruz arcoíris.

Al final, un hombre llevó la cruz arcoíris (incluso dentro de la Basílica), varios sostuvieron pancartas “Tenda di Gionata” (no grandes pero claramente visibles) que les dieron los organizadores, un sacerdote belga llevaba una bandera del orgullo “intersexual inclusivo” colgada de su espalda como una capa larga, y otro hombre tenía una gran bandera arcoíris en la mano para el deleite de los ansiosos fotógrafos.

Pregunté a varios voluntarios del Jubileo que supervisaban el evento en la Vía de la Conciliazione si había alguna norma sobre cruces, banderas, pancartas, etc. para el evento. Todos me respondieron lo mismo: que no sabían nada al respecto y que no les habían dicho nada.

Así que puede que haya habido reglas, pero al final no se hicieron cumplir.

A la luz de las inquietantes fotos que aparecieron ayer desde el interior de la Basílica de San Pedro a través de @remnantnews, escribí a Matteo Bruni preguntándole si el Vaticano emitirá un reconocimiento de que esto no debería haberse permitido y pedirá disculpas por el escándalo que ha causado.

(Fuente)

El escritor conservador novus ordo, Phil Lawler, sabe qué (no) esperar del Vaticano: “…Los católicos no deberían esperar una declaración del Vaticano condenando el comportamiento escandaloso e irrespetuoso de los activistas LGBTQ que desfilaron por la basílica de San Pedro en su (de nuevo, muy publicitada) peregrinación jubilar este fin de semana” (“See No Evil”, Phil Lawler en Substack, 8 de septiembre de 2025).

Bill Donohue, quien gana más de 650.000 dólares al año (en 2023) como presidente de la llamada Catholic League for Religious and Civil Rights (Liga Católica por los Derechos Religiosos y Civiles), engañó a su audiencia al anunciar: “El Papa 'decepciona' a los católicos LGBTQ” (en inglés aquí). ¿Los decepciona? Pues sí; León no recibió personalmente a los pervertidos “peregrinos” homosexuales, por lo que algunos expresaron su decepción. Esa, por supuesto, es una forma de “informar” sobre el asunto.

Por otro lado, Michael J. O'Loughlin, director ejecutivo de Outreach, informó que León sí mencionó al grupo en relación con su audiencia del miércoles 3 de septiembre: “Nos recibieron por nuestro nombre”, dice O'Loughlin sobre el “papa” en este video en X. Nuevamente, esto se refiere a la audiencia general del 3 de septiembre, no a la audiencia especial del Jubileo del 6 de septiembre.

Por cierto…

El 28 de agosto León XIV se reunió con la activista aberrosexual “sor” Lucía Caram. Curiosamente, la oficina de prensa de la Santa Sede no mencionó la audiencia privada en su lista de actividades papales del día; sin duda, fue “un simple descuido clerical”. Desafortunadamente para la oficina de prensa, los medios del Vaticano publicaron fotos de la reunión.

El 1 de septiembre, León concedió una audiencia privada de 30 minutos al mismísimo muchacho infernal, el “padre” James Martin, el conocido jesuita estadounidense que busca normalizar todo tipo de perversión sexual y a quienes la practican. Resulta curioso que Prevost encontrara tiempo para reunirse con este “portavoz” de la degeneración sexual apenas cinco días antes de que la “peregrinación” programada fuera noticia.

Y, ¿quién lo diría?, el mismo día (6 de septiembre) en que los aberrosexuales marcharon en el Vaticano para obtener la “indulgencia jubilar”, León XIV “nombró a una 'artista' que publicó fotografías homoeróticas y sadomasoquistas como nueva presidenta de la Academia Pontificia de Bellas Artes”, informó Andreas Wailzer en LifeSite (puede encontrar el anuncio oficial del Vaticano sobre su nombramiento por León en inglés aquí). Su nombre es Cristiana Perrella. Probablemente sea bueno recordar su nombre por si la nombran “cardenal” pronto.

La realidad disipa las ilusiones

Varios tradicionalistas de la Iglesia del Vaticano II se alegraron al enterarse, hace aproximadamente un mes, de que se había permitido a la Fraternidad San Pío X peregrinar a la Basílica de San Pedro en el Vaticano con motivo del Jubileo en curso. En YouTube, un joven lefebvrista conocido como The Traditional Thomist (El Tomista Tradicional), Nicholas Cavazos, expresó su entusiasmo (video en inglés aquí).

Sin embargo, en nuestro episodio de podcast del 3 de septiembre, pusimos un freno a esa euforia:

Algunas personas se emocionaron mucho al ver que la peregrinación de la FSSPX se anunciaba en el calendario oficial del Jubileo Vaticano —que, por cierto, ya fue eliminado—, pero deben tener en cuenta que otros grupos también han recibido esa distinción, como la asociación Tenda di Gionata, que es un grupo de defensa LGBTQXYZ cuya propia 'peregrinación' al Vaticano tendrá lugar este sábado 6 de septiembre.

(En inglés TRADCAST EXPRESS 214, 3 de septiembre de 2025)

Y así sucedió.

Algunos están dando mucha importancia al hecho de que al “cardenal” conservador del novus ordo, Raymond Burke, se le permitirá oficiar la misa tradicional en latín en la Basílica de San Pedro el próximo mes como parte de la peregrinación Summorum Pontificum, algo que se le había negado el año pasado. Rorate Caeli lo celebra como una “señal importante” (en inglés aquí). ¿Pero lo es?


Curiosamente, las fechas de la peregrinación Summorum Pontificum (del 24 al 26 de octubre) coinciden con lo que el calendario oficial del Jubileo Vaticano define como el “Jubileo de los equipos sinodales y los órganos de participación”. Dicho evento incluirá a representantes del grupo herético alemán Wir sind Kirche 
(“Somos Iglesia”). Es la primera vez que estos disidentes (incluso para los estándares del novus ordo) han sido invitados oficialmente al Vaticano (en alemán aquí). Y no solo eso, sino que también tienen prevista una audiencia con León XIV.

Quien ve aquí “signos importantes” o incluso “victorias” a favor de la Tradición se engaña a sí mismo.

La secta del Vaticano II simplemente está ampliando el zoológico.


Novus Ordo Watch

HOLLERICH: “NO DEFINIRÍA LA MORAL SEXUAL DE LA IGLESIA DE FORMA TAN ESTRECHA”

El “cardenal” Jean-Claude Hollerich declaró en una entrevista reciente que “no definiría la moralidad -especialmente la moralidad sexual- de forma tan restrictiva como lo hace hoy la Iglesia”.

Por CNA Deutsch


En una conversación con el semanario austriaco Die Furche, Hollerich reflexionó sobre su papel en el sínodo, compartió sus opiniones sobre el reciente cónclave y discutió las perspectivas de la Iglesia en Europa.

Hollerich afirmó: “Algunos miran al pasado con nostalgia, otros con miedo. Ambos están equivocados. Somos parte de una historia, y debemos aceptarlo y aprender de ella. Pero también debemos avanzar.

“Tienda de campaña” frente a familia

El jesuita habló en detalle sobre “su trabajo” en el “sínodo sobre la sinodalidad”. Hollerich dijo sobre la iglesia que “la imagen es la de una tienda de campaña que hay que ampliar para que todos puedan encontrar espacio en ella. Dijo que esta imagen fue “muy bien recibida por muchos, pero en absoluto en África” (en obvia alusión a las bendiciones a “parejas” homosexuales).

Hollerich destacó que el “papa” Francisco había “insistido” en la participación de los laicos en lo que originalmente fue concebido por Pablo VI como un Sínodo de los Obispos. “Fue una decisión controvertida; a algunos obispos no les gustó. Seguía siendo un tema de debate en el preconclave. Pero fue muy positivo para el ambiente general”.

León XIV: “Continuidad y discontinuidad”

En cuanto a León XIV, Hollerich ve “continuidad en el fondo, discontinuidad en la forma” en comparación con Francisco, y añadió: “Cada papa tiene su propia personalidad”.
 
Sobre la participación de laicos en un sínodo creado originalmente para los obispos, Hollerich defendió la innovación bergogliana: “Es necesario permitir que la gente tenga voz y voto. No se puede simplemente administrar a los fieles. Somos la Iglesia de los bautizados”.



EL SUPUESTO “AUGE” CATÓLICO EN ÁFRICA NO ES LO QUE PARECE

Aunque el número de católicos parece impresionante, África, presentada como ejemplo de la buena salud de la Iglesia, es un mito que oculta retos más profundos.

Por Thomas Colsy


Siempre que se ha hablado de que la crisis en la Iglesia católica desde mediados del siglo XX, África es con frecuencia el contrapunto que se esgrime en sentido contrario.

Las estadísticas revelan un aumento de 2 millones de católicos en África en 1900 a 281 millones en 2023 (un incremento del 14.000 %). El continente se presenta como el corazón vibrante del catolicismo mundial, un contrapunto a los bancos cada vez más vacíos de Europa y América. 

La historia es tentadora: África es el futuro de la Iglesia, rebosante de creyentes fervientes y seminarios abarrotados. La crisis no es universal; por lo tanto, los periodistas y los funcionarios del Vaticano sostienen que el catolicismo posconciliar es un éxito rotundo en ciertas partes del mundo. Si la fe está pasando apuros en Europa y Occidente, el problema es externo y tiene que ver con la cultura, más que con cualquier cosa interna que esté ocurriendo o no dentro de la propia Iglesia católica.

Sin embargo, los datos revelan un panorama mucho menos optimista. Si bien la Iglesia joven y en rápida expansión del África subsahariana presenta sin duda algunas características positivas únicas, esto no significa que se avecine un futuro católico floreciente. Ni mucho menos. Si se analiza más detenidamente, África, presentada como ejemplo de la buena salud de la Iglesia, es un mito que enmascara retos más profundos.

Se ha hablado mucho del crecimiento de la población católica africana, que aumentó un 3,31 % en solo un año, de 2022 a 2023, pasando de 272 millones a 281 millones, superando a todos los demás continentes. La República Democrática del Congo lidera la lista con 55 millones de católicos, seguida de Nigeria (32,5 millones), Uganda, Tanzania y Kenia. Esto refleja el auge demográfico de África: 40 millones de personas más en 2021, 8,3 millones de ellas católicas. Compárese esto con el descenso de 474.000 católicos en Europa en 2022 o el crecimiento del 0,9 % en América.

La asistencia semanal a misa en África no tiene parangón: el 94 % en Nigeria, el 73 % en Kenia y el 74 % en Ruanda superan con creces el 52 % de Polonia y el 34 % de Italia. Esta es la señal más auténtica de la genuina salud del catolicismo en África y de la fidelidad de sus seguidores.

Sin embargo, aunque Nigeria es un caso atípico, cabe señalar que la asistencia a misa en Estados Unidos en 1950 —una nación del primer mundo ya expuesta al periodismo, los medios de comunicación, el cientificismo y la educación secular— era del 75 %, lo que está en consonancia con otras naciones africanas en la actualidad. Volveremos sobre este punto más adelante.

Además, el crecimiento no es lo que parece. Antes del concilio Vaticano II, entre 1900 y 1960, la expansión de la Iglesia en África se debió en gran medida al éxito de los misioneros. El número de católicos pasó de 2 millones en 1900 a 16 millones en 1960, lo que supone un aumento del 800 %, pero esto se debió en gran parte a las conversiones. Los misioneros franceses y portugueses establecieron parroquias, escuelas y hospitales, y convirtieron a millones de personas en regiones como el Congo y Mozambique.

En 1960, el 9 % de la población del África subsahariana era cristiana, y los católicos representaban el 2 % de la población, lo que supuso un aumento significativo desde el casi cero de 1900. Fue una época de verdadero éxito evangelizador, en la que misioneros como los de la región de Baganda, en Uganda, convirtieron a comunidades enteras, lo que culminó con la canonización de los mártires ugandeses en 1964.

Después del concilio Vaticano II, el crecimiento se ha desplazado hacia la demografía y los nacimientos. Entre 1960 y 2000, la población católica de África se disparó hasta alcanzar los 140 millones y, en 2023, llegó a los 281 millones. Pero esto refleja la explosión demográfica de África: 1300 millones en 2020, con un aumento de los nacimientos de 25 millones en 1988 a 44 millones en 2020. África está experimentando un aumento de la población, ya que mantiene las tasas de natalidad más altas del mundo.

Los católicos siguen representando el 19 % de la población africana, una cifra estable desde 2015, lo que indica que el crecimiento se debe a los nacimientos y no a las conversiones. La Base de Datos Cristianos Mundiales señala que la proporción de católicos en África se ha estabilizado, sin avances significativos en la evangelización desde la década de 1970.

Los éxitos misioneros han disminuido; la Iglesia depende ahora de las altas tasas de fertilidad (la media en África es de 4,6 hijos por mujer) más que de la conversión de nuevas almas. A diferencia de la época anterior al concilio Vaticano II, en la que las conversiones impulsaban la expansión, el crecimiento actual es pasivo, no un triunfo de la evangelización.

La métrica de católicos por sacerdote también revela tensión. En 2000, África tenía 4786 católicos por cada sacerdote. En 2020, la cifra era de 5089 católicos por sacerdote; en 2023, aumentó hasta los 5239, un aumento del 3 %, basándose en 281 millones de católicos y 53.659 sacerdotes.

A nivel mundial, la proporción es de 3373, con Europa en 1316 (lo que ya se considera una escasez alarmante) y Oceanía en 1149, lo que pone de relieve la escasez de África, especialmente en las zonas rurales. Para contextualizar, en 1981, tras dos décadas de descenso, Estados Unidos tenía una proporción de 875 católicos por cada sacerdote. La situación ha empeorado en todos los ámbitos, y no es una buena noticia para África que se haya quedado tan rezagada.

Es cierto que los seminarios están floreciendo en África, pero eso no lo dice todo. Las cifras de ordenaciones son sólidas: 34.541 seminaristas mayores en 2022, un aumento del 2,1 %, con Nigeria ordenando 410 sacerdotes en 2019, pero, lo que es más importante, ¿el aumento del 2,7 % de sacerdotes (2022-2023) está por debajo del crecimiento del 3,31 % de la población católica en toda África en su conjunto?

¿Qué significan estas estadísticas? 

Revelan que los africanos son los menos propensos de todos los continentes a convertirse en sacerdotes. Revelan que África ya es el continente más sobrecargado y con más dificultades para atender sacramental y pastoralmente a su rebaño, una situación que no hace más que empeorar.

Además, hay indicios de que el cumplimiento litúrgico es desigual. La flexibilidad del novus ordo missae ha permitido adaptaciones flexibles: misas en lengua vernácula, música y danza africanas, como en el “populismo del altar” de Camerún. Estas adaptaciones están en consonancia con el “llamamiento” del concilio Vaticano II a la inculturación y por eso, los abusos litúrgicos son frecuentes. Informes anecdóticos de los obispos de Nigeria citan la improvisación, el sincretismo con las religiones tradicionales y los excesos carismáticos en las diócesis rurales, donde la escasez de sacerdotes limita la supervisión. Las zonas urbanas, con un clero mejor formado, se adhieren más estrictamente a las rúbricas. No parece haber datos que cuantifiquen los abusos, pero persiste la preocupación de que las desviaciones diluyan la identidad católica.

¿Están estas desviaciones litúrgicas impulsando las conversiones al protestantismo? Es posible.

Los protestantes, en particular los pentecostales, son ahora el grupo cristiano más numeroso de África y el que crece más rápidamente. Las estadísticas precisas sobre conversiones son escasas. La Base de Datos Cristiana Mundial muestra que los católicos pierden terreno frente a los protestantes en Nigeria y Uganda, donde el dinamismo del pentecostalismo atrae a los desencantados del catolicismo. Un informe de Pew de 2010 expone el cambio de religión, y los católicos citan el estilo de culto,  a menudo cautivador, del protestantismo.

En Costa de Marfil, el protestantismo y el islam están ganando terreno a medida que el catolicismo decae, debido a la liberalización posterior al concilio Vaticano II, que se percibe como un debilitamiento de la identidad. Las estimaciones sugieren que entre el 5 y el 10 % de los católicos africanos podrían haberse convertido al protestantismo desde 1990, pero faltan datos concretos. Las megaiglesias protestantes informan de una asistencia que rivaliza o supera las tasas católicas (por ejemplo, el 94 % en Nigeria), impulsada por los servicios de sanación y el evangelio de la prosperidad.

¿Está el novus ordo teniendo éxito por sus propios méritos o simplemente estamos viendo altas tasas de asistencia debido a la religiosidad innata de África? Como se ha dicho anteriormente, en comparación con la tasa de asistencia a misa en Estados Unidos antes del concilio, los datos actuales de África, aparte de los de Nigeria, no son especialmente excelentes. Parecen estar en línea con la media continental, si no un poco por debajo. Se estima que el 79 % de los africanos subsaharianos asisten a un servicio religioso semanalmente.

Cabe agregar que los números actuales de la iglesia en África parecen deberse en gran medida a la predisposición cultural del continente hacia la espiritualidad, donde prosperan el culto comunitario y las creencias sobrenaturales. 

Hay un terreno fértil en todo el continente para la semilla de la fe. Pero es posible que la Iglesia católica posconciliar no esté cumpliendo actualmente su papel de sembradora tan adecuadamente como debería.
 

12 DE SEPTIEMBRE: SAN GUIDO, SACRISTÁN


12 de Septiembre: San Guido, sacristán

(✞ 1012)

El glorioso y devotísimo sacristán San Guido o Guidón, fue hijo de padres tan escasos de bienes como ricos en virtudes cristianas y nació en una aldea de Bramante llamada Anderlecht, por lo cual era conocido con el nombre de santo padre de Anderlecht.

Siendo todavía niño, pasó por el pueblo de Lacke que está a media legua de Bruselas, y entrando en una iglesia, estuvo una larga hora en oración muy fervorosa ante el altar de la Virgen Santísima Nuestra Señora; y al verlo el capellán que gobernaba aquella parroquia, le rogó que se quedase para ser monaguillo de la iglesia.

Fueron a aquella iglesia los padres del santo muchachito, y dando su autorización, él comenzó a cumplir desde aquel día con gran devoción las obligaciones de su oficio.

No podía soportar que se manchasen los manteles de los altares con alguna gota de aceite o de cera, y tenía muy aseadas y bien compuestas todas las cosas del templo; porque decía que así habían de estar las del palacio de Dios.

Decía que las campanas eran la voz del Señor que llamaba a los fieles, y que las velas que arden en el altar representaban la vida de los cristianos que debe gastarse toda en servicio y honra de Jesucristo.

Obedecía puntualmente y reverenciaba con gran acatamiento a los sacerdotes; jamás ponía los ojos en rostro de una mujer, y era tan rara su modestia y compostura que cuantos le hablaban y miraban, le veneraban como a un ángel de la iglesia.

Daba a la oración largas horas antes de acostarse y tomaba después breve descanso en el suelo del templo, y lo que recibía para sustentarse, lo repartía en gran parte entre los pobres.

Le sacó de aquel oficio cierto mercader de Bruselas, diciéndole que podría recibir más grandes limosnas si cambiaba el oficio y tomaba parte en los negocios de su casa.

Así lo hizo el santo, y al poco tiempo, bajando por el río en una nave cargada de mercancías; dio en un banco de arena, y queriendo sacar la nave con un largo madero, hizo tanta fuerza, que lo rompió, y le entró una astilla muy dentro del brazo.

Con este mal suceso, volvió a la iglesia, y postrado a los pies de la Virgen, le rogó con muchísimas lágrimas que le sanase; y antes de levantarse de su oración salió por sí misma aquella astilla del brazo.

Después de haber servido algunos años más en aquella iglesia, pasó los últimos siete años de su vida peregrinando a pie a Roma y mendigando, hizo dos veces el viaje a tierra Santa.

Volviendo a Anderlecht entendió que se acercaba su dichosa muerte.

Una noche, se vio resplandecer con una luz muy clara el aposento donde él oraba, y se oyó una voz del cielo que decía:

- Ven, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.

Y en aquella hora, pasó el fidelísimo siervo de Dios de esta vida mortal a la eterna.

Reflexión:

La reverencia con que San Guido trató las cosas del templo, y la edificación que daba a todos los fieles, nos enseña el respeto que se debe a la divina Majestad de Dios, que tiene allí su morada. No permitamos, pues, que se le ofenda con irreverencias, faltas de silencio, inmodestias, miradas licenciosas y trajes profanos; y, si es posible, procuremos que los sacristanes y monaguillos que sirven en el templo, sean tales que muevan a devoción como nuestro Santo, a los que los miren.

Oración:

Oh Dios! Que nos alegras en la solemnidad de tu bienaventurado confesor Guido; concédenos propicio, que los que celebramos su nacimiento para el cielo, imitemos sus virtudes y loables acciones. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

jueves, 11 de septiembre de 2025

LA CANTANTE DE REGGAETÓN KAROL G ACTUARÁ EN CONCIERTO EN EL VATICANO

Para cerrar el tercer “Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana” el Vaticano ha contratado cantantes anticatólicos...


Karol G, una de las cantantes más populares de reggaetón, un género latino conocido por sus letras y videos hipersexuales, tiene previsto actuar en el concierto “Grace for the World” organizado por el Vaticano en la Plaza de San Pedro el 13 de septiembre.

“Grace for the World”, es el espectáculo de clausura del tercer “Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana” y según la página que promociona el espectáculo

“El 13 de septiembre de 2025, el público de todo el mundo está invitado a presenciar un concierto extraordinario codirigido por el visionario mundial Pharrell Williams y el legendario Maestro Andrea Bocelli. Bajo el cielo nocturno del Vaticano, en el corazón de la Plaza de San Pedro, este acontecimiento único une arte, música y espíritu en una profunda celebración de la fraternidad y la creatividad”.

Elvisionario mundial” Pharrell Williams haciendo un gesto que conocemos...

El espectáculo incluirá también a John Legend, Teddy Swims, Voices of Fire Gospel Choir, Clipse, Angélique Kidjo, Jelly Roll y BamBam (los enlaces corresponden a videos de los artistas contratados), muy “católicos” todos.

Tanto Pharrell Williams como Karol G son todo lo que no debería presentarse en un concierto en el Vaticano (aunque ninguno de los otros participantes representa nada que pueda asociarse con la Iglesia católica, pero sí con la iglesia sinodal e inclusiva). 

El “Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana” fue organizado por la Basílica de San Pedro, la “Fundación Fratelli Tutti” y la Asociación “Be Human”,  bajo el patrocinio del “Dicasterio para la Evangelización” del Vaticano.

Recordemos que Fratelli Tutti, la encíclica masónica de Jorge Bergoglio (alias “papa Francisco”) promueve el indiferentismo religioso y evita cualquier mención a Cristo o el catolicismo.  

De hecho, sabemos que “fraternidad” es la palabra talismán utilizada por la masonería desde hace siglos, y que esa secta ha sido condenada reiterada y formalmente por los Papas Católicos como enemiga de la Iglesia Católica. 

Lo que no sabemos todavía es cuántos millones de dólares se destinaron a este espectáculo contrario al catolicismo, obviamente financiado con el aporte de quienes creen estar dentro de la Iglesia Católica y aún continúan aportando su “óbolo de san Pedro” a los nefastos usurpadores.
 

LA CONJURACIÓN ANTICRISTIANA: LA MASONERÍA EN SUS INICIOS

¿La secta ha sido verdaderamente el alma de la transformación social iniciada por el Renacimiento, continuada por la Reforma y terminada con la Revolución?

Por Monseñor Henri Delassus (1910)


Continuamos con la publicación del décimo capítulo del libro “La Conjuración Anticristiana” publicado en 1910 por Monseñor Henri Delassus, quien nos advirtió sobre el enemigo.


EL AGENTE DE LA CIVILIZACIÓN MODERNA


HISTORIA


PRIMER PERÍODO

DESDE LOS INICIOS HASTA LA REVOLUCIÓN


CAPÍTULO X

LA MASONERÍA EN SUS INICIOS

En una carta pastoral escrita en 1878, monseñor Martin, obispo de Natchitoches, en Estados Unidos, dijo con mucho acierto:

“Ante esta persecución de una universalidad hasta ahora inédita, ante la simultaneidad de sus actos, ante la similitud de los medios que emplea, nos vemos obligados a concluir que existe una dirección, un plan conjunto, una fuerte organización que ejecuta un objetivo determinado hacia el que todo tiende.

Sí, existe, esa organización, con su fin, su plan y la dirección oculta a la que obedece; sociedad compacta a pesar de su diseminación por todo el globo; sociedad mezclada con todas las sociedades, sin hacerse notar en ninguna de ellas; sociedad de un poder por encima de todo poder, excepto el de Dios; sociedad terrible, que es, para la sociedad religiosa, para las sociedades civiles, para la civilización del mundo, no solo un peligro, sino el más temible de los peligros”.

León XIII expuso en estos términos el fin que persigue esta organización internacional:

“La secta masónica produce frutos perniciosos y de sabor amargo, porque ... su propósito último se hace visible: el derrocamiento total de todo el orden político y religioso del mundo que ha producido la enseñanza cristiana y la sustitución de un nuevo Estado de cosas de acuerdo con sus ideas, de las cuales los fundamentos y las leyes se basarán en el mero naturalismo (1).

La idea de sustituir la civilización cristiana por otra basada en el naturalismo surgió, como hemos dicho, a mediados del siglo XIV; a finales del siglo XVIII se intentó llevarla a cabo mediante un esfuerzo sobrehumano que ha continuado hasta nuestros días. Nos cuesta concebir que, combatida durante todo ese tiempo por la Iglesia, haya subsistido y se haya desarrollado a lo largo de cinco siglos, para explotar finalmente con el poder que vemos hoy en día, si no se supone que, a lo largo de ese largo período de tiempo, ha habido hombres que han transmitido su custodia y propaganda de generación en generación, y una sociedad poderosa para preparar su triunfo.

Una verdadera conspiración contra el cristianismo presupone, en efecto, no solo el deseo de destruirlo, sino también inteligencia, un acuerdo sobre los medios para atacarlo, combatirlo y aniquilarlo.

Estos partidarios, dado que conspiraban contra el estado de cosas existente, tenían todo el interés en ocultarse durante su vida y dejar tras de sí el menor número posible de pistas sobre la existencia de su asociación y su conspiración.

Sin embargo, hay indicios serios que permiten creer que la idea de los humanistas fue recogida por la masonería. Existiera o no la masonería antes que ellos, intentó llevar a cabo sus designios en el siglo XVIII y los retomó en nuestros días con la experiencia que le proporcionó su fracaso.

Los masones pretenden remontar sus orígenes al templo de Salomón, e incluso ser los herederos de los misterios del paganismo. No examinaremos aquí la validez o no de estas pretensiones, pero debemos verificar si, en los tiempos modernos, la secta ha sido verdaderamente el alma de la transformación social iniciada por el Renacimiento, continuada por la Reforma y que quiere terminar con la Revolución (2), que se prolonga desde hace más de un siglo.


La segunda generación de humanistas, más aún que la primera, introdujo en las mentes una forma absolutamente pagana de concebir la existencia. Esta tendencia acabaría provocando la resistencia de la autoridad suprema de la Iglesia. Así sucedió bajo el reinado de Pablo II. Este Papa renovó el cuerpo de los [abréviateurs] de la cancillería, expulsando a todos aquellos que no eran de una integridad y honestidad perfectas. Esta medida llevó al límite la ira de aquellos que sufrieron sus consecuencias. Durante veinte noches consecutivas asediaron las puertas del palacio pontificio, sin conseguir ser recibidos. Uno de ellos, Platina, escribió entonces al Papa para amenazarle con acudir a los reyes y príncipes e invitarles a convocar un concilio ante el cual Pablo II tendría que disculparse por su conducta. Esta insolencia le valió el encarcelamiento en la fortaleza de Santo Ángel.

Los demás se reunían en la casa de uno de ellos, Pomponius Letus, de quien Pastor dice que “quizás nunca un sabio haya impregnado su existencia de paganismo antiguo en el mismo grado que él. Profesaba el más profundo desprecio por la religión cristiana y no cesaba de lanzar violentos discursos contra sus ministros” (3).

Estas reuniones dieron lugar a una sociedad a la que llamaron Academia Romana. Una multitud de jóvenes, paganos en sus ideas y costumbres, se unieron a ella. Al entrar en este cenáculo, abandonaban sus nombres de bautismo para adoptar otros, tomados de la antigüedad y elegidos incluso entre los más malfamados. Al mismo tiempo, se apropiaban de los vicios más escandalosos del paganismo. Valateranus reconoció que estas reuniones y las fiestas que allí se celebraban eran “el comienzo de un movimiento que debía conducir a la abolición de la religión”.

¿Es posible que llegara un momento en el que ya no se sintieran seguros en la casa de Pomponio? El hecho es que los nombres de los miembros de la Academia Romana están inscritos en las catacumbas; que Pomponio Leto fue calificado como “Pontifex maximus” y Pantagato, “padre” (4). A estos nombres se añadieron inscripciones de carácter burlón. No tuvieron vergüenza de grabarlas en esas paredes tan profundamente venerables. El historiador Gregovorius no duda en llamar a esta Academia “logia de masones clásicos”. La Academia había elegido la oscuridad de las catacumbas para ocultar mejor su existencia a las autoridades; y al otorgar a sus jefes los títulos de “padre” y “Sumo Pontífice”, manifestaba no ser una sociedad literaria, sino una especie de iglesia en oposición a la Iglesia Católica, una religión, esa religión humanitaria o esa religión de la Naturaleza con la que la Revolución quiso, más tarde, en Francia, sustituir la Religión de Dios Creador, Redentor, Santificador; y cuya adopción por todo el género humano, como veremos, ansía la secta.

Papa Pablo II

A la impiedad y al libertinaje paganos habían unido la idea republicana. En uno de los últimos días de febrero de 1468, Roma se despertó con la noticia de que la policía acababa de descubrir una conspiración contra el Papa y había realizado numerosas detenciones, principalmente entre los miembros de la Academia. El proyecto consistía en asesinar a Pablo II y proclamar la república romana. “Sin duda, nunca se disipará por completo -dice Pastor- la oscuridad que se cierne sobre esta conspiración”. Todos estos hechos tienen las características de una sociedad secreta.

En la época de la Reforma, la existencia de la masonería se hizo más evidente.

Según N. Deschamps, el documento auténtico más antiguo de las logias masónicas se remonta al siglo XVI, al año 1535. Se le conoce con el nombre de Carta de Colonia. Nos revela la existencia, ya antigua, que se remonta quizás a dos siglos atrás, de una o varias sociedades secretas que existían clandestinamente en los distintos Estados de Europa, en antagonismo directo con los principios religiosos y civiles que habían formado la base de la sociedad cristiana.

N. Deschamps da pruebas de la autenticidad de esta carta. Digamos que no todos las aceptan. Claudio Jannet las admite. El original del documento se encontraría en los archivos de la logia madre de Ámsterdam, que conserva, según se dice, también el acta de su propia constitución, fechada en 1519.

Todo es notable en este documento: los hechos, las ideas y los nombres de los firmantes. Nos revela la existencia y la actividad, desde hace al menos un siglo —lo que nos lleva más allá de Pablo II y la sociedad secreta de los humanistas—, de una sociedad que ya se extiende por todo el universo, rodeada del más profundo secreto, que tiene iniciaciones misteriosas, obedece a un jefe supremo o patriarca, conocido solo por algunos maestros.

“Sin obedecer a ningún poder del mundo -dicen los firmantes- y sometidos únicamente a los superiores elegidos de nuestra asociación repartida por toda la tierra, ejecutamos sus tareas ocultas y sus órdenes clandestinas mediante un intercambio de cartas secretas y a través de sus mandatarios encargados de misiones expresas”.

Dicen que no permiten el acceso a sus misterios sino a aquellos que han sido examinados y aprobados y que se unirán y consagrarán a sus asambleas mediante juramentos.

Caracterizan la distinción entre ellos y el mundo profano mediante estas palabras que encontramos en todos los documentos de la masonería: “El mundo iluminado” y “el mundo sumido en las tinieblas”, palabras que expresan la totalidad de la masonería libre, porque su finalidad es pasar de las tinieblas del cristianismo a la luz de la naturaleza pura, de la civilización cristiana a la civilización masónica.


Entre los firmantes de esta carta se encuentran no solo Philippus Mélanchthon, el gran amigo de Lutero (5); Herman de Viec, arzobispo elector de Colonia, que tuvo que ser proscrito del imperio por su connivencia con los protestantes; Jacobus d'Anvers, preboste de los agustinos de esa ciudad; y Nicolas Van Noot, quien, junto con el anterior, incurrió en las mismas reprobaciones, al igual que Coligny, el jefe del partido calvinista en Francia.

Doce años antes, cuatro años después de la constitución de la Logia de Ámsterdam, Franz de Seckongen, cuya rebelión casi sumió a toda Alemania en una guerra civil, moría a causa de las heridas sufridas en el castillo de Landstuchl, asediado por los príncipes aliados de Trèves, Hesse y el Palatinado. “¿Dónde están -exclamaba- todos nuestros amigos? ¿Dónde están los señores de Arnberg, de Furstenberg, de Zollern, los suizos, mis amigos, aliados de Estrasburgo, y todos los amigos de la fraternidad, que tanto me prometieron y tan mal cumplieron su palabra?”

Z. Janssen, en su obra L'Allemagne et la Réforme, pregunta: “¿De qué elementos estaba compuesta esa FRATERNIDAD de la que habla el moribundo?”. No es imposible que la respuesta se encuentre en lo anterior. Cabe señalar, en efecto, que las ciudades en las que, tras la Carta de Colonia, se habían establecido las logias son aquellas en las que el protestantismo encontró sus primeros adeptos.

De estos hechos se desprende una seria probabilidad, en el sentido de que la masonería franca tuvo un papel muy importante en el movimiento de ideas que se manifestó en el Renacimiento y que quiso imponerse a la sociedad cristiana a través de la Reforma, ya sea porque existía antes, ya sea porque debe su existencia a los humanistas, que la habrían creado precisamente para encarnar en ella, de alguna manera, su concepción de la vida en sociedad.

En sus orígenes, la masonería debía estar envuelta en un secreto mucho más impenetrable de lo que es posible hoy en día, tras varios siglos de actividad continua; de ahí la dificultad para recuperar sus huellas. Pero la participación que tuvo en la Revolución da a los indicios que acabamos de recopilar un valor probatorio que por sí solo no sería tan grande; porque fue el pensamiento de los humanistas, tal como lo hemos visto, lo que la Revolución quiso realizar con la destrucción de la Iglesia Católica y el establecimiento del culto a la naturaleza.

El masón Louis Blanc, París, 1850

Louis Blanc reconoce que es precisamente ahí donde se encuentra el objetivo que persigue la masonería: “En el grado de caballero del sol, tan pronto como se producía una admisión, el Venerable comenzaba preguntando al primero que llegaba: “¿Qué hora es?”. Y este debía responder: “Es la hora de la oscuridad entre los hombres”. A su vez, cuando se le preguntaba por los motivos que lo habían llevado allí, el receptor respondía: “Vengo en busca de la luz, porque mis compañeros y yo nos hemos perdido durante la noche que cubre el mundo. Las nubes oscurecen a Hesperus, la estrella de Europa; están formadas por el incienso que la superstición ofrece a los déspotas”. No se podía decir más claramente que la civilización católica había sumido a Europa en la oscuridad, que la humanidad había perdido de vista el fin natural del hombre y que la masonería se había impuesto la misión de abrirle los ojos”.

Durante mucho tiempo, los historiadores han apartado deliberadamente la masonería de la historia y, por ello, han presentado la Revolución desde una perspectiva falsa y engañosa.

Wallon, con la publicación de las actas que se redactaron en ese momento, nos expuso finalmente los hechos tal y como se produjeron; pero no remonta a las causas y a los agentes primarios que motivaron ese cataclismo, a las ideas cuya propagación lo hizo posible. Tocqueville y Taine, que aportaron al estudio de la Revolución una crítica tan esclarecedora, no llevaron sus investigaciones al ámbito de las sociedades secretas.

Las maquinaciones de la masonería en los últimos tiempos han llamado la atención. La vemos preparándonos nuevos giros y nuevas ruinas. Nos preguntamos si las desgracias y los crímenes que marcaron el final del siglo XVIII no son imputables a ella. 

Maurice Talmeyr pronunció recientemente una conferencia que publicó a continuación en un folleto, bajo el título La Franc-Maçonnerie et la Révolution Française


Copin-Albancelli, Prache y otros se han esforzado, en diferentes publicaciones, por sacar de la oscuridad cuidadosamente cultivada la participación que las sociedades secretas tuvieron en la Revolución. Para su demostración pudieron aprovechar la obra publicada hace treinta años por N. Deschamps, bajo el título Les Sociétés Secrètes et la Société, completada en 1880 por Claudio Jannet. Y estos habían ofrecido una amplia contribución con una obra anterior, publicada en plena Revolución, en 1789, por Barruel: Mémoires pour servir à l'histoire du jacobinisme.

Estas 
Mémoires no ofrecen, como podría sugerir el título, documentos relacionados con la historia de los crímenes cometidos por los jacobinos; lo que Barruel, en sus cinco volúmenes, se propuso proporcionar a los futuros historiadores del Terror fue la información que les permitiría establecer el punto de partida, los primeros agentes y las causas ocultas de la Revolución. “En la Revolución Francesa, dice, todo, hasta sus perversidades más espantosas, todo fue previsto, meditado, combinado, resuelto, establecido; todo fue efecto de la más profunda maldad, ya que todo fue amargo, de los hombres que poseían, solos, el hilo de las conspiraciones urdidas en las sociedades secretas, y que supieron elegir y apresurar el momento propicio para las conjuraciones”.

La convicción de esta premeditación y estas conspiraciones resulta de la lectura de sus cinco volúmenes. Al comienzo del cuarto, en el “Discurso preliminar”, pregunta: 

“¿Cómo los adeptos secretos del moderno Espartaco (Weishaupt) presidieron todas las perversidades, todos los desastres de ese flagelo de pillaje y ferocidad llamado ‘Revolución’? ¿Cómo presiden aún todos aquellos que ella medita para consumar la disolución de las sociedades humanas? (6).

Dedicando mis últimos volúmenes a aclarar estas cuestiones, no me jacto de resolverlas con toda precisión y con los detalles de los hombres que tendrían la facultad de seguir a la secta ‘Iluminada’ en sus subterráneos, sin perder de vista ni por un instante a los jefes o a los adeptos... Recopilando los aspectos que se me han revelado, no dejan de ser suficientes para marcar a la secta en todos los lugares donde las perversidades señalan su fatal influencia”.


Comprendemos el fuerte y punzante interés que presenta la lectura de esta obra en el momento actual (7). Lo que está sucediendo, lo que estamos presenciando, es el segundo acto del drama que comenzó hace un siglo, para realizar la idea del Renacimiento: sustituir la civilización cristiana por una civilización llamada “moderna”. Es la misma Revolución, reavivada en su fuego, con la intención, que Barruel ya había observado, de extender el incendio a todo el mundo. Él nos muestra este designio, esta voluntad, expresados desde principios del siglo XVIII. ¿Podrán los conspiradores alcanzar sus objetivos? Es un secreto de Dios, pero también nuestro. Porque la estratagema de la Revolución depende del uso que queramos hacer de nuestra libertad, así como de los decretos eternos de Dios.

Para brindar apoyo y alentar la buena voluntad, Barruel escribió en sus Mémoires: “Para triunfar, finalmente, a cualquier precio, sobre la Revolución, y no para desesperarse, es necesario estudiar los fastos de la secta. Sed tan celosos del bien como ella ha sabido ser del mal. Que se sepa querer salvar a los pueblos; que los pueblos sepan ellos mismos querer salvar su religión, sus leyes y su fortuna, así como ella sabe destruir, y no faltarán los medios de salvación”. Es precisamente la voluntad y la esperanza lo que también nos gustaría que resultara de la lectura de este libro.

Antes de ofrecer aquí un breve resumen de la obra de Barruel, conviene presentar a nuestros lectores al autor, para que sepan qué crédito deben otorgarle.

Augustin Barruel nació el 2 de octubre de 1741 en Villeneuve-de-Berg. Su padre era teniente del bailío de Vivarais. Terminó sus estudios y entró en la Compañía de Jesús. Cuando esta se vio amenazada, se trasladó a Austria, donde pronunció sus primeros votos. Permaneció algunos años en Bohemia, luego en Moravia, y fue profesor en Viena, en el Colegio Teresiano. A continuación fue enviado a Italia y a Roma. Regresó a Francia tras la supresión de su Orden, en 1774. Habiéndose independizado gracias a su fortuna, se consagró por completo a los trabajos filosóficos e históricos, y desde entonces publicó obras que, a pesar de estar escritas en varios volúmenes, alcanzaron hasta cinco ediciones.

Augustin Barruel

De 1788 a 1792 redactó prácticamente solo el Journal Ecclésiastique, una publicación semanal de gran valor para la historia literaria y eclesiástica de la segunda mitad del siglo XVIII. Al asumir su dirección, Barruel dijo a sus lectores: “Sentimos todo el peso y toda la extensión de los deberes que nos imponemos. No podemos dejar de sentir preocupación por toda la asiduidad que exigen, prohibiéndonos, de ahora en adelante, toda ocupación que pudiera distraernos de ellos. Pero, dedicados por naturaleza al culto del Dios verdadero, a la defensa de nuestras santas verdades, ¡cuán queridos nos serán estos deberes! Sí, este día en el que nos complace considerar nuestras funciones de periodista eclesiástico, hace que estos deberes sean preciosos”. Puso este espíritu de fe en todas sus obras.

Cuanto más se deterioraba la situación, más celo y valentía demostraba el abad Barruel. Cambiaba frecuentemente de domicilio para escapar de las órdenes de detención. A partir del 10 de agosto tuvo que suspender la publicación de su periódico y marcharse a Normandía. Desde allí se refugió en Inglaterra.

En 1794 publicó en Londres la Histoire du Clergé de France pendant la Révolution. Fue allí también donde concibió el plan de su gran obra: Mémoires pour servir à l'histoire du jacobinisme. Trabajó cuatro años para reunir y preparar los materiales de las primeras partes. Los tomos I y II vieron la luz en Londres en 1796.

En 1798 se reimprimieron en Hamburgo, acompañados del tercero, relativo a la secta de los Iluminados. Los dos últimos se editaron igualmente en Hamburgo, en 1803. Barruel publicó una segunda edición, “revisada y corregida por el autor”, en 1818, dos años antes de su muerte, en Lyon, en la casa de Théodore Pitrat.

Es necesario leer esta obra completa si se quiere conocer la Revolución en profundidad. Para escribirla, el abad Barruel recibió revelaciones directas de varios personajes de la época y encontró en Alemania una serie de documentos de primer orden. “Debo al público -dice en las Observaciones preliminares del tercer volumen, el que desvela a los ilustrados- una explicación especial de las obras de las que extraigo mis pruebas”. Da la lista de las principales, diez en total, con una nota sobre cada una, que permite juzgar su autenticidad. La lista de obras se completa con la de varios otros documentos menos importantes. Añade: “Esto es suficiente para ver que no escribo sobre los ilustrados sin conocimiento de causa. Me gustaría, en reconocimiento, poder nombrar a aquellos cuya correspondencia me ha proporcionado muchos nuevos recursos, cartas, memorias, que no podría apreciar lo suficiente; pero ese reconocimiento les sería fatal”. Y más adelante: “Lo que cito, lo tengo delante, lo traduzco; y cuando traduzco, lo que ocurre con frecuencia, cosas impresionantes, cosas que costaría creer que se puedan decir, cito el propio texto, invitando a cada uno a explicarlas, o a hacerlas explicar y verificar. Comparo los diversos testimonios, siempre con el libro a mano. No menciono ninguna ley del Código de la Orden sin las pruebas de la ley o de su práctica”.


De vuelta en Francia, fue consultado sobre el juramento de fidelidad a la Constitución, que sustituía, por decreto del 28 de diciembre de 1799, todos los juramentos anteriores. El 8 de julio de 1800 publicó un dictamen favorable. Sus razones, muy claras, adjuntas a las explicaciones del Moniteur, declarado periódico oficial, decidieron a Emery y al consejo arzobispal de París a pronunciarse a favor de la legitimidad de la promesa. Algunos, en esta ocasión, acusaron a Barruel de adular a Bonaparte para obtener favores. Lejos de adularlo, el abad Barruel fue de una audacia inaudita: al hablar del primer cónsul, lo llama “azote de Dios”. En 1800, añade: “Todos los príncipes de Europa reconocerían la República; no veo por qué Luis XVIII habría sido menos verdadero heredero de Luis XVI. Soy francés. El consentimiento de los demás soberanos sobre este asunto es para mí tan nulo como el de los jacobinos; puede disminuir mi esperanza, limitar los medios, pero no hace mella en el derecho” (8).

Barruel no regresó a Francia hasta 1802. Defendió el Concordato y publicó su tratado Du Pape et de ses droits religieux à l'occasion du Concordat (El Papa y sus derechos religiosos con motivo del Concordato) (9).

Durante el Imperio, Barruel se mantuvo al margen, sin recibir ningún cargo ni dignidad. Emprendió la refutación de la filosofía de Kant. Con motivo del asunto del cardenal Maury, Napoleón sospechó que había difundido el Breve de Pío VII y fue encarcelado a la edad de 70 años. La policía lo persiguió incluso durante los Cien Días. Terminó sus días en la casa de sus padres, en Villeneuve-de-Bery, el 5 de octubre de 1820, a la edad de 80 años.

Era necesario entrar en estos detalles para mostrar hasta qué punto este autor merece nuestra confianza. A continuación se expone lo que finalmente se la conferirá.

Durante los cinco y siete años que transcurrieron entre la publicación de los tres primeros volúmenes y los dos últimos, su obra fue leída y suscitó comentarios por parte de los masones. “Según algunos de ellos -dice Barruel- dije demasiado; según otros, me quedé muy corto. Sabemos que los primeros pertenecen al número de aquellos que incluyo en la excepción de los II ∴
 demasiado honestos para ser admitidos en los últimos misterios; y los otros, al número de aquellos que, después de haber visto todo entre bastidores en las logias, se avergonzaron, finalmente, y se arrepienten de haber podido merecer los honores masónicos. Les debo a unos y a otros mi agradecimiento, pero también les debo una respuesta”. Les da esa respuesta, demostrando haber dicho todo lo que debía decir, y nada más de lo que debía decir.

Otros masones se enfadaron al verse así descubiertos y acusaron a Barruel de mala fe. Esto ocurrió principalmente con la obra de un inglés, Griffith, redactor de la Monthly Review. Este escritor considera aceptables, incluso satisfactorias, las pruebas que Barruel aporta sobre la conspiración contra el altar, pero afirma que las de la conspiración contra los tronos están imperfectamente demostradas. En particular, la abolición de la monarquía en Francia se debe, según él, a las circunstancias locales, más que a los designios y conspiraciones de los inspiradores de la Revolución. Al decir esto, no hace la menor mención a las pruebas aportadas por Barruel en favor de su tesis.

Para responder a la acusación de mala fe, Barruel señaló que él proporcionó, y que vuelve a proporcionar, los textos en su idioma original junto con la traducción que él mismo realizó. Y en cuanto a los documentos más importantes a los que se refiere, afirma que no solo se permite a cualquiera consultar los volúmenes impresos, sino también comparar dichos volúmenes con los manuscritos que se encuentran en los archivos reales de Múnich. Barruel va más allá: ofrece a su acusador un encuentro en Múnich para mostrarle en los escritos originales las pruebas evidentes de su calumnia. Griffith se resguardó de ese encuentro y también se negó a publicar en su revista la respuesta de Barruel.

Weishaupt, el fundador de la Ilustración, ofreció su firme apoyo a Griffith, que sin duda era uno de sus seguidores. Barruel también propuso a Weishaupt una reunión en los archivos de Múnich, donde podría revisar los originales de sus propias cartas, cuyo texto o existencia él negaba. “Pero -añadía Barruel- como no podía acudir allí sin exponerse a ser ahorcado (por sus delitos contra las buenas costumbres), podía nombrar a un apoderado”. No acudió, ni personalmente ni por medio de un apoderado.

Continúa...


Notas:

1) Encíclica de 20 de abril de 1884.

2) Se percibirá entre estas tres palabras: REnacimiento, REforma, REvolución, un parentesco manifiesto. Señalan las grandes etapas de un mismo movimiento.

3) Véase, para todos estos hechos, HISTOIRE DES PAPES  desde o fim da Idade Média
. Obra escrita a partir de un gran número de documentos inéditos extraídos de los archivos secretos del Vaticano y otros, por el Dr. Louis Pastor, t. IV, p. 32-72.

4) Véase Rossi, Roma Sott., t. I, p. 3 y ss.

5) El editor de Melanchthon, el sabio Bretschneider, dice: “Melanchthon recibía en su intimidad a extraños que nunca había visto antes, y los recomendaba calurosamente en todos los lugares a los que iban y subvencionaba sus necesidades de todo tipo. No sé si tal familiaridad se debía únicamente a las virtudes de esos hombres o también a la fama de Melanchthon y a la doctrina que compartían”.

6) Lo que ella pensaba retomar al día siguiente de la Revolución, lo está haciendo hoy ante nuestros ojos. Son realmente los masones los que presiden todo lo que vemos.

7) Al no haberse vuelto a encontrar, la obra fue reeditada con notas explicativas por la dirección del periódico La Bastille.

8) 
L'Evangile et le clergé français. Sur la soumission des pasteurs dans les révolutions des empires, p. 75. Londres.

9) París, 1803, dos volúmenes en 8°.