miércoles, 21 de diciembre de 2016
MONSEÑOR AGUER Y EL DOLOROSO CASO DE LOS CURAS QUE ABUSAN DE MENORES
Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, se refirió “al caso de sacerdotes que abusan de menores”, afirmando que “se trata de un crimen horrendo, de un delito que la Iglesia, en su disciplina y aplicando los protocolos actualmente vigentes procesa y castiga como corresponde. La Iglesia no mira para otro lado como algunos piensa”.
Sostuvo que “ese delito cometido por un sacerdote afecta a la santidad de la Iglesia. No solamente esa persona está violando su promesa de virginidad, su promesa de celibato, sino que además está cometiendo un acto de gravísima injusticia contra el niño abusado, contra su familia, contra la sociedad”. Y dijo que le “parece muy bien que la Justicia Penal del Estado haga su trabajo. Igual nosotros tenemos nuestra propia justicia en los Tribunales Diocesanos con el Derecho Canónico y con los protocolos que les mencionaba que son severísimos”.
En otro momento dijo que todos “conocen bien la repercusión que han tenido estos casos de Mendoza” dando algunos detalles y afirmando que “si es verdad que han sido objeto de esos abusos durante tanto tiempo se trata de algo espantoso”.
Se detuvo además en que, ahora, para algunos “resulta que todos los curas son abusadores. Dolorosamente cada tanto aparece un caso u otro caso y cuando aparecen esos casos aislados se dice “la Iglesia”, se trata de “la Iglesia”, pero está probado, por estadísticas, que la mayor parte de los abusos ocurren en el seno de las mismas familias, muchas veces son los padrastros de los chicos, las parejas de las madres o incluso, lo que parece más horrendo todavía, es el papá mismo de la criatura. Cuando es un profesional, supongamos un médico o un abogado o un albañil el que comete ese delito no se dice “todos los médicos, todos los abogados, todos los albañiles” pero cuando es un cura se dice es “la Iglesia”. Por supuesto que, yo diría, que en el caso de un sacerdote es más grave todavía porque no solamente viola sus propias promesas sino que enchastra la imagen de la Iglesia, salpica la santidad esencial de la Iglesia misma. Esto tiene que avergonzarnos y nos avergüenza verdaderamente”.
Mons. Héctor Aguer indicó: “Como Pastor de la Iglesia he ofrecido mi disponibilidad a todos aquellos que han sido víctimas de estos abusos por sacerdotes. Les dirijo una palabra de afecto, de compasión, de disculpas también. No soy el culpable pero tengo que pedir disculpas, debo pedir perdón en nombre de todos ellos pero no sea, también, que algunos sectores que siempre tienden a hacer prevalecer sus intereses subalternos ahora empiecen una campaña orgánica contra la Iglesia tomando base en estos asuntos”.
“Yo creo que hay que rezar mucho. Hay que rezar mucho por la conversión de estas personas tan descarriadas, de estos curas degenerados. Debo decir la palabra que corresponde son curas degenerados y hay que rezar mucho por la conversión de ellos. Hay que rezar también, especialmente, por las víctimas. Sé el caso de personas que a causa de esos hechos han perdido la fe o que a lo largo de toda su vida tienen que arrastrar ese trauma. Esto es una verdadera tragedia y no hay que disimularla pero hay que proceder con mucha objetividad no sea cosa que se cree un clima de histeria, de paranoia acerca de este asunto. Hay que cuidar a los chicos y eso es evidente”, aseguró.
En su extensa exposición se detuvo también en que “si se trata de un sacerdote diocesano el Obispo entonces toma cartas en el asunto inmediatamente” pero “si se trata de sacerdotes pertenecientes a una congregación religiosa son los superiores de esa congregación los que deciden los traslados”. Y que cree que otro factor que influye hoy día es la pornografía, “al alcance de todo el mundo” porque “vivimos en una sociedad hipersexualizada y donde todos los límites ya han sido transgredidos. Y no digo esto a modo de disculpas ni mucho menos sino todo lo contrario pero son elementos que deben ser tenidos en cuenta”.
Además manifestó que ha “insistido siempre y ahora de modo especial que si alguien conoce algún caso de abuso realizado aquí, en la Arquidiócesis de La Plata, se acerque a nuestro Tribunal Eclesiástico, al Vicario de Justicia, a hacer la denuncia correspondiente y entonces comenzará el proceso, según el Derecho Canónico, tal como la Iglesia lo establece”. Y por último indicó: “Lamento haber tenido que detenerme hoy en este tema pero realmente es algo muy doloroso y que les pido que lo compartamos todos los que somos miembros de la Iglesia. Que sintamos todos este sentimiento de agobio, de vergüenza, de culpabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad de la súplica y de la esperanza en el Señor para poder superar este momento tan desagradable”.
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