jueves, 2 de noviembre de 2023

VEINTE MÁRTIRES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA SERÁN BEATIFICADOS ESTE NOVIEMBRE

Veinte mártires asesinados durante la persecución religiosa de la Guerra Civil Española serán beatificados en noviembre en Sevilla, España.


El 22 de junio, Francisco aprobó el decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos sobre el martirio de los Siervos de Dios Manuel González-Serna Rodríguez y 19 compañeros: 10 sacerdotes diocesanos, un seminarista y nueve fieles laicos, todos asesinados por odio a la fe en 1936 en Sevilla, España, durante la Guerra Civil Española (1936-1939).

La beatificación tendrá lugar en la catedral de Sevilla el próximo 18 de noviembre y será llevada a cabo por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos que actúa en nombre de Francisco.

En la rueda de prensa para anunciar la beatificación, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, recordó las palabras del escritor francés Paul Claudel, quien dijo de los más de 10.000 religiosos asesinados en España durante la misma persecución: “¡Tantos mártires y ni un solo caso de apostasía!”

El arzobispo afirmó: El martirio es la mayor prueba de amor, de seguimiento total del Señor, aceptando morir en una prueba suprema de fe y de amor”, añadiendo que “la fuerza de los mártires nace de una unión profunda con Cristo, porque no es el resultado del esfuerzo humano, sino la respuesta a la gracia de Dios, que nos permite ofrecer nuestra vida por amor a Cristo y a la Iglesia”.

“El poder de Dios se manifiesta en la debilidad, en la pequeñez, de quien se encomienda a Él y sólo en Él pone la esperanza. El mártir es una persona libre que, en un acto supremo de fe, esperanza y amor, se abandona en manos de Dios y asocia su vida al sacrificio de Cristo en la Cruz”, agregó el arzobispo.

A José Leonardo Ruiz Sánchez, catedrático de Historia de la Universidad de Sevilla y encargado de escribir la biografía de los mártires para la Santa Sede, se le preguntó si alguno de sus casos le llamaba especialmente la atención.

“Recordaría particularmente el caso del Saucejo, hermano de un sacerdote, que no es perseguido, pero no abandona a su hermano, que fue perseguido”, dijo Sánchez. “Cuando lo llevan [al sacerdote] al martirio, él [Saucejo] lo acompaña y le fusilan también porque no quiere abandonar al que está sufriendo en ese momento”.

El catedrático agregó que también admira mucho “ese cura que sabe que van a fusilar a todos los que están en la cocina, en el edificio municipal, y cuando le abren la puerta con los rifles se pone la sotana… y se para al frente para ser el primero en morir, tratando de defender y no poner a los demás en primer lugar”.

A continuación, el texto oficial completo del Dicasterio para la Causa de los Santos sobre los mártires de Sevilla:

La situación sociopolítica de España durante la guerra civil (1936-1939) es históricamente bien conocida, así como el clima de persecución que los milicianos republicanos establecieron contra todos aquellos que se profesaban miembros de la Iglesia católica, ya fueran consagrados o laicos.

Esta Causa trata del martirio de veinte Venerables Siervos de Dios, diez sacerdotes y diez seglares, todos ellos asesinados en 1936 y pertenecientes a la Archidiócesis de Sevilla.

Ellos son:

1. Manuel González-Serna Rodríguez. Nacido en Sevilla el 13 de mayo de 1880, fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1902 y nombrado párroco de Constantina el 30 de octubre de 1911. Detenido en la noche del 19 de julio de 1936, fue conducido a la iglesia parroquial de Constantina el 23 de julio siguiente y ejecutado en la sacristía.

2. Francisco de Asís Arias Rivas. Nacido en Cantilana (Sevilla) el 30 de enero de 1875, fue ordenado sacerdote el 1 de junio de 1901 y nombrado párroco de Lora del Río el 27 de octubre de 1919. Fue detenido a finales de julio de 1936 y fusilado el 1 de agosto de 1936 en el cementerio de Lora del Río.

3. Miguel Borrero Picón. Nacido en Beas (Huelva) el 6 de diciembre de 1873, fue ordenado sacerdote el 19 de noviembre de 1903 y nombrado vicepárroco de Utrera el 26 de febrero de 1923. Fue detenido en la parroquia el 19 de julio de 1936 y asesinado en la cárcel local el 26 de julio siguiente.

4. Mariano Caballero Rubio. Nacido en Alájar (Huelva) el 28 de octubre de 1895, fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1923 y nombrado vicepárroco de Huelva el 27 de abril de 1934. Presenció el incendio de la iglesia parroquial el 21 de julio de 1936 y se refugió con una familia en Punta Umbría (Huelva), donde fue detenido y llevado a prisión. Recibió un disparo en la espalda durante su traslado a la cárcel y murió de una hemorragia en el hospital el 23 de julio de 1936.

5. Pedro Carballo Corrales. Nacido en Ubrique (Cádiz) el 10 de noviembre de 1886, fue ordenado sacerdote para la diócesis de Sevilla el 18 de diciembre de 1910 y nombrado párroco de Santa María de Guadalcanal el 15 de octubre de 1919. Fue detenido en su parroquia el 20 de julio de 1936 y conducido con otros presos al cementerio de Guadalcanal, donde fue fusilado y enterrado el 6 de agosto de 1936.

6. Juan María Coca Saavedra
. Nacido en Mairena del Alcor (Sevilla) el 24 de diciembre de 1884, fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1909 y nombrado vicepárroco de Lora del Río el 14 de octubre de 1911. Fue fusilado y enterrado en el cementerio de la ciudad el 1 de agosto de 1936.

7. Antonio Jesús Díaz Ramos. Nacido en Bollullos del Condado (Huelva) el 31 de diciembre de 1896, fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1920 y nombrado administrador parroquial de Cazalla de la Sierra (Sevilla) en 1931. Detenido en la noche del 18 de julio de 1936, fue ejecutado en la cárcel de Cazalla de la Sierra el 5 de agosto siguiente.

8. Salvador Lobato Pérez. Nacido en Algodonales (Cádiz) el 31 de diciembre de 1901, fue ordenado sacerdote en Sevilla el 12 de marzo de 1927 y nombrado administrador de la parroquia de El Saucejo en 1933. Detenido junto con su hermano el Venerable Siervo de Dios Rafael Lobato Pérez (nº 20), con quien fue asesinado en El Saucejo el 21 de agosto de 1936.

9. Rafael Machuca Juárez de Negrón. Nacido en Estepa (Sevilla) el 30 de abril de 1881, fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1909 y nombrado vicepárroco el 1 de noviembre de 1912. Detenido en julio de 1936 en el balneario de Carratraca, adonde había acudido por motivos de salud, y enviado a Málaga, fue asesinado el 31 de agosto de 1936.

10. José Vigil Cabrerizo. Nacido en Huétor-Tájar (Granada) el 11 de octubre de 1906, fue ordenado sacerdote el 20 de mayo de 1932 en Sevilla. Se le confió la iglesia del barrio de San Girolamo, donde llegaron los revolucionarios el 1 de mayo de 1936. Reconocido sacerdote, fue fusilado el 18 de julio de 1936 en Sevilla y murió en el hospital al día siguiente.

11. Enrique Palacios Monrabá. Nacido en Cazalla de la Sierra (Sevilla) el 3 de abril de 1917, ingresó en el Seminario de Sevilla el 29 de agosto de 1928. Al término de su primer año de estudios de teología, regresó a casa de vacaciones a finales de junio de 1936. Fue detenido y asesinado junto con su padre el Venerable Siervo de Dios Manuel Palacios Rodríguez (nº 17) en el patio de la cárcel de Cazalla de la Sierra el 5 de agosto de 1936.

12. María Dolores Sobrino Cabrera. Nacida en Constantina (Sevilla) el 19 de abril de 1868, contrajo matrimonio con Rafael Cabezas Ruival de Flores el 27 de diciembre de 1891.  Dedicada a labores parroquiales, fue fusilada el 23 de julio de 1936 en la iglesia de Constantina.

13. Agustín Alcalá Henke. Nacido en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) el 7 de junio de 1892, se licenció en Derecho en 1915 y se hizo abogado. Asesinado a tiros en Alcalá de Guadaíra por revolucionarios el 17 de julio de 1936 cuando se dirigía a socorrer a personas necesitadas, falleció en el hospital de Sevilla el 18 de julio de 1936.

14. Mariano López-Cepero y Muru. Nacido el 24 de enero de 1883 en Cazalla de la Sierra (Sevilla), fue teniente de alcalde de su pueblo natal y miembro de la junta parroquial. Fue asesinado el 5 de agosto de 1936 en la cárcel de Cazalla de la Sierra.

15. Gabriel López-Cepero y Muru. Nacido en Sevilla el 22 de agosto de 1874, se casó con María Teresa Ovelar Ovelar, con la que tuvo siete hijos. Miembro del consejo parroquial, fue asesinado, junto con su hermano el Venerable Siervo de Dios Mariano (nº 14), el 5 de agosto de 1936 en la cárcel de Cazalla de la Sierra.

16. Cristóbal Pérez Pascual. Nacido en Alájar (Huelva) el 9 de diciembre de 1887, abrió una farmacia en Cazalla de la Sierra en 1923, a través de la cual realizó también labores asistenciales y benéficas. Miembro de la junta parroquial, fue asesinado en la cárcel de Cazalla el 5 de agosto de 1936.

17. Manuel Palacios Rodríguez. Nacido en Aracena (Huelva) el 1 de agosto de 1877, era terrateniente. El 4 de octubre de 1909 contrajo matrimonio con Luisa Monrabá Canela, con la que tuvo siete hijos, entre ellos el Venerable Siervo de Dios Enrique Palacios Monrabá (nº 11), seminarista. Miembro del consejo parroquial, fue asesinado junto con su hijo y otros presos en el patio de la cárcel de Cazada de la Sierra el 5 de agosto de 1936.

18. José María Rojas Lobo. Nacido en Sevilla el 29 de septiembre de 1910, era abogado. Durante el verano de 1936 se trasladó con su familia a Marchena, donde fue detenido el 20 de julio de 1936. Malherido en el tiroteo de los revolucionarios, murió el 25 de julio de 1936.

19. Manuel Luque Ramos. Nacido en Marchena (Sevilla) el 6 de marzo de 1893, era recadero y sacristán de las monjas clarisas y vivía con su madre viuda cerca del monasterio. El 18 de julio de 1936, se opuso a un grupo de revolucionarios que querían entrar en la iglesia durante la Santa Misa. Detenido al día siguiente y fusilado, murió en el hospital de Marchena el 22 de julio de 1936.

20. Rafael Lobato Pérez. Nacido en Algodonales (Cádiz) el 28 de febrero de 1905, de profesión carpintero, ayudó en el ministerio pastoral al Venerable Siervo de Dios Salvador Lobato Pérez (nº 8). Cuando los revolucionarios vinieron a detener a su hermano sacerdote, no quiso dejarlo solo. Ambos fueron sacados del país y asesinados juntos el 21 de agosto de 1936 en El Saucejo.

Los Venerables Siervos de Dios de la presente Causa no constituyen un grupo homogéneo, ninguno tuvo un juicio regular y casi todos fueron encarcelados con anterioridad.

El martirio material de todos los Venerables Siervos de Dios está suficientemente probado. Para algunos de los Venerables Siervos de Dios, la muerte llegó más tarde que el atentado, pero fue consecuencia directa de ese acto. Ellos son: Agustín Alcalá Henke, José Vigil Cabrerizo, Manuel Luque Ramos y José María Rojas Lobo, Mariano Caballero.

En cuanto al elemento formal ex parte tyranni, el odium fidei fue el motivo predominante que armó a los verdugos. La muerte violenta de los Venerables Siervos de Dios se enmarca en el contexto de la persecución religiosa española que afectó a la zona de Sevilla. Los distintos episodios fueron acompañados de la destrucción de imágenes sagradas y del incendio de iglesias y edificios religiosos. Los testigos relatan que los Venerables Siervos de Dios fueron asesinados por ser sacerdotes o laicos católicos.

En cuanto al elemento formal ex parte victimarum, está suficientemente atestiguada la aceptación de la muerte como expresión de fidelidad a Cristo hasta los momentos previos a la muerte. Algunos Venerables Siervos de Dios durante el cautiverio rezaron, se animaron mutuamente, se confesaron y expresaron palabras de perdón a sus verdugos.

La reputación del martirio ha permanecido constante a lo largo del tiempo.


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