“La ceremonia debe diferir de una ceremonia de boda en la iglesia en términos de palabras y signos y debe reforzar explícitamente el amor, el compromiso y la responsabilidad mutua en la relación de pareja como un acto de bendición”, escribió en la carta de 1.000 palabras.
En la misiva del obispo alemán, pide la creación de un folleto para usarlo en las diócesis alemanas que incluya “formas sugeridas para celebraciones de bendición para diversas situaciones de pareja (parejas que se vuelven a casar, parejas del mismo sexo, parejas después del matrimonio civil)”.
El obispo Wiesemann utiliza el Evangelio a su antojo para defender sus errores doctrinales al afirmar que “tanto con respecto a los creyentes cuyos matrimonios se han roto y que se han vuelto a casar, como especialmente con respecto a las personas con orientación hacia el mismo sexo, es urgente –especialmente en el contexto de una larga historia de profundo dolor– de una actitud diferente y tener una perspectiva para encontrar una actitud pastoral inspirada en el Evangelio, como muchos de vosotros habéis practicado desde hace mucho tiempo”.
“Por eso hice campaña por una reevaluación de la homosexualidad en la enseñanza de la Iglesia de manera sinodal y también voté por la posibilidad de ceremonias de bendición para parejas del mismo sexo. Lo mantengo. Espero que en el camino del sínodo mundial esta cuestión apremiante de nuestro tiempo también pueda experimentar un desarrollo positivo”, reconoce este obispo alemán.
En su carta, el obispo Wiesemann escribe que “nadie está obligado a aceptar tales bendiciones, pero mi petición también significa que nadie que realice tales bendiciones tenga que temer sanciones”.
A pesar de que la carta fue publicada hace unos días, el obispo no ha recibido ningún tipo de correctivo hasta el momento -ni lo recibirá- ya que los obispos alemanes gozan de total impunidad por parte de Roma.
De no tomar medidas, el Vaticano se convertiría en cómplice de la confusión que genera este obispo alemán entre sus fieles. Cada día que pasa sin que sea cesado, es una legitimización a sus herejías.
InfoVaticana
No hay comentarios:
Publicar un comentario