viernes, 31 de julio de 2009
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Para realizar y concretar una política nacional es necesario e indispensable construir una política en los medios de comunicación. Por el simple hecho que sin comunicación no hay inteligencia y por que como decían los españoles del siglo XVI "La lengua camina junto al imperio".
Por Patricio R. Lons
Nosotros debemos decir que la lengua debe caminar junto a la restauración y refundación de la patria. Un pueblo es nación cuando tiene y defiende su lengua.
Los franceses entienden esto muy bien cuando dicen que su cultura es parte de su sistema de defensa nacional.
Por eso debemos definir un primer objetivo conductor para los medios de comunicación. Y este debe ser el de colaborar con la reconstrucción moral, política y económica. Todo lo que honestamente conduzca a ello es permitible. Todo sostenido con una legislación acorde con un proyecto nacional de país.
Veamos nuestro punto de apoyo. Este se basa en los medios de comunicación estatales. Estos deben liderar el cambio en la comunicación, rescatando valores religiosos, históricos y políticos con el fin primordial de defender la verdad. Su acción debe encarnar un nuevo paradigma tanto en el discurso como en los formatos que se utilicen como en el modo de contratar y producir nuevos programas y medios. Debe entretener, capacitar e informar. Debe ser la plataforma de convocatoria a todo el periodismo de formación universitaria, de tal manera que el mundo de la universidad se comprometa con un proyecto nacional de gobierno.
La creatividad debe ser una condición excluyente en los medios del estado. Debe salir del molde que plantea un proyecto de televisión cultural aburrida, marcadamente tediosa y sin televidentes, con lo cual es inútil hacerla. Será aburrida si la queremos hacer así, pero nadie nos obliga a que sea de este modo. La cultura y el ideario que queremos comunicar, los debemos transmitir de manera entretenida. Y lo más interesante es que podemos hacerlo. Un nuevo discurso patriótico con nuevos formatos que transmitan ese sentir. Podríamos hacer teleteatros de corte romántico, drama o de aventuras con nuestros próceres y héroes nacionales como personajes de los mismos. Podemos contar toda nuestra historia de esa manera. Y así exponer los paradigmas de conducta a imitar por todos los argentinos.
Tomemos algunos ejemplos de creatividad. Años atrás se realizó en nuestra televisión un dibujo animado sobre Patoruzú, el cual después de una corta temporada fue abandonado. Estuvo en proceso de relanzamiento pero no se ha concretado. Los franceses realizaron un dibujo animado Las aventuras de Asterix de marcado corte nacionalista y de excelente calidad a pesar de sus licencias históricas que ellos mismos se encargaban de aclarar en el mismo dibujo y persistieron exitosamente con su proyecto. La serie animada europea “Érase una vez el hombre”, nos presenta en muy entretenidos dibujos la historia de la humanidad. También podemos encontrar excelentes valores pedagógicos en otros dibujos como Histeria que cuenta la historia norteamericana y otros referidos a las Sagradas Escrituras.
Podemos apreciar un trabajo altamente educativo de la televisión catalana Las tres mellizas que nos presenta a tres hermanas incursionando mágicamente por la mitología o los cuentos clásicos. Inculcar valores religiosos, de patria y de familia a temprana edad, nos asegura una niñez sana y una juventud idealista como bases de una sociedad mejor. Hay numerosos ejemplos con este formato infantil ya sea con niños o fabulados con animales que defienden valores a manera de personajes.
En el público adulto podemos apreciar como el cine de aventuras muestra y convence al público estadounidense de su propio proyecto imperial; basta ver la película Día de la independencia donde un presidente norteamericano lidera a la humanidad entera en una guerra contra extraterrestres y en su arenga antes del contrataque final dice "Quiso la Providencia que hoy 4 de julio, no sea solo el día de la independencia de los E.E.U.U. sino de toda la humanidad". Notemos que fuerte similitud semántica con el discurso de Bush después del 11 de septiembre del 2001 quién parafraseando una sentencia evangélica, dijo "...quién no está con nosotros está contra nosotros".
Los medios de comunicación pueden ser un auxiliar muy útil de un proyecto educativo al inculcar valores morales, fortalecer a las familias, capacitar estudiantes, empresarios, profesionales y comerciantes, utilizando series televisivas ya sean con formatos de comedia o de aventuras. Podemos enseñar arte, religión, política, filosofía, economía y todo lo que un estado deba comunicar a sus compatriotas, incursionando en nuevas estéticas, utilizando distintas técnicas de relato como el viaje del héroe que es la más conocida entre los libretistas. Ya sea que las apliquemos a la televisión como a la radio o en distintas propuestas gráficas en diarios, revistas e historietas. Su atractivo debe tener un nivel de exigencia que nos permita exportar productos de comunicación. Esa debe ser nuestra pretensión mínima.
Los empresarios necesitan una sociedad más capacitada, por lo tanto, hay que comprometerlos en el desarrollo de nuevas propuestas mediáticas, atractivas y con buena circulación y el mayor porcentaje de encendido de pantalla, que mantenga el liderazgo comunicacional de manera sostenible.
Esto obligará a los medios privados a plantearse cambios profundos. Y el estado los puede motivar a lograrlos aplicando el reglamento del COMFER cada vez que lo transgredan. Existe una responsabilidad indelegable de los dueños de los medios y de sus comunicadores respecto a información falsa, tendenciosa y deliberadamente incompleta o distorsionada orientada a minar la confianza del pueblo argentino en el estado nacional. Todo mensaje que disocie, desmoralice, desinforme o promueva conductas patológicas y antisociales, debe ser sancionado.
Respecto a las sanciones que este ente aplique, es conveniente que la medida de su rigor sea la misma que mida la prudencia con que estas sanciones sean comunicadas a la S.I.P. y a otras entidades internacionales para así prevenir campañas de mala fe contra nuestro país. A estas acciones hay que salirles al paso y denunciarlas oportunamente para que el público sepa quienes las realizan, cuales son sus motivaciones y quienes son sus patrocinadores económicos.
La creatividad implementada en los medios estatales debe ser nuestro punto de Arquímedes para cambiar los medios. Serán la plataforma de desarrollo y capacitación para la actualización creativa en la comunicación, implementada por periodistas con formación académica y con los valores que la nación exige para su reconstrucción y que suplanten a improvisados e inmorales sin sentido de fe, ni de patria ni de familia.
Los medios tienen como obligación acompañar y esclarecer las acciones del estado e investigar periodísticamente aquellos temas que son de interés para la nación.
Deberá colaborar con las distintas áreas de gobierno. Todo enfocado creativamente a la verdad, promocionando a los verdaderos intelectuales con sentido trascendente y patriótico. En Argentina, tenemos verdaderas inteligencias que deberían ocupar los espacios en los medios que supuestos intelectuales sostenedores de falacias, usurpan lucrativamente en desmedro de los intereses argentinos.
Por último, quiero agregar un párrafo extraído del libro Derecho de la Radiodifusión del Dr. Carlos Tau Anzoátegui, en el cual afirma en el capítulo II, que la estructura estatal de las comunicaciones debe adaptarse a los cambios vigentes en su legislación pues hay una abundancia de estructura en la órbita presidencial con seis entidades distintas y ministerial tanto en Obras Públicas como en Educación y Justicia con una fuerte dispersión de esfuerzos. La Ley 22.285 de Radiodifusión del año 1980 sufrió numerosos cambios, muchos de ellos positivos aunque también promovió los monopolios multimediales. Pero sus aspectos positivos siguieron acompañados de una dispersión administrativa contraproducente respecto a la fijación de criterios por parte del estado, con la pérdida de trabajos eficientes de parte de funcionarios idóneos repartidos en distintos organismos estatales.
El Dr. Tau Anzoátegui concluye en las páginas 68 y 69 que se debería promover una reestructuración estatal que reserve para el ámbito de las comunicaciones, el nivel ministerial tal como ocurre en la mayoría de los países. Y se remonta a la experiencia en nuestro país cuando la ley 14.303 del 29/6/54 atribuyó al sector la jerarquía de ministerio. Este criterio fue mantenido por el decreto ley 10.351/56 del 8 de junio de 1956. Cabe agregar que no debe descuidarse el tratamiento legislativo de las telecomunicaciones en general. Pero en manos de expertos que amen a nuestra patria y no de acuerdo a la falta de criterio de los actuales descerebrados.
Hay todo un cambio por realizar. Acciones a tomar y miedos que perder. Todo un futuro de grandeza que siempre hemos albergado como un sueño nos espera a los argentinos. En este restaurar, los medios de comunicación son responsables en grado sumo de cómo se logre, de lo que enseñen y motiven, de los valores y conocimientos que transmitan, de que cada programa, cualquiera sea su estilo, enseñe, informe, amenice y capacite.
Y como dicen los chinos desde tiempo inmemorial, les deseo a todos los argentinos "que vivamos una época interesante".
DECLARACIÓN DEL OBISPADO DE SAN LUIS
Referida a la situación del Padre Miguel Ángel Santurio
Damos a publicidad esta aclaración en la convicción de que todos los fieles tienen derecho a una información fidedigna, y que sabrán unirse en la oración, con plena confianza en el amor con que Dios nos escucha, para que esta situación dolorosa pueda resolverse para el bien de toda su Iglesia.
Dadas las informaciones mediáticas referentes al Padre Miguel Ángel Santurio que se han difundido recientemente, se considera oportuno poner en conocimiento de los fieles de San Luis los principales aspectos que definen su actual situación personal y ministerial como sacerdote de esta Diócesis:
1. A fines del año 2007, el Padre Miguel Ángel Santurio solicitó a Mons. Lona la posibilidad de trasladarse por motivos de salud a la Diócesis de Posadas, lo cual le fue concedido, en acuerdo con el Obispo de la misma Mons. Juan Rubén Martínez. Allí comenzó su trabajo pastoral en febrero de 2008, en la Parroquia Sagrado Corazón, del Barrio Miguel Lanús de Posadas. Hacia fines del 2008 solicitó un nuevo traslado, a la Diócesis de Puerto Iguazú, lo cual se concretó por acuerdo entre Mons. Lona y Mons. Marcelo Martorell, Obispo de dicha Diócesis.
2. En la Diócesis de Puerto Iguazú, fueron presentadas en el mes de febrero de 2009 una serie de denuncias contra el Padre Miguel Ángel Santurio, las cuales por encuadrarse en delitos previstos en el derecho de la Iglesia, debieron ser recibidas por Mons. Martorell. Se recibieron, asimismo, declaraciones en su favor.
3. Ante esas denuncias, el Obispo de Puerto Iguazú decidió prescindir de los servicios pastorales del Padre Miguel Ángel Santurio, poniéndolo a disposición de su propio obispo Monseñor Jorge Luis Lona, a quien puso en conocimiento de las mencionadas denuncias, y de las declaraciones favorables, dándole traslado de todo ello.
4. Monseñor Jorge Luis Lona recibió esas informaciones, y siguió el procedimiento mandado por la legislación canónica, cumpliendo las condiciones previstas en la misma para realizar una investigación preliminar. En dicha investigación se incorporaron, además de los elementos acusatorios, todos los testimonios favorables al Padre Santurio que siguieron llegando a San Luis.
5. Los resultados de dicha investigación fueron enviados, tal como lo ordena la legislación canónica, a la Santa Sede, bajo cuya exclusiva competencia se hallaba la definición del tratamiento disciplinar que debía darse al conjunto de testimonios referentes a la actuación del Padre Miguel Ángel Santurio.
6. La Santa Sede, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en fecha 9 de mayo de 2009, ordenó a Monseñor Jorge Luis Lona iniciar un proceso penal canónico, en el cual el Padre Miguel Ángel Santurio pudiera disponer de un adecuado marco legal, con todas y cada una de las garantías del debido proceso, para defender su persona y su ministerio sacerdotal.
7. Como se advierte, en todo el trámite de estas denuncias el Obispo de San Luis ha cumplido de un modo estricto lo que le mandaba hacer el derecho de la Iglesia, sin apartarse del mismo en ningún aspecto.
8. En la etapa actual, le corresponde a Mons. Lona llevar a efecto la orden recibida en cuanto a la integración del tribunal que tendrá a su cargo el proceso penal dispuesto, en el área del Tribunal Interdiocesano de Córdoba. Ello sucederá en los próximos días, y a partir de ese momento la responsabilidad sobre la definición canónica del tema corresponderá a aquel tribunal.
9. Por último, en los primeros días de mayo de 2009, desde un ámbito ajeno a la Iglesia, se radicó ante la Justicia Federal de la Provincia de Misiones una denuncia contra el Padre Miguel Ángel Santurio, sobre la cual cabe aclarar un aspecto muy importante.
La acusación presentada allí no se refería a ningún delito de los comprendidos en las denuncias efectuadas ante el obispado de Puerto Iguazú. Por ello, el procedimiento canónico aplicado por la Iglesia al Padre Santurio es totalmente independiente de ese trámite efectuado ante la Justicia Federal.
10. Damos a publicidad esta aclaración en la convicción de que todos los fieles tienen derecho a una información fidedigna, y que sabrán unirse en la oración, con plena confianza en el amor con que Dios nos escucha, para que esta situación dolorosa pueda resolverse para el bien de toda su Iglesia.
San Luis, 23 de julio de 2009
Obispado de San Luis.
miércoles, 29 de julio de 2009
EL COSTO SOCIAL Y ECONÓMICO DE LAS FAMILIAS ROTAS Y LOS BENEFICIOS DE FAMILIAS UNIDAS
Un informe del Institute of Marriage and Family Canada (“Opciones privadas, costes públicos: cómo nos cuestan a todos las familias rotas”) evidenciaba el impacto económico de las familias separadas. Según ese informe, en el año fiscal 2005-2006 se destinaron 6,100 millones de dólares para ayudas a este tipo de familias.
Por Jorge Enrique Mújica
En 2008 Benjamin Scafidi dirigió un estudio sobre el costo del divorcio para el bolsillo de los estadounidenses (puede consultarse en www.americanvalues.org/html/coff_mediaadvisory.htm ). En total, más de 112.000 millones de dólares anuales, una cifra que, en diez años, suma más de un billón de dólares. No es lo peor. Según Scafidi, los niños criados en hogares donde únicamente está la mamá o ésta cohabita sin casarse tienen el doble de riesgo de ir a la cárcel que los niños que crecen con ambos padres.
En Gran Bretaña, el Center for Social Justice de Londres estimaba en una tasa anual de 20.000 millones de libras (32.000 millones de dólares) las cargas económicas al gobierno a causa del divorcio.
Una de las partes más afectadas en un divorcio, al menos estadísticamente, es la mujer. Según una investigación del director del Institute for Social and Economisc Research, Stephen Jenkins, cuando un matrimonio se divide el varón aumenta en un tercio sus ingresos disponibles. Los ingresos de la mujer caen más de un quinto lo que provoca que la pobreza de las mujeres divorciadas llegue hasta un 27%.
ForumLibertas.com (cf. 08.06.2009) reportaba el aumento de mujeres que se enfrentan solas a la maternidad en países como Estados Unidos. Tan solo en 2007 hubo 1.714.643 nacimientos de madres solteras. O lo que es lo mismo: 4 de cada 10 nacimientos. La Oficina Nacional de Estadística de Gran Bretaña revelaba que actualmente sólo se casan en ese país 1 de cada 50 mujeres solteras y 1 de cada 43 hombres solteros.
El costo social del divorcio pone de manifiesto el papel positivo y decisivo del matrimonio en la construcción de sociedades auténticamente fuertes.
Una crisis de confianza, falta de diálogo y otras causas
En un reportaje del Daily Mirror (cf. 17.06.2009) se ponía de manifiesto una inquietud de un juez inglés en un discurso a la Family Holiday Association. Paul Coleridge acusaba a madres y padres de no confiar el uno en el otro y de marcar de por vida a sus hijos con sus actitudes.
No pocas veces, la falta de un conocimiento más profundo durante el noviazgo condiciona el matrimonio. Si a esto se añade la falta de diálogo y entendimiento y el afán egoísta de disponer cada parte de sus bienes, la situación se agudiza.
A esa mutua confianza y diálogo en las relaciones debe acompañarla un apoyo social fomentado por los distintos gobiernos a través de programas públicos, incluso en las escuelas. Pero parece que más bien muchos países apuntan en sentido opuesto. En no pocos lugares las políticas familiares se decantan en el apoyo a las separaciones y se echa de menos la formación de los jóvenes en una auténtica madurez afectiva (que no banalice la sexualidad promoviendo la promiscuidad) y en la responsabilidad no sólo a nivel profesional.
Los medios de comunicación también juegan un papel importante en la promoción o deformación del concepto de familia. A inicios de febrero de 2009, un estudio del Banco Interamericano para el Desarrollo puso de manifiesto que en Brasil hay una relación en el aumento de los divorcios y las telenovelas que produce y proyecta TV Globo. Alberto Chong y Eliana La Ferrara, autores de la investigación que analizó 115 telenovelas transmitidas de 1965 a 1999, señalan que el número de mujeres que se separan o divorcian aumenta según la señal de TV Globo se va expandiendo a otros lugares de Brasil. Los lugares de mayor incidencia son aquellos donde la televisión sólo capta este canal de televisión.
La manera en que los medios de comunicación presentan la familia ha sido estudiado por el profesor Norberto González Gaitano, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. En su libro Famiglia e media. Il detto e il non detto (Edusc 2008) todo gira en torno a una premisa: lo que no se dice suele ser más importante que lo que se dice. Así, González Gaitano expresa su desacuerdo con todo lo bello que se omite decir acerca de la institución familiar.
Otras consecuencias
El diario El Mercurio (cf. 26.02.2009) reportaba que en Chile sólo 1 de cada 3 niños nace de padres casados. La estadística es más llamativa: en 1960 los niños que nacían fuera del matrimonio suponía el 15,9% mientras que ahora son el 64,6%.
Desde que en 1975 se admitió el divorcio en Francia, la cifra ha ido en aumento. Mientras que en los inicios había 12 divorcios por cada 100 matrimonios, el alza en el número de divorcio se ha colocado en 50 respecto a cada 100 bodas en 2008.
En junio de 2008 el organismo estadístico francés (INSEE) dio a conocer los resultados de algunas investigaciones que realizó en el campo de las separaciones.
El estudio reveló que tras una separación los hijos mantienen una proporción de trato mucho menor con el propio padre. Un dato interesante que arrojó el INSEE es el de frecuencia de trato a partir de la clase social del padre. Mientras que un padre empleado u obrero divorciado tiene una probabilidad de un 19% para que sus hijos le visiten una vez al mes, un padre empresario o directivo divorciado aumenta esta probabilidad hasta en un 48%.
Beneficios de familias unidas
Y a pesar de todo, la familia sigue estando al centro de los valores de la mayoría de todos los ciudadanos.
Según los datos de un estudio de Lacoste Pink, presentado el 2 de junio de 2008, sobre los valores y los referentes en la vida de las jóvenes y adolescentes españolas, la familia es lo más importante para el 80% de ellas.
En Estados Unidos, Knowledge Networks Inc. realizó en 2007 una encuesta para Associated Press y MTV sobre la felicidad de los jóvenes en Estados Unidos. Para la inmensa mayoría de ellos, pasar el tiempo en familia es el mayor motivo de felicidad. De los jóvenes de entre 13 y 17 años cuyos padres están juntos, el 64% se levanta feliz por la mañana. El 92%, además, tiene intensiones de casarse. Para el 55% de los entrevistados, la fe es lo más importante en su vida o una parte muy importante.
Los padres pueden y deben aprovechar esta valoración mayoritaria para convivir, conocer, amar y educar mejor a sus hijos. Si la estructura familiar es sólida, la familia puede jugar un papel positivo y decisivo en comportamiento sexual de sus hijos. ¿Por qué? Porque según el estudio Teen sex: the parent factor (cf. The Heritage Foundation, “Backgrounder” n. 2194, 7-10-2008) los adolescentes comparten los valores de sus padres. De esta manera, queda manifestado que la influencia paterna ofrece una fuerte protección frente a la precocidad sexual.
Es verdad que la cohabitación es cada vez más numerosa. ¿Pero se conocen los riesgos? Especialista en salud pública y geriatría en la universidad de Harvard, Patrick Schneider recopiló efectos socialmente negativos de cohabitar sin casarse a partir de diferente bibliografía especializada. Entre otros destacan: 1) son relaciones inestables, 2) aumentan el riesgo de divorcio si llegan a casarse, 3) hay más sufrimiento para la mujer, 4) cohabitar implica riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, 5) aumenta la pobreza en los niños, 6) perjudica la conducta emotiva de los niños, 7) implica un mayor riesgo de problemas psiquiátricos y de abuso de sustancias, 8) riesgo de aumentar el crimen juvenil, 9) riesgo de maltrato sexual a los niños y 10) aumento de riesgo de maltrato físico para la mujer.
Conscientes del beneficio social y económico de las familias, algunas empresas han comenzado a tomar en serio medidas de apoyo. A finales de enero de 2009 la empresa Canon anunció que recortaría el horario de trabajo de sus empleados japoneses de modo que pudieran estar más tiempos con sus familias y lograr que hubiera más niños. Japón tiene una tasa de natalidad de 1,34 niños y es una de las naciones con mayor número de ancianos.
La política familiar y por la vida en Croacia le ha hecho ser un país que camina en sentido contrario al de la mayoría de los países europeos. Mientras que en Europa hay un aborto cada 28 segundos y un divorcio cada 30, Croacia se coloca como país líder en el nacimiento de hijos con tres en promedio por cada familia. Un signo significativo de la sensibilidad croata es el haber acuñado 300 mil monedas con la imagen de un niño no nacido, como símbolo del nuevo milenio, a inicios del año 2000.
El hecho de que algunos matrimonios “fracasen” no debería llevar a concluir que el matrimonio es algo sin importancia pues todos los ciudadanos que deciden casarse tienen derecho a la estabilidad conyugal y a que el Estado subsidie apoyos que, en definitiva, repercutirán en bien de todos.
Un envío de ARCOL.org
Por Jorge Enrique Mújica
En 2008 Benjamin Scafidi dirigió un estudio sobre el costo del divorcio para el bolsillo de los estadounidenses (puede consultarse en www.americanvalues.org/html/coff_mediaadvisory.htm ). En total, más de 112.000 millones de dólares anuales, una cifra que, en diez años, suma más de un billón de dólares. No es lo peor. Según Scafidi, los niños criados en hogares donde únicamente está la mamá o ésta cohabita sin casarse tienen el doble de riesgo de ir a la cárcel que los niños que crecen con ambos padres.
En Gran Bretaña, el Center for Social Justice de Londres estimaba en una tasa anual de 20.000 millones de libras (32.000 millones de dólares) las cargas económicas al gobierno a causa del divorcio.
Una de las partes más afectadas en un divorcio, al menos estadísticamente, es la mujer. Según una investigación del director del Institute for Social and Economisc Research, Stephen Jenkins, cuando un matrimonio se divide el varón aumenta en un tercio sus ingresos disponibles. Los ingresos de la mujer caen más de un quinto lo que provoca que la pobreza de las mujeres divorciadas llegue hasta un 27%.
ForumLibertas.com (cf. 08.06.2009) reportaba el aumento de mujeres que se enfrentan solas a la maternidad en países como Estados Unidos. Tan solo en 2007 hubo 1.714.643 nacimientos de madres solteras. O lo que es lo mismo: 4 de cada 10 nacimientos. La Oficina Nacional de Estadística de Gran Bretaña revelaba que actualmente sólo se casan en ese país 1 de cada 50 mujeres solteras y 1 de cada 43 hombres solteros.
El costo social del divorcio pone de manifiesto el papel positivo y decisivo del matrimonio en la construcción de sociedades auténticamente fuertes.
Una crisis de confianza, falta de diálogo y otras causas
En un reportaje del Daily Mirror (cf. 17.06.2009) se ponía de manifiesto una inquietud de un juez inglés en un discurso a la Family Holiday Association. Paul Coleridge acusaba a madres y padres de no confiar el uno en el otro y de marcar de por vida a sus hijos con sus actitudes.
No pocas veces, la falta de un conocimiento más profundo durante el noviazgo condiciona el matrimonio. Si a esto se añade la falta de diálogo y entendimiento y el afán egoísta de disponer cada parte de sus bienes, la situación se agudiza.
A esa mutua confianza y diálogo en las relaciones debe acompañarla un apoyo social fomentado por los distintos gobiernos a través de programas públicos, incluso en las escuelas. Pero parece que más bien muchos países apuntan en sentido opuesto. En no pocos lugares las políticas familiares se decantan en el apoyo a las separaciones y se echa de menos la formación de los jóvenes en una auténtica madurez afectiva (que no banalice la sexualidad promoviendo la promiscuidad) y en la responsabilidad no sólo a nivel profesional.
Los medios de comunicación también juegan un papel importante en la promoción o deformación del concepto de familia. A inicios de febrero de 2009, un estudio del Banco Interamericano para el Desarrollo puso de manifiesto que en Brasil hay una relación en el aumento de los divorcios y las telenovelas que produce y proyecta TV Globo. Alberto Chong y Eliana La Ferrara, autores de la investigación que analizó 115 telenovelas transmitidas de 1965 a 1999, señalan que el número de mujeres que se separan o divorcian aumenta según la señal de TV Globo se va expandiendo a otros lugares de Brasil. Los lugares de mayor incidencia son aquellos donde la televisión sólo capta este canal de televisión.
La manera en que los medios de comunicación presentan la familia ha sido estudiado por el profesor Norberto González Gaitano, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. En su libro Famiglia e media. Il detto e il non detto (Edusc 2008) todo gira en torno a una premisa: lo que no se dice suele ser más importante que lo que se dice. Así, González Gaitano expresa su desacuerdo con todo lo bello que se omite decir acerca de la institución familiar.
Otras consecuencias
El diario El Mercurio (cf. 26.02.2009) reportaba que en Chile sólo 1 de cada 3 niños nace de padres casados. La estadística es más llamativa: en 1960 los niños que nacían fuera del matrimonio suponía el 15,9% mientras que ahora son el 64,6%.
Desde que en 1975 se admitió el divorcio en Francia, la cifra ha ido en aumento. Mientras que en los inicios había 12 divorcios por cada 100 matrimonios, el alza en el número de divorcio se ha colocado en 50 respecto a cada 100 bodas en 2008.
En junio de 2008 el organismo estadístico francés (INSEE) dio a conocer los resultados de algunas investigaciones que realizó en el campo de las separaciones.
El estudio reveló que tras una separación los hijos mantienen una proporción de trato mucho menor con el propio padre. Un dato interesante que arrojó el INSEE es el de frecuencia de trato a partir de la clase social del padre. Mientras que un padre empleado u obrero divorciado tiene una probabilidad de un 19% para que sus hijos le visiten una vez al mes, un padre empresario o directivo divorciado aumenta esta probabilidad hasta en un 48%.
Beneficios de familias unidas
Y a pesar de todo, la familia sigue estando al centro de los valores de la mayoría de todos los ciudadanos.
Según los datos de un estudio de Lacoste Pink, presentado el 2 de junio de 2008, sobre los valores y los referentes en la vida de las jóvenes y adolescentes españolas, la familia es lo más importante para el 80% de ellas.
En Estados Unidos, Knowledge Networks Inc. realizó en 2007 una encuesta para Associated Press y MTV sobre la felicidad de los jóvenes en Estados Unidos. Para la inmensa mayoría de ellos, pasar el tiempo en familia es el mayor motivo de felicidad. De los jóvenes de entre 13 y 17 años cuyos padres están juntos, el 64% se levanta feliz por la mañana. El 92%, además, tiene intensiones de casarse. Para el 55% de los entrevistados, la fe es lo más importante en su vida o una parte muy importante.
Los padres pueden y deben aprovechar esta valoración mayoritaria para convivir, conocer, amar y educar mejor a sus hijos. Si la estructura familiar es sólida, la familia puede jugar un papel positivo y decisivo en comportamiento sexual de sus hijos. ¿Por qué? Porque según el estudio Teen sex: the parent factor (cf. The Heritage Foundation, “Backgrounder” n. 2194, 7-10-2008) los adolescentes comparten los valores de sus padres. De esta manera, queda manifestado que la influencia paterna ofrece una fuerte protección frente a la precocidad sexual.
Es verdad que la cohabitación es cada vez más numerosa. ¿Pero se conocen los riesgos? Especialista en salud pública y geriatría en la universidad de Harvard, Patrick Schneider recopiló efectos socialmente negativos de cohabitar sin casarse a partir de diferente bibliografía especializada. Entre otros destacan: 1) son relaciones inestables, 2) aumentan el riesgo de divorcio si llegan a casarse, 3) hay más sufrimiento para la mujer, 4) cohabitar implica riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, 5) aumenta la pobreza en los niños, 6) perjudica la conducta emotiva de los niños, 7) implica un mayor riesgo de problemas psiquiátricos y de abuso de sustancias, 8) riesgo de aumentar el crimen juvenil, 9) riesgo de maltrato sexual a los niños y 10) aumento de riesgo de maltrato físico para la mujer.
Conscientes del beneficio social y económico de las familias, algunas empresas han comenzado a tomar en serio medidas de apoyo. A finales de enero de 2009 la empresa Canon anunció que recortaría el horario de trabajo de sus empleados japoneses de modo que pudieran estar más tiempos con sus familias y lograr que hubiera más niños. Japón tiene una tasa de natalidad de 1,34 niños y es una de las naciones con mayor número de ancianos.
La política familiar y por la vida en Croacia le ha hecho ser un país que camina en sentido contrario al de la mayoría de los países europeos. Mientras que en Europa hay un aborto cada 28 segundos y un divorcio cada 30, Croacia se coloca como país líder en el nacimiento de hijos con tres en promedio por cada familia. Un signo significativo de la sensibilidad croata es el haber acuñado 300 mil monedas con la imagen de un niño no nacido, como símbolo del nuevo milenio, a inicios del año 2000.
El hecho de que algunos matrimonios “fracasen” no debería llevar a concluir que el matrimonio es algo sin importancia pues todos los ciudadanos que deciden casarse tienen derecho a la estabilidad conyugal y a que el Estado subsidie apoyos que, en definitiva, repercutirán en bien de todos.
Un envío de ARCOL.org
DEFORMACIÓN DE FORMADORES
El Gobierno nacional difunde un manual de educación sexual que descalifica la moral natural y avasalla la libertad de enseñar y aprender.
Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de la Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación, criticó las orientaciones oficiales para impartir educación sexual. El prelado se refirió expresamente a un manual -elaborado por los ministerios de Educación, Ciencia y Tecnología y de Salud de la Nación- que lleva por título Material de formación de Formadores en educación sexual y prevención del VIH/sida.
El designio profundo del manual “es la ‘desconstrucción’ de una concepción de la sexualidad de acuerdo al orden natural y a la tradición cristiana”.
El material tiene una visión: reduccionista (la sexualidad no contempla el bien integral de la persona, en ningún momento se menciona al amor), constructivista (no reconoce la existencia de una naturaleza de la persona y de sus actos) y neomarxista (interpreta la sexualidad según la dialéctica del poder).
Este enfoque intenta imponerse, además, de modo coercitivo, atropellando la libertad de conciencia -de docentes, alumnos y padres- y la libertad de enseñar y aprender -que debería respetarse en escuelas privadas y estatales-.
Tras analizar el documento el Arzobispo platense concluye: “Se avizora un peligroso avance totalitario (.) La tan mentada neutralidad religiosa del Estado en el ámbito educativo, el célebre laicismo escolar, no es compatible con la imposición de una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo”.
A continuación el análisis completo de Mons. Aguer
Orientaciones oficiales sobre Educación Sexual
Se está difundiendo actualmente un documento de 302 páginas titulado Material de formación de formadores en educación sexual y prevención del VIH/SIDA. Se trata de un emprendimiento oficial, que procede de los ministerios de Educación y de Salud de la Presidencia de la Nación ; una realización regional del Proyecto de Armonización de Políticas Públicas para la promoción de Derechos, Salud, Educación Sexual y Prevención del VIH/SIDA en el Ámbito Escolar, con el auspicio de ONUSIDA y otros organismos internacionales. Lleva también otro nombre: Proyecto Conjunto País. El texto es una recopilación de escritos dispares, pero unificados por una opción claramente ideológica, que no refleja la variedad de posiciones que pueden adoptarse en una materia tan esencial y que ha sido objeto de discusiones en distintos ámbitos, sobre todo en la comisión creada oportunamente por el Ministerio de Educación de la Nación para definir los lineamientos curriculares de Educación Sexual. Por su tenor parece otra imposición totalitaria del Estado, sobretodo teniendo en cuenta la delicadeza del asunto, ya que en ninguna de sus propuestas toma en cuenta la libertad de conciencia, tanto de los alumnos como de sus padres, garantizada por la Constitución y la misma Ley de Educación Nacional.
La ideología de género se expresa en este documento con el máximo rigor. Se presenta esa perspectiva como el instrumento para modificar significados y prácticas que, según tal visión reduccionista, son construcciones obstaculizadoras que impiden el acceso efectivo a los derechos que se enuncian, referidos al ejercicio de la sexualidad. El propósito de modificar conductas tiene una meta privilegiada de carácter sanitario, prevenir la infección del virus de inmunodeficiencia humana y de otras enfermedades de transmisión sexual. Pero también es fuerte el acento sociológico-político, ya que en varias de las contribuciones recopiladas se enfoca la sexualidad desde la dialéctica del poder. La promoción del uso del preservativo es sólo el aspecto más superficial de esta propuesta (una obsesión de las políticas oficiales, engañosas, además); el designio profundo es la “desconstrucción” de una concepción de la sexualidad de acuerdo al orden natural y a la tradición cristiana.
Desde el comienzo de esta publicación desigual y farragosa la sexualidad es presentada como una construcción histórica y sociocultural. Es lo propio de la ideología de género, según la cual lo masculino y lo femenino, el ser varón y el ser mujer, no surge de una diferencia biológica y mucho menos se identifica con ella, sino que procede de la evolución de la cultura y es, por lo tanto, cambiante. Una persona sería varón o mujer porque es tributaria de una determinada tradición cultural que le ha impuesto estereotipos, porque desde la primera infancia han modelado a esa persona para que se comporte como varón o como mujer. La perspectiva de género establece una escisión en la realidad viviente de la persona humana: por un lado lo biológico, físico y corpóreo; por otro, la libertad, la creatividad que caracteriza a un ser personal y sus manifestaciones en la conducta y en la cultura. Siguiendo las huellas de Descartes se desprecia lo biológico, que suele identificarse, sin más, con lo natural, ya que en esta concepción antropológica no se reconoce la existencia de una naturaleza de la persona y de sus actos. El hombre sería pura libertad creativa, fuente de incesante autoconstrucción y, en consecuencia, capaz de hacer con su bíos lo que quiera, incluso hasta de transformarlo según sus fantasías y sus trastornos de personalidad. Una recta antropología reconoce la compleja armonía de una unidad viviente, en la que se verifica una continuidad entre lo biológico, lo psicológico y lo espiritual. Aquella escisión es la base para afirmar, en la perspectiva de género, la elección de la orientación sexual. La brecha estipulada entre sexo y género explica también que, en la presentación de la sexualidad que se ofrece en el documento que comentamos, jamás se hable del amor. El sexo, al parecer, no tiene nada que ver con el amor; la rica problemática filosófica, e histórico-cultural sobre las relaciones entre eros y agápe, entre el deseo y el don, no tiene cabida en esa visión reduccionista de la sexualidad.
Llama la atención el uso que se hace en el texto de la noción de sexualidad integral. Parece designarse con ese nombre los diversos usos y discursos a los que se subordinan los cuerpos, en los cuales se inscriben los géneros, es decir, las diversas identidades sexuales: femenino, masculino, “trans”, etc. De hecho, en el contexto, la nota de integral equivale a un plural: se llama sexualidad integral a las sexualidades; la apertura a la diversidad subraya el desprecio del bíos y la escisión antes señalada. Bajo el amparo del género caben los diversos comportamientos sexuales: así se otorga carta de ciudadanía a la homosexualidad y sus variantes. Es éste otro propósito recurrente en el documento.
Uno de los “materiales” incluidos en la recopilación es un artículo de la profesora Graciela Morgade, ex funcionaria del área educativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La autora afirma que el significado que se otorga a la sexualidad y las dimensiones que se incluyen en esas definiciones, son producto de relaciones sociales de poder. Y también lo son las normas que regulan “qué” hacer con nuestra sexualidad, “como” vivirla. Siguiendo a Jeffrey Weeks nos presenta como herederos de una tradición absolutista judeo-cristiana, articulada desde el siglo XVIII con la familia tradicional burguesa del capitalismo moderno. Esta mascarada sirve para descalificar toda moral sexual. No falta tampoco la mención a Michel Foucault, en quien se inspira Morgade para afirmar que la sexualidad es una cuestión política, hasta tal punto que, cuanto más se la niega o reprime socialmente, más se la alude, más se la nombra. Pero también que, y en particular en la escuela, no basta con nombrarla para habilitar discursos liberadores.
Me detengo todavía en esta autora para señalar un párrafo inquietante de su artículo, en la página 33 de la colección. Se refiere al enfoque de educación sexual propio de los servicios educativos de gestión privada, que según ella sigue un modelo moralizante. He aquí el pasaje: Esta perspectiva es contradictoria con la vocación universalizante de la escuela pública y es más apropiado para los servicios educativos de gestión privada que sostienen un ideario explícito que las familias conocen y eligen. Sin embargo, aun con la libertad de construcción del proyecto pedagógico institucional de la que gozan los establecimientos y la libertad de elección por parte de las familias, existen leyes nacionales e internacionales con respecto a los derechos de niños/as y jóvenes a recibir información que también limitan y brindan un marco común de ciudadanía que ningún proyecto educativo debería omitir. Es evidente que estos enfoques aportan contenidos que constituyen el corpus de la educación para la sexualidad en la escuela. Sin embargo, suelen parcializar la cuestión, tienden a silenciar las realidades de niños/as, jóvenes y adultos/as, y por acción u omisión, terminan reforzando las relaciones de poder hegemónicas. Deslizo dos rápidas observaciones. Es admirable la inversión de las calificaciones, ya que se atribuye universalidad a la visión torcida, reduccionista, de la sexualidad, propia de la ideología de género, que el Estado impone arbitrariamente en la escuela “pública” (debería decir: de gestión estatal), atropellando la libertad de conciencia de los alumnos y de sus padres, y en cambio se señala como parcializante el enfoque que integra un “ideario explícito” en las escuelas públicas de gestión privada, que en el caso de las católicas presenta integralmente la realidad humana de la sexualidad, incluyendo todas sus dimensiones y también, por supuesto, el amor, la libertad y la responsabilidad moral. En segundo lugar, no me parece pecar de suspicaz al reconocer una velada amenazada a la libertad de enseñar y aprender la verdad, cuando se menciona la posible aplicación de leyes nacionales e internacionales que declaran y tutelan derechos de niños y jóvenes. Digámoslo claramente: leyes inicuas, presuntos derechos. El Estado, para ejercer su inclinación totalitaria, posee una herramienta democrática: un marco común de ciudadanía.
La inspiración neomarxista, que recuerda en cierta medida al feminismo libertario de Shulamith Firestone, se advierte en varios de los elementos que componen la recopilación de materiales. En ellos se subraya la interpretación de la sexualidad según la dialéctica del poder. Además, se insiste en que el uso, disfrute y cuidado del cuerpo (a eso se reduce la realidad plenaria, bella y sagrada de la sexualidad humana) están fuertemente condicionados por la situación socioeconómica y educativa, las costumbres y valores del grupo social de pertenencia y las relaciones hegemónicas de género. Sin negar el posible influjo de algunos de esos factores, es inaceptable el reduccionismo antropológico: ninguna referencia a la realidad propiamente humana, personal, de la sexualidad, que incluye la dimensión ética y espiritual. En todo caso, el valor moral y la espiritualidad quedan subordinados a las relaciones de poder que se verifican en la construcción social de la sexualidad.
El planteo constructivista se propone como medio eficaz para superar estereotipos, los que se fijan cuando se educa al varón como varón y a la mujer como mujer. En el fondo, el constructivismo detesta la distinción y la complementariedad de los dos sexos y con el propósito de liberar a la mujer la masculiniza y destruye su femineidad. Cito: no existe una “esencia” femenina o masculina, formas de ser o comportamientos inmutablemente propios y distintos de varones y mujeres, sino que a partir de las diferencias de sexo biológico, se construyen producciones culturales y políticas sobre lo masculino y lo femenino. La revelación bíblica, iluminando y confirmando el orden natural de la creación, nos enseña, en cambio, que la imagen divina en la criatura humana se verifica en la forma irreductiblemente doble, y a la vez complementaria, del varón y la mujer, en la unidad de los dos.
La perspectiva de género se propone modificar los roles sexuales (y no se trata simplemente de admitir que la mujer trabaje fuera de casa y que el varón cuide al bebé), sino alterar la constitución de la familia y de la sociedad, con consecuencias impensables para el futuro de la humanidad. Con el propósito de criticar un discurso que intentaría circunscribir la participación de las mujeres a cuestiones reproductivas, se menoscaba, por no decir que se desconoce la vocación maternal que es propia de la condición femenina, de su genio, y que constituye su gracia peculiar; desprecia asimismo su lugar irreemplazable en la familia, en la familia sin más, según el orden natural, y no en cierto tipo de familia, como se dice con cierto dejo despectivo en el texto. La potencialidad destructiva del orden familiar, de la que está cargado este documento oficial, se manifiesta, por ejemplo, en el siguiente enunciado: la perspectiva de género requiere de un proceso comunicativo que la sostenga y la haga llegar al corazón de la discriminación: la familia. El “empoderamiento” de la mujer, como superación de las relaciones hegemónicas de poder, implica introducir la potencia destructiva de la dialéctica en el seno de la familia. Es el planteo habitual del feminismo extremo.
El “enfoque de derechos”, como se lo llama, proclama para los niños y adolescentes el derecho al sexo como un derecho humano, y concretamente: a decidir tener o no tener relaciones sexuales, libres de todo tipo de coerción y violencia y a no sufrir ninguna consecuencia no deseada de esas relaciones. Derecho, también, a recibir educación sexual temprana y adecuada para evitar esas consecuencias y a alcanzar el más alto nivel de salud sexual y reproductiva. Ni amor, ni responsabilidad, ni matrimonio, ni familia como proyecto de vida. Se confiesa explícitamente que la educación sexual excluye la formación en las virtudes, el aprecio y respeto de los valores esenciales que constituyen a la persona en su auténtica perfección. Así se dice, en un texto debido a Eleonor Faur: la educación en sexualidad es, en definitiva, un tipo de formación que busca transmitir herramientas de cuidado antes que modelar comportamientos. En suma, por educación sexual se entiende la reivindicación del derecho a fornicar lo más temprano posible, y sin olvidar el condón. Se afirma expresamente que la Escuela debe orientar sobre el uso exclusivo del preservativo como único medio de protección eficaz en la relación sexual, frente al VIH, tanto para los varones como para las mujeres. ¿No sería más eficaz e indudablemente segura la abstinencia de relaciones sexuales prematuras e irresponsables?
La orientación de este programa “educativo” a partir de la afirmación de los derechos de los niños y adolescentes conduce a excluir la autoridad de los padres y los derechos y deberes que brotan de la patria potestad, tutelados por la Constitución Nacional , las leyes y las diversas Convenciones Internacionales suscritas por la República Argentina. Una verdadera subversión del orden jurídico. Se avizora un peligroso avance totalitario sobre la libertad de conciencia (no se menciona para nada en el texto la posible objeción) y sobre la libertad de enseñar y aprender, no sólo la de los docentes y alumnos de las escuelas de gestión privada, que pueden verse obligados a aceptar contenidos incompatibles con los respectivos idearios institucionales, sino también la de los que enseñan y aprenden en las escuelas estatales, a los que no se les puede imponer sin injusticia manifiesta una concepción del hombre contraria a sus convicciones. La tan mentada neutralidad religiosa del Estado en el ámbito educativo, el célebre laicismo escolar, no es compatible con la imposición de una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo.
+ Héctor Aguer
Arzobispo de La Plata
NOTIVIDA
Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río
Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de la Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación, criticó las orientaciones oficiales para impartir educación sexual. El prelado se refirió expresamente a un manual -elaborado por los ministerios de Educación, Ciencia y Tecnología y de Salud de la Nación- que lleva por título Material de formación de Formadores en educación sexual y prevención del VIH/sida.
El designio profundo del manual “es la ‘desconstrucción’ de una concepción de la sexualidad de acuerdo al orden natural y a la tradición cristiana”.
El material tiene una visión: reduccionista (la sexualidad no contempla el bien integral de la persona, en ningún momento se menciona al amor), constructivista (no reconoce la existencia de una naturaleza de la persona y de sus actos) y neomarxista (interpreta la sexualidad según la dialéctica del poder).
Este enfoque intenta imponerse, además, de modo coercitivo, atropellando la libertad de conciencia -de docentes, alumnos y padres- y la libertad de enseñar y aprender -que debería respetarse en escuelas privadas y estatales-.
Tras analizar el documento el Arzobispo platense concluye: “Se avizora un peligroso avance totalitario (.) La tan mentada neutralidad religiosa del Estado en el ámbito educativo, el célebre laicismo escolar, no es compatible con la imposición de una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo”.
A continuación el análisis completo de Mons. Aguer
Orientaciones oficiales sobre Educación Sexual
Se está difundiendo actualmente un documento de 302 páginas titulado Material de formación de formadores en educación sexual y prevención del VIH/SIDA. Se trata de un emprendimiento oficial, que procede de los ministerios de Educación y de Salud de la Presidencia de la Nación ; una realización regional del Proyecto de Armonización de Políticas Públicas para la promoción de Derechos, Salud, Educación Sexual y Prevención del VIH/SIDA en el Ámbito Escolar, con el auspicio de ONUSIDA y otros organismos internacionales. Lleva también otro nombre: Proyecto Conjunto País. El texto es una recopilación de escritos dispares, pero unificados por una opción claramente ideológica, que no refleja la variedad de posiciones que pueden adoptarse en una materia tan esencial y que ha sido objeto de discusiones en distintos ámbitos, sobre todo en la comisión creada oportunamente por el Ministerio de Educación de la Nación para definir los lineamientos curriculares de Educación Sexual. Por su tenor parece otra imposición totalitaria del Estado, sobretodo teniendo en cuenta la delicadeza del asunto, ya que en ninguna de sus propuestas toma en cuenta la libertad de conciencia, tanto de los alumnos como de sus padres, garantizada por la Constitución y la misma Ley de Educación Nacional.
La ideología de género se expresa en este documento con el máximo rigor. Se presenta esa perspectiva como el instrumento para modificar significados y prácticas que, según tal visión reduccionista, son construcciones obstaculizadoras que impiden el acceso efectivo a los derechos que se enuncian, referidos al ejercicio de la sexualidad. El propósito de modificar conductas tiene una meta privilegiada de carácter sanitario, prevenir la infección del virus de inmunodeficiencia humana y de otras enfermedades de transmisión sexual. Pero también es fuerte el acento sociológico-político, ya que en varias de las contribuciones recopiladas se enfoca la sexualidad desde la dialéctica del poder. La promoción del uso del preservativo es sólo el aspecto más superficial de esta propuesta (una obsesión de las políticas oficiales, engañosas, además); el designio profundo es la “desconstrucción” de una concepción de la sexualidad de acuerdo al orden natural y a la tradición cristiana.
Desde el comienzo de esta publicación desigual y farragosa la sexualidad es presentada como una construcción histórica y sociocultural. Es lo propio de la ideología de género, según la cual lo masculino y lo femenino, el ser varón y el ser mujer, no surge de una diferencia biológica y mucho menos se identifica con ella, sino que procede de la evolución de la cultura y es, por lo tanto, cambiante. Una persona sería varón o mujer porque es tributaria de una determinada tradición cultural que le ha impuesto estereotipos, porque desde la primera infancia han modelado a esa persona para que se comporte como varón o como mujer. La perspectiva de género establece una escisión en la realidad viviente de la persona humana: por un lado lo biológico, físico y corpóreo; por otro, la libertad, la creatividad que caracteriza a un ser personal y sus manifestaciones en la conducta y en la cultura. Siguiendo las huellas de Descartes se desprecia lo biológico, que suele identificarse, sin más, con lo natural, ya que en esta concepción antropológica no se reconoce la existencia de una naturaleza de la persona y de sus actos. El hombre sería pura libertad creativa, fuente de incesante autoconstrucción y, en consecuencia, capaz de hacer con su bíos lo que quiera, incluso hasta de transformarlo según sus fantasías y sus trastornos de personalidad. Una recta antropología reconoce la compleja armonía de una unidad viviente, en la que se verifica una continuidad entre lo biológico, lo psicológico y lo espiritual. Aquella escisión es la base para afirmar, en la perspectiva de género, la elección de la orientación sexual. La brecha estipulada entre sexo y género explica también que, en la presentación de la sexualidad que se ofrece en el documento que comentamos, jamás se hable del amor. El sexo, al parecer, no tiene nada que ver con el amor; la rica problemática filosófica, e histórico-cultural sobre las relaciones entre eros y agápe, entre el deseo y el don, no tiene cabida en esa visión reduccionista de la sexualidad.
Llama la atención el uso que se hace en el texto de la noción de sexualidad integral. Parece designarse con ese nombre los diversos usos y discursos a los que se subordinan los cuerpos, en los cuales se inscriben los géneros, es decir, las diversas identidades sexuales: femenino, masculino, “trans”, etc. De hecho, en el contexto, la nota de integral equivale a un plural: se llama sexualidad integral a las sexualidades; la apertura a la diversidad subraya el desprecio del bíos y la escisión antes señalada. Bajo el amparo del género caben los diversos comportamientos sexuales: así se otorga carta de ciudadanía a la homosexualidad y sus variantes. Es éste otro propósito recurrente en el documento.
Uno de los “materiales” incluidos en la recopilación es un artículo de la profesora Graciela Morgade, ex funcionaria del área educativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La autora afirma que el significado que se otorga a la sexualidad y las dimensiones que se incluyen en esas definiciones, son producto de relaciones sociales de poder. Y también lo son las normas que regulan “qué” hacer con nuestra sexualidad, “como” vivirla. Siguiendo a Jeffrey Weeks nos presenta como herederos de una tradición absolutista judeo-cristiana, articulada desde el siglo XVIII con la familia tradicional burguesa del capitalismo moderno. Esta mascarada sirve para descalificar toda moral sexual. No falta tampoco la mención a Michel Foucault, en quien se inspira Morgade para afirmar que la sexualidad es una cuestión política, hasta tal punto que, cuanto más se la niega o reprime socialmente, más se la alude, más se la nombra. Pero también que, y en particular en la escuela, no basta con nombrarla para habilitar discursos liberadores.
Me detengo todavía en esta autora para señalar un párrafo inquietante de su artículo, en la página 33 de la colección. Se refiere al enfoque de educación sexual propio de los servicios educativos de gestión privada, que según ella sigue un modelo moralizante. He aquí el pasaje: Esta perspectiva es contradictoria con la vocación universalizante de la escuela pública y es más apropiado para los servicios educativos de gestión privada que sostienen un ideario explícito que las familias conocen y eligen. Sin embargo, aun con la libertad de construcción del proyecto pedagógico institucional de la que gozan los establecimientos y la libertad de elección por parte de las familias, existen leyes nacionales e internacionales con respecto a los derechos de niños/as y jóvenes a recibir información que también limitan y brindan un marco común de ciudadanía que ningún proyecto educativo debería omitir. Es evidente que estos enfoques aportan contenidos que constituyen el corpus de la educación para la sexualidad en la escuela. Sin embargo, suelen parcializar la cuestión, tienden a silenciar las realidades de niños/as, jóvenes y adultos/as, y por acción u omisión, terminan reforzando las relaciones de poder hegemónicas. Deslizo dos rápidas observaciones. Es admirable la inversión de las calificaciones, ya que se atribuye universalidad a la visión torcida, reduccionista, de la sexualidad, propia de la ideología de género, que el Estado impone arbitrariamente en la escuela “pública” (debería decir: de gestión estatal), atropellando la libertad de conciencia de los alumnos y de sus padres, y en cambio se señala como parcializante el enfoque que integra un “ideario explícito” en las escuelas públicas de gestión privada, que en el caso de las católicas presenta integralmente la realidad humana de la sexualidad, incluyendo todas sus dimensiones y también, por supuesto, el amor, la libertad y la responsabilidad moral. En segundo lugar, no me parece pecar de suspicaz al reconocer una velada amenazada a la libertad de enseñar y aprender la verdad, cuando se menciona la posible aplicación de leyes nacionales e internacionales que declaran y tutelan derechos de niños y jóvenes. Digámoslo claramente: leyes inicuas, presuntos derechos. El Estado, para ejercer su inclinación totalitaria, posee una herramienta democrática: un marco común de ciudadanía.
La inspiración neomarxista, que recuerda en cierta medida al feminismo libertario de Shulamith Firestone, se advierte en varios de los elementos que componen la recopilación de materiales. En ellos se subraya la interpretación de la sexualidad según la dialéctica del poder. Además, se insiste en que el uso, disfrute y cuidado del cuerpo (a eso se reduce la realidad plenaria, bella y sagrada de la sexualidad humana) están fuertemente condicionados por la situación socioeconómica y educativa, las costumbres y valores del grupo social de pertenencia y las relaciones hegemónicas de género. Sin negar el posible influjo de algunos de esos factores, es inaceptable el reduccionismo antropológico: ninguna referencia a la realidad propiamente humana, personal, de la sexualidad, que incluye la dimensión ética y espiritual. En todo caso, el valor moral y la espiritualidad quedan subordinados a las relaciones de poder que se verifican en la construcción social de la sexualidad.
El planteo constructivista se propone como medio eficaz para superar estereotipos, los que se fijan cuando se educa al varón como varón y a la mujer como mujer. En el fondo, el constructivismo detesta la distinción y la complementariedad de los dos sexos y con el propósito de liberar a la mujer la masculiniza y destruye su femineidad. Cito: no existe una “esencia” femenina o masculina, formas de ser o comportamientos inmutablemente propios y distintos de varones y mujeres, sino que a partir de las diferencias de sexo biológico, se construyen producciones culturales y políticas sobre lo masculino y lo femenino. La revelación bíblica, iluminando y confirmando el orden natural de la creación, nos enseña, en cambio, que la imagen divina en la criatura humana se verifica en la forma irreductiblemente doble, y a la vez complementaria, del varón y la mujer, en la unidad de los dos.
La perspectiva de género se propone modificar los roles sexuales (y no se trata simplemente de admitir que la mujer trabaje fuera de casa y que el varón cuide al bebé), sino alterar la constitución de la familia y de la sociedad, con consecuencias impensables para el futuro de la humanidad. Con el propósito de criticar un discurso que intentaría circunscribir la participación de las mujeres a cuestiones reproductivas, se menoscaba, por no decir que se desconoce la vocación maternal que es propia de la condición femenina, de su genio, y que constituye su gracia peculiar; desprecia asimismo su lugar irreemplazable en la familia, en la familia sin más, según el orden natural, y no en cierto tipo de familia, como se dice con cierto dejo despectivo en el texto. La potencialidad destructiva del orden familiar, de la que está cargado este documento oficial, se manifiesta, por ejemplo, en el siguiente enunciado: la perspectiva de género requiere de un proceso comunicativo que la sostenga y la haga llegar al corazón de la discriminación: la familia. El “empoderamiento” de la mujer, como superación de las relaciones hegemónicas de poder, implica introducir la potencia destructiva de la dialéctica en el seno de la familia. Es el planteo habitual del feminismo extremo.
El “enfoque de derechos”, como se lo llama, proclama para los niños y adolescentes el derecho al sexo como un derecho humano, y concretamente: a decidir tener o no tener relaciones sexuales, libres de todo tipo de coerción y violencia y a no sufrir ninguna consecuencia no deseada de esas relaciones. Derecho, también, a recibir educación sexual temprana y adecuada para evitar esas consecuencias y a alcanzar el más alto nivel de salud sexual y reproductiva. Ni amor, ni responsabilidad, ni matrimonio, ni familia como proyecto de vida. Se confiesa explícitamente que la educación sexual excluye la formación en las virtudes, el aprecio y respeto de los valores esenciales que constituyen a la persona en su auténtica perfección. Así se dice, en un texto debido a Eleonor Faur: la educación en sexualidad es, en definitiva, un tipo de formación que busca transmitir herramientas de cuidado antes que modelar comportamientos. En suma, por educación sexual se entiende la reivindicación del derecho a fornicar lo más temprano posible, y sin olvidar el condón. Se afirma expresamente que la Escuela debe orientar sobre el uso exclusivo del preservativo como único medio de protección eficaz en la relación sexual, frente al VIH, tanto para los varones como para las mujeres. ¿No sería más eficaz e indudablemente segura la abstinencia de relaciones sexuales prematuras e irresponsables?
La orientación de este programa “educativo” a partir de la afirmación de los derechos de los niños y adolescentes conduce a excluir la autoridad de los padres y los derechos y deberes que brotan de la patria potestad, tutelados por la Constitución Nacional , las leyes y las diversas Convenciones Internacionales suscritas por la República Argentina. Una verdadera subversión del orden jurídico. Se avizora un peligroso avance totalitario sobre la libertad de conciencia (no se menciona para nada en el texto la posible objeción) y sobre la libertad de enseñar y aprender, no sólo la de los docentes y alumnos de las escuelas de gestión privada, que pueden verse obligados a aceptar contenidos incompatibles con los respectivos idearios institucionales, sino también la de los que enseñan y aprenden en las escuelas estatales, a los que no se les puede imponer sin injusticia manifiesta una concepción del hombre contraria a sus convicciones. La tan mentada neutralidad religiosa del Estado en el ámbito educativo, el célebre laicismo escolar, no es compatible con la imposición de una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo.
+ Héctor Aguer
Arzobispo de La Plata
NOTIVIDA
Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río
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Sociedad
LOS CATÓLICOS Y LOS ANTICONCEPTIVOS
Muchos esposos católicos usan anticonceptivos. Al actuar así, con mayor o menor conciencia, van contra la doctrina de la Iglesia, expuesta en diversos documentos, sobre todo en la encíclica “Humanae vitae” del Papa Pablo VI (1968)
Por el P. Fernando Pascual
Según nos enseña la moral católica, es inmoral el uso de métodos anticonceptivos por el hecho de que alteran la naturaleza y el sentido propio del acto conyugal, un acto que debería ser expresión del amor entre los esposos abierto a la llegada de los hijos que Dios pueda enviar.
¿Por qué tantos católicos no aceptan esta enseñanza? Se pueden dar respuestas mejores o peores, según la perspectiva que se adopte para analizar esta situación.
Algunos harán un análisis en clave sociológica: en muchos países la mayoría de la población acepta como “normal” el uso de los anticonceptivos, y los católicos se ajustan y acomodan a la mentalidad dominante.
Otros hablarán de motivos económicos: los esposos, en sus primeros años de matrimonio, suelen verse apurados por la falta de dinero. Sienten la presión de tener que pagar la casa y mantener un nivel de vida “aceptable”. Por lo mismo, los dos trabajan. En esa situación, pensar en un hijo parece imposible, y se recurren a los métodos anticonceptivos “más seguros”.
Otros señalarán causas psicológicas: las parejas suelen desear unos primeros años de matrimonio sin las angustias y las responsabilidades que surgen con el nacimiento de cada hijo. O prefieren madurar y asentar la relación de pareja. O buscan vivir la belleza de los primeros meses de recién casados con más tranquilidad y sin un hijo “precoz” que altere completamente la convivencia conyugal.
Pero es importante no olvidar las causas más profundas de este hecho. La primera radica, en muchos casos, en un desconocimiento de la enseñanza católica y de los motivos de la misma. Lo cual ocurre porque los jóvenes no han recibido una catequesis completa sobre el tema, o porque nunca se les ha enseñado que el uso de anticonceptivos es pecado mortal, o porque tras haber escuchado una buena explicación han optado por rechazarla.
Por desgracia, no faltan casos de agentes pastorales o incluso sacerdotes que no enseñan la verdadera doctrina católica sobre este tema, y así confunden, desorientan y engañan a los fieles. Ante esta situación, hay que renovar la oración a Dios para que envíe a su Iglesia santos sacerdotes y para que los mismos católicos sepan distinguir lo que es buena doctrina y lo que es la opinión errónea de quien ya no vive en la verdad de la fe que debería profesar.
Otra causa profunda está en la falta de fe y de esperanza. Cuando hay fe en Cristo y en la Iglesia, cuando los corazones se ponen en las manos de Dios, la enseñanza moral de la Iglesia es vivida con seriedad, desde convicciones alegres: Dios, si pide algo, es para nuestro bien, y nos ayudará a asumir plenamente la enseñanza moral que es parte de nuestra coherencia cristiana.
Una tercera causa, muy relacionada con la anterior, se esconde en el miedo. Para algunos, la llegada del hijo es considerada como un drama, algo que crea inseguridad, problemas, vacilaciones. En cambio, quien confía, quien comprende lo maravilloso que es colaborar con el Padre en la transmisión de la vida, puede no sólo superar esos miedos, sino alegrarse profundamente cada vez que inicia un nuevo embarazo y hay que reorganizar toda la vida familiar para acoger de la mejor manera posible al recién llegado.
Las familias católicas pueden hacer mucho para educar a los niños y a los jóvenes en el auténtico espíritu cristiano que lleva a abrirse a la llegada de la vida. Gracias a Dios, es posible encontrar hogares que están abiertos a la vida, abiertos al amor, abiertos a la Iglesia, abiertos a Dios.
En esos hogares, si Dios así lo quiere, el amor de los esposos llega a ser bendecido por la llegada de hijos. Serán pocos o muchos, no importa. Lo que sí importa es que cada uno sea amado en sí mismo, y que su llegada haya sido posible porque los esposos, sin usar trampas ni anticonceptivos, con una paternidad auténticamente responsable y llena de esperanza, han sabido amarse y darse por completo entre sí.
Viven así la fecundidad esponsal que es “el fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y recíproca de los esposos” (Juan Pablo II, “Familiaris Consortio” n. 28). Esa fecundidad explica la existencia de millones y millones de hijos, que recibimos el amor de Dios desde la generosidad alegre de unos padres que se aman y que nos aman.
Fuente: Equipo Gama
Por el P. Fernando Pascual
Según nos enseña la moral católica, es inmoral el uso de métodos anticonceptivos por el hecho de que alteran la naturaleza y el sentido propio del acto conyugal, un acto que debería ser expresión del amor entre los esposos abierto a la llegada de los hijos que Dios pueda enviar.
¿Por qué tantos católicos no aceptan esta enseñanza? Se pueden dar respuestas mejores o peores, según la perspectiva que se adopte para analizar esta situación.
Algunos harán un análisis en clave sociológica: en muchos países la mayoría de la población acepta como “normal” el uso de los anticonceptivos, y los católicos se ajustan y acomodan a la mentalidad dominante.
Otros hablarán de motivos económicos: los esposos, en sus primeros años de matrimonio, suelen verse apurados por la falta de dinero. Sienten la presión de tener que pagar la casa y mantener un nivel de vida “aceptable”. Por lo mismo, los dos trabajan. En esa situación, pensar en un hijo parece imposible, y se recurren a los métodos anticonceptivos “más seguros”.
Otros señalarán causas psicológicas: las parejas suelen desear unos primeros años de matrimonio sin las angustias y las responsabilidades que surgen con el nacimiento de cada hijo. O prefieren madurar y asentar la relación de pareja. O buscan vivir la belleza de los primeros meses de recién casados con más tranquilidad y sin un hijo “precoz” que altere completamente la convivencia conyugal.
Pero es importante no olvidar las causas más profundas de este hecho. La primera radica, en muchos casos, en un desconocimiento de la enseñanza católica y de los motivos de la misma. Lo cual ocurre porque los jóvenes no han recibido una catequesis completa sobre el tema, o porque nunca se les ha enseñado que el uso de anticonceptivos es pecado mortal, o porque tras haber escuchado una buena explicación han optado por rechazarla.
Por desgracia, no faltan casos de agentes pastorales o incluso sacerdotes que no enseñan la verdadera doctrina católica sobre este tema, y así confunden, desorientan y engañan a los fieles. Ante esta situación, hay que renovar la oración a Dios para que envíe a su Iglesia santos sacerdotes y para que los mismos católicos sepan distinguir lo que es buena doctrina y lo que es la opinión errónea de quien ya no vive en la verdad de la fe que debería profesar.
Otra causa profunda está en la falta de fe y de esperanza. Cuando hay fe en Cristo y en la Iglesia, cuando los corazones se ponen en las manos de Dios, la enseñanza moral de la Iglesia es vivida con seriedad, desde convicciones alegres: Dios, si pide algo, es para nuestro bien, y nos ayudará a asumir plenamente la enseñanza moral que es parte de nuestra coherencia cristiana.
Una tercera causa, muy relacionada con la anterior, se esconde en el miedo. Para algunos, la llegada del hijo es considerada como un drama, algo que crea inseguridad, problemas, vacilaciones. En cambio, quien confía, quien comprende lo maravilloso que es colaborar con el Padre en la transmisión de la vida, puede no sólo superar esos miedos, sino alegrarse profundamente cada vez que inicia un nuevo embarazo y hay que reorganizar toda la vida familiar para acoger de la mejor manera posible al recién llegado.
Las familias católicas pueden hacer mucho para educar a los niños y a los jóvenes en el auténtico espíritu cristiano que lleva a abrirse a la llegada de la vida. Gracias a Dios, es posible encontrar hogares que están abiertos a la vida, abiertos al amor, abiertos a la Iglesia, abiertos a Dios.
En esos hogares, si Dios así lo quiere, el amor de los esposos llega a ser bendecido por la llegada de hijos. Serán pocos o muchos, no importa. Lo que sí importa es que cada uno sea amado en sí mismo, y que su llegada haya sido posible porque los esposos, sin usar trampas ni anticonceptivos, con una paternidad auténticamente responsable y llena de esperanza, han sabido amarse y darse por completo entre sí.
Viven así la fecundidad esponsal que es “el fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y recíproca de los esposos” (Juan Pablo II, “Familiaris Consortio” n. 28). Esa fecundidad explica la existencia de millones y millones de hijos, que recibimos el amor de Dios desde la generosidad alegre de unos padres que se aman y que nos aman.
Fuente: Equipo Gama
ACLARACION: [DIARIO7-ARCHIVOS] NUEVO COMENTARIO EN EL BLOG EL FALSO Y TRUCHO SAP
Enrique Stola ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El falso y trucho SAP"
Yo no escribí el artículo que figura con mi nombre Enrique Oscar Stola. Hay un abusador que ha usurpado mi nombre en internet. Por favor, retirarlo de allí.
Enrique Stola
Médico Psiquiatra
stola.enrique@gmail.com
Publicado por Enrique Stola para diario7-archivos a las 28 de julio de 2009 20:22
martes, 28 de julio de 2009
LOS OBISPOS BOLIVIANOS ACLARAN A EVO MORALES QUE LA IGLESIA ES UNA SOLA
Tras reiterados mensajes en los que Morales sugiere una división en la Iglesia y acusaciones que en el día que se conmemora la independencia de La Paz han llevado al mandatario boliviano a considerar la oración como instrumento de "dominación" por el cual la Iglesia, considera él, contribuyó al sometimiento de los pueblos, la Conferencia Episcopal de Bolivia aclaró que la Iglesia es una sola y que está en "ordenada comunión jerárquica al servicio de la construcción del Reino de Dios".
En un comunicado reciente, la secretaría general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) respondió al Presidente Evo Morales que afirmó que existen divisiones entre los católicos y le precisó que la Iglesia es una sola y que está en "ordenada comunión jerárquica al servicio de la construcción del Reino de Dios". Como informa la agencia AICA, en el mensaje, firmado por el Secretario General de la CEB, monseñor Jesús Juárez, los obispos aclaran que "esta visión de fe y de sentido común, arraigada en nuestro pueblo, está lejos de ideologías superadas que ven en la religión una amenaza a sus propios proyectos de poder".
Tras señalar que la Iglesia Católica "enseña que la oración facilita un proceso de liberación interior, al tiempo que aporta soluciones constructivas y duraderas para la convivencia social por el camino de la no violencia", el mensaje señala que "la Iglesia Católica en Bolivia recibió críticas y acusaciones, tanto en tiempos de dictadura como en democracia, por no ser bien entendida y por tratar de ser fiel al mandato de amor que recibió de Jesucristo lo que, con frecuencia, la convierte en signo de contradicción en el mundo, al igual que su Maestro".
"Esta Conferencia Episcopal anima a asumir responsablemente la historia, con sus luces y sombras, siendo capaces de aprender de nuestros propios errores, de fortalecernos en nuestras virtudes y aciertos y mirando el futuro con confianza, más allá de los anclajes de amargura y resentimiento".
Por ello, sigue el texto, "ante los reiterados intentos de encontrar divisiones entre una supuesta Iglesia de base y la jerarquía eclesiástica, la Iglesia Católica afirma su unidad, porque constituye un único Pueblo de Dios, compuesto por obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, en el que actúa en corresponsabilidad y ordenada comunión jerárquica al servicio de la construcción del Reino de Dios".
Finalmente el mensaje señala que "en esta perspectiva de comunión universal y como respuesta al llamado que hace el papa Benedicto XVI, la Iglesia Católica en Bolivia, compartiendo el sentir de la Conferencia Episcopal de Honduras, pide a los fieles elevar sus oraciones al Señor para que ese hermano pueblo que atraviesa momentos difíciles, sepa encontrar caminos de diálogo, reconciliación, paz y unidad".
SANTA MARTA - T.DTE. EL AÑO
Tiempo durante el año - ciclo B
Miércoles de la semana XVII
SANTA MARTA (MO)
…Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios…
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 1 Jn. 4, 7-16
Queridos hermanos:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados.
Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 33, 2-11
R. Bendigo al Señor en todo momento
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
R. Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
R. Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
R. El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
R: Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.
EVANGELIO
X Lectura del santo Evangelio según san Juan 11,19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Y dijo Marta a Jesús:
"Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá." Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará." Marta respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día."
Jesús le dice:
"Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?"
Ella le contestó:
"Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo."
Palabra del Señor.
O bien:
Lucas 10,38-42
Para reflexionar
La memoria litúrgica de Santa Marta, la hermana de Lázaro y María, nos llega del siglo XIII, cuando los franciscanos, custodios de los santos lugares de tierra santa, la introdujeron en el calendario de la iglesia.
La primera lectura, de la 1ª carta de Juan, nos presenta la preeminencia del amor en la vida del cristiano. Esto es lo que han descubierto y encarnado los santos de modo admirable: Dios nos amó primero y nos redimió por la sangre de su Hijo, por eso todo “el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios”.
* * *
El evangelio, tomado del capítulo 11 de san Juan, nos presenta el momento en que Marta encuentra a Jesús que, con sus discípulos, se acerca a la aldea en donde hace poco había muerto su amigo Lázaro. Jesús llega y Marta sale a su encuentro. Mientras tanto María permanece en la casa, la muerte de su hermano la reduce a la inactividad. La idea de la muerte como final, paraliza a la comunidad y la hace permanecer en el ambiente del dolor.
El diálogo entre Jesús y Marta esta centrado en la idea de la resurrección de los muertos. Muchos judíos, entre ellos los saduceos, consideraban la resurrección de los muertos contraria a las más antiguas y veneradas tradiciones, sin embargo los fariseos, y el sector más piadoso del pueblo, consideraban que Dios la había prometido a los justos, antes del juicio final, para poder darles el premio merecido por sus obras.
Para los paganos la idea de resurrección de los muertos al final de los tiempos era impensable dado que concebían al ser humano como un alma, prisionera en la cárcel del cuerpo destinado a la corrupción.
Jesús llega a Betania y la frase de Marta muestra su pena y pone de manifiesto un reproche: el dolor de la muerte de Lázaro podía haberse evitado si el maestro hubiera llegado a tiempo. Esperaba una curación milagrosa, que sin lugar a dudas duraría un tiempo, sin darse cuenta de que la vida que Jesús vino a comunicar, ha curado de raíz la esclavitud de la muerte a la que el hombre estaba sometido.
Pero, por otro lado expresa su confianza en Jesús al decirle que todo lo que pida al Padre se lo concederá. Jesús responde a Marta devolviéndole la esperanza: la muerte de su hermano no es definitiva y le afirma que Lázaro resucitará. Marta interpreta las palabras de Jesús según la creencia farisea y popular, y le responde que sabe que resucitará al final de los tiempos. Marta no se resigna a la desaparición de su hermano y Jesús le revela que Él es la resurrección y la vida; y que todo el que cree en Él, aunque haya muerto vivirá. La vida que Él comunica, al encontrarse con la muerte, la supera.
Jesús no viene a prolongar la vida física que el hombre posee, suprimiendo o retrasando indefinidamente la muerte; no es un médico ni un taumaturgo; viene a comunicar la vida que Él mismo posee y de la que dispone. Marta responde realizando una confesión de fe cristiana en Jesús como el Mesías, el Ungido, el Consagrado por Dios con el Espíritu, el Hijo de Dios, la presencia del Padre entre los hombres.
Para que la realidad de vida definitiva que es Jesús llegue al hombre, es imprescindible la adhesión a Él, el acto incondicional de fe. Aceptar su vida y su muerte como camino para la propia vida. A esta adhesión, responde Él con el don del Espíritu, que nos regala un nuevo nacimiento a una vida nueva que la muerte no frena.
Para discernir
¿Manifiesto con la confianza de Marta el sentir de mi corazón a Jesús?
¿Vivo dando testimonio de una esperanza grande en la eternidad?
¿A qué conversión me invita el Evangelio de este día?
Repitamos a lo largo de este día
…Creo Señor, Tú eres el Hijo de Dios…
Para la lectura espiritual
«Una mujer llamada Marta lo recibió en su casa»
…”En la eternidad todos estaremos sentados a la mesa. Yo no me atrevería a decirlo si no fuera porque el mismo Señor lo promete. Promete una gran recompensa a sus servidores porque les dice: «Los hará sentar a la mesa y uno a uno los irá sirviendo» (Lc 12,37)... Grande es, pues, la promesa y dichoso su cumplimiento. Actuemos de manera tal que lo merezcamos; que podamos ser ayudados de manera que alcancemos este lugar en el que el Señor nos servirá a la mesa.
¿Qué será esta cena si no un descanso? Y ¿qué quiere decir «Él nos servirá» sino que nos saciará? ¿De qué alimento y de qué bebida? Seguramente de la misma verdad... ¿No crees que Dios te puede alimentar así, siendo así que de esta misma manera tu ojo se sacia de luz? Que sean muchos los que vean la luz ya que brilla con abundancia; aunque la vean pocos ella brilla con la misma intensidad. Esparce consuelo, pero no puede faltar; se la usa sin que ella disminuya... ¿Por qué todavía no lo entendéis? Porque estáis ocupados en muchas cosas. El trabajo de Marta os tiene ocupados; más aún: nos ocupa a todos. Porque ¿quién está dispensado de este trabajo de asistencia?...
Por eso, amados míos, os ruego y exhorto...: esta vida, deseémosla todos juntos. Vayamos todos juntos, corriendo, hacia ella para, al llegar, permanecer en ella. Llega la hora y ésta no tendrá fin cuando el Señor nos hará sentar a la mesa para servirnos. ¿Qué nos servirá sino es él mismo? ¿Por qué buscar qué vamos a comer? –es el mismo Señor... «Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor... (Sl 27,4)---No queramos, pues, el sabor de las cosas carnales...: éstas pasarán. Si quieres hacer el oficio de Marta ocupándote en ellas, que sea con moderación y misericordia... El trabajo pasa, el descanso vendrá, pero no se llega al descanso si no es a través del trabajo. La nave acaba su misión, se llega a la patria, pero no se llega a la patria si no es por la nave. Pero estoy seguro que no vamos a naufragar, porque somos llevados sobre el madero de la cruz.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), y doctor de la Iglesia
Sermón 104.
Para rezar
Señor Jesús
Mi fuerza y mi fracaso
eres tú.
Mi herencia y mi pobreza.
Tú, mi justicia, Jesús.
Mi guerra, y mi paz.
¡Mi libre libertad!
Mi muerte y mi vida.
Tú. Palabra de mis gritos,
silencio de mi espera,
testigo de mis sueños,
¡Cruz de mi cruz!
Causa de mi amargura,
perdón de mi egoísmo,
crimen de mi proceso,
juez de mi pobre llanto,
razón de mi esperanza,
¡Tú! Mi tierra prometida
eres tú...
La Pascua de mi Pascua,
¡nuestra gloria por siempre,
Señor Jesús!
Un envío de la Vicaria de Pastoral del Arzob. de Buenos Aires
CABALGA DE LA FE EN HONOR DE SAN PANTALEÓN
Miles de jinetes expresaron su devoción a San Pantaleón en una nueva "Cabalgata de la Fe".
Unos 5 mil jinetes participaron de la tradicional Cabalgata de la Fe, que cubre los 70 kilómetros entre la localidad de Quitilipi y el parque provincial Pampa del Indio, donde el arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa, presidió la misa en honor de San Pantaleón.
Allí, agrupaciones gauchas y carruajes coloniales encabezadas por el ex gobernador chaqueño Ángel Rozas, iniciador de esa peregrinación ecuestre, se unieron a las 60 mil personas que asistieron a las fiestas patronales en honor del santo protector de los enfermos y patrono de los médicos.
Por primera vez en 14 años, la cabalgata fue acompañada por un "santomóvil" con imágenes de San Pantaleón y la Inmaculada Concepción, y también tuvo la presencia de sacerdotes chaqueños que acompañaron el recorrido con la intención de evangelizar.
La misa fue concelebrada por el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Barbaro, y sacerdotes chaqueños.
Monseñor Sigampa destacó que “esta cabalgata, al trasladarse de un lugar a otro buscando el sentido profundo que tiene nuestra fe para que desde ese lugar podamos corregir nuestra vida y hacerla mejor, un Chaco mejor en el que todos tengamos cabida, a nadie le falte nada y podamos vivir felices como buenos hijos de Dios”.
“Debemos asegurarnos de aportar cada uno nuestro granito de arena, pero no ponerlo dentro del zapato porque molesta mucho”, dijo en referencia a la búsqueda de consensos mediante el diálogo.
En tanto, monseñor Barbaro estimó que “si todos nos ponemos al servicio del Chaco las cosas van a cambiar con la ayuda de Dios y rezando más”.
“Llevo un año en Sáenz Peña y estoy muy contento de estar acá, emocionado por la cantidad de gente y la manifestación de fe”, comentó a la prensa.
Un envío de AICA
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Unos 5 mil jinetes participaron de la tradicional Cabalgata de la Fe, que cubre los 70 kilómetros entre la localidad de Quitilipi y el parque provincial Pampa del Indio, donde el arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa, presidió la misa en honor de San Pantaleón.
Allí, agrupaciones gauchas y carruajes coloniales encabezadas por el ex gobernador chaqueño Ángel Rozas, iniciador de esa peregrinación ecuestre, se unieron a las 60 mil personas que asistieron a las fiestas patronales en honor del santo protector de los enfermos y patrono de los médicos.
Por primera vez en 14 años, la cabalgata fue acompañada por un "santomóvil" con imágenes de San Pantaleón y la Inmaculada Concepción, y también tuvo la presencia de sacerdotes chaqueños que acompañaron el recorrido con la intención de evangelizar.
La misa fue concelebrada por el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Barbaro, y sacerdotes chaqueños.
Monseñor Sigampa destacó que “esta cabalgata, al trasladarse de un lugar a otro buscando el sentido profundo que tiene nuestra fe para que desde ese lugar podamos corregir nuestra vida y hacerla mejor, un Chaco mejor en el que todos tengamos cabida, a nadie le falte nada y podamos vivir felices como buenos hijos de Dios”.
“Debemos asegurarnos de aportar cada uno nuestro granito de arena, pero no ponerlo dentro del zapato porque molesta mucho”, dijo en referencia a la búsqueda de consensos mediante el diálogo.
En tanto, monseñor Barbaro estimó que “si todos nos ponemos al servicio del Chaco las cosas van a cambiar con la ayuda de Dios y rezando más”.
“Llevo un año en Sáenz Peña y estoy muy contento de estar acá, emocionado por la cantidad de gente y la manifestación de fe”, comentó a la prensa.
Un envío de AICA
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HA COMENZADO EL AÑO SACERDOTAL
(Sábado 25 de julio de 2009)
El pasado 19 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, dio comienzo el Año Sacerdotal, que el Papa Benedicto XVI ha promulgado para toda la Iglesia con la intención de fijar la mirada de la fe en la realidad del sacerdocio católico”.
“Ante todo, este Año especial va dirigido a los mismos sacerdotes. Es un Año Sacerdotal, para que ellos reflexionen seriamente acerca de su consagración y de su misión y ratifiquen con alegría aceptación del don que han recibido”.
“Pero también es un año destinado a que todos los fieles de la Iglesia confirmen su aprecio al ministerio de los sacerdotes y recen por su santificación; para que recen, además, por las vocaciones sacerdotales, que se hacen desear en muchos países. La vocación es, sin duda, un don de la gracia de Dios, pero también tiene su causa en la fecundidad del amor eclesial, que puede atraer ese don sobre muchos jóvenes que, hoy día, podrían asumir el ministerio sacerdotal en favor de sus hermanos”.
“Por eso, me parece importante que todos aprovechemos este tiempo, sobre todo para adquirir una conciencia más clara acerca de lo que es exactamente el sacerdote y de lo que se puede y se debe esperar de él”.
“En este tiempo, en general, la cultura vigente no aprecia la realidad esencial del sacerdocio, no percibe su dimensión sobrenatural. No sólo no lo aprecia, sino que la comunicación globalizada suele destacar con complacencia los casos raros. Es decir, se publican los escándalos, las defecciones, las fallas que exhiben algunos miembros del clero, pero no se reconoce la vida ejemplar y la entrega generosa de tantos sacerdotes, la mayoría silenciosa, que cumplen con fidelidad su ministerio”.
“Pasa con esto lo que frecuentemente se dice que pasa con los aviones: no son noticia los que llegan al aeropuerto sino los que se caen”.
“Ante todo conviene recordar que el ministerio del sacerdote tiene su fuente en una consagración, que es una participación de la consagración y de la misión misma Cristo. El Concilio Vaticano II lo enseña claramente cuando presenta una especie de cadena de misiones: el Padre envió a Su Hijo, Jesucristo, para que anunciara el Reino de Dios, para que trajera a los hombres la salvación; luego Cristo envió a los apóstoles, ellos instituyeron en los obispos a sus sucesores y los obispos llaman a colaborar consigo a los presbíteros”.
“El presbítero participa del ministerio de enseñar, santificar y conducir pastoralmente al pueblo de Dios, ministerio que es propio de los obispos, sucesores de los apóstoles”.
“Esta dimensión propiamente religiosa y sobrenatural del sacerdocio es lo que hay que poner de relieve en este Año Sacerdotal, no sea cosa que, finalmente, el influjo y las presiones de la cultura vigente confundan aun a los mismos católicos de modo que acaben viendo en el sacerdote simplemente a una persona dedicada en términos genéricos al servicio de los demás, a un agente de promoción social, al funcionario de una institución que es depositaria una tradición cultural y de valores espirituales, pero no al hombre de Dios, a aquel que tiene que ponernos en contacto con Dios. Porque para eso está el sacerdote, como dice la Carta a los Hebreos: el sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios”
“Ojalá que todos los fieles aprovechen bien este tiempo y que recen por los sacerdotes, por su santificación, por su fidelidad. El lema de este Año Sacerdotal es “Fidelidad de Cristo, fidelidad del Sacerdote”. Que recen también para que el Señor suscite muchas vocaciones, de modo que se acreciente el servicio que la Iglesia tiene que prestar al hombre de hoy, tan sediento de Dios, que aún sin darse cuenta, ansía esa plenitud que sólo se encuentra en la salvación.”.
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lunes, 27 de julio de 2009
BERGOGLIO: EL CARDENAL QUE NO LE TEME AL PODER
Pudo ser papa. Sin embargo, en su fuero más íntimo deseó que no lo votaran.
No es que a Bergoglio no le guste el poder. Es más: lo disfruta en su cargo. Lo que no le interesa particularmente es sentarse con los poderosos.
Por Any Ventura
Aquel 19 de abril de 2005, el día en que Joseph Ratzinger fue elegido para suceder a Juan Pablo II, el nombre de José Mario Bergoglio circulaba con peso entre quienes se animaban a hacer pronósticos sobre el resultado final de la elección del cónclave. Ratzinger fue escogido tras cuatro votaciones, con 84 votos de los 115 cardenales presentes, y su contrincante no fue el cardenal aperturista Carlo Maria Martini, como se decía, sino el arzobispo de Buenos Aires. Llegó a recibir, en el tercer escrutinio, 40 votos. Martini sólo alcanzó 9 sufragios en la primera votación. El más votado, tras Ratzinger, fue finalmente Bergoglio. El arzobispo de Buenos Aires, el argentino nacido en el barrio de Flores, en 1936, se quedó con 26 votos en la cuarta ronda, según la revista italiana Limes.
"Nunca quiso que lo trasladaran a Roma; siempre quiso quedarse en su país", afirma Andrea Tornielli, vaticanista de Il Giornale. El padre Guillermo Marcó, responsable para la Pastoral Universitaria del Arzobispado de Buenos Aires, recuerda su encuentro con Bergoglio aquel día en el Vaticano, cuando finalizó el cónclave. "El siempre dice: «Rezá por mí». Yo le comenté: «Nunca recé tanto por vos como en estos días». El me contestó: «Te agradezco; nunca necesité tanto una oración como el martes a la mañana». No aclaró de qué se trataba. Los cardenales tienen vedado hablar sobre la elección.
El hombre que necesita oraciones es el mismo que no le teme al poder político. En los últimos años, las declaraciones públicas de Bergoglio sobre los grandes temas sociales incomodaron a los gobiernos de turno, trazaron diagnósticos sobre la niñez y la pobreza, marcaron alertas sobre el futuro del país. Habló de "los que caben en el sistema y los que sobran, por culpa de las contradicciones". Dijo que en la calle hay "niños esclavos" y que la pugna política es "la gran enfermedad de los argentinos".
No es que a Bergoglio no le guste el poder. Es más: lo disfruta en su cargo. Lo que no le interesa particularmente es sentarse con los poderosos.
Las fuentes más cercanas al cardenal dicen que la relación con los Kirchner no es mala: es pésima. Jamás lo recibió a Néstor Kirchner durante su presidencia. Los miembros más encumbrados del Gobierno pidieron reiteradas audiencias, pero no querían acercarse hasta el Arzobispado. El cardenal aclaraba que si él quería hablar con el presidente iba a la Casa de Gobierno, y que si el presidente quería hablar con él tenía que ir al Arzobispado. "Los Kirchner querían que apareciera Bergoglio yendo a la Rosada. Jamás se prestó a eso en cuatro años de gestión y las relaciones fueron frías y duras. Claro que, cuando se encuentran, hay cordialidad porque son educados", afirma uno de sus colaboradores.
Según Fortunato Mallimaci, sociólogo de la UBA, investigador del Conicet y especialista en temas religiosos "lo que dislocó la relación con los Kirchner fue la fuerte presencia de los organismos de derechos humanos. La clave es que en la sociedad argentina se piensan juntos lo político y lo religioso. No es sólo dedicarse a orar. Entonces, se crea una democracia muy tutelada, y cuando el Gobierno tiene que tomar decisiones sobre educación sexual, métodos anticonceptivos, cantidad de hijos o prevención del sida, tiene que consultar a la Iglesia. En muchas sociedades, la profunda crisis de representatividad de los partidos políticos que no son capaces de dar respuesta a la gente hace que los grupos religiosos ocupen un lugar que nadie hubiese imaginado hace años".
El tema de los derechos humanos siempre fue controvertido en relación con Bergoglio. "A Alicia Oliveira (actual defensora del Pueblo) la salvó de ser desaparecida por la dictadura. Y cuando se entrevistó con Videla fue a pedirle por los curas", dice el padre Marcó.
Diana Rocco, metodista, profesora de Historia de la UBA y especialista en historia antigua de la Iglesia, agrega: "Bergoglio, por ejemplo, tiene buena relación con la Iglesia Metodista, por ser defensor de los derechos humanos, desde siempre".
Hablar de los pobres
Son las 15.30 de un lunes. Pasaron apenas dos horas desde que dejamos una carta en el Arzobispado pidiéndole una entrevista. Suena el teléfono.
-Habla el padre Bergoglio -dice el hombre, del otro lado de la línea-. Le agradezco su interés, pero salir en una revista sería un acto de vanidad.
José Mario Bergoglio, uno de los 183 cardenales de la Iglesia Católica, está despierto desde las 4 de la mañana. Tiene una libretita pequeña, que guarda en el bolsillo, donde anota el orden de sus audiencias. Quienes lo conocen bien no recuerdan que haya dejado alguna llamada sin responder.
"Mi papá siempre decía que cuando vayas subiendo vayas saludando a todos, que son los mismos que te vas a encontrar cuando empieces a bajar", le dijo al padre Guillermo Marcó, el día en que Juan Pablo II lo proclamó cardenal, en 2001.
Algunos integrantes de la Compañía de Jesús recuerdan con cierto resquemor su paso por esa orden religiosa en tiempos de violencia política en la Argentina, cuando Bergoglio, que había sido ordenado sacerdote en 1969 y llegó a ser provincial desde 1973 hasta 1979, ejerció su autoridad con dureza. Durante los años 70, la Iglesia Católica vivió una gran crisis interna de la cual la Compañía de Jesús no estuvo exenta.
"Esa crisis interna se desató después del Concilio Vaticano II, y luego de la reunión de todos los obispos de América latina, en el año 1968, en Medellín, donde se ratificó la idea de dejar el Estado y los regímenes de seguridad e ir hacia los pobres. Bergoglio no estaba de acuerdo con esta postura. Catolizarse y militarizarse forman parte de la idea de la mayoría de los miembros del Ejército y de la Iglesia Católica. Bergoglio estaba en contra de los sacerdotes que hacían trabajo en las villas por parecerle demasiado politizados", explica Mallimaci.
Sectores cercanos a Bergoglio relativizan ese pensamiento. Dicen que, en realidad, Bergoglio quería que los sacerdotes hicieran trabajo de sacerdotes y no de punteros políticos. E insisten en que en la Compañía de Jesús existía una obediencia férrea: la orden emanaba de Roma, y la de Bergoglio no era una decisión personal.
Eran tiempos del padre Mujica. La crítica más fuerte que le hacía Bergoglio al mítico cura villero es que éste había viajado junto al general Juan Domingo Perón cuando el ex presidente volvía de Puerta de Hierro. Eran tiempos en los que se hablaba de recurrir a la violencia para lograr un mundo más justo. Pensamientos, para Bergoglio, incompatibles con el Evangelio. La decisión de retirar a los curas de las villas de emergencia se relacionaba con aquella particular situación histórica. Hoy, sin embargo, muchos de los sacerdotes que trabajan en las villas de emergencia reivindican a ese mismo hombre, sin dejar de defender también al padre Mujica.
Curas como Pepe Di Paola, del Equipo de Sacerdotes para la Pastoral de las Villas de Emergencia, que este año presentó un duro documento sobre la droga en zonas marginales, tiene una relación excelente con Bergoglio.
Las posturas en torno de este tema son dispares. "Los jóvenes sacerdotes de las villas sacaron el documento sin preguntarle a Bergoglio. Si hay algo evidente en la Iglesia Católica es la crisis de autoridad", dice Mallimaci.
Según confiesan en privado algunos curas villeros, antes de cada conferencia de prensa, en los días en que el tema acaparó la atención de la sociedad, acordaron con el cardenal qué se diría y en qué tono.
"Los sacerdotes enviaron primero el documento por correo electrónico a todo el clero y al día siguiente hicieron una conferencia de prensa. Es una forma de recuperar la mística de una Iglesia embarrada", dice el padre Alejandro Russo, secretario de la Vicaría de la Pastoral de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
"Lo que no aguantan los que se llenan la boca hablando de los pobres es que el arzobispado de Buenos Aires nunca dejó de tener presencia en las villas. Y siempre los curas villeros estuvieron integrados a la vida diocesana", asevera.
De castigado a premiado
Es muy austero en su forma de ser. Elige alimentos frugales y sanos, y toma un vaso de vino de vez en cuando. Le gustan la fruta, el pollo sin piel y las ensaladas. Salvo excepciones, como aquella vez en que comentó con humor: "¡Qué bueno!, voy a un convento de monjas a comer bagna cauda".
Por rutina, y salvo que tenga algún encuentro planeado, Bergoglio almuerza y cena solo. No acepta ir a comer afuera, no come en ningún lado que no sea la Curia. No se queda a comer en las parroquias. No va a comer a una casa de familia.
Tiene buen sentido del humor, es simpático, tiene chispa e ingenio. Es rapidísimo, le gustan las contestaciones rápidas y se divierte cuando dice algo gracioso y alguien le contesta. En realidad, siempre busca ser claro, pero suave, aun cuando tiene que corregir a alguien. Conoce a muchísima gente y tiene amigos. Son amistades muy francas y de todos los sectores, no solamente de la Iglesia.
Pero es difícil debatir con Bergoglio, que fue siempre un hombre de carácter. Se puede desplegar el repertorio de argumentos más grande del planeta, pero si él ya tiene una idea tomada discutirá con el clero completo, y luego hará lo que le parece, esté donde esté.
Después de ser provincial de los jesuitas en la Argentina, lo destinaron a Córdoba para que fuera, simplemente, confesor en una iglesia. En esta misión estaba, según explican allegados, la idea profunda de volver al ejercicio comunitario, de no dejar lugar a la vanidad o a la búsqueda del poder humano, sobre todo porque lo que importa es la orden, la congregación, la Iglesia, y no las personas.
El padre Alejandro Russo señala que haber destinado a Córdoba a Bergoglio "provenía de la idea de dejar que el nuevo provincial tuviera más lugar para desarrollarse".
Otras versiones dicen, en cambio, que Bergoglio fue castigado. Que la congregación lo castigó por haber entregado la Universidad del Salvador a los laicos. Era una universidad que estaba "ideologizada", que había tomado una posición tercermundista, o de izquierda. Cuentan que tan castigado estaba entonces que le abrían la correspondencia, y que permanecía prácticamente confinado.
A muchos les sorprendió que Bergoglio se convirtiera en el arzobispo de Buenos Aires. Cuando, en 1992, el cardenal Antonio Quarracino lo nombró obispo auxiliar en la Arquidiócesis era poco conocido.
Según Mallimaci, "se hablaba del obispo de Paraná, monseñor Karlik, presidente de la Conferencia Episcopal, como heredero de Quarracino. Pero Karlik aparecía como demasiado espiritual, demasiado despegado de los partidos políticos y de todo lo que tuviera que ver con el Estado".
La elección de Bergoglio como arzobispo, en 1998, fue revolucionaria. Hasta entonces era necesario que el arzobispo de Buenos Aires hubiera pasado por el cargo en alguna otra ciudad del país. "No se respetó el escalafón", dicen algunos. Fue una decisión oportuna del cardenal Quarracino, dicen otros. El entonces cardenal ya estaba enfermo y mayor, y nombró a Bergoglio arzobispo coadjutor con derecho a sucesión.
Los otros
¿Cuál es el carisma, la atracción que hace tan interesante a Jorge Mario Bergoglio? En primer lugar, su gran espiritualidad; es un hombre de oración profunda que puede encarnar en lo humano lo divino.
Tiene esa "dimensión eclesiológica", según afirman los sacerdotes que más lo conocen, para explicar en Bergoglio la unión entre lo celestial y lo terreno. Una visión de la Iglesia que se nota en la Pastoral. El cardenal tiene una doctrina teológica clarísima, de la mejor ortodoxia, pero por otro lado transmite el dinamismo que trae la frescura de la petición del pueblo de Dios. Sabe hacer una simbiosis de lo que la gente necesita y de lo que la Iglesia propone.
Suele haber, no obstante, cortocircuitos con los sacerdotes. Hay curas que le cuestionan que nunca haya sido párroco y que, por lo tanto, no termine de entender la realidad profunda en la que vive un cura que está en la barricada. Aunque le dedica mucho tiempo a escuchar a jóvenes religiosos, Bergoglio no siempre puede cumplir con las promesas que les hace. Le cuesta delegar el poder.
Tiene claro dónde quiere llegar. Los que lo conocen bien dicen que el poder no lo pone nervioso.
También recuerdan gestos conmovedores suyos, como aquella vez en que recibió una carta de una familia boliviana que estaba sin vivienda, movió cielo y tierra para conseguirles un lugar hasta que finalmente sacó plata de su bolsillo para que se instalaran en una casa. Andrea Sánchez Ruiz, profesora de Teología en la UCA, cuenta: "Es una persona muy cálida y accesible. Es amable, pero tiene en claro que dice lo que quiere decir, y no más. En general, no habla de su vida personal".
Los obispos auxiliares están acostumbrados a su concepto de "funcionalidad", como dicen los que lo rodean. Cuando elige a alguien para una función, le da participación y mantiene con esa persona un trato permanente pero no le da demasiada libertad.
La maestra
Desde su ventana es testigo de todos los acontecimientos políticos del país que tienen como escenario la Plaza de Mayo. Bergoglio vive, solo, en el segundo piso del edificio de la Curia, al lado de la Catedral. Se trata de un departamento de cuatrocientos metros cuadrados, una casa magnífica con muebles antiguos y cuadros del siglo XVIII. Cada día, de 4 a 7 de la mañana, el cardenal dedica tres horas a meditar. A las 7 ya recibe gente, tiene reuniones. A las doce y media le sirven un almuerzo rápido. Descansa unos cincuenta minutos y a la una y cuarto ya está en el despacho para empezar el trabajo de la tarde, cuando siguen las audiencias y las reuniones. Las audiencias son agotadoras; sale una persona, entra otra, y él atiende y atiende...
Muchos libros de espiritualidad y de teología se encuentran en una gran biblioteca, enfrente de su habitación. Ahí tiene también un aparato de DVD y una máquina de escribir eléctrica, ya que no maneja la computadora. Otilia y Elisa, que son sus secretarias, le imprimen todos los e-mails y se los entregan.
Bergoglio camina por el pasillo cuando reza el rosario. Le gusta el fútbol y es simpatizante de San Lorenzo. De vez en cuando, el arzobispo deja la Curia, toma el subte y se dirige a otros barrios de la ciudad. Sube a un ómnibus y se presenta en una u otra villa a bendecir nuevos comedores populares, a administrar el bautismo, a celebrar la fiesta del santo. A veces, muy pocas, se queda a comer con ellos las sopas que cocinan en enormes ollas. Después va a alguna parroquia a dar una misa por las fiestas patronales, o a un acto especial. Y se acuesta muy temprano.
Hasta 2006 se ocupaba prolijamente de escribirle a Estela Quiroga, su maestra de primer grado en la Escuela N° 8, Distrito Escolar N° 11, de Flores. Ambos mantenían una correspondencia sistemática. El le contaba cada cosa que conseguía, cada logro. Y la invitó especialmente cuando se ordenó sacerdote. Ella lo quería como a un hijo. Falleció de una neumonía a los 96 años, el 16 de abril de 2006. Era la maestra del sacerdote Jorge Mario Bergoglio, nacido en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un empleado ferroviario y un ama de casa.
El bajo perfil
Aquí, en la Argentina, cuando lo llaman por teléfono un día feriado por la mañana, se oye de lejos la radio con música clásica o de tango. Descansa con música clásica a su lado. No se va de vacaciones; no va a ningún lado, salvo cuando viaja a Roma, por trabajo.
Le gusta caminar por la capital italiana y tomar ristretto en las cafeterías, apoyado en el mostrador.
Suele pasar largos períodos, en enero o en febrero, en que no atiende a nadie por diez días; en esos lapsos escucha música y lee a los clásicos. No sale de la Curia. En realidad, la lectura es una actividad a la que le dedica mucho tiempo, desde Jorge Luis Borges hasta Leopoldo Marechal, pasando por los clásicos de la literatura universal. Pero, sin duda, el autor de Adán Buenosayres y de El banquete de Severo Arcángel es su preferido.
Tiene una precisión en el lenguaje que le viene de su maestría en Literatura. Suele adoptar una palabra como motivación y la emplea en forma constante y reiterada. En estos momentos, esa palabra es "paradigmático".
Según su círculo íntimo, suele ir a confesarse a la iglesia de El Salvador, y lo han visto en la fila del confesionario de un jesuita anciano.
Es frecuente verlo con un sobretodo negro, para no hacer ostentación de la llamativa vestimenta de los purpurados. Cuando el Papa lo proclamó cardenal, no compró una vestimenta nueva, sino que ordenó arreglar la que usaba su antecesor, Quarracino.
Hay tiendas eclesiásticas en Roma, como Euroclero, que es más económica, o Gamarelli y Barbiconi, que son más caras. En la Argentina, las Pías Discípulas son las únicas que tienen ornamentos litúrgicos y ropa. A Bergoglio le gustan los ornamentos litúrgicos de buena calidad. Los compra en Roma, generalmente. Y el altar de plata maciza de la Catedral se lo encargó a Pallarols.
No le gusta hacer "circo". Es enemigo de que hagan "lobby" a su alrededor. No celebra en la Catedral cada Jueves Santo la misa de la cena del señor y el lavatorio de pies, sino que va a distintos hogares, al Centro de la Droga o al Hospital Garrahan.
Le gusta estar entre la gente. En Corpus Christi quiere que se haga la marcha alrededor de la Plaza de Mayo. Quiere que el Santísimo Sacramento salga y se mezcle con la gente, y que la gente lo arrastre.
A Bergoglio ni siquiera le gusta que le digan cardenal. Quiere que lo llamen, simplemente, Padre.
Historia de vida
Nació en el barrio de Flores, el 17 de diciembre de 1936, en una típica familia de clase media baja.
Tiene cinco hermanos, tres mujeres y dos varones.
Antes de comenzar su vida religiosa se diplomó como técnico químico.
Concurrió al seminario de Villa Devoto, regido por los padres jesuitas, y a los 21 años ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús, más precisamente el 11 de marzo de 1958.
Estudió Humanidades en Chile.
Ejerció como profesor de Literatura y de Psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe. En 1966 dictó esas materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.
Se ordenó sacerdote el 13 de diciembre de 1969, pocos días antes de cumplir 33 años. En 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (España) y el 22 de abril de 1973, su profesión perpetua. Fue nombrado rector del Colegio Máximo y el 31 de julio de 1973 fue elegido provincial, cargo que ejerció durante seis años.
Es el arzobispo de Buenos Aires, y uno de los 183 cardenales de la Iglesia Católica.
Textuales
Bergoglio, y su postura frente a temas sociales
"La política es una actividad noble. Hay que revalorizarla, ejerciéndola con vocación y una dedicación que exige testimonio, martirio, o sea, morir por el bien común."
"Los pibes no piden que levantemos un muro para que tengan un limite, sino que los ayudemos a crecer en libertad."
"Con los chicos y chicas no se experimenta, no juguemos a la ruleta rusa con los jóvenes." (Sobre la tragedia de Cromagnon)
La Nacion
LA ENCÍCLICA DE LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES Y DE LOS PECES
En su homilía del Domingo XVII, Mons. Oscar Sarlinga llama a «Caritas In Veritate» la encíclica de «la multiplicación de los panes y los peces».
Secretariado de Comunicación Obispado de Zárate-Campana
El domingo 26 de julio, el Obispo diocesano Mons. Oscar Sarlinga celebró la misa en la iglesia catedral de Santa Florentina, de la ciudad de Campana. Al momento de la explicación del Evangelio (Jn 6, 1-15), se refirió al sentido del «signo» en el Evangelio de Juan, y en particular el gran signo que se menciona en él: “Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron”. Mons. Sarlinga dijo que esos grandes «signos» los realizó Jesús, por la fe de sus discípulos, y a la vez para fortalecer dicha fe. Felipe, Andrés, tenían fe en Él, en su poder salvador, y el Apóstol Andrés quizá recordó (como lo afirma el Padre de la Iglesia, San Juan Crisóstomo), el episodio significativo obrado por Eliseo, quien alimentó a cien personas con veinte panes [1], siendo como una prefigura del signo de Jesucristo y su poder divino.
Dijo luego el Obispo que al realizarse ese milagro la gente decía: “Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.” Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle Rey, huyó de nuevo al monte Él solo”, pero que Jesús no quería ser hecho un Rey meramente humano y social, sino que mediante su poder, alimentó al pueblo y a la vez iluminó la fe de los discípulos al llevarlos pedagógicamente hacia lo que sería la institución de la Eucaristía [2].
Mencionó a continuación Mons. Sarlinga que tal vez hoy no necesitamos esos «grandes signos visibles», porque los tenemos por la fe, aunque la nuestra tiene que ser fortalecida siempre por el Señor. “Necesitamos sí, de signos concretos de realización de lo que creemos por la fe, de lo que esperamos por la esperanza, de un Amor concreto y de una «nueva imaginación de la caridad», como nos pidió Juan Pablo II en «Novo Millenio ineunte», y esa nueva imaginación pasará, creo por un nuevo modo de compartir, por una economía de comunión, por un humanismo teo-céntrico, trascendente, cristiano, como nos lo ha expresado Benedicto XVI, por un verdadero desarrollo integral, en especial de aquellos que tienen potencialidades pero que, tal vez, por falta de posibilidades, o por el egoísmo enquistado como pecado estructural, no pueden desplegarlas en bien de la comunidad”. La realización de estos ideales, reflexionó, “también constituye como una reviviscencia de la multiplicación de los panes y de los peces”.
Luego de estas reflexiones, dijo el Obispo que la encíclica «Caritas in veritate» del Papa Benedicto XVI –de la cual ya había ofrecido una primera semblanza, que fuera publicada en el infodiócesis de Zárate-Campana, en Aica y en otros medios, merecía ser llamada «la encíclica de la multiplicación de los panes y de los peces», y dijo que ofrecía a los medios locales una gacetilla con una semblanza más breve que la publicada anteriormente, con una referencia especial al «humanismo cristiano vivificado por la caridad y guiado por la verdad» del que habla el Papa, y que todos nosotros tenemos que ponernos a construir, o a proseguir su construcción, c0m0 instrumento de la civilización del Amor y de la Paz (término usado por primera vez por S.S. Pablo VI en 1975).
A continuación, Mons. Sarlinga dijo que el 4 de agosto será celebrada la misa en honor del Santo Cura de Ars, con el tríptico de Aparecida junto al altar de la catedral (en la versión pictórica de la Prelatura de Humahuaca), para recordar que la misión esencial de la Iglesia es evangelizar, y dentro de esta misión se encuentra y encuadra la promoción humana integral, una urgencia para nuestro tiempo. Recordó también que la diócesis se encuentra desde hace tres años «en estado de misión» en las distintas parroquias, pero que el lanzamiento que se hizo con oportunidad de las Fiestas Patronales (el 9 de mayo ppdo.) tiene que entroncarnos, dentro de la comunión de la Iglesia, en la Misión Continental a la que fuimos llamados en Aparecida.
A continuación ofreció la gacetilla de prensa con una visión de la «Caritas in veritate» desde el humanismo cristiano y desde el compartir.
“La publicación de la esperada encíclica social de S.S. Benedicto XVI, «Caritas in Veritate» representa un acontecimiento, y diría más, un hito en la reflexión ético-moral, antropológica y social, para los católicos, pero también para todos los hombres y mujeres de buena voluntad que guardan en su corazón la esperanza de una vida mejor para la humanidad. La encíclica es particularmente bienvenida en la situación actual, con sus luces y sombras, con su problemática, sus ansias y sus esperanzas, y en especial en el estado de crisis en los distintos niveles por los que el mundo está atravesando.
El papa Benedicto XVI inicia su encíclica diciendo: “La Caridad en la verdad es la principal fuerza impulsora del autentico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad. Tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta. La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia, ella da verdadera sustancia a la relación con Dios y con el prójimo. No sólo es el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como son las relaciones sociales económicas y políticas”. Desde el comienzo traza, pues, las líneas de aquél que llama «auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad».
La mayor parte de las veces el tema que resume y constituye como la clave de bóveda de la interpretación del texto se halla en la conclusión. El papa Benedicto XVI afirma como conclusión de su encíclica, «Caritas in veritate»: “(…) la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es el humanismo cristiano que vivifique la caridad y que se deje guiar por la verdad, acogiendo una y otra como un don permanente de Dios”. Con esta frase, el Papa sintetiza y resume toda su encíclica de un gran contenido teológico, social, económico, político, laboral, iluminando al desarrollo y progreso humano actual, mediante reflexiones y respuestas a situaciones concretas. El humanismo al que se refiere, profundamente teo-céntrico, pero al mismo tiempo, en y desde Dios, centrado también en el ser humano, en tanto que éste necesita de la verdad y de la caridad, ambas dos fuerzas, o virtudes, divinas, y consideradas «mayores» al servicio del desarrollo. Por eso, afirma el Papa, el humanismo auténtico no puede excluir a Dios, porque se transformaría en un humanismo «inhumano», una contradicción en sus propios términos.
Partiendo de esta idea, el mismo concepto de humanismo cristiano que va adelante durante el desarrollo de la encíclica resume los grandes temas de la providencia de Dios Padre, la salvación del mundo por medio de su Hijo unigénito, Jesucristo, y la caridad en la verdad, es decir, el amor fraterno o fraternidad humana, como ley fundamental del Cristianismo, para el progreso y desarrollo integral del ser humano y de la humanidad. A partir de estas realidades, encuentra el Papa en la doctrina social de la Iglesia las respuestas a los temas del hambre, miseria, pobreza, guerras, violencia, injusticia, desigualdad, analfabetismo y enfermedades endémicas que padece y sufre.
La relación estrecha, estrechísima, con toda la doctrina social católica, y especialmente con la Populorum Progressio (1969) de S.S. Pablo VI (junto con enseñanzas de Juan XXIII y Juan Pablo II, principalmente), se centra en el concepto clave de «desarrollo humano integral», de justicia distributiva y de justicia social, desembocando en la solución, a través de la virtud de la solidaridad, de los desequilibrios entre países ricos y países en vías de desarrollo.
Muy importante en la encíclica es la valorización de la experiencia del «don», es decir, de lo donado, del sentido de la «gratuidad», que eleva al ser humano a su dimensión integral, incluida también su dimensión económico-social. De esa dimensión trascendente parte el Papa para realizar su análisis acerca de una visión de la economía de mercado que garantice la prioridad de la persona y del trabajador, y que pueda ser enriquecida por los decisivos aportes de una «economía de comunión». En este contexto, analiza las aportaciones positivas del ámbito cooperativo, del «non profit», de la finanza ética, la superación de la tecnocracia (que no significa, por supuesto, menosprecio de los avances tecnológicos) todos los cuales apuntan a ir más allá de la mera lógica del provecho o ganancia por sí mismos, o de un concepto de progreso sin consideración de lo ético, o, más aún, de lo ético-moral.
Al mismo tiempo, esa visión de la economía y de la sociedad permite superar la contraposición «Estado-Mercado», considerada anacrónica, así como lleva a asegurar para aquélla la guía indispensable de la ética cristiana, para la cual, la centralidad de la cuestión antropológica (con el derecho a la vida como pilar). Dígase lo mismo de la cuestión de la globalización vista como necesitada también de guía y de reglas, para lo cual augura el Papa una revitalización de las organizaciones internacionales, las cuales deben estar en condiciones de hacer frente a las emergencias humanitarias. No menor es la relevancia que en la encíclica tienen las temáticas ambientales y energéticas, que deben también ser asumidas y enfrentadas con estilos nuevos de vida, en el que entren la sobriedad y el saber compartir”.
[1] 1ª Lectura del domingo XVII (2 Rs 4, 42-44).
[2] Cf SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, II-II, q. 177, a.1.
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Secretariado de Comunicación Obispado de Zárate-Campana
El domingo 26 de julio, el Obispo diocesano Mons. Oscar Sarlinga celebró la misa en la iglesia catedral de Santa Florentina, de la ciudad de Campana. Al momento de la explicación del Evangelio (Jn 6, 1-15), se refirió al sentido del «signo» en el Evangelio de Juan, y en particular el gran signo que se menciona en él: “Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron”. Mons. Sarlinga dijo que esos grandes «signos» los realizó Jesús, por la fe de sus discípulos, y a la vez para fortalecer dicha fe. Felipe, Andrés, tenían fe en Él, en su poder salvador, y el Apóstol Andrés quizá recordó (como lo afirma el Padre de la Iglesia, San Juan Crisóstomo), el episodio significativo obrado por Eliseo, quien alimentó a cien personas con veinte panes [1], siendo como una prefigura del signo de Jesucristo y su poder divino.
Dijo luego el Obispo que al realizarse ese milagro la gente decía: “Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.” Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle Rey, huyó de nuevo al monte Él solo”, pero que Jesús no quería ser hecho un Rey meramente humano y social, sino que mediante su poder, alimentó al pueblo y a la vez iluminó la fe de los discípulos al llevarlos pedagógicamente hacia lo que sería la institución de la Eucaristía [2].
Mencionó a continuación Mons. Sarlinga que tal vez hoy no necesitamos esos «grandes signos visibles», porque los tenemos por la fe, aunque la nuestra tiene que ser fortalecida siempre por el Señor. “Necesitamos sí, de signos concretos de realización de lo que creemos por la fe, de lo que esperamos por la esperanza, de un Amor concreto y de una «nueva imaginación de la caridad», como nos pidió Juan Pablo II en «Novo Millenio ineunte», y esa nueva imaginación pasará, creo por un nuevo modo de compartir, por una economía de comunión, por un humanismo teo-céntrico, trascendente, cristiano, como nos lo ha expresado Benedicto XVI, por un verdadero desarrollo integral, en especial de aquellos que tienen potencialidades pero que, tal vez, por falta de posibilidades, o por el egoísmo enquistado como pecado estructural, no pueden desplegarlas en bien de la comunidad”. La realización de estos ideales, reflexionó, “también constituye como una reviviscencia de la multiplicación de los panes y de los peces”.
Luego de estas reflexiones, dijo el Obispo que la encíclica «Caritas in veritate» del Papa Benedicto XVI –de la cual ya había ofrecido una primera semblanza, que fuera publicada en el infodiócesis de Zárate-Campana, en Aica y en otros medios, merecía ser llamada «la encíclica de la multiplicación de los panes y de los peces», y dijo que ofrecía a los medios locales una gacetilla con una semblanza más breve que la publicada anteriormente, con una referencia especial al «humanismo cristiano vivificado por la caridad y guiado por la verdad» del que habla el Papa, y que todos nosotros tenemos que ponernos a construir, o a proseguir su construcción, c0m0 instrumento de la civilización del Amor y de la Paz (término usado por primera vez por S.S. Pablo VI en 1975).
A continuación, Mons. Sarlinga dijo que el 4 de agosto será celebrada la misa en honor del Santo Cura de Ars, con el tríptico de Aparecida junto al altar de la catedral (en la versión pictórica de la Prelatura de Humahuaca), para recordar que la misión esencial de la Iglesia es evangelizar, y dentro de esta misión se encuentra y encuadra la promoción humana integral, una urgencia para nuestro tiempo. Recordó también que la diócesis se encuentra desde hace tres años «en estado de misión» en las distintas parroquias, pero que el lanzamiento que se hizo con oportunidad de las Fiestas Patronales (el 9 de mayo ppdo.) tiene que entroncarnos, dentro de la comunión de la Iglesia, en la Misión Continental a la que fuimos llamados en Aparecida.
A continuación ofreció la gacetilla de prensa con una visión de la «Caritas in veritate» desde el humanismo cristiano y desde el compartir.
“La publicación de la esperada encíclica social de S.S. Benedicto XVI, «Caritas in Veritate» representa un acontecimiento, y diría más, un hito en la reflexión ético-moral, antropológica y social, para los católicos, pero también para todos los hombres y mujeres de buena voluntad que guardan en su corazón la esperanza de una vida mejor para la humanidad. La encíclica es particularmente bienvenida en la situación actual, con sus luces y sombras, con su problemática, sus ansias y sus esperanzas, y en especial en el estado de crisis en los distintos niveles por los que el mundo está atravesando.
El papa Benedicto XVI inicia su encíclica diciendo: “La Caridad en la verdad es la principal fuerza impulsora del autentico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad. Tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta. La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia, ella da verdadera sustancia a la relación con Dios y con el prójimo. No sólo es el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como son las relaciones sociales económicas y políticas”. Desde el comienzo traza, pues, las líneas de aquél que llama «auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad».
La mayor parte de las veces el tema que resume y constituye como la clave de bóveda de la interpretación del texto se halla en la conclusión. El papa Benedicto XVI afirma como conclusión de su encíclica, «Caritas in veritate»: “(…) la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es el humanismo cristiano que vivifique la caridad y que se deje guiar por la verdad, acogiendo una y otra como un don permanente de Dios”. Con esta frase, el Papa sintetiza y resume toda su encíclica de un gran contenido teológico, social, económico, político, laboral, iluminando al desarrollo y progreso humano actual, mediante reflexiones y respuestas a situaciones concretas. El humanismo al que se refiere, profundamente teo-céntrico, pero al mismo tiempo, en y desde Dios, centrado también en el ser humano, en tanto que éste necesita de la verdad y de la caridad, ambas dos fuerzas, o virtudes, divinas, y consideradas «mayores» al servicio del desarrollo. Por eso, afirma el Papa, el humanismo auténtico no puede excluir a Dios, porque se transformaría en un humanismo «inhumano», una contradicción en sus propios términos.
Partiendo de esta idea, el mismo concepto de humanismo cristiano que va adelante durante el desarrollo de la encíclica resume los grandes temas de la providencia de Dios Padre, la salvación del mundo por medio de su Hijo unigénito, Jesucristo, y la caridad en la verdad, es decir, el amor fraterno o fraternidad humana, como ley fundamental del Cristianismo, para el progreso y desarrollo integral del ser humano y de la humanidad. A partir de estas realidades, encuentra el Papa en la doctrina social de la Iglesia las respuestas a los temas del hambre, miseria, pobreza, guerras, violencia, injusticia, desigualdad, analfabetismo y enfermedades endémicas que padece y sufre.
La relación estrecha, estrechísima, con toda la doctrina social católica, y especialmente con la Populorum Progressio (1969) de S.S. Pablo VI (junto con enseñanzas de Juan XXIII y Juan Pablo II, principalmente), se centra en el concepto clave de «desarrollo humano integral», de justicia distributiva y de justicia social, desembocando en la solución, a través de la virtud de la solidaridad, de los desequilibrios entre países ricos y países en vías de desarrollo.
Muy importante en la encíclica es la valorización de la experiencia del «don», es decir, de lo donado, del sentido de la «gratuidad», que eleva al ser humano a su dimensión integral, incluida también su dimensión económico-social. De esa dimensión trascendente parte el Papa para realizar su análisis acerca de una visión de la economía de mercado que garantice la prioridad de la persona y del trabajador, y que pueda ser enriquecida por los decisivos aportes de una «economía de comunión». En este contexto, analiza las aportaciones positivas del ámbito cooperativo, del «non profit», de la finanza ética, la superación de la tecnocracia (que no significa, por supuesto, menosprecio de los avances tecnológicos) todos los cuales apuntan a ir más allá de la mera lógica del provecho o ganancia por sí mismos, o de un concepto de progreso sin consideración de lo ético, o, más aún, de lo ético-moral.
Al mismo tiempo, esa visión de la economía y de la sociedad permite superar la contraposición «Estado-Mercado», considerada anacrónica, así como lleva a asegurar para aquélla la guía indispensable de la ética cristiana, para la cual, la centralidad de la cuestión antropológica (con el derecho a la vida como pilar). Dígase lo mismo de la cuestión de la globalización vista como necesitada también de guía y de reglas, para lo cual augura el Papa una revitalización de las organizaciones internacionales, las cuales deben estar en condiciones de hacer frente a las emergencias humanitarias. No menor es la relevancia que en la encíclica tienen las temáticas ambientales y energéticas, que deben también ser asumidas y enfrentadas con estilos nuevos de vida, en el que entren la sobriedad y el saber compartir”.
[1] 1ª Lectura del domingo XVII (2 Rs 4, 42-44).
[2] Cf SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, II-II, q. 177, a.1.
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